Sufriendo le ganó Colombia a Venezuela
Eliminatorias Copa del Mundo Sudáfrica 2010 > EstanciasPor Marsares
domingo 18 de noviembre de 2007 22:56 COT
¡Qué sufrimiento! El comienzo fue auspicioso. Primer minuto, Castrillón se cuela por entre la defensa patriota y es derribado dentro del área. Un penalti tan grande como el estadio. Pero el que debió verlo no lo vio. Pobrecita la mamá, pero no hay derecho. De todas formas, los colombianos comenzamos a alistar los pulmones para celebrar después del partido.
Pero no pueden ver a un pobre acomodado. Todo fue como un espejismo. Como si el equipo estuviera "rezado". Colombia sube sus líneas hasta mitad de cancha, atrás se arma la muralla como siempre, San Agustín en la portería cuida el chuzo, pero de ahí para adelante, como sucede con las investigaciones exhaustivas en Colombia, nada, lo que se dice, nada de nada.
Y Venezuela que algo de respeto nos tiene, ni más faltaba, con todo y bolivarianos, decidió no arriesgar y armó una doble línea de cuatro para que no pasaran ni las ilusiones. Leao se la creyó porque desapareció del partido. Los demás, metidos en el embudo venezolano, insistiendo por el centro todo el tiempo, olvidándose de que por los laditos se hace daño. Y Sánchez -la gente se sigue preguntando de donde salió pero qué bueno que ande en la selección- se echó el equipo al hombro. Pero ni por esas.
Puros pelotazos a ver si se pasaba por encima de Venezuela, pero la nada, como en La historia sin fin, sigue creciendo. Como alguien dijo por ahí: “Cuando la pelota está por el aire, las ideas están por el piso”. Ahí es cuando llega el minuto 28 y casi hay una hecatombe, peor que la de mi Dr. Uribe. Pelota al arco colombiano, derechito, para inflar la malla y aparece Vélez, se cruza, a lo fantasma, le daña el caminado al bendito balón y lo manda para donde debe estar, lejos del arco. Suspiro de alivio, pero con el ceño fruncido y las uñas vueltas una melodía. Los peores minutos de Colombia.
Es cierto que Venezuela no pasa de la mitad porque siempre hay alguien que le quita el balón, pero ya no se recupera, mejor dicho no se quita para crear una jugada. Simplemente se interrumpe el juego. Y si de pases hablamos, cada quien le tira la pelota al otro como para desencartarse. El sentido colectivo se pierde. Y no es que no insistan. Bustos cobra tiros libres, pero desviados. Wason tira al arco, Castrillón y Falcao en las mismas. Pero son disparos erráticos, débiles, predecibles. Al minuto de reposición, Venezuela se arrima por segunda vez y casi nos daña el caminado. 0 – 0 y a sufrir el regaño de Pinto en el camerino.
Comienza el segundo tiempo, igualito que el primero, una oportunidad al minuto 3, creada por un pase de Macnelly y… nada. Esta vez el palo tuvo la culpa para que Falcao no celebrara sul gol, y para completar se lesiona ahí mismo. Entra Tressor y con Macnelly Torres que reemplaza a Leao, tratan de mejorar porque este partido no se puede empatar, como lo diría Niche. Y sí, Colombia mejora, Torres arma, genera ideas, reparte juego, pero sigue el “nada” en el vocabulario. Todos patean, el que más lo hace es Castrillón, pero sigue el cero como una coyunda sobre el equipo.
Todo hay que decirlo, el equipo se ordena un poco. Macnelly maneja bien los tiempos, pone la pausa, y Colombia se acerca al arco con algo más que ganas. Al minuto 24 entra Totono Grisales y el equipo marcha mejor. Pero el reloj avanza y quedan tan solo 15 minutos. Colombia se anima, ataca, se mueve por los lados, ante una Venezuela que sigue como su presidente, inamovible. Pero tanto va el cántaro a la fuente… que una falta cometida frente al arco al minuto 36, un poco fuera del área, le brinda una nueva oportunidad a Bustos. Es el quinto tiro libre que cobra. Disculpen que me entretenga acá un momento, pero es que también tenemos derecho a tener nuestro Riquelme ¿o no?
La barrera se coloca a la izquierda del arquero venezolano y éste se queda en el centro esperando el tiro. Bustos acomoda la pelota, se impulsa, la pelota hace una curva hacia la derecha y se eleva hacia el palo izquierdo de la portería, arriba, donde no llega nadie. Por un instante el arquero adivinó la trayectoria y se devolvió, pero nada había que hacer. El balón entró, Bustos se agarró la camiseta con las dos manos, y nosotros también, para qué, porque eso tiene el fútbol, la capacidad de borrar la angustia por un ratico. ¡Con esta sequía, el vasito de agua se agradece!
Claro que los partidos terminan cuando pita el árbitro… recuerden al América de Cali en la Libertadores perdiendo un título en los últimos segundos del partido. Y a nosotros casi se nos va de la mano el primer triunfo en esta eliminatoria y la dicha del primer gol en tres partidos. Minuto 90, Bustos se equivoca, Juan Arango aprovecha el parpadeo, aparece por la punta izquierda y cruza el balón hacia la portería con pinta de gol, pero Agustín, nuestro San Agustín, le achica el ángulo y ahí pegado al palo, recibe el riflazo en el pecho. Todo concluyó. Tres puntos valiosos, cuarto lugar en la tabla con cinco puntos y bueno, así y todo, sin fútbol y rezándole al Señor de Monserrate, quedamos contentos.
Si, ya sé que el martes nos toca contra el duro, ese que llaman el Hollywood de la eliminatoria porque tiene más estrellas que el cielo, pero bueno, cada día trae su afán y éste viene con la alegría de ñapa. Así que, por ahora, tomémonos un tinto, seamos amigos y disfrutemos la victoria. El martes… ya veremos.
Alineaciones:
Colombia: Agustín Julio; Rubén Darío Bustos, Walter Moreno, Aquivaldo Mosquera, Estiven Vélez; José Amaya, Carlos Sánchez (Grisales, 69 min), Aldo Ramírez (46 min, Torres), Jaime Castrillón; Wason Rentería y Radamel Falcao García (49 min, Tressor Moreno). Seleccionador: Jorge Luis Pinto.
Venezuela: Leonardo Morales; Luis Vallenilla, José Manuel Rey, Leonel Vielma, Andrés Rouga; Miguel Mea Vitali, Jorge Rojas, Ricardo Páez (66 min, González), Juan Arango; Nicolás Fedor (77 min, Cichero) y Giancarlo Maldonado (55 min, Guerra). Seleccionador: Richard Páez.
Goles: 1-0, 81 min: Rubén Darío Bustos
Árbitro: Rubén Selman, asistido por Lorenzo Acuña y Osvaldo Talamilla, todos chilenos.
Amonestados: Vallenilla, Amaya, Guerra, Rouga y Vélez.
lunes 19 de noviembre de 2007, 09:51 COT
En estas eliminatorias lo que se trata es de sumar. Así sea jugando horrible, que no es lo mismo que jugar “mal”. Colombia jugó estéticamente horrible, pero resultadistamente -perdón por esta nueva palabra- jugó boen, porque lo hizo para obtener un resultado que necesitaba con urgencia.
El planteamiento venezolano fue claro: No dejar jugar a Colombia. El juego colectivo cafetero fue nulo, porque -y en esta paso factura de cobro- Aldo Leao jugó un pésimo partido como creador, Estiven (escribir ese nombre así debería ser causal de multa) Vélez no generó más que peligro en la propia defensa colombiana y Wason y Falcao tuvieron una puntería fatal. Ante eso, tocaba buscar un destello individual o una pelota quieta, porque para eso estaban Bustos y “Totono”, cuando al fin se le prendió el bombillo y sacó al “creativo” Aldo Leao.
Ganamos, y eso es lo que importa. Y Así tiene que ser contra los argentinos. No le hace que haya pierna fuerte, lesionados y expulsados. Obtener resultados es lo primordial en la eliminatoria. Jugar como nunca y perder como siempre no sirve para un soberano sieso.
lunes 19 de noviembre de 2007, 10:34 COT
La idea en el juego contra Argentina es sumar puntos. Apoyo a Colombia (como buen colombiano), pero siendo realistas, el favorito para ganar es Argentina, que se vino con “todos los juguetes”. Un empate es un buen resultado, para salir a ganar de visitante contra Perú y Ecuador.
lunes 19 de noviembre de 2007, 23:01 COT
Rafa XII:
De acuerdo, hay que sumar, así sea jugando “horrible”. Un ejemplo, Brasil. Se limita a esperar, juega con la necesidad del contrario y luego, apela a sus individualidades para resolver el partido. Ese es el estilo Dunga. Pero el de Pinto es otro cuento. No es el de este partido. Incluso se le veía furioso porque no jugaban como lo habían practicado durante la semana, abriéndose por los costados. Colombia jugó mal, se equivocó, fue imprecisa, no definió. No estaba planeado. No era fruto de una táctica. Simplemente no se encontraban, no tenían conductor, los de adelante no tenían tino. Que Bustos haya salvado la noche no quiere decir que se siga repitiendo. Clasifica el que juegue bien, para el resultado o para el espectáculo, pero que juegue bien. Y si este partido se repite en el futuro frente a un Paraguay, por ejemplo. Hay que echarse la bendición.
Memín:
Si, hay que sumar. Y terminar con seis, es un buen resultado si tenemos en cuenta que fueron fruto del enfrentamiento contra los dos favoritos, la altura de La Paz, y la aguafiestas Venezuela que hace todo lo posible por dañarnos el caminado. Un 50% de los puntos en disputa y estar dentro del grupo de clasificados, es un buen tónico para lo que viene el año entrante.
martes 20 de noviembre de 2007, 03:48 COT
Lo que importa es sumar no importa que juguemos mal. Lo importante son los puntos, hoy deberías leccionar a Messi y a Riquelme así le ganamos a Argentinas y tendríamos más de la mitad de la clasificación.
Usted parece se enamoró de Uribe, no? hasta en el fútbol lo mete. Parece ser que Uribe y la selección son los únicos temas que unen a los colombianos.
Por mucho que les duela Uribe será el personaje colombiano más importante del siglo XXI.
martes 20 de noviembre de 2007, 08:25 COT
Amén.
viernes 23 de noviembre de 2007, 14:12 COT
[…] bodrios como el Perú-Paraguay de la primera fecha y pasajes soporíferos del juego Colombia-Venezuela de la tercera fecha, los espectadores han visto grandes encuentros, plenos de emociones, y claro […]