Mayo 28 de 2006: Crónica de cuatro votos perdidos.
Elecciones 2006Por carobotero
lunes 29 de mayo de 2006 22:25 COT
Creo firmemente que votar dentro de una democracia tiene un valor muy alto, defiendo ese derecho/obligación que debe ser ejercido con total libertad incluso para hacerlo con un voto protesta o de manifiesta incertidumbre como es el voto en blanco, soy consciente de que como mujer es un privilegio reciente, por eso desde que cumplí dieciocho años lo he ejercido puntualmente.
Sin embargo, ayer 28 de mayo de 2006 por primera vez no participo en una elección en la que podía haber participado. Mientras la votación de los colombianos en el exterior es cada vez más grande, cada vez hay menos razones para que el Estado pueda justificar el no dar las garantias minimas para que participen más compatriotas residentes en otros países.
Me encuentro temporalmente en EEUU con mi esposo por razones de estudio, llegué no hace mucho y ya casi me voy, aunque estoy cerca de San Francisco no es tan sencillo ir… todo esto contribuyó a que ayer 28 de mayo ni mi esposo ni yo formáramos parte del grupo de electores colombianos.
Cuando conseguimos instalarnos, hace un par de semanas empecé a buscar los datos del consulado en San Francisco sin éxito. Los datos que aparecían por Internet no pude validarlos (no responden el teléfono, no contestan el email) y el listado oficial para las elecciones 2006 no incluye el consulado de San Francisco. Ocupada en aprovechar mi estadía acá el tiempo pasó y cuando me di cuenta ya era muy tarde, debí resignarme a mi primera vez sin votar, ¡2 votos menos en este proceso electoral!
En gracia de discusión digamos que mi caso es un recuento de una contingencia, me queda la duda de si pude haber hecho algo más para obtener un resultado diferente, pero, como consuelo de tontos veo que es más grave el caso de mi hermana: ella vive en Finlandia, un país en el que la población de colombianos es muy baja así que se decidió suprimir el consulado hace ya un tiempo.
El consulado que ‘atiende’ a la población que se quedó sin esta oficina propia está ahora ubicado en Estocolmo, Suecia es el país vecino pero para llegar desde Finlandia es necesario hacer un viaje largo normalmente por barco o avión, lo que ha dificultado todo tipo de diligencias oficiales. Las elecciones pasadas ya no habia consulado local, pero se hicieron esfuerzos y gestiones que les permitió a los nacionales votar sin trasladarse al consulado actual. Sin embargo, para estas elecciones les informaron que solo se podría votar en el consulado que les correspondía (en Estocolmo), aunque facilitaron la inscripción de las cedulas a través del cónsul honorario (en Helsinki) quien atendió un par de días en su oficina. Resultado: de aproximadamente 50 residentes mayores de edad solo 2 inscritos (uno de ellos una amiga de mi hermana), Ni mi hermana, ni su amiga votaron ayer: el voto era demasiado costoso en tiempo y dinero, por lo que : ¡otros 2 votos que no contaron en las elecciones de ayer! (por no mencionar a los otros 47 compatriotas que como mi hermana ni siquiera se inscribieron, seguramente por que como ella sacaron cuentas previas y decidieron que era imposible) .
Con el creciente número de compatriotas en el exterior, con las facilidades tecnológicas del siglo XXI y con la manifiesta voluntad de incrementar la participación electoral de los colombianos residentes en otros países, hay casos de abstención electoral como éstos que deben ser considerados y solucionados por las autoridades electorales.
Los cuatro quedamos muy aburridos y hasta frustrados por tener un papel tan pasivo en el proceso del 28 de mayo. Pero hasta en esto hay una diferencia sustancial: a mi y a mi esposo se nos quita en la próxima elección pues estaremos de regreso en casa y lo de ayer habrá sido una anécdota; en cambio para mi hermana y para su amiga es una sensacion más permanente. Para ellas las elecciones son una muestra más de una conexión con el Estado que solo empeora y las aisla como ciudadanas que siguen siendo.
martes 30 de mayo de 2006, 08:30 COT
Un amigo alguna vez me contó de su viaje azaroso en busca de la urna perdida. Una carretera inhóspita, una varada en el camino, un campesino que lo sacó de su desconsuelo con su compañía, llegada al borde de las cuatro de la tarde al sitio de votación, y un aviso en la puerta avisando que por cuestiones de logística, la urna había sido trasladada a otro sitio. Después supo que, de todas formas, tampoco hubiera podido hacerlo, pues alguien, muy temprano y muy juicioso, se había tomado la molestia de haber votado en su nombre. Buen testimonio, Carolina. Un abrazo,
martes 30 de mayo de 2006, 12:27 COT
Gracias por la cronica hermanola… aca seguimos aburridos y pensando que 2 votos no hubieran hecho verano, pero al menos se intentaba. Te quedo pispa la cronica