modos
Especial Día Internacional de la Mujer 2007Por pequeña padawan
jueves 8 de marzo de 2007 0:01 COT
ser mujer, en el sentido identitario, es una experiencia paradójica. sí, tenemos cosas en común por el simple hecho de ser mujeres. hay mecanismos en nuestro cuerpo (y eso incluye nuestro cerebro) que funcionan distinto de los de los hombres, hay adaptaciones creadas en miles de años de evolución y hay –sobre todo- patrones culturales que en la casa nos dieron con la sopa y que nos hacen pertenecer a esta difusa sección, que no elegimos, de la humanidad.
hay también, sin embargo, un montón de cosas que no compartimos por más que quieran atribuírnoslas quienes ven la feminidad como una esencia inalterable. nuestra naturaleza puede explicar las simpáticas habilidades verbales y el desastroso razonamiento espacial que tenemos algunas, pero no dar cuenta de nuestro carácter.
las mujeres no somos, como cree florence, más pacíficas que los hombres, ni tampoco somos tiernas y delicadas por naturaleza como afirma la publicidad típica de estos días. somos más de 3.000 millones de mujeres en este mundo y eso no puede reducirse a esencia alguna, porque simplemente somos como nos criaron. no está en nuestra sangre el amor por los niños ni por los abrigos de piel, no nacimos prefiriendo el rosa al azul (y muchas de nosotras simplemente no lo preferimos). nuestra mirada, al igual que la de los hombres, fue forjada en la casa y en la calle, en las fotonovelas y en la literatura, y sus aciertos y desastres no vienen predeterminados por una fuerza cósmica sino por la costumbre repetida de cien generaciones.
¿y eso por qué importa? porque si no es natural, no es irremediable. porque si el carácter que en estos lados del mundo le atribuimos a las mujeres es en realidad una construcción colectiva, podemos perfectamente cambiar el casete e inventarnos otro, que se parezca más a quiénes quisiéramos ser y menos a quiénes nos han dicho que somos.
en ese sentido, las apuestas de las mujeres en estos tiempos tienen, creo, dos partes. una, inaplazable e importantísima, tiene que ver con la lucha por la equidad en la casa, el trabajo y el mundo de lo público. disminuir la violencia intrafamiliar y el abuso infantil (que se ejercen mayoritariamente contra mujeres y niñas), exigir igual pago por igual trabajo y desmantelar la discriminación contra las mujeres en los diversos ámbitos de la vida son objetivos que por estas fechas se reiteran en el mundo y que merecen todo el apoyo que puedan conseguir.
pero un segundo esfuerzo, que resulta aún más revolucionario, tiene que ver con el ejercicio individual de mirar en nuestro corazón quiénes queremos ser, y apostar por eso. que la arbitrariedad y los caprichos, las incoherencias y la dependencia emocional sean una opción, y no una expresión de nuestra naturaleza, implica que podemos elegir no jugar ese juego. establecer relaciones entre adultos, sin trampas ni chantajes, es el acto más feminista concebible, y no exige quemar nuestros sostenes ni renunciar a las partes del estereotipo que nos hacen felices.
porque esa es la ventaja: podemos elegir entre mil modos de ser mujeres aquellos que nos gustan y nos sirven. podemos vestirnos de mil colores, ser niñas chiquitas hasta el día de morirnos y parecernos a nuestras abuelitas en lo que nos provoque, ser independientes y consentidas, escribir libros y bordar en punto de cruz, llorar en cine y no en los entierros, cuidar y que nos cuiden sin que eso vaya contra la capacidad o integridad de nadie.
dejar la obsesión por los estándares ajenos y encontrar en nosotras la fuerza para convertirnos en el tipo de mujer que nos gustaría ser, se parezca o no al de nuestras madres, es nuestra mejor apuesta no sólo por la equidad de género, sino sobre todo por la paz de espíritu. porque la feminidad es una condición de posibilidad y no un hecho cumplido, y eso nos da un amplio margen para jugar a construir modos de ser mujeres que nos alegren la vida en vez de limitárnosla. esa es la invitación, para hombres y mujeres, que traen estos tiempos. ¿qué tal si nos atrevemos a ser de otra manera? podríamos llevarnos una bonita sorpresa…
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jueves 8 de marzo de 2007, 08:48 COT
Me gusta mucho tu reflexión, en especial cuando dices: establecer relaciones entre adultos, sin trampas ni chantajes, es el acto más feminista concebible
jueves 8 de marzo de 2007, 09:05 COT
Qué buen artículo, como siempre. Acojo de buena gana la invitación del último párrafo.
jueves 8 de marzo de 2007, 09:13 COT
[…] una columnita mía en equinoXio. quisiera saber qué piensan al respecto, niños y niñas, ustedes que siempre tienen algo qué […]
jueves 8 de marzo de 2007, 10:58 COT
“es el acto más feminista concebible”
yo diría, “es el acto más humanista concebible.” 🙂
jueves 8 de marzo de 2007, 11:03 COT
Qué buen texto, pequeña padawan. Como para divulgarlo mucho.
Estoy sumamente de acuerdo en hacer énfasis en que el llamado “carácter femenino” es una construcción cultural y, como tal, no constituye una esencia inalterable, no es irremediable. Moldearlo y remediarlo requiere, sin embargo, de un esfuerzo mayúsculo, del trabajo incesante y conjunto de muchas personas en muchos ámbitos en todas partes.
Lo que más me gustó de lo que escribiste es lo que llamas “el segundo y más revolucionario esfuerzo”: el esfuerzo (de las mujeres, pero luego también de los hombres, que tendrán que responder reflexivamente a ese esfuerzo con uno propio, aún muy borroso y casi impensado) de elegir entre mil maneras de ser y apostar por esa elección. “La feminidad es una condición de posibilidad”. Qué gran cosa.
Acepto a todas luces la invitación del último párrafo. Que este sea un día para empezar a llevarla a cabo.
p.s. Apenas conozco equinoXio. Muy bien hecho, muy bueno. Buenísima la idea de este especial del 8 de marzo. Estaré visitando seguido.
jueves 8 de marzo de 2007, 12:54 COT
Muy buen artículo, yo considero que la carga cultural que pesa sobre el hecho de ser mujer es muy pesada e injusta. Mención especial merece la referencia que haces de Florence Thomas y su teoría del pacifismo femenino, al respecto considero que se equivoca por que yo creo que las mujeres pueden ser mucho más crueles que los hombres, pero sobre todo porque no creo que el género pueda definir per se el carácter de los seres humanos.
jueves 8 de marzo de 2007, 16:21 COT
Muy interesante lo que decís. Particularmente creo que la búsqueda individual de la que hablás es una cualidad con la que “han venido” las mujeres interesantes desde hace un buen rato (los hombres también) y es lo que ha hecho que se superen muchas taras que nos dejaron las generacioes pasadas… aunque siguen faltando muchas, muchas más.
De todas formas te deseo un muy Feliz Día de la Mujer porque a pesar de todo, la mayoría las que conozco tienen los requisitos para encajar en los estereotipos ideales que nos hemos creado.
Un abrazo!
jueves 8 de marzo de 2007, 19:37 COT
estoy de acuerdo contigo, las generalizaciones sobre el comportamiento o la naturaleza estupidizan al que mira y al que es mirado. las mujeres son como ellas quieren.
jueves 8 de marzo de 2007, 20:31 COT
[…] and even two articles on women’s situation in Norway and Japan. For example, pequeña padawan says: Leaving the obsession on others’ standards and finding in ourselves the strength to […]
viernes 9 de marzo de 2007, 06:52 COT
Desde el extraño limbo de los damnificados a los que no nos cae el Día de la Mujer, o del Niño, o del Padre, o de la Madre y un laaargo etcétera, me alegra encontrar una propuesta en la que estoy de acuerdo con j: es lo más humanista posible.
Felicitaciones.
viernes 9 de marzo de 2007, 08:50 COT
Alguna vez le escuche a alguien que el día que inventaran el Día internacional del hombre se alcanzaría la igualdad entre hombres y mujeres. Allí por supuesto no está el problema.
Igualdad no quiere decir semejanza. Los sentimientos no se expresan igual en los dos géneros.
La mujer es igual al hombre porque es capaz de dar amor, por que puede ser tolerante, aguerrida, porque, al igual que el hombre es capaz de conquistar su libertad y buscar su felicidad.
No es exacto decir que la mujer es frágil y el hombre fuerte. Que diferencia hay entre una mujer quejumbrosa y un hombre que le echa la culpa de su falta de coraje a la sociedad? Ambos se quejan de diferentes maneras.
Hay que dejar de estereotipar la imagen de la mujer y del hombre. El hombre no es el enemigo de la mujer. No hay que equivocarse pues. La violencia en contra de las mujeres, y otros males de nuestra sociedad vienen de una falta de educación o de la pobreza o de otras cosas. Cuando tengamos unas condiciones económicas decentes y una buena educación estaremos en vías de recuperar la dignidad de las mujeres y .. de los hombres.
domingo 11 de marzo de 2007, 15:36 COT
De acuerdo, pequeña. Atreverse a ser uno mismo es un reto serio. Y más tratándose de las mujeres, hechas a imagen y semejanza del hombre. Una mujer tierna es un regalo maravilloso, al igual que un hombre tierno, y el rosa y el azul (todo por culpa de la Reina Victoria) son colores que le quedan bien a todos. Lo importante no es que le guste a los demás, sino que me guste a mi. Tener nuestro propio pincel para dibujarnos a diario, es una buena alternativa
domingo 11 de marzo de 2007, 19:18 COT
Hola pequeña!!
Lo resumo en autenticidad. Ellos son nuestro complemento, nosotras somos lo que somos y así les atraemos.
Un abracito equinoXial y rico leerte por estos lados.
lunes 12 de marzo de 2007, 18:30 COT
finalmente una reflexión sobre esta fecha que vale la pena leer. felicitaciones!
martes 13 de marzo de 2007, 12:57 COT
De veras que no hay como mirar atrás y sentirse orgullosa por parecerse cada vez más a la persona que uno anhela ser.