A mí tampoco me gusta la navidad
Columnas > Limpia - MentePor Johanna Pérez Vásquez
jueves 17 de diciembre de 2009 21:28 COT
photo credit: kevinspencer
Confieso que parezco una extraterrestre para la mayoría de mis semejantes, si es que realmente puedo llamarlos así, porque encuentro felicidad en lugares y situaciones que ellos podrían llamar aberrantes, por ejemplo disfruto pasar una tarde tranquila de sábado, en casa, leyendo, no en un centro comercial viendo vitrinas y comprando lo que no necesito; o prefiero viajar sola antes que con un novio aburrido, tonto y con apariencia de modelo de portada de revista para disimular mi soledad. Estoy sola, por elección, porque no la temo y porque la disfruto, porque el “mejor sola que mal acompañada” es para mí una declaración de principios más que un refrán pasado de moda.
Así como a algunos no les sale bailar en una fiesta, porque no saben o porque no les gusta, de veras, aún sabiendo cómo hacerlo, a mí no me sale sonreír y cantar villancicos en diciembre. Para mí la época de fin de año es un obstáculo anual, una prueba que debo superar con gracia año tras año, antes de que se me entregue el crédito por la nueva edad que estrenaré en enero.
Supongo que hubo una etapa de mi vida en la que realmente disfrutaba las luces en el árbol y en el pesebre, casi puedo recordarla, las figuras de goma con las que se ordenaba este último, en casa de mis abuelos, parecían enormes, y lo eran dado el tamaño de mis manos, el olor a aserrín precedía al caminito que llevaba al establo donde estaban María y José esperando al niño, además el poder encender luces de bengala en la entrada de la casa era algo mágico, con todo y las quemaduras accidentales cuando, creyendo que aún quedaba una más sin usar, la levantaba para encontrarme con un hierro ardiente.
Más tarde, las figuras fueron perdiendo color, las luces unidas por un cable se convirtieron en una manguera llena de bombillitos, más parecida a un neón que a un rosario y la pólvora fue prohibida, y bueno, digamos que maduré, por lo que comencé a ver todo distinto.
Ahora que tengo las manos más grandes, y en general todo el cuerpo, me parece que el pesebre es un objeto más de decoración para esta temporada, creo que el árbol sirve para reforzar el ego de los poseedores, me basta con observar cómo se abren durante este mes las cortinas de las casas, que el resto del año permanecen cerradas escondiendo vergüenzas. Las personas sacan lo mejor de su exhibicionismo para mostrarnos cuán grande y verde lo tienen, luego, en las noches nos dan una muestra inmejorable de su falta de creatividad, esa que las empuja a ponerle un margen de luz a las ventanas o a pegar al vidrio la caja de luces, tal y como venía de la tienda, porque parece una hermosa estrella y ya no podrían dibujarla al sacar las luces de su recipiente.
Lo sé, el grinch interno me sale sin esfuerzo, ni siquiera he visto la película de Jim Carrey para inspirarme, una adolescencia placentera, vigilada por los ojos de MTV con la gran Daria en su reparto fue suficiente para formar parte de mi identidad actual. La navidad no tiene sentido para mí, ya no, es más, nunca lo tuvo, lo que podría llamarse significado era una sensación difusa de bienestar por ser una niña consentida y el anhelo de los regalos que traería el ficticio Niño Dios. No se confunda, no me quejo, ahora que esas promesas se rompieron, ahora que sé cómo es realmente la historia me veo en la obligación de encontrar fuentes de alegría legítimas y más frecuentes, que casi nunca vienen envueltas en papel de colores, ni acompañadas con manjares que se supone sólo coma en ésta época del año.
No sé usted, pero yo como buñuelos cuando quiero, cuando me los encuentro en la calle recién preparados, para mí la navidad no es una excusa para la felicidad, podrá ser una excusa ajena para gastar. Yo, en cambio, me doy el lujo de estar contenta sin importar la fecha en el calendario.
viernes 18 de diciembre de 2009, 06:13 COT
Creo que el barco en el que navegas tiene muchos pasajeros, yo incluida.
Totalmente de acuerdo con lo que has dicho
viernes 18 de diciembre de 2009, 11:15 COT
Juncal sospechando eso, que aunque parecemos minoría, somos muchos realmente, me animé a escribir esto.
Ahora soportemos pacientemente las críticas, que siempre llegan, de los "amantes de la navidad".
viernes 18 de diciembre de 2009, 12:54 COT
Estas discusiones me parecen tan tontas… Que tal, pero que tal que todos pensaramos igual.
Lo de la navidad es un acontecimiento mas en la vida, que cada uno escoge como vivirlo, y si le gusta o no le gusta, como escoger si come hamburguesa o perro, si va a cine o no, si va a bailar o no… son gustos… y ahi esta la gracia, en la diversidad, que ademas es la que hace que tengamos algo de que hablar…
Pero ademas, quien dijo, pero quien dijo que a todos tiene que gustar lo mismo…
viernes 18 de diciembre de 2009, 14:16 COT
Mónica, pueden ser tontas pero son inevitables, sí, la navidad es un suceso más, pero el condenado no para, llega año tras año, por suerte también otros menos odiosos.
Yo me alegro de que no todos tengamos que pensar igual, pero siguen estando aquellos que sueñan con un mundo al estilo de Mao, todos uniformados, hasta en el pensamiento, creo que yo sería de esas típicas rebeldes que le harían modificaciones, pero a la parte que no se ve.
viernes 18 de diciembre de 2009, 16:38 COT
he leido los comentarios y estoy de acuerdo en que cada uno debe vivir la navidad como mejor le parezca, para mi encierra un millon de recuerdos de mi niñez muy lindos y eso de que cada año haya navidad me garantiza que cada año vuela a vivir esos moentos lindos e inocentes de la niñez , ese dia vuelvo a recordar esos seres queridos que se han ido pero que cuando vivieron conmigo compartieron todo su amor y eso alimenta mi espiritu y me hace feliz he transmitido ese sentimiento de ilusion y amor a mis hijos y espero que algun dia ellos lo transmitan a sus hijos porque la magia de la navidad es un alimento total para el espiritu y quien no se sirve de el le sera muy dificil afrontar la vida con alegria , espero que cambien de opinión no porque yo lo diga sino porque la vida esta muy dura y materializada y las ilusiones y el amor haran que nuevamente valga la pena vivirla ,. feliz navidad para todos ustedes
viernes 18 de diciembre de 2009, 18:26 COT
Pues bien por ti Jane, los demás somos felices de otro modo y no le estamos pidiendo a nadie que cambie de opinión. Ahora que el espíritu navideño me reconforte, mmm… creo que entre tantas promociones comerciales e invocándolo desde octubre a esta altura ya debe estar de vacaciones, aburrido y cansado, ahora hay una fiebre masiva por las compras, unas congestiones de tránsito espantosas y muy poco de lo que hablas, parecen ser más importantes los regalos que los seres queridos, y eso que estamos en crisis económica,
domingo 20 de diciembre de 2009, 18:39 COT
Hola.
No sé, pero bueno la verdad, es que, si, la “navidad comercial” esa de la que hablas es pasajera y lo comprobaste y te diste cuanta, es esa que te harto y te mamó, las luces pasan, los buñuelos los consigues en cualquier esquina, comprar sin necesidad no satisface, en fin, en eso hemos convertido algo supremamente trascendental como es la llegada de Dios Humanado, El es el único que permanece, lo de mas es efímero, pasajero.
No sé ni me interesa la fecha real del Nacimiento de Jesús, solo sé que experimento en esa fecha el recuerdo de un Dios que se hace frágil que se asemeja para entenderme , amarme y llevarme por el camino de la verdad, el amor y la justicia, esa justicia que tanto buscamos los seres humanos.
La verdadera NAVIDAD, es aquella que nos hace tener esperanza, sueños, aquella que nos hace ser verdaderamente hermanos en donde el amor y la reconciliación Brillan. La Navidad es espera, es creer en una humanidad que tiene sueños de libertad, de justicia de amor.
La Navidad es Dios que se hace Hombre entre los hombres y nos muestra ese camino, que nos hace libre y hermanos.
domingo 20 de diciembre de 2009, 19:25 COT
Kelly explicas bien el significado que tiene esta época para ti.
Yo sigo creyendo, sintiendo que no sirve de excusa para "hermanarse con todos" sólo un par de meses al año, la felicidad, la armonía debe ser una búsqueda constante, independiente de la fecha en el calendario.
Vaya, el zumbido de un carrro me recuerda los mantras de los monjes budistas.
domingo 20 de diciembre de 2009, 19:55 COT
A mí no es que no me guste, sino que desde que mi mamá dejó este mundo, esta época ya no es igual. Ella era la que le ponía su toque personal y único a todo, incluida la celebración de mi cumpleaños, que también es este mes. Aunque tratamos de decorar como mejor podemos y nos esmeramos en las reuniones que organizamos, desde 1994, esto es apenas una floja imitación de lo que fue hasta el 93.
domingo 20 de diciembre de 2009, 21:15 COT
Rafa ese es otro punto por el cual me parece desabrida ésta época, no quise tocar el tema para no meterme en terrenos íntimos y trascendentales, pero así es, peor cuando las pérdidas ocurren cerca a diciembre. Es un asco.
viernes 22 de enero de 2010, 16:28 COT
Pues,
Johana, muchas veces me sentí tentado a ver esta época de la forma en que tu la has venido describiendo. Cuando en el 99 perdí muchas cosas materiales, y ver que mi navidad se redujo un par de cosas tristes en comparación a otros años, entró mi desprecio por esta época del año.
Cuando me enteré que en algún concilio con los cuales se estructuró e instituyó la religión católica, vi que se cambió la fecha de nacimiento de Cristo del 6 de enero al 24 de diciembre por seducir a unas sectas germanas, me di cuenta del márketing y acuerdo político que resultó la navidad …
Cuando definitivamente me convencí de mi ateísmo, la navidad para mí no era más que la reunión de egos andantes y gente engañada por una historia difusa.
No obstante, como tu dices, “maduré”, y vi que el mundo no siempre tiene que ser triste, plano e inerte. Es verdad que es una fecha más del año, pero casualmente, concuerda esta fecha en su culminación, en la época en que la gran mayoría se encuentran tomando vacaciones y por ende, en la cual las grandes familias se encuentran reunidas. Vi que más que una explosión de comercio y consumo, es una época que el imaginario colectivo llena de esperanza a la gente que tiene sueños y la gente que no. Un 23 íbamos a viajar con mi familia, así que me puse en la tarea de regalar toda la comida que tenía en la nevera … vi a un reciclador con unos niños en una carreta y le di unas salchicas, jamón, gaseosa y unos quesos. Él los recibió humildemente, y cuando me alejé, le dijo a sus hijos “niños, ¡ven que el niño dios existe!”. Esa esperanza, ese carrusel de seres imaginados, le dan cierto respiro a la vida de muchas personas ahogadas en angustias …
Es verdad que es cualquier fecha, pero ES ESA FECHA. La navidad pudo ser en enero, pero no lo fue por mera consideración política. Fue en diciembre, y es ahí en donde confluyen todos los elementos que he mencionado. Eso es lo especial de ella …
Mi madre, en septiembre, tuvo un accidente. Algo muy duro para ella pues su vida sin duda no será la misma, pese a la expectativa de éxito en su recuperación. No obstante, en medio de su agonía, lo que la levantó fue la emoción de adornar con esas lucesitas pendejas, esos muñecos de goma ocre por el tiempo y ese caminito al establo. ¡Y ni te cuento lo contenta que se puso cuando empezamos a abrir los regalos, cuando a pesar de todo notó abundancia, y demás cosas que los humanos hemos decido concentrar esta época! En ese momento, a pesar de mi ateísmo, ¡sentí alegría por encontrarme en esa fecha y junto al ser que más quiero en el mundo!
No escribo esto para tratar de hacer algún error, sin embargo, escribo porque casualmente soy muy cercano a alguien que ve la vida de esa manera. Cuando yo vi a esta persona, sóla y triste en su recámara un 25 de diciembre, enunciando cómo somos de pendejos todos por alegrarnos en esa fecha, yo me decía “pero por qué se amarga sin necesidad”. Ya suficientes eventos existen para amargarle la vida a cualquiera y que se mantienen latentes con ese único fín. Por qué no disfrutar de los pocos espacios inventados por el hombre para mantener alejados, al menos por un par de semanas, tanta tristeza …
Saludo,
viernes 22 de enero de 2010, 16:56 COT
Johana,
Algo que olvidé fue la mención que hiciste sobre Daria, este mordaz personaje de MTV. Insisto en no ser quién para tener la verdad absoluta, pero lo que si concuerdo mucho, es la necesidad humana en búsqueda del placer. ¿qué sería de la vida humana sin el placer? Me apresuro a responder: igual de emocionante que ver girar por varias horas girar un tocadiscos sin un LP que suene …
Daria es un Reductio ad Absurdum, una proyección exagerada de la concepción existencialista y nihilista de la vida, en donde concordar con una visión seca y escueta de los eventos, resume todo lo que se puede sacar en un paupérrimo soplo que para ella, es la vida de los humanos. Esta visión exagerada, es la contraposición de aquel quien emplea su vida por buscar placer … y no me refiero sólo al sexual. Al placer como tal, esa sensación difícil de describir con palabras pero que sin duda distingue unos momentos de otros, y de la misma manera, deja ese “quiero más”.
Puede originarse, desde obtener un escabroso mérito académico, pasando por el más estridente de los orgasmos, hasta la tranquilidad que siento al estar escuchando buena música en la soledad de mi recámara. No te sabría decir si la forma de ver el mundo de Daria es la correcta. Lo que sí te digo, desde mi perspectiva y conforme a disfrutar el placer sin importar de donde provenga, es que la vida de Daria es terriblemente aburrida. ¡jarta!, Sobretodo cuando existe la posibilidad de disfrutar opciones más divertidas, desde el punto de vista del placer.
Para un personaje como Daria, el sexo con un hombre es igual que con un utencilio de caucho, toda vez que los dos hacen exactamente la misma labor: penetrar. ¡Pero será que enserio sólo es eso para una mujer!
En fin, cosas que quise reflexionar. La verdad, esta navidad me topé con mucha gente con la misma visión. No tuve tiempo de reflexionar ni de pensar algún argumento como para discutir debido a mis ocupaciones en un primer momento, y luego porque la pasé en un logar poco ortodoxo para una navidad. No obstante, por alguna razón, esta siempre estuvo ahí.
jueves 28 de enero de 2010, 16:37 COT
Supongo que se espera que diga que buscaré un psiquiatra, entonces: “buscaré un psiquiatra, ya les avisaré cuando me esté tratando”.
lunes 1 de febrero de 2010, 15:32 COT
Johana,
No sé, personalmente, esperaba una respuesta más elaborada que eso …
lunes 1 de febrero de 2010, 22:23 COT
Es evidente.
Mi psiquiatra y yo creemos que mi lacónica respuesta se debe a que la motivación contextual ha desaparecido, aunque las luces de la decoración asincrónica de un vecino quieran hacerme creer lo contrario.
lunes 22 de marzo de 2010, 12:33 COT
Si esta fiesta fuera realmente una celebración que agrade a Dios, ¿creen que hubiese permitido que se convirtiera en el fiasco que es hoy? Imagínense que del engalanado no se sabe ni la fecha de su nacimiento, él mismo ni consideró importante reportarlo.
Estamos viviendo el fruto del engaño a que fuimos sometidos hace siglos cuando se permitió mezclar una celebración que engalanaba a un dios romano, desde allí íbamos mal… ¿y ahora nos quejamos que ni conocemos a Dios si nosotros mismos permitimos que nos inventaran reyes magos, santos clauses, etc etc etc? Esto ha sido denigrante para Dios y nos ha alejado de él, sobre todo cuando llegamos a observar con nuestros ojos sin velo que es una fiesta injusta para los más pobres…encima le echamos la culpa a Dios de ese sufrimiento.
En contraste nótese que si dejó basta información sobre su muerte y expliticamente pidió que recordemos su significado.
Resumido: permitimos que nos engañen por que hemos tenido demasiada pereza de leerlo por nosotros mismos, nunca leemos la Biblia.
martes 23 de marzo de 2010, 14:58 COT
Ilustración:
Suponga que una multitud de personas fueran al hogar de cierto caballero y le dijeran que estaban allí para celebrar el cumpleaños de él.
Él no está a favor de la celebración de los cumpleaños. No le agrada ver a las personas excederse en el comer ni emborracharse ni participar en conducta relajada.
Pero algunas de ellas hacen todo eso, ¡y traen regalos para todos los presentes menos para él!
Por si fuera poco, la fecha que escogen para la celebración es la del cumpleaños de uno de los enemigos del hombre.
¿Cómo se sentiría el hombre? ¿Querría usted ser partícipe de esto? …
Eso es exactamente lo que se está haciendo en las celebraciones navideñas.