Con la situación de los colombianos, ¿Colombia debió ayudar a Haití?
Estancias > Primera planaPor Lully
sbado 15 de mayo de 2010 0:01 COT
Autora del Blog: Reflexiones al desnudo. Twitter: @lullyp
“Ahora, los niños están sometidos a una esclavitud ideológica, porque los condenaron a no tener futuro”
(Sacerdote católico Edwin Herrera)
Cuando ocurrió la catástrofe en Haití hace unos cuatro meses, Colombia, a través del presidente Uribe, anteponiéndose a países desarrollados, dio a conocer su intención de enviar ayudas para la reconstrucción de esta región y su gente. Éstas han sido un hecho a través de productos, médicos, dinero, militares y otros voluntarios de diferentes disciplinas. Además, el ICBF y el general Óscar Naranjo, se ofrecieron para adoptar por lo menos 100 o más niños haitianos. Asimismo RCN.
Un despropósito por cuanto es un hecho que en Colombia —según la Universidad Nacional— mueren quince mil niños al año por desnutrición.
Por esos días, Noticias Caracol reveló un video en el que se dice:
“El pequeño, de apenas seis años, falleció en Bagadó. Su hermano gemelo es atendido con los mismos síntomas en el Hospital San Francisco de Asís en Quibdó. Lo más grave es que las autoridades tienen información de que en la zona hay por lo menos otros 20 menores en la misma situación”.
Sin embargo, esta noticia parece ser la repetición de lo acontecido muchos años atrás pero que, con el paso de tiempo sigue sucediendo año tras año: muertes por desnutrición y hambre en diferentes municipios, veredas y barrios marginados de Medellín.
Cuando en Colombia se tiene que depender en gran parte de la ayuda internacional de diversas ONG. Un caso concreto lo vemos en Tutunendo, un corregimiento muy poblado de Quibdó, cuyos pobladores han experimentado la guerra (incursión de grupos paramilitares, tomas guerrilleras, desapariciones, reclutamiento forzado y sus demás variables) donde el sacerdote Edwin Herrera se solidariza para repartir comida que recoge con la ayuda del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y otras comunidades religiosas. Así lo da a conocer Jorge Alberto Mojica en El Tiempo y agrega:
“Así logra paliar un poco el hambre en algunas de las 32 comunidades, negras e indígenas, que conforman su parroquia, y consigue que los niños en los colegios del pueblo puedan comer lo que en su casa no les pueden dar. Montó un almacén de ropa usada y una tienda de artesanías, que son administrados por la comunidad. Conformó una microempresa de reciclaje y un grupo musical (chirimía) con los jóvenes para que tengan la mente ocupada y desechen la única posibilidad que tienen a la mano ante tanta falta de oportunidades: irse para la guerra”.
No tiene presentación el hecho de estar dando ayudas a la gente de la calle, cuando en casa no se es capaz de dar garantías de ninguna índole y, por el contrario, se trata de desfavorecer a los más debilitados económicamente, no obstante de ser un país que la naturaleza lo colmó de riquezas. Eso sí, mal administrada por unos pocos.
Mojica hizo un artículo con cifras alarmantes en diciembre de 2009, en el que expresa:
"La semejanza de la niñez entre ambos países (Haiti y Colombia) es muy similar. Los niños allá requieren atención inmediata, pero los de acá, también. En Colombia se requiere apoyo internacional en este aspecto porque ellos están muriendo lentamente y con el olvido de sus “líderes”.
Y un caso reciente, por citar sólo uno, olvidándonos de muchos otros, el desemparo de muchos en Ituango. De otro lado y muy recientemente, está la situación que viven los habitantes de Riosucio, Chocó, donde ahora los medios tradicionales hacen eco de la difícil calidad de vida que tienen, y que si no es por el incendio que afectó a por lo menos 500 damnificados, no se saca a relucir su situación precaria y de alerta. ¿Porqué sólo ayudar en tragedias evidentes?
Por todo esto, por los salarios mínimos, por el desempleo, por la falta de ejecutar labor social, por la falta de garantías en salud para todos los colombianos… ¿creen ustedes que Colombia está preparada para ayudar a otros países?
sbado 15 de mayo de 2010, 01:46 COT
En esta ocasión estoy en total desacuerdo contigo. No solo está bien que Colombia ayude a países en una situación precaria (y Haití es mucho peor que la de Colombia) sino que Colombia tiene una obligación moral de ayudar a países necesitados, siendo nosotros mismos los recipientes de la ayuda internacional muchas veces (que van desde la época del volcán galeras hasta el terremoto en la zona cafetera). Finalmente, no creo que sea solo una obligación de los países ricos la de ayudar a los pobres. Si esa es nuestra manera de pensar y la aplicamos en nuestro día a día, nadie debería ayudar a sus vecinos, puesto que los únicos sin necesidades jamás se enterarían de nuestros problemas.
lunes 17 de mayo de 2010, 11:53 COT
Este escrito me ha dejado pensando. La pobreza en Colombia va lejos y es una catastrofe que sigue como un cancer.
gracia lully
mircoles 19 de mayo de 2010, 13:49 COT
Sambatyon:
Discrepamos en esta oportunidad y sabes porqué, porque me ha correspondido hacer obras de caridad con mucha gente en Colombia que está desamparada y, sin embargo, el gobierno y hasta las mismos centros de religión diferentes, han querido olvidar. Sin embargo cuando sucedió esto en Haiti, muchos corrieron a hacerlo y lucirse mostrándose para que todo el mundo supiera que sí, que eran sensibles con el pueblo Haitiano, cuando aquí en Colombia, que pueden hacer una labor solenciosa y seguir un proceso de crecimiento y cercano, los dejan olvidados.
Un abrazo y gracias por tu sinceridad.
Paola:
Concuerdo contigo, tienes razón, es como un cáncer que crece cada día más. Lo de Haití fue un día, lo de Colombia es todo un proceso en detrimento de la supervivencia y bienestar de muchísima gente.
Los abrazo!
mircoles 19 de mayo de 2010, 15:02 COT
De acuerdo con Sambatyon. En nuestras múltiples tragedias, mucho hemos recibido de los países pobres y nadie se ha puesto a pensar si se debe hacer o no, o quien debe ser primero, si los de un lado o los del otro, simplemente se ayuda porque alguien lo necesita.
Al propio Haití le debemos mucho. Nos ayudó cuando queríamos ser libres, compartiendo con nosotros lo poco que tenían. El yo primero y después los demás, ha sido la filosofía de los países racistas y excluyentes. Un ejemplo cercano lo tenemos en Arizona.
Por fortuna, los colombianos, con todos nuestros defectos y carencias siempre hemos tendido la mano a los más necesitados, porque para nosotros no hay necesitados de primera y de segunda, y en el caso de tragedias como la de Haití y Chile, y de las demás que se presenten en el futuro, siempre tenderemos nuestra mano amiga, como ellos la han tendido cuando hemos sufrido desastres.
Lo siento, Lully, un post egoísta y excluyente que me sorprende, viniendo de ti.
Al margen: ¿Lo de Haití es de un día? Es el país más pobre de América y uno de los más pobres del mundo.
mircoles 19 de mayo de 2010, 19:27 COT
Es curioso, porque durante Uribe muchos niños murieron de hambre en el Chocó y en la costa atlántica. Y esto es sólo una pequeña muestra de un problema mucho mas grande que consiste en el tremendo racismo de la clase dirigente colombiana. Para ellos dejar morir de hambre a niños negros no representa nada grave como tampoco lo representa el genocidio de millares de campesinos mestizos. La definición de derechos humanos sólo abarca a aquellos que tienen la piel blanca, el bolsillo lleno de dinero y las armas para proteger sus indecentes fortunas. Los demás, nosotros los de la piel oscura, somos sub-humanos. Para nosotros no se ha escrito todavía una declaración de derechos. Por eso el envío de ayuda Haití solo sería un acto mas de profunda hipocresía que sólo los de la clase de Uribe dominan a la perfección.
jueves 20 de mayo de 2010, 12:15 COT
Marsares:
Te invito a que vayas por los lados del Chocó, por Ituango, por Villatina (donde hay lugares donde sólo pueden prender un bombillo y un fogón), y otros lugares donde ni eso tienen, ¡¡¡por…
por Dios!!! es que recientemente con la nueva experiencia de Hiperbarrio he ido más allá de la burbuja en que estaba sumida rodeada de comodidades y he visto realidades. Es un atentado humano y no sé cómo no te diste cuenta que estas ayudas del gobierno actual apenas fueron por aparentar solidaridad cuando aquí tenemos gente muriéndose físicamente de hambre y desplazados a montones desamparados.
Me quedo sin palabras viniendo de ti apreciado Marsares, que sí has vivido más de cerca a Colombia en tus viajes desde Costa Rica.
Un abrazo solidario y sensible!
Tequen:
Qué lindo que hayas contribuido con el debate y que bien que existan personas que sí saben lo que está pasando con tanta gente desamparada en esta Colombia. Cómo me duele mi patria!
Un abrazote gigante!!
viernes 21 de mayo de 2010, 12:09 COT
[…] pronuncian: equinoXio » … on ¿Qué tan pasivos somos frente …olguitah on ¿Qué tan pasivos somos frente […]
sbado 22 de mayo de 2010, 00:51 COT
Lully:
Bueno, tú apenas saliste de la burbuja y me alegra que veas la verdadera realidad. Aquí y en cualquier sitio del mundo en desarrollo se encuentran muchos cuadros de pobreza, pero eso no inhibe la solidaridad. Muchos países, con pobreza a cuestas, han acudido a socorrernos en las grandes tragedias que hemos tenido, sin ponerse a pensar primero si debían hacerlo porque en su territorio hay carencias. De eso se trata esto. De ayudar en los desastres, cuando apenas horas separan a los sobrevivientes de la muerte. Frazadas, comida, agua potable, equipos médicos, ayuda logística para encontrar sobrevivientes, eso, Lully, no da espera. Celebro y acompaño al gobierno nacional en la ayuda que prestó a Haití. Poco o mucho, la presencia de estos valiosos compatriotas sirvió para mitigar en algo el sufrimiento de los haitianos, incluyendo la salvación de vidas humanas. Cuestión de humanidad, simplemente.
martes 26 de abril de 2011, 18:17 COT
[…] que en lo social. Pero sí se tuvo especial deferencia con los damnificados de Haití y con su causa por recuperarla, a lo cual les dejo dos interrogantes a los lectores de […]