Operación Jaque: tras el eslabón perdido (I)
Crónicas Utópicas > EstanciasPor Daniel Ramos
sbado 11 de julio de 2009 12:15 COT
Ese 2 de julio estaba cenando con amigos y me llegó un sms de una amiga: “Liberaron a Ingrid y los gringos secuestrados”. Como buen utópico, me imaginé que era un gesto unilateral de Alfonso Cano para relanzar el proceso de paz, una forma contundente de marcar su nuevo liderazgo como número uno de las FARC. La realidad, como ya todos sabemos, fue otra, o ¿la sabemos realmente?
Leí el libro de Juan Carlos Torres, Operación Jaque. La verdadera historia, y vi el documental de la National Geographic, que está basado ampliamente en el libro de Torres, si bien ambos se complementan muy bien: el soporte audiovisual le da más fuerza al libro. Me intrigaba sobre todo saber cómo se gestó la operación, me pareció el fruto de una inteligencia superior, una acción digna del Mossad (que en su sitio en Internet dice que una de sus tareas es ejecutar operaciones especiales allende sus fronteras).
Esta vez la intuición no me falló tanto: Torres comenta que uno de los méritos del ministro de Defensa Santos fue precisamente construir puentes con los servicios de inteligencia británicos e israelíes para mejorar la lucha antiterrorista. De hecho, en el capítulo IX de la segunda parte, Entebbe, se recuerda la operación del Mossad con este mismo nombre para liberar, el 3 de julio de 1976, a los prisioneros del vuelo de Air France secuestrado por el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP).
Y aquí es cuando viene la parte sorprendente del libro de Torres: la Operación Jaque tiene como origen una acción espontánea y sin ningún tipo de planificación alguna. Esto mismo se puede ver en el documental cuando el General Freddy Padilla dice: “Esta operación nace de abajo hacia arriba”. La misión que se le asignó a la Inteligencia el 6 de abril fue:
La misión prioritaria es seguir la instrucción de mi general Montoya y planear una operación de guerra electrónica que nos permita reubicar a los secuestrados y lanzar una operación de rescate o de cerco humanitario.
La Inteligencia se lanza a esta tarea y deciden utilizar el engaño electrónico –la infiltración de un intermediario en la comunicación entre dos frentes guerrilleros para canalizar la información a través de él, y tratar de localizar a los secuestrados. Pero una vez que se da la infiltración y localizan a los secuestrados, no se sabe qué hacer a partir de ese momento. La secuencia cronológica relatada por Torres así lo demuestra: la Inteligencia primero utilizó el engaño electrónico y luego se preguntaron: “Y ahora que los tenemos infiltrados, ¿qué vamos a hacer?”. Tanto así que se convocaron a los mandos superiores para planear alguna acción basada en el éxito del engaño electrónico. Y esta parte es sorprendente, pues significa que no se tenía claridad ni planificación alguna a la hora de ejecutar el engaño electrónico, ni idea de cómo retirarse del puente si era el caso o cuánto tiempo podrían mantener ese canal abierto sin ser descubiertos: Operación Jaque o el arte de la improvisación.
Esta parte no es creíble y de ahí la pregunta por el eslabón perdido. En el documental se afirma que hay expertos que llevan 20 años o más desencriptando las comunicaciones de las FARC. El engaño electrónico requiere de coraje, astucia y todos los demás valores que se le quieran agregar, pero cualquier persona familiarizada con los ensayos, pruebas y puestas a punto de esta técnica sabe que funciona y cuál es la mejor forma de ejecutarla. En otras palabras, la Inteligencia sabía que tenía este recurso: ¿por qué en el libro de Torres aparece como si estuvieran ensayándolo por primera vez? ¿no era además poner en peligro 20 años de trabajos de inteligencia por un experimento que podría fracasar? Y la pregunta central: ¿por qué hacerlo sin tener un objetivo claro?
De hecho, en este punto la operación no tenía nombre alguno: cuando se le presenta el resultado del experimento al general Montoya, comandante del Ejército, él los felicita y les pregunta: “¿Qué nombre tienen para la operación?”. Y aquí viene otra pregunta: ¿cuál operación? Según lo que nos informa Torres, en ese momento la operación se trataba solamente de ejecutar el engaño electrónico y localizar a los secuestrados. Se ponen a pensar con el general Montoya y llegan al nombre de la Operación: Jaque. En definitiva, aquí hay un eslabón perdido en la cadena de información.
Cuando a la cúpula del ejército se le informa del éxito del engaño electrónico y la necesidad de inventarse algo qué hacer a partir de ese momento, al General Díaz, director de Inteligencia del Ejército, se le prende el bombillo y dice: “Entebbe”. Es en este momento cuando la Operación Jaque realmente adquiere su objetivo, no antes. El lector medianamente curioso se preguntará: ¿acaso no fue al revés? Realmente es difícil aceptar que la Operación Jaque haya tenido su origen en el ensayo exitoso del engaño electrónico.
Recordé entonces ese Confidencial de Semana en el que se cuenta que había dos asesores israelíes que entrenaron a las fuerzas especiales que iban a participar en Jaque. De hecho, los iniciaron en el Krav Maga, el sistema oficial de combate y defensa personal usado por las fuerzas de defensa de Israel, la policía israelí y sus servicios de seguridad. ¿Por qué no se hace mención a estos asesores de inteligencia israelíes ni en el libro de Torres ni en el documental de National Geographic? Sí aparece en cambio el profesor de teatro que los introdujo en el método Stanislavsky. ¿Por qué no mostrar o mencionar a los expertos en Krav Maga? No habría sido ninguna sorpresa tampoco, pues no es la primera vez que se hace pública la presencia de asesores israelíes en el conflicto colombiano: las imágenes de Yair Klein dando clases son inolvidables.
Así pues, la presencia del Mossad (o de alguna otra forma de inteligencia israelí) es en todo caso innegable. La extensión de esta ayuda no la sabemos todavía, pero para darnos una idea, pensemos en lo atípica que es la Operación Jaque en los 50 años de lucha contra las FARC: no hay precedente alguno. Los únicos antecedentes de operaciones de inteligencia espectaculares que tenemos son los del M-19 con el robo del Cantón Norte, la toma de la Embajada Dominicana, el robo de la espada de Bolívar o ese capítulo de dolorosa recordación que fue la toma del Palacio de Justicia, por no mencionar su trabajo pionero en el engaño electrónico cuando sabotearon con frecuencia la señal de televisión nacional para transmitir sus mensajes a los colombianos.
Más aún: ¿por qué no se pensó algo similar anteriormente? Ya son más de 10 años que tienen los oficiales secuestrados en los campos de concentración móviles de las FARC. Es más creíble entonces pensar que ese puente que estableció el ministro Santos con la inteligencia británica e israelí finalmente dio un gran fruto. Por qué quieren mantenerlo oculto y darle todo el crédito al glorioso Ejército Nacional es un misterio.
Pero existen también otras dos hipótesis sobre el origen de la Operación Jaque diferentes o complementarias a la versión oficial que nos dan más pistas sobre el eslabón perdido. Estas las presentaremos en el siguiente capítulo de Crónicas Utópicas.
sbado 11 de julio de 2009, 22:56 COT
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Ese 2 de julio estaba cenando con amigos y me llegó un sms de una amiga: ?Liberaron a Ingrid y los gringos secuestrados?. Como buen utópico, me imaginé que era un gesto unilateral de Alfonso Cano para relanzar el proceso de p…..
mircoles 22 de julio de 2009, 05:21 COT
[…] fue el origen de la Operación Jaque? De los interrogantes planteados en la crónica utópica anterior, se desprende que hay un eslabón perdido en la versión oficial presentada por el […]
lunes 27 de julio de 2009, 16:00 COT
A través de este analisis el lector aprende mucho acerca de como es que se manipula la información que tiene como destino la mente del pueblo en general. Estos contenidos, basados en analisis comparativos realizados con mente fría, son los que nos enseñan a encontrar y analizar aquellas verdades ocultas que solo pueden ser conocidas por muy pocas personas que se dedican a escudriñar los contenidos de los relatos tanto públicos como privados.
Estoy seguro de no perderme el leer la publicación de la segunda parte.