Arranca la Copa Colombia
Columnas > Con los taches arribaPor Rafa XIII
mircoles 12 de marzo de 2008 14:52 COT
Luego de muchos dimes y diretes, se inicia por séptima vez otra era de la llamada “Copa Colombia” organizada por la Dimayor.
Mirando al pasado
Boca de Cali, 1951
Este es un torneo que se ha jugado en seis ocasiones y épocas distintas de nuestro balompié, pero que por desgracia, en todas esas oportunidades, no se ha consolidado ni ha tenido una permanencia en el tiempo que la ponga, con todas las proporciones y consideraciones del caso, al menos como un parangón de la Copa de Brasil, la Copa del Rey en España, la Copa Italia, o la Copa FA en Inglaterra.
El primer intento de Copa Colombia se dio en 1950, en pleno apogeo de El Dorado, cuando el campeonato profesional rebosaba de figuras de talla internacional, debido a la huelga en el sur del continente. En aquella primera edición el difunto equipo caleño Boca Juniors, se impuso en la final ante Santa Fe 4-2 en el juego de ida y aunque perdió 3-4 en el de vuelta, fue campeón por gol diferencia. Como si fuera poco, al año siguiente, el cuadro azul y oro que entonces era el que mandaba la parada con respecto al Cali y al América, repitió título, esta vez ante el encopetado Millonarios de Pedernera, Di Stefano Rossi y compañía, por 3-2 y 2-3. Para el 53, los capitalinos tomaron revancha y le ganaron al Boca los dos partidos, 2-0 y 3-0.
Millonarios, 1952
El Pacto de Lima, que puso fin a la contratación irregular de los extranjeros que estaban en huelga en sus países de origen, dio término a El Dorado y al esplendor del inicio del rentado colombiano. Al irse los jugadores foráneos, el torneo regular se volvió pobre, la gente se alejó de los estadios y la Copa Colombia desapareció. Solamente hasta 1962 se trató de resucitarla. En esa única edición, Millonarios fue claro ganador frente al Cali, imponiéndose por 3-2 y 2-1.
Hubo que esperar diecinueve años, hasta 1981, para que un torneo volviera a llamarse “Copa Colombia”, pero aparte del nombre, ésta no se parecía en nada a los campeonatos de eliminación directa jugados en los años 50 ni al de 1962. Esta “copa” fue un hexagonal en el que tomaron parte los seis equipos que quedaron eliminados de los dos cuadrangulares semifinales que disputarían el título de primera división (en ese entonces eran 14 los clubes que jugaban el torneo). La organización de este evento fue un relajo completo, porque no se respetaban las fechas ni las localías, y el ganador, el Independiente Medellín, obtuvo como premio un cupo al octogonal de 1982, privilegio que no necesitó porque por el puntaje obtenido en el año se clasificó de manera directa a ese nuevo sistema de liguilla final, que estuvo vigente durante siete ediciones.
En el 89, Alex Gorayeb asumió la presidencia de la Dimayor y la Asamblea de Clubes modificó el sistema de campeonato. Además de los ya tradicionales Apertura, Finalización y liguilla final, se introdujo, en medio del Apertura y del Finalización, una “Copa Colombia”, con partidos de eliminación directa y definición por penales, en caso de empate. El ganador fue Santa Fe, frente al Unión Magdalena, 2-0 y 1-2. Nadie se imaginaba que ese sería el único trofeo que se entregaría ese año, porque el asesinato del árbitro Álvaro Ortega obligó a los jerarcas del fútbol a cancelar el campeonato a finales de noviembre.
La Copa Colombia 2008, aciertos y errores
15:30
- Barranquilla vs. Magdalena
- Córdoba FC vs. Cartagena
- Bajo Cauca vs. Medellín
- Petrolera vs. Bucaramanga
- Academia FC vs. Millonarios
16:00
- Nacional vs. Pereira
19:00
- Valledupar vs. Junior
- Centauros vs. Bogotá FC
- Tolima vs. Expreso Rojo
19:30
- Rionegro vs. Envigado FC
- Santander vs. Patriotas FC
- Cali vs. Depor FC
- Girardot FC vs. Soacha FC
20:00
- Santa Fe vs. La Equidad
- Pasto vs. América
- Once Caldas vs. Huila
20:30
- Chicó FC vs. Cúcuta
- Cortuluá vs. Quindío
Fuente: El Espectador
Para este nuevo intento, y es un primer acierto, se tiene la participación de todos los clubes de la A y la B, tal y como sucede en las copas de los países que mencionamos al comienzo. Son en total 36 equipos. Como se va a jugar casi todos los miércoles, tiene el efecto colateral de eliminar automáticamente los partidos de los viernes, que iban en contra de la naturaleza y la idiosincrasia de los colombianos, porque con el espíritu fiestero que nos caracteriza, muy pocos estaban dispuestos a irse a ver un partido un viernes por la noche, en vez de salir de rumba.
Los 36 cuadros fueron divididos en seis hexagonales regionales, con el argumento de que así se disminuyen los costos por desplazamientos. Primer error. Si la idea era reducir los gastos de los viajes, pues lo mejor era jugar menos partidos, así éstos fueran entre equipos de ciudades que quedan lejos unas de otras. Teniendo los hexagonales, obligatoriamente hay que jugar diez partidos, cinco de ida y cinco de vuelta, lo que significa diez desplazamientos durante diez miércoles del año, los cuales en su mayoría están ocupados por Copa Libertadores en el primer semestre y por Copa Suramericana en el segundo. Por simple practicidad, era mucho mejor Y MÁS BARATO, poner a los 36 clubes en parejitas, uno de la A y uno de la B, a eliminarse en series de ida y vuelta, siendo local en el primer partido el equipo de la B, para que haga una buena taquilla y dándole al de la A la ventaja de rematar la serie en su casa. De esta manera se pasaría de diez fechas con diez viajes (así sean cerquita) a solamente dos fechas y dos viajes (que lógicamente valdrían menos).
Pero hablemos de la Copa como es y no como nos gustaría que hubiera sido. Ya superada esa extenuante fase de grupos, que arranca el 12 de marzo y termina el 13 de agosto (¡Cinco meses después!), llegan ahora sí las llaves de eliminación directa, a las que clasifican los dos primeros de cada hexagonal (12 equipos) y que dejan en carrera solamente a seis participantes. Es aquí donde se vuelve a enredar la pita y surge un error por culpa de las matemáticas, que hacen que el sistema de la Copa “no cuadre”. Resulta que ni 36, ni 12, ni seis son múltiplos de ocho, y en cualquier campeonato hay que hacer que siempre a las tres últimas instancias clasifiquen ocho, cuatro y dos, respectivamente, para obtener un ganador. Entonces, para que de los seis equipos de la tercera ronda clasifiquen cuatro a la semifinal, tuvieron que inventarse un cupo como cuarto semifinalista para el mejor perdedor de las llaves de las que salen los otros tres semifinalistas. Dicho de otra forma, a la semifinal llegan tres ganadores y un perdedor colado para que el sistema no quede cojo.
Al ganador de la Copa Colombia, y esto sí es un gran acierto, le otorgan un cupo a la Copa Suramericana del año siguiente. Los clubes de la A aceptaron esto de mala gana, porque es un premio que eventualmente podría perder el quinto o sexto de la reclasificación de la máxima categoría, en caso de que el campeón de la Copa Colombia sea un equipo de la B. Pero en condiciones normales eso no debería pasar. Ya si un Alianza Petrolera, un Patriotas o un Bajo Cauca le ganan la final a un Nacional, un Cali o un Once Caldas y adquieren el derecho de ir a jugar un evento internacional, tendrían que darles la oportunidad porque la habrían obtenido en franca lid y jugando con reglas iguales para todos.