Nicaragua, ¿cocuyos de libertad?
Artículo destacadoPor Marsares
lunes 6 de noviembre de 2006 14:49 COT
Bueno, Daniel Ortega se salió con la suya. Regresa al poder, dieciséis años después de ser derrotado por Violeta Chamorro, la buena señora que los nicas eligieron con tal de ver al comandante sandinista lejos del poder. Las frustraciones de reelección que luego sufriera con Arnoldo Alemán y Joaquín Bolaños, muestran que la cuarta es la vencida.
Pero ya no es tan fácil como antes. Una cosa es llegar al poder tumbando un dictador como “Tacho” Somoza que a pesar de ser su perro de presa, ni el propio Estados Unidos quería tener, y otra muy diferente, reemplazar a un presidente constitucional que él no dejó gobernar merced a su alianza con el expresidente Arnoldo Alemán, preso por corrupción.
Segundas partes nunca fueron buenas, ¿pero cuando la primera fue mala, es factible que la segunda sea buena? Todo es posible en política. Del chamboneo de algo más de una década, claro ayudado por Estados Unidos que bloqueó comercialmente el país y armó una fuerza paramilitar que tan solo dejó muertos y pobreza, hasta el buen gobierno.
Pero de entrada surge una preocupaciòn mayúscula. Ortega se alió con todo el que quiso estar con él. Su vicepresidente, Morales Carazo fue asesor de los "Contras". El cardenal Obando fue un aliado incondicional de Somoza. Y así la lista prosigue encontrando en los ganadores a los represores de antaño, a corruptos, cómplices de la dictadura y malversadores.
Y para completar, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) con sus nuevos amigos conforma una minoría en la Asamblea Nacional. Así que la gobernabilidad queda en el limbo. Tendrá que buscarse nuevos aliados para sacar adelante su programa de gobierno, y acá, de nuevo la derecha, con Arnoldo Alemán tras bambalinas (y rejas), seguirá cogobernando el país.
Algo que a Ortega no le incomoda, al fin y al cabo se repartieron poder y bienes conel corrupto exprsidenteen el cuatrenio anterior. Su principal adversario, el derechista Eduardo Montealegre que se levantó contra la corrupción de Arnoldo Alemán, estará en la oposición así como la disidencia de su partido (Movimiento Renovador Sandinista, MRS) que también rechaza este maridaje.
Así que quienes esperan ver a un gobierno popular o de corte chavista bien pueden empacar sus ilusiones y dejarlas para el futuro. Es cierto que el bolivarianismo se dejará ver conalguna fuerza en Nicaragua. Miraremos a Chávez abrazando a Ortega y desparramando dólares en proyectos que indudablemente beneficiarán al pariente pobre de Centroamérica.
Pero hay amistades que matan y la de Chávez es un buen ejemplo. Aunque habrá inversión venezolana en Nicaragua, la extranjera se alejará en la medida que Chávez seasocie con el FSLN. Y aquí viene una consecuencia interesante a mediano plazo que tendrá con los pelos de punta a los Estados Unidos, la recuperación de la base social del sandinismo.
El FSLN perdió el apoyo popular que tenía en 1979 por la crisis económica que vivió en la década de los ochenta, derivada de la incapacidad propia, la corrupción reinante y la larga mano de los Estados Unidos.Ahora las cosas pintan distintas porque tiene un aliado con una chequera con bastantes ceros a la derecha. Recursos energéticos y sociales se pondrán a su disposición y harán que los simpatizantes vuelvan a fluir hacia el sandinismo.
¿Y Alemán, qué? Inevitablemente se presentará una confrontación con la derecha que por ahora es mayoría en el país y que no se quedará cruzada de brazos viendo disminuir su influencia. Institucionalmente bloqueará al sandinismo, pero no es lo mismo Ortega que Bolaños, y el cuervo saldrá a las calles a dirigir las masas en su contra.
Días turbulentos le esperan a Nicaragua. Los mercados se pondrán inquietos, el FMI velará por el cumplimiento de sus compromisos como la privatización de la energía eléctrica, el Tratado de Libre Comercio con EUA (CAFTA) será un hueso duro de roer. No habrá “contras” ni bloqueos comerciales, pero si maniobras soterradas de parte y parte, incluido el propio Ortega, a quien no le importa aliarse con el diablo con tal de seguir en el poder, sin el lastre de la moral revolucionaria
Lástima por la revolución sandinista. Hace tiempo perdió su razón de ser. Apenas quedan las hilachas y una minoría apabullada por Ortega que trata de sobrevivir con escaso apoyo popular. No hay duda,a la vuelta de unos años, la derecha retomará hegemónica al poder. Bueno, tampoco es que lo hayan perdido. Apenas se lo prestaron a Ortega, con intereses.
lunes 6 de noviembre de 2006, 16:45 COT
En definitiva prevalece lo obvio. Cuando un dirigente sube al poder “tan solo” se ve obligado a realizar alianzas que lo apoyen y lo dejen gobernar y ésta no es la excepción. Da lástima saber que es un país que no surge y que no tiene muchas oportunidades para salir de la pobreza. Según las cosas, seguirán los nicaragüenses sin una economía sólida y en medio de un Nicaragua atrasado.
Me gustó que publicaras esta noticia en la forma analítica que te caracteriza.
Un abracito equinoXial!
lunes 6 de noviembre de 2006, 23:12 COT
De acuerdo en todo. Nicaragua es uno de esos países latinoamericanos que nos permite entender que en nación de ciegos el tuerto es rey.
Ortega es a estas alturas un sinvergüenza, en el sentido cabal de la palabra. Perdió su norte y dejó la ética revolucionaria en el cajón del armario. ¿Cómo van a creer los nicas en el sandisnismo? ¿En alguien?
Me pareció, eso si, que el analista fue muy blando con Ortega. Resulta sencillo: en el primer gobierno no lo dejaron hacer nada. Y ahora que tiene una segunda oportunidad, aparece aliado con la corrupción. “Al que ya está, del cielo le llueve…”
martes 7 de noviembre de 2006, 16:09 COT
pues hoy escuche a Ortega, quien a pesar de no decalrarse ganador por cosas de ley, ya esta llamando a “todos los sectores” a unirsele y ayudarlo a gobernar, el tiempo lo dirá, pero como tu lo dices, habra algunos con intereses mezquinos que encontraran en el afan “aliancista” de Ortega, caldo de cultivo para sus propios intereses, seguramente en contra del desarrollo de ese país
martes 7 de noviembre de 2006, 16:59 COT
Lully:
Nicaragua tiene la fatalidad de carecer de dirigentes serios que la enrumben por el camino del progreso. Sólo existe la mezquindad y un experimento (FSLN) que hubiera podido cambiar su destino, fracasó estrepitosamente por causa de sus líderes, pespecialmente Daniel Ortega.
Abrazo retornado.
Carlos:
Daniel Ortega representa el líder corrupto cuya ambición de poder no tiene límites y no le importa entregar sus ideales revoclucionarios y con ellos el destino de su país, para satisfacer sus ambiciones personales.
Gerente:
Demogagia y necesidad es el resumen de su llamado a un gobierno nacional, Y por supuesto que tiene que hacerlo si quiere gobernar, aunque por gobierno “nacional” ha de entenderse gobernar con los que siempre han expoliado al sufrido pueblo nicaragüense.
domingo 25 de marzo de 2007, 22:37 COT
[…] Me lo imagino que en esos momentos debió subirse a un banquito, sintiéndose grande. Es que hilvanar más de dos frases, es un logro. De ahí en adelante les echó “cepillo” a todos los vecinos “revolucionarios”. Tanto que hasta incluyó a “Nicaragua sandinista”. Es la vaina de vivir uno en el monte. ¿Nadie le habrá dicho que del sandinismo no queda sino la bandera? ¿Y que Danielito llegó al poder de la mano de la derecha? […]
lunes 17 de diciembre de 2007, 08:42 COT
[…] pregunta es si aparte de lo verbal, Daniel Ortega les va a permitir a las FARC usar su territorio para fines políticos o, más […]