No deberíamos sorprendernos
Artículo destacadoPor Carlos Raúl van der Weyden Velásquez
domingo 1 de abril de 2007 11:03 COT
Lo mínimo que uno siente cuando ve las imágenes que el fin de semana anterior emitió Caracol Televisión es tristeza. Y en la mayoría de los colombianos es lo único. Siempre tiene que pasar (o saberse de) una tragedia de esta naturaleza para despertar la anestesiada y dormida sensibilidad del colombiano promedio, que prefiere ignorar lo que pasa en el país por su física salud mental y porque sobrevivir es más importante. De cuando en cuando se indignará y ya. Mantener la cordura y tratar de ser feliz. De todos modos, no puede hacer más.
Mientras tanto, los responsables van pasándose la papa caliente entre ellos. Diego Palacio, el gobernador Julio Ibargüen (a quien le dañaron las vacaciones, pobrecito…), el presidente Uribe, los antecesores de éstos, los congresistas que “representan” al departamento, los que promulgaron el régimen de transferencias… La lista sigue y sigue, mientras la situación de esta deprimida y a la vez rica zona, como resaltan incansablemente los medios colombianos, creyendo que la ironía va a servir de algo, sigue igual o peor. Unos niños se mueren literalmente de hambre en la selva del Darién y no pasa nada. En Bogotá también, en todas partes hay desnutrición también.
Una de las imágenes mostradas por Caracol Televisión
Las teorías sobran. El actual gobernador fue elegido por una coalición de politiqueros uribistas a quienes sólo les interesa mantener su poder político. Los Santos afirman que es cuestión de arribismo, que la política es la única manera de obtener estatus en el Chocó. ¿No es así en el resto del país? ¿Sirve de algo que Uribe, como de costumbre, haya ido allá a “apersonarse” de la situación (léase hacer microgerencia, fingir que se “baña” de pueblo, aplicar paños de agua tibia y hacer promesas que no va a cumplir)? ¿Sirve de algo que nos indignemos? ¿Sirvieron de algo los llamados órganos de control, totalmente politizados, como todo en este país? La Defensoría del Pueblo estuvo para denunciar, pero como de costumbre, nadie le hace caso. No falta el que saldrá a decir que es porque “se quisieron” morir de hambre…
Ya hablan de acabar con el Chocó. ¿Por qué no acabamos más bien con la clase política corrupta y sanguinaria de este país? ¿Por qué no dejamos completamente solos a los grupos armados terroristas (FARC, ELN y AUC)? ¿Por qué no sacamos a las multinacionales de la palma africana? ¿Por qué en medio de la selva sólo llegan las comunidades religiosas y humanitarias, los organismos multilaterales, los insurgentes y los dueños de la motosierra? Chocó sin hambre, por favor. Por allí debemos empezar, si queremos que este país salga adelante, porque con lo que tenemos en el poder, lo dudo mucho. Ningún “mesías” nos va a sacar de este hueco. ¿Pero qué podemos esperar si aquí en Colombia importa más sacar del aire a una presentadora de televisión? ¡Y se atreven a decir que los tomó por sorpresa! No deberíamos sorprendernos. Deberíamos actuar.
domingo 1 de abril de 2007, 11:57 COT
[…] few minutes ago I published a featured article at equinoXio digital magazine, about the dozens of starving children who died in poor Western Chocó department. In short, I said […]
domingo 1 de abril de 2007, 14:19 COT
Muy buen artículo. Sin duda alguna la clase política en Colombia es un asco. Para llegar arriba hacen todo tipo de porquerías, y la gente que no está dispuesta a hacerlas no logra llegar. Pero gran parte de la culpa la tiene el pueblo que muchas veces ha sido irresponsable a la hora de votar. Qué más se puede esperar si el pueblo ha elegido a Edgar Perea o al embolador? A este gobernador lo deberían sacar de ahí. Es que todavía no logro digerir todo lo que dijo y como uy campante se fue de vacaciones.
domingo 1 de abril de 2007, 14:32 COT
Julian,no deberiamos suponer que existe un grupo de individuos perfectamente definido (una “clase”) y que es solo cuestión de cambiarlos a ellos y enseguida se soluciona el problema. Cientos de años de historia política me hacen dudar de esa idea. El problema fundamental es que le damos mucho poder a políticos y burocratas, y el poder corrompe. Lo que propongo es cuestionar la concentración del poder en unas cuantas personas, que es la raíz de muchos de los problemas sociales en Colombia. En Choco hay un “exceso de poder estatal” y una falta de sociedad, de poder social e individual.
domingo 1 de abril de 2007, 17:35 COT
El actual gobernador fue elegido por una coalición de politiqueros uribistas Yo no creo que un gobernador, elegido por FECODE, sea uribista. Si los maestros son anti-uribistas. Jajajaja, qué buen chiste el del semanario de Julio Mario.
mircoles 4 de abril de 2007, 02:34 COT
Buen articulo, Carlos. El poder por el poder & el billete, cero sentido de servicio publico, clientelismo como modo de gobierno. La reaccion: mandar “gerentes” y ventilar la “magnifica” idea de acabar con el departamento. El problema es evidentemente mucho mas profundo, mas antiguo.
jueves 5 de abril de 2007, 14:58 COT
Que post tan cierto… cuanta gente muriendose de hambre en el mundo entero y nosotros preocupados o ocupados en pendejadas…
Un saludito…
jueves 5 de abril de 2007, 16:24 COT
Esa foto me conmueve, es un niño que parece estar en Africa pero lo triste de la situaciòn es que es en nuestros territorios. Esperemos que se tomen las medidas gubernamentales correctas y alivien estas duras crisis que, desde que nacì, escucho lo mismo.
Un abrazo estremecedor para tì.
jueves 5 de abril de 2007, 17:26 COT
No solo produce tristeza sino rabia de ver como las ratas congresistas se estan ganando cerca de 40 millones, redondeando todo lo que se maman. Que asco de pais.
mircoles 2 de mayo de 2007, 21:40 COT
[…] volvió a acordarse del Chocó cuando en la lejana Bogotá nos enteramos de que los niños se morían de hambre y que la bienestarina era para los cerdos. Probablemente, al igual que muchos otros […]