Ficciones: política y enamoramiento
Artículo destacado > El perdedorPor Clandeldestino
martes 20 de enero de 2009 11:26 COT
Más serio es el amor que la política: Dayán
“Cuando estaba enamorado escribía con tanta emoción que incluso los documentos oficiales parecían cartas de amor” (Ben-Ami; 1999). Dayán adornó el gobierno de Begin con una prosa estilizada. Él era un hombre de guerra, que sentía cierto respeto por los terroristas palestinos (como desprecio por los connacionales de éstos que operaban como informantes) y nunca quiso llegar a la cima que muchos le pronosticaban. A este Ministro de Defensa y de Relaciones Exteriores (en dos gobiernos), la fascinación por la muerte que dejaba rastros de la guerra en su rostro como parche en el ojo que cubría el agujero en su cráneo, le producía un infinito aprecio y admiración por la vida, en su versión más vital, “el amor”.
Sus eternas conquistas serían un continuo monumento al presente que Dayán explicaba de la siguiente forma: “nada me preocupa lo que la historia dirá de mí. No hay nada más allá de la muerte, sólo los gusanos. Después de mi muerte no yaceré con Golda o Ben Gurión; los gusanos les habrán comido ya a ellos también” (Ben-Ami; 1999). Precisamente esa forma de verse a sí mismo, sin inmortalidad, lo hizo declinar siempre de una candidatura al Parlamento que probablemente lo convertiría en Primer Ministro. Un gran político y estadista, que nos merece aún más respeto, por ese acercamiento estilizado a la sencillez, como cuando estaba en campaña militar en el desierto, disfrutando de un pan con los beduinos, tras escabullirse de su guardia.