La noche del viernes 9 de marzo un OVNI cruzó lentamente el cielo bogotano. Soy uno de los veinte mil afortunados ociosos que sentimos la presencia de esta extraña mole a escasos metros de nuestra testa, antes de su ascensión definitiva al cielo. Su cercanía a nuestro campo visual nos permitió la identificación de un gran marrano volador, mientras para los demás habitantes de la ciudad solo fue una gran mancha rosa en las alturas. Veinte mil asombrados espectadores que nos encontrábamos asistiendo al mejor concierto rock que se haya presenciado en suelo nacional en los últimos 64 años, desde el nacimiento de George R. Waters, o 61 desde el nacimiento de George W. Bush, según se prefiera la comparación.
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Lo cierto es que poco a poco el porcino noctámbulo tomo altura, y en minutos fue divisado por la torre de control del aeropuerto Eldorado, cuyos atónitos funcionarios alertaron sobre el extraño sobrevuelo a la colindante base militar de CATAM, en la que en menos de dos días se recibiría al presidente Bush. Esa misma semana un miembro de la seguridad personal del vicepresidente Álvaro Uribe había logrado otro golpe paraestatal, al robar de la Casa de Nariño un cuadro del maestro Obregón, situación que tenía indignado al parapolítico paisa, en vísperas de la escala técnica que haría su jefe inmediato.
Dos días atrás, detectives encubiertos habían registrado movimientos sospechosos en la zona de Engativá, contigua a la pista del Aeropuerto, por parte de funcionarios de la embajada de Irak en Colombia, quienes al parecer dirigían la operación de instalar algunas armas de destrucción masiva, como rockets y bazucas, sin un fin determinado, toda vez que las conversaciones interceptadas eran en lengua iraquí, indescifrable para los cuerpos de seguridad.
Así las cosas, la alerta roja fue declarada rápidamente y partieron de Palanquero un Al K Fir C7, todos los Embraer Súper Tucano, el avión fantasma y los tres Mirages V que aún quedan. En cuestión de minutos sobrevolaban como sabuesos la sabana, en busca del cuerpo extraño que los radares no lograban captar.
Desde Palacio, un histérico vicepresidente seguía atento el desarrollo de los hechos, mientras sus hijos eran chiflados en el concierto, al son de la canción “Sheep”, ácida critica a la política del armamentismo y la guerra en todo el mundo.
La noche transcurrió sin verdaderos positivos, luego de que el vicepresidente Uribe ofreciera dos mil millones de pesos por la cabeza del cerdo, vivo o muerto. A eso de las 8:25 a.m. del sábado, una multitud reunida en la plaza de Quipile, Cundinamarca, que se aprestaba a celebrar sus ferias y fiestas con Pilsen en mano, avistó el descenso del puerco, al que prontamente los más ágiles francotiradores hicieron blanco de sus voladores de mecha larga.
Pero el exhausto chancho no se inmutó y finalmente posó suavemente sus cuatro pezuñas en todo el centro geométrico de la plaza, ante la mirada del atónito alcalde y su gabinete. En menos de veinte minutos, un escuadrón militar llegó al pueblo a bordo de 8 helicópteros de asalto UH-60 Blackhawk y la población, con alcalde y todo, fue arrestada masivamente, bajo el cargo de “terrorismo de civil”. El cargo de “concierto para delinquir” fue reservado para Waters y los organizadores del concierto. La razón: el cerdo gigante tenía la inscripción en su lomo (de cerdo) “El patrón Bush viene a visitar su rancho, Colombia”.
Mientras estas líneas escribo, el Air Force One se habrá posado sin problemas en nuestro suelo y de su interior saldrá otro cerdo, aún más gigantesco. El capataz del rancho dirá a su oido: "Bienvenido, señor presidente ¡Colombia os saluda!.
Muchos piensan que este cerdo es idiota. Pero la verdad, los idiotas somos todos los demás. El pobre Bush solo lo parece.
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domingo 11 de marzo de 2007, 17:57 COT
Yo creo que deberia enfrentarse a un buén juicio a nivel internaional por su comportamiento infame aun dandole mas derechos que los que el dió a los de Guantanamo y a los que bombardeo en Irak
domingo 11 de marzo de 2007, 19:50 COT
Me alegra que hayas regresado de Papeete justo para el conciertazo del señor Waters. ¿Te tendremos más seguido por acá, ala?
domingo 11 de marzo de 2007, 21:10 COT
Yo sabía que ese marrano iba a tener un destino poco parecido al mensaje que llevaba en su vientre (“Soy Libre”).
Manejaba la versión, que de pronto podría caer cerca a Melgar o Girardot, y que posteriormente fuera usado como un exótico flotador de un balneario típico de estos lugares. Aunque por su mensaje hubiese tenido un desenlace final al que comentas en Quipile.
Ahora en serio, que conciertazo el de Waters, ¿o no?
No te pierdas tanto S.C.
domingo 11 de marzo de 2007, 22:43 COT
Qué bueno que hayas vuelto y estado implicado en el concierto para delinquir…
Y sí, la idiotez es un patrimonio de todos.
Un abrazo
lunes 12 de marzo de 2007, 08:48 COT
Qué gran concierto. Qué gran concierto.
lunes 12 de marzo de 2007, 10:07 COT
Yo sólo sé que todo lo que sube tiene que caer, y entre más rápido se sube, también más rápido se cae.
Un abrazote para ti mi G, que hacía mucho tiempo no sabía de ti.
lunes 12 de marzo de 2007, 19:20 COT
[…] con Sheep, canción clásica del álbum Animals. En medio de la canción un cerdo gigante sobrevoló el escenario con mensajes políticos y de crítica dirigidos al […]
lunes 12 de marzo de 2007, 20:56 COT
Qué envidia, no por no haber visto a quien posa de idiota pero no lo es, sino por no haber visto al pink pig que alteró el sistema de defensa misilística nacional, y el Pink Floyd que alteró los cerebros. Bueno que lo hayas disfrutado y que ahora estés de nuevo por estos lares. Cuida a tu buen amigo, el honorable embajador Sin Cabeza, para que no tenga un desafuero como este. Saludo.
martes 13 de marzo de 2007, 00:18 COT
[…] claro, la única persona que consideraba importante esta "pasadita" del amigo de los bin Laden era nuestro presidente arriero, quien cantó y se puso la mano en el corazón cuando […]
martes 13 de marzo de 2007, 09:57 COT
[…] claro, la única persona que consideraba importante esta "pasadita" del amigo de los bin Laden era nuestro presidente arriero, quien cantó y se puso la mano en el corazón cuando […]
viernes 16 de marzo de 2007, 06:34 COT
Por ahi dicen que “a cada marrano le llega su hora” y yo a ese chancho yo ya lo degollé!
viernes 16 de marzo de 2007, 10:26 COT
Sentido:
¿Todavía quedará olor a azufre en Bogotá?
Cariños.
mircoles 21 de marzo de 2007, 12:01 COT
cuando los caminos no son ya diáfanos, cuando los cielos esconden histéricos deseos de venganza, cuando la desenperanza inunda cada centímetro, es entonces cuando sabemos que la ceguera que tantos cambios climáticos e idiologicos ha producido, esta construyendo su propio mundo de ciegos. de los que ya no quieren ver.
La luz de Velazquez, la sombra de Goya, el color de Matisse, la sinfonica variación de Vincent…..todo ello solo se compra y se vende. pero no se ve…. Como podríamos desear abrir los ojos?……un saludo
jueves 22 de marzo de 2007, 20:46 COT
Don Sentido comun : que pena preguntar, pero porque no lo he vuelto a ver en sus blogs, hacen falta sus humoristicos comentarios, por favor la audiencia lo reclama…
viernes 23 de marzo de 2007, 19:42 COT
Si Don Sentido, Macaya tiene razón. Se hecha de menos sumercé. A equinoXio le hace bien su presencia creadora, original y buena honda.
Cariños.
jueves 5 de julio de 2012, 01:08 COT
[…] show finalizaría con Sheep, canción clásica del álbum Animals. En medio de la canción un cerdo gigante sobrevoló el escenario con mensajes políticos y de crítica dirigidos al presidente Bush. […]