Los 120 años de El Espectador
Estancias > Sala de PartosPor Julián Ortega Martínez
jueves 22 de marzo de 2007 0:01 COT

El aniversario del periódico (semanario) de la familia Cano tiene unas connotaciones muy especiales este año, dado el momento histórico que atraviesa Colombia. En un país donde sólo un diario circula nacionalmente, el anuncio de Fidel Cano Correa de la posibilidad de que El Espectador, que en 1994 fue incluido por Le Monde en la lista de los ocho mejores diarios del mundo, junto a The New York Times, Asahi Shimbun, Izvestia, Diario del Pueblo, Financial Times, Al Ahram y The Times of India, vuelva a aparecer todos los días nos llena de alegría a todos aquellos que lo extrañamos en las tiendas y en los puestos de revistas al lado de su entonces competencia.
Muchas pruebas difíciles ha tenido que pasar El Espectador. La censura, la intimidación, los señalamientos, las presiones, las crisis económicas, el execrable asesinato de don Guillermo Cano. Pero siempre ha salido airoso. A pesar de los sacrificios y del hecho de haberse convertido en semanario en 2001 para sobrevivir, El Espectador ha podido mantener su independencia y su periodismo serio, investigativo y, ahora, de opinión, más ahora cuando el unanimismo mediático reina.
A muy corta edad conocí el periódico, que disfrutaba mucho más que el de la familia Santos. Incluso tuve la oportunidad de visitar sus instalaciones de la avenida 68 de Bogotá, de la mano de un familiar algo lejano que trabajaba allí. Me gustaban Los Monos y el Magazín Dominical, así como el diseño que hicieron con motivo del número 30.000. Por esos recuerdos me dolió mucho cuando dejó de salir todos los días, cuando tuvieron que vender la rotativa y el edificio (¡ahora lo imprimen en El Espacio!). Y por eso me emociona saber de la posibilidad de un retorno triunfal.
Que siga adelante El Espectador y que sean muchos años más de "independencia informativa". Que siga siendo no sólo "espectador" sino protagonista de la historia de este convulsionado y apasionado país tropical.
viernes 23 de marzo de 2007, 19:52 COT
No sé si suscribirme ahora o cuando sea diario. Si lo hago ahora tal vez ayude un poco a que se vuelve diario ¿no?
Pero al de los santos creo que no me suscribiré de nuevo
viernes 23 de marzo de 2007, 20:28 COT
En mi casa, desde que recuerde, siempre llegaban dos periòdicos, La República, porque mi papá pertenecía al partido conservador, y El Espectador, porque mi mamá era liberal. Epocas del Frente Nacional que se extendìa a mi hogar. Luego tuve la fortuna de conocer e iniciar una amistad con Juan Guillermo Cano, quien me abrió las páginas editoriales, en las que permanecí por varios años. Ha sido uno de las épocas más bellas de mi vida, y también de las más dramáticas. Estando allí viví el atentado a El Espectador y el comienzo de su debacle económica, ya de por sì afectada por el retiro de la pauta publicitaria del grupo Grancolombiano y por el asesinato de Don Guillermo Cano. Maravilloso para el país que El Espectador se vuelva diario y su voz independiente recobre el vigor de antaño.
lunes 26 de marzo de 2007, 14:12 COT
El Espectador vivió cierres, el incendio de sus instalaciones por parte de entusiastas militantes conservadores (hasta hoy persiste el rumor de la participación de un famoso hijo de Laureano en los hechos), el veto de los anuncios comerciales del Grupo GranColombiano (cuando fueron quienes se pusieron la camiseta de las denuncias de hace veinticinco años). Fue la última morada periodística de Lucas Caballero Calderón, después del divorcio de éste con El Tiempo a raíz del caso de “La Libertad”. Antes del homicidio de Guillermo Cano, las amenazas de Pablo ahuyentaron anunciantes en lo que sería el primer gran golpe financiero de los ochentas al diario(muchos de esos anunciantes que dejaron solo en esa vuelta al diario de los Cano posaron de gente de bien cuando los escándalos políticos de la década siguiente).
Recuerdo lo poderosa que resultaba entonces la impresión de la famosa Roto Offset (con la que hacían el Magazín) y hasta alguna vez quise preguntar por cuánto nos imprimirían el periódico de mi colegio. También Los Monos y Espectadores 2000, cuando me parecía plausible dedicarme algún día a hacer periodismo y decente. Recuerdo cuando en una misma edición yo abría la sección editorial y en el extremo izquierdo leía a Hernán Echavarría Olózaga y en el extremo derecho a Jorge Child. Qué decir de mi columna favorita, la Gazapera de Argos. Por muchos años, la sección económica era mucho más rica en análisis y Portafolio comenzó siendo una farsa comparado con la calidad del “salmón”.
Recuerdo cuando Osuna hizo suya la causa de Vladdo (ante una obscena modificación de una caricatura por los hermanos Santos Castillo) y cómo también lo echaron de El Espectador (el man tiene un record insuperable). Sé del poco tino gerencial de los herederos, y de las últimas salidas en falso, a pesar de que en todas mantuvimos en mi familia la suscripción.Incluso de la etapa de la profundización de la quiebra (con inestabilidad de los precios del papel incluida), recuerdo el contraste entre los infantiles trazos de Grosso en El Tiempo (y el fanatismo de Pepón, aunque lo admiro como institución) y caricaturistas solventes como Osuna, Turcios, Unomás, Alfredo Garzón…
De veras, en mi adolescencia El Tiempo valía por los clasificados y la revista Motor; porque lo otro sí que era periodismo. Me entró la nostalgia.
lunes 26 de marzo de 2007, 14:47 COT
Qué alegría ver a El Espectador fuerte como está hoy y pensando en la posibilidad de volver a ser diario. Qué raro que Santodomingo le haya permitido a un Cano volver a tomar las riendas, pero solamente cuando lo hizo ese periódico volvió a ser lo que era, después del paso de ese niño consentido de Gaviria, Ricardo Santamaría, que parecía destinado a darle entierro de tercera a una tradición. Qué tal cuando para darle gusto a los militares le dio todo el crédito a un loquito que decía haber llevado a Caracas a Raúl Reyes en un avión oficial venezolano y todo era mentira. Ojalá que Colombia pueda tener El Espectador todas las mañanas bajo la puerta, sería más sana nuestra política, aunque con lo que están haciendo hoy basta y sobra para leerlo y releerlo toda la semana.
mircoles 28 de marzo de 2007, 11:48 COT
Tuve la oportunidad de trabajar en El Espectador entre 1992 y 1993 en armada editorial y avisos, en la época posterior a los atentados y cuando, tras unos éxitos publicitarios como “Corte y Cosa”, empezó la decadencia en su fase más cruel.
Lo que ustedes mencionan en cuanto a la independencia y el no callarse la boca ante los problemas del país, es cierto, aunque eso básicamente, y hablo de la época en la que estuve allí se refiere al periodismo de opinión. El Espectador del 92-93 contaba con muy buenos columnistas, y hoy en día también, pero en ese entonces y hasta antes de dejar de circular diariamente, su talón de aquiles fue el deficiente cubrimiento noticioso, sobre hechos de última hora o noticias del día anterior.
No estoy diciendo que no se informara, sino que no se hacía con la suficiente profundidad que el lector esperaría encontrar. Las comparaciones son odiosas pero necesarias. El día de la fuga de Pablo Escobar de La Catedral, por ejemplo, El Tiempo sacó casi diez páginas al respecto, a pesar de que la noticia se produjo sobre la medianoche, cuando la edición nacional generalmente ya está en la rotativa y la local está armándose. El Espectador sacó tres páginas. Otro tanto sucedió el día que dieron de baja al mismo capo o cuando capturaron a los Rodríguez Orejuela…
jueves 29 de marzo de 2007, 20:03 COT
Me alegra saber que en equinoXio hayas dos periodistas que hicieron parte de la nòmina de tan prestigioso períodico. Los felicito Rafa y Marsares!
Leyendo tu entrada, Julian, no puedo ocultar el pesar de recordar la muerte de Guillermo Cano y la destrucción con bombas del momunumento en Medellìn, derrumbado por la magia en varias oportunidades. mmm y pensar que uno de los actores materiales, quien pagó el cheque a los sicarios, está libre hace varios años.
Un abracito para tì Julian!
domingo 27 de mayo de 2007, 00:10 COT
[…] Los medios independientes, con menor sintonía, acaban silenciándose gracias al ahogo financiero por falta de anunciantes, lo que hace innecesaria una acción oficialista. Las vociferaciones […]
mircoles 23 de abril de 2008, 18:08 COT
quisiera saber si aun existen fotografias de el jardin infantil luz de cano cuando estaba en funcionamiento en las instalaciones de el periodico en la av. 68 en bogota .
domingo 11 de mayo de 2008, 21:01 COT
[…] lazos sentimentales con el periódico de la familia Cano me impiden pasar por alto esta ocasión tan […]
jueves 21 de enero de 2010, 20:20 COT
EL ESPECTADOR DE AYER ERA UNO…EL DE HOY ES UN PERIÓDICO QUE APLICA LA CENSURA A QUIENES OPINAN DE SUS COLUMNAS… A MI ME VETARON Y NUNCA MÁS ME DEJARON OPINAR ALLÍ A PESAR DE QUE NUNCA DIJE GROSERÍAS NI ME EXPRESÉ MAL DE NADIE…