Arthur C. Clarke
Estancias > Katherine EscobarPor Beto Agudelo
mircoles 19 de marzo de 2008 15:03 COT
Escritor británico de ciencia ficción (16 de diciembre de 1917 – 19 de marzo de 2008)
Intenté acompañar a los astronautas Bowman y Poole cuando tenía apenas nueve o diez años, pero el tedio me obligó a bajarme de la nave Discovery mucho antes de alcanzar la órbita de Júpiter. Tres o cuatro años más tarde, mi padre, en el usual gesto despreocupado con el que suele ofrecer esta clase de regalos, me arrojó un libro a las manos mientras releía mi vieja y gastada copia de Battlestar Galactica.
Abordé el Endeavour junto con el capitán Norton rumbo a ese extraño cilindro gigantesco que había ingresado en el sistema solar y no dejé de preguntarme sobre la verdadera identidad de sus constructores; temblé cuando los agresivos mercurianos intentaron volar la enigmática nave bautizada como Rama y reí a carcajadas cuando la tripulación del Endeavour arruinó el plan. Y maldije como sargento, impaciente por un nuevo libro, cuando el Dr. Perera pensó que "los ramanes lo hacen todo por triplicado". Las respuestas llegaron sólo décadas después y estuvieron lejos de ser satisfactorias, pero las consecuencias fueron inmediatas y devastadoras; pasó muy poco tiempo antes de que volviera a contactar al Dr. Floyd y viajara con los astronautas de la misión a Júpiter, acompañando después a Bowman más allá, en el tiempo, el espacio y la conciencia, de lo que ningún ser humano había llegado entonces.
Tras esa experiencia he vivido muchas otras aventuras: a bordo de naves estelares de todo tipo he cruzado galaxias enteras y visitado micromundos que orbitan átomos. He combatido a los klingon y a los Yuuzhan-Vong; he investigado extraños asesinatos junto con Elijah Bailey y R. Daneel Olivaw y cazado replicantes junto al oficial Deckard. Embutido en un pesado traje electrónico descendí sobre Klendathu mientras el Rodger Young seguía arrojando soldados de la Infantería Móvil. Conocí a la bella Awlo de Ulm y seguí a Gully Foyle en su búsqueda de la venganza.
Pero, ¡Jehosaphat!, jamás olvidé la magnífica visión de Rama enfilando las estrellas tras usar el Sol como estación de servicio.
mircoles 19 de marzo de 2008, 18:49 COT
Vaya, nunca lei ese libro… me lo presta?
Paz en su tumba.
Oiga y nunca fue a Trantor? cuando quiera lo invito…
jueves 20 de marzo de 2008, 00:40 COT
Clarke fue entre otras cosas el descubridor de la órbita geosincrónica que nos permite hoy en día, liberarnos de las cadenas nacionales (de TV). Y sus relatos cortos me parecen mejores que sus novelas, con finales inesperados. Por ejemplo
El Centinela y
Los nueve mil millones de nombres de Dios. Ojalá algún día se termine la Película de Cita con Rama que desde hace mucho se dice están haciendo Finche y Freeman.
Saludos
jueves 20 de marzo de 2008, 14:33 COT
Gracias Arthur
Gracias por haber soñado despirto mientras leia tus libros. Simplemente gracias…
Diego
jueves 20 de marzo de 2008, 23:19 COT
Muy acertado el homenaje para un grande. q.d.e.p.
Te abrazo Beto y me agrada verte andando por la casa equinoXial.
viernes 21 de marzo de 2008, 07:53 COT
Oiga, qué texto tan divertido, el protagonista pude haber sido yo línea tras línea. Exceptuando a “Gully Foyle” todas las referencias me eran familiares y de hecho fueron compañeros de aventuras magistralmente urdidas por el difunto y otros grandes de su pandilla.
Gracias por darme el momento ñoño-divertido del día. 🙂
martes 25 de marzo de 2008, 02:19 COT
Gracias Arthur, me hizo conocer la veradera ciencia ficción y hacerme volar la imaginación con su seriedad y su talento. Ojalá sea un ejemplo para aquellos que escriben sobre el género.
Gustavo
martes 25 de marzo de 2008, 08:29 COT
Turin:
Ya pasé por Trantor, por supuesto, bajo sus muchas identidades.
Aturdido y Confuso:
Por regla general, me gustan siempre los cuentos – y entre más cortos, mejor – pero tienen el problema de las preguntas que nunca se responden, en tanto las novelas buscan justamente responderlas, de un modo u otro.
De Clarke me hace falta leer “La Ciudad y las Estrellas”. Mi padre dice que es la base total de su obra.
Diego:
De acuerdo.
ApoloDuvalis:
Foyle es el protagonista de “Tiger, Tiger”, de Alfred Bester. Claro que de él recomiendo antes “Computer Connection”, también publicada como “Extro”.
Lully:
Nunca he dejado de caminar los pasillos de esta casa. Casi siempre como un simple espectro, como sombra sin voz… aquí estoy, sin embargo. Un abrazo.
Gustavo:
Amén.
lunes 31 de marzo de 2008, 12:00 COT
[…] escribió la novela 2001, odisea del espacio, hecha famosa por la película de Kubrick, murió hace una semana a los 90 años, considerado uno de los pilares de la la literatura de ciencia ficción […]
mircoles 2 de abril de 2008, 08:59 COT
bueno, la noticia de la muerte de clarke nos toma por sorpresa a muchos lectores de ciencia ficción. es un hecho trágico y trascendente, porque la ciencia logró posicionarse en el siglo XX como un género de largo alcance poético. Odisea del espacio es un poema moderno, así como tantas otros textos del género. y hace apenas unas semanas…
mircoles 2 de abril de 2008, 12:13 COT
Beto
Estupenda crónica en honor a un grande. De todos modos queda la sospecha de que las vivencias aquí narradas por usted no son sucesos reales, parecen…ficticios.
Paz en la tumba de Sir Arthur C Clarke