Más cemento, mejor desarrollo, más movilidad

El municipio de La Ceja está ubicado en la región del oriente de Antioquia, a 41 kilómetros de Medellín, la capital del departamento. Se ha caracterizado por ser uno de los pioneros en la floricultura, aunque en los últimos años este campo se ha visto afectado fuertemente por la revaluación del dólar. Por otra parte, el municipio cejeño se destaca por el ser el segundo de Colombia con el mayor número de bicicletas, después de Palmira, Valle; éste es su principal medio de transporte. Sin embargo, el continuo crecimiento que se ha dado en los últimos años en materia de infraestructura, urbanización y población ha motivado la mayoría de obras que se han llevado a cabo durante la actual administración del alcalde Rubén Darío Bedoya Otálvaro. Su gobierno se ha caracterizado por las innumerables obras realizadas y el desarrollo de proyectos e iniciativas que anteriores administraciones no habían podido lograr, como el cierre de todos los establecimientos de prostitución, las medidas para menores de edad en bares y discotecas, y la reubicación de la plaza de ferias para las afueras del municipio.

Las obras más importantes que realizó el gobierno de Rubén Bedoya fueron la completa remodelación del teatro Juan De Dios Aranzazu, la construcción del Centro Cultural e Institucional, la pavimentación de diversas vías, la recuperación de espacios públicos con la construcción de varios parques lineales, y la recuperación de la movilidad vial del municipio con la construcción de la CIT (Central Integradora de Transportes).

Han sido muchas las cartas que han llegado al despacho del Alcalde agradeciendo por todas estas obras y felicitándolo porque, según sus remitentes (que son la comunidad en general) ha sido, también, el mejor alcalde que ha tenido La Ceja. Sin embargo, también son muchas las personas que se han mostrado inconformes con la nueva Central, pues parece que no son tantos los beneficios que ésta trae para el municipio.

Desde finales de 2008 empezó a hablarse de la construcción de una terminal en el municipio, cuando en el periódico institucional de la Alcaldía, Nuestra Gente, en la edición del mes de diciembre, salió el siguiente texto: “Se hicieron los estudios de prefactibilidad para la construcción de un terminal de transporte en el Municipio de La Ceja, y arrojó como resultado la necesidad de construir un centro integrado de transporte, es decir una construcción más liviana que sirva como solución a la necesidad de reordenamiento del parque automotor del Municipio. El Honorable Concejo Municipal, mediante Acuerdo Municipal 022 de 2008, otorgó facultades al Alcalde Municipal para participar en la constitución de una empresa de economía mixta que desarrolle, lidere, promueva, construya, comercialice, venda y determine la operación de la central integradora del transporte”.

La normatividad en la que se basó la creación de la CIT en el municipio es la que a continuación se referencia:

“De acuerdo con lo establecido en la legislación colombiana, y a través del Ministerio de Transporte como ente regulador y máxima autoridad del transportes, se expiden la Ley 105 de diciembre de 1993, Ley 336 de 1996, Decreto 2762 de 2001 y Resolución 0222 de 2002, legislación en donde se define y se determinan los requisitos para la creación de una Terminal de Transporte.

De acuerdo con los criterios económicos y técnicos establecidos para la categorización de la Terminal de transporte en el Municipio de La Ceja, se encuentra dentro de la categoría IV, pues se cumple con el criterio mínimo de despachos y pasajeros movilizados, pero no con el criterio de población, que según la norma debe superar los 100.000 habitantes.

Basados en lo anterior, el Municipio de La Ceja no cumple con la totalidad de requisitos para la creación de una Terminal de Transporte, sin embargo se determinó en el estudio contratado por la Secretaria de Transportes y Tránsito que una manera de solucionar los problemas de movilidad que se presentan actualmente, sería la construcción de un Centro Integrado de Servicios, como elemento de regulación de la actividad transportadora, en el cual se concentran una serie de instalaciones suficientes y funcionales, que permiten agrupar las diferentes empresas que presan el servicio de transporte y mejorar las condiciones  de atención, eficiencia, comodidad y seguridad”.

A partir de esa publicación —septiembre de 2008—, en las ediciones consecutivas salían pequeños textos o leads, informando cómo iba la construcción y cómo avanzaba esta obra. En las instalaciones de Transportes Unidos, que se encontraban en el parque principal, se exhibió un afiche con el modelo de lo que sería la Central, y había volantes en los buses en los que se hacía alusión a la Central con textos como “La central es de todos”, lo mismo que decían en las cuñas radiales.

Aunque fue grande la expectativa que se creó con la Central, con avisos, cuñas, panfletos, el popular voz a voz y el diseño de un Plan de Comunicaciones para la CIT, realizado por María Isabel Álvarez Chica, directora de comunicaciones del municipio, esto no redujo las inconformidades que desde el principio empezaron a manifestar el público y los usuarios que utilizan el servicio de transporte público regularmente (Ver Plan de comunicaciones de CIT).

La principal molestia causada por la terminal fue su ubicación. Cuando los rumores corrían de boca en boca diciendo que TransUnidos iba a ser trasladado para donde estaba ubicada la Feria de ganado, en el sector de San Cayetano, los comentarios acerca de la lejanía pululaban. Lo que no se sabía aún era que no solamente la empresa TransUnidos iba a ser reubicada, sino que con ella estarían Sotraretiro, Sotransoda, Sonar, Veloriente, Transportes Guamito, Cootransceja y Cootransoriente: todo el transporte público iba a ser sacado del parque principal (aunque ninguna de las empresas intermunicipales tenía autorización de entrar, excepto Transportes Unidos que estaba ubicado allí) e iba a ser centralizado. Esto, sumado a la lejanía de la Central, generó aún mucho más malestar a la opinión pública.

La Central fue inaugurada el 21 de agosto del 2010. Fue construida en un área de 6.400 metros cuadrados con una inversión que se aproximaba a los 2.700 millones de pesos, aportados por la Alcaldía y algunas de las empresas beneficiadas.

La siguiente gráfica muestra la ubicación de la CIT e ilustra de mejor manera el por qué de la incomodidad con la ubicación de ésta.

El municipio es mucho más extenso hacia el sur. En la gráfica sólo se alcanza a ver una mínima parte, lo que sería el centro de la zona urbana. Como se puede observar, las salidas del municipio están ubicadas en las zonas cercanas a la CIT, lo cual obliga a la mayoría de sus usuarios a desplazarse hasta ésta para trasladarse a otro municipio. Si la terminal quedara en la zona sur del municipio, muchísima gente (la mayoría, de hecho) no tendría que pagar un pasaje extra, como pasa actualmente, para que los lleve hasta la Central.

Pero no sólo quienes viven retirados de la CIT se quejan. Las personas que habitan cerca también han sido perjudicadas: los buses o busetas no paran en la cuadra de la central; por lo tanto, si alguien va sobre el tiempo para coger el bus que lo lleve a su destino y éste va saliendo de la Central, ya no tiene que tomarse la molestia de correr para alcanzarlo, pues debe entrar a la Central, comprar tiquete y esperar a que salga el siguiente transporte.

Por otro lado está el asunto de los tiquetes. Anteriormente, la empresa Transportes Unidos manejaba los tiquetes para viajes intermunicipales en buses y busetas; sin embargo, no siempre era estrictamente necesario comprarlo. Ahora, las registradoras tipo “Metro” de la CIT hacen inaccesible el parqueadero de los buses si no se ha comprado previamente el tiquete, cosa que perjudica en gran medida, por ejemplo, a quienes no siempre el dinero completo para el pasaje —100 ó 200 pesos menos, por ejemplo—. “Para la Gerente del CIT el objetivo no solo es solucionar los problemas de transporte, sino también ofrecer una mejor calidad de vida. Por eso (…), tendrá tecnología de punta y torniquetes para el acceso a zonas pagas, donde solo podrán ingresar quienes hayan adquirido previamente su tiquete”.

Tatiana Ramírez, estudiante del Sena y usuaria constante del servicio de transporte público, afirma que “la terminal ha traído más desventajas que cualquier otra cosa. Como yo vivo en Payuco, me toca pagar otro pasaje para venir hasta acá y ahora debo tener el pasaje completo porque me obligan a comprar tiquete. Antes, al menos uno podía negociar con el ayudante o el conductor del bus para que lo llevara por menos si no tenía el pasaje completo, ahora esa posibilidad no existe”.

Pero esta queja no es sólo de los usuarios. David Hernández*, ayudante de bus de TransUnidos desde hace cuatro años, manifiesta que “la plata ya no se ve. Ahora todos se suben con tiquete en la terminal y cuando uno recoge gente en el camino esperando recibir algo de platica, la mayoría llegan con tiquetes y ya no se ve la plata, es muy poquita”. Esta información fue corroborada por dos conductores de esta misma empresa y por otros tres ayudantes. Así mismo, Hernández dice que “todo es cuestión de costumbre. Incluso mucha gente se ha quejado; hasta las de San Cayetano porque uno no puede parar en todas las esquinas, sólo en la terminal, y la gente dice que si están pagando un servicio por qué no los pueden dejar donde se tienen que quedar”.

Pero la visión, valores, entre otros componentes de la esencia de la CIT, hasta el momento se quedan en el papel. (Ver documento)

A las inconformidades ya mencionadas se le suma la del gremio taxista de la empresa TransUnidos. El sistema que siempre habían manejado cambió desde que fueron trasladados a la Central. Ahora, las personas que vayan a utilizar el servicio de taxi intermunicipal de la empresa deben también comprar su tiquete. Gilberto Muñoz, conductor de taxi de la empresa hace más de 20 años expresa que cuando estaban en el parque debían pagar una cuota de administración de 174 mil pesos mensuales, nada más. Ahora, aunque este pago fue suprimido, los tiquetes que hagan a la semana se los retiene durante 10 días, del dinero que estos representan, les descuentan el 12%, lo que puede ser contraproducente de parte y parte, pues en las épocas que sean pocos los viajes, es una ventaja no tener que responder por los 174 que se pagaba antes, aunque casi siempre da para mucho más, argumenta Gilberto Muñoz.

Varias personas entrevistadas en los alrededores del la CIT afirman que la movilidad del municipio, en general, ha mejorado, pues la Central trajo consigo el cambio de sentido de algunas vías y la descongestión del parque principal, cosa que beneficia a todo el pueblo. Sin embargo, creen que aparte de esto no son mayores los beneficios y que, por el contrario, si se entra a analizar particularidades y no a La Ceja como un conjunto, son más las desventajas.

Santiago Muñoz, psicólogo de la Universidad de Antioquia y residente cejeño, afirma que la CIT sólo “amplía el monopolio”. La voz institucional, la de la alcaldía, en el periódico Nuestra Gente, expresa que “muchos continúan en un proceso de adaptación que por supuesto trae este cambio, pero en el que todos hemos participado con orgullo y admiración”. Por su parte el alcalde Rubén Darío Bedoya afirma que el actual Plan de Desarrollo, “en materia de obras, ha sido el más ambicioso y efectivo en la historia de La Ceja del Tambo”.

A pesar de la multitud de quejas, las opiniones de las personas que salen en la publicación Institucional ya mencionada son todas favorables, se le da la voz a la comunidad y, curiosamente, todos están muy satisfechos con la Central, como en la edición de septiembre de 2010 donde, de ocho testimonios, todos eran favorables.

El único sector que, hasta el momento, se ha visto beneficiado ha sido el transporte interno el cual ha aumentado su movilidad, en parte “gracias a la lejanía de la terminal”, como lo dice Carlos Rojas*, conductor de taxi urbano.

Muchas han sido las posiciones respecto a esta nueva Central, sin embargo, después de la inversión realizada, la ciudadanía tendrá que acostumbrarse, no queda otra que adiestrarse y tratar de sacarle el mayor provecho a esta obra, ya que la administración actual no pudo entender que el desarrollo de un pueblo no se mide en la cantidad de cemento que este tenga.

* Los nombres fueron cambiados por petición de las fuentes.

Etiquetas: Antioquia, Central Integradora de Transportes (La Ceja), Colombia, Cootransceja, Cootransoriente, desarrollo urbano, La Ceja, María Isabel Álvarez Chica, movilidad, periódico Nuestra Gente, Rubén Darío Bedoya Otálvaro, Sonar, Sotransoda, Sotraretiro, transporte, transporte público, Transportes Guamito, TransUnidos, urbanismo, Veloriente

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