Violencia mafiosa y ultraderecha en Japón
Ciudadano del mundo > ColumnasPor Julián Ortega Martínez
viernes 27 de abril de 2007 0:01 COT

Itchō Itō, alcalde de Nagasaki, asesinado por un yakuza (Foto: Alcaldía de Nagasaki)
Conmoción causó el asesinato de Itchō Itō, alcalde de la ciudad de Nagasaki, quien fue abatido a tiros la noche del 17 de abril por Tetsuya Shiroo, un miembro de la rama local del casi centenario clan Yamaguchi, uno de los mayores grupos de la mafia yakuza. Itō, quien moriría a causa de las heridas la madrugada del 18, se postulaba para un cuarto periodo como alcalde para las elecciones que se realizaron cinco días después. El 20 de abril, con un amplio y circense cubrimiento por parte de los medios, un enfrentamiento entre mafiosos al oeste de Tokio terminó con la muerte de una persona y el arresto del asesino, ambos de la misma pandilla, tras refugiarse el último en su apartamento por cerca de 15 horas.
Normalmente, los yakuza mantienen sus rencillas y peleas internas entre ellos, sin involucrar a los “civiles”, razón por la cual más de uno los acepta como miembros “renegados” de la sociedad nipona. A pesar de sus evidentes actividades criminales, que van desde el narcotráfico y la trata de blancas, hasta el boleteo y la extorsión (contra las cuales las autoridades poco actúan), estos particulares mafiosos, que siguen una especie de código de honor y obediencia, tratan de mantener sus actividades en un perfil discreto o semi-legítimo, participando a veces en negocios lícitos pero con dineros sucios. No obstante, en los últimos años los japoneses han visto enfrentamientos a bala entre clanes o grupos rivales, que han decrecido en número, en parte por los estrictos controles que Japón impone a las armas de fuego.
¿Por qué se sale el asesinato del alcalde de Nagasaki de este “molde”? Al parecer, Shiroo, quien le pegó dos tiros por la espalda a Itō, uno en el pulmón y otro en el corazón, al salir el burgomaestre de un acto electoral, lo hizo porque en 2003 el vehículo en que se desplazaba cayó en un hueco dejado por una obra pública. El mafioso no logró que el seguro le pagara por los daños y buscó que la ciudad lo hiciera. Se supo también que le había enviado una carta a una cadena de televisión quejándose de supuestos actos de corrupción a los que posiblemente estuvo vinculado el alcalde. Durante la investigación, el asesino les dijo a las autoridades que le había disparado a Itō por haber excluido a una compañía constructora vinculada a la mafia local de una licitación con la ciudad.
Informe sobre el asesinato de Itō con imágenes de la escena del crimen (TV Asahi)
Es bien conocido el vínculo histórico entre algunos mafiosos y los cada vez más notorios grupos de extrema derecha, si bien estos lazos suelen ser individuales y no entre organizaciones. Itō era respaldado por el oficialista Partido Liberal Democrático (PLD), el mismo del ultraderechista primer ministro Shinzō Abe, pero era medio “izquierdoso”, dada su abierta oposición al uso de armas nucleares (Itō nació dos semanas después de que EUA lanzara la bomba atómica sobre Nagasaki), expresada en diversos eventos nacionales e internacionales. Era segura su reelección, por otro lado. Su yerno Makoto Yokoo, un reportero de un periódico local, lo reemplazó y perdió los comicios con el independiente Tomohisa Taue. Esta hipótesis, la del ultraderechismo, no puede descartarse tan de buenas a primeras. El asesino se disculpó con “su nación” por el crimen, no con la familia del alcalde, y de paso declaró por medio de su abogado que cometió el asesinato “sin consultar con nadie”. El predecesor de Itō, Hitoshi Motoshima, recibió un disparo por la espalda propinado por un ultraderechista en 1990, pero sobrevivió. Motoshima había hecho comentarios acerca de la “responsabilidad del Emperador” Hirohito en la Segunda Guerra Mundial, cuando el monarca agonizaba por el cáncer, a finales de 1988.
En el caso de Tokio, la ciudad ha estado padeciendo una guerra territorial entre dos grandes bandas mafiosas que a plena luz del día se daban plomo en las calles de la “segura” metrópoli. La muerte a tiros de uno de los jefes de una de las pandillas condujo a una “tregua”. El incidente del 20 de abril fue consecuencia de la huida del mafioso desde un supermercado cercano donde había participado en un tiroteo que resultó en la muerte de otro gángster. La ola criminal coincidió con el tiroteo en la Universidad Virginia Tech en Estados Unidos y se produce semanas después del asesinato de la profesora británica Lindsay Ann Hawker, cuyo asesino sigue prófugo.
El polémico y recién reelegido gobernador de Tokio habla de unirse a otras prefecturas que restringen el arrendamiento y la compra de vivienda a los yakuza. El grupo mafioso al que pertenecía el asesino de Itō anunció su disolución. Abe pidió una investigación exhaustiva por el caso de Nagasaki y el gobierno busca endurecer aún más los controles al armamento, tras descubrir que muchas de las armas incautadas en los operativos son de origen extranjero. ¿Recuerdan el libro racista que culpaba a los inmigrantes del incremento de la criminalidad? Pues parece que Japón ha visto ahora la necesidad de “lavar la ropa sucia en casa” y empezar a reconocer que adentro también hay criminales, como en todas partes, muy a pesar del nacionalismo de la ultraderecha, que busca revivir épocas más oscuras y sangrientas de un país próspero y seguro que ha logrado salir adelante y convertirse en potencia mundial.
viernes 27 de abril de 2007, 13:41 COT
Interesante esto.
La gente todavía ve al Japón como un espacio exótico, en donde reinan la paz, la convivencia y la prosperidad.
Otro mito romántico abajo: el milagro japonés se hizo en paz, de manera pacífica y sabia, como todo en oriente.
sbado 12 de mayo de 2007, 02:05 COT
[…] ola de crímenes mafiosos que tuvo como una de sus más notables víctimas al pacifista alcalde de Nagasaki. ¿Será que un país tan tradicionalmente apolítico permitirá que […]
domingo 13 de mayo de 2007, 00:02 COT
[…] el mes pasado, el ex alcalde de Nagasaki fue asesinado a tiros días antes de las elecciones locales. Y en Estados Unidos, 32 personas fueron abatidas y […]
domingo 20 de mayo de 2007, 18:04 COT
Ahora sí Julián, pero al menos no me pasó con Itchō Itō lo mismo que con Mainichi Shimbun, que no era una persona, sino un periódico, traducido del inglés, y no del japonés… 😉
Por otra parte, lo de la venganza por el hueco me suena muy rebuscado. Me inclino por creer que fue su filiación pacifista y su alto caudal electoral los que redundaron en su muerte.
SALUDOS. THILO.
PD Que buena investigación, parece un guión de una película de espionaje, y qué pena trivializar así estos hechos tan graves y lamentables…
martes 29 de mayo de 2007, 00:02 COT
[…] ha pasado el peligro, mientras los disparos contra dos alcaldes consecutivos de Nagasaki fueron una prueba para Yamaguchi. El verano pasado hizo su primer viaje a los EUA para […]
martes 12 de junio de 2007, 00:08 COT
[…] opositor, deberá hacer frente a nuevos escándalos, relacionados con las pensiones, la violencia mafiosa en alza y el problema de la baja natalidad, temas más sensibles para el japonés […]
martes 3 de julio de 2007, 11:12 COT
[…] a lo que tenga que ver con guerra, armas y milicia, con la notoria excepción de los ultraderechistas rabiosos que celebran el negacionismo histórico de quienes están en el poder. Total, una de […]
jueves 9 de agosto de 2007, 02:25 COT
[…] de haber sido electo alcalde de Nagasaki. En abril de este año, el ex alcalde Itchō Itō fue abatido en un gratuito acto de violencia. Prometemos mantener su compromiso con la eliminación de […]