Epílogo
Estancias > Primera planaPor Robert Lemm
mircoles 18 de noviembre de 2009 9:59 COT
[N. del E. El enigmático señor X no autorizó la publicación de la última carta original en español de alias Raúl Reyes a Íngrid Betancourt y que constituye el epílogo del libro de Robert Lemm. El texto que publicamos a continuación es una traducción del neerlandés autorizada amablemente por el autor, quien nos ha pedido que la publiquemos a su nombre para proteger a su fuente. No sobra decir que equinoXio no tiene ninguna vinculación con las Farc o cualquier otro grupo que use la violencia para lograr sus fines o abuse de la violencia legítima para mantenerlos: equinoXio es un medio completamente independiente, por utópico que suene. Hecha esta aclaración, la carta se publica por interés público y no por algún tipo de propaganda a o de las Farc. Esta úlitma carta se escribió en mayo de 2009. ]
El Gobierno ofrece recompensas a quienes brinden información sobre el paradero de Alfonso Cano, Fabián Ramírez, Julián Conrado (¡vive entonces!), Mono Jojoy, Timoleón Jiménez y otros cabecillas. El general Padilla cotorrea que las FARC-EP están al borde de la disolución y el presidente Uribe blandea su metáfora adorada sobre la culebra que ha sido fuertemente golpeada pero vive aún.
El reciente liberado Lizcano dice que nuestro suministro de recursos está cortado y que hemos perdido nuestra ideología. Pero si estuviéramos tan débiles, ¿por qué le recrimina el gobierno a Piedad Córdoba que busque la cooperación de la comunidad internacional para lograr el intercambio de prisioneros? Existe el temor de que tal cooperación obligue a Uribe a ser más humanitario y, además, él no quiere sentarse en el banquillo de los acusados. Los canallas somos nosotros, él es el caballero ejemplar que debe liberar al país del dragón.
A ese dragón pertenecen mi persona y sobre todo mis portátiles. Porque ¿qué dicen? Que todos los países que doña Piedad contacta están relacionados de alguna manera con el terrorista Raúl Reyes. Una holandesa ex miembro de la ONG Pax Christi asegura con tonito gallardo ante las cámaras de la televisión del Estado que no hay nadie en Europa que vea algo de valor en las FARC hoy en día, aparte de unos cuantos loquitos trasnochados, como ella los llama. El hecho es que Interpol y el ministro Santos demuestran que mis portátiles dicen otra cosa. Canadá, México, Cuba, República Dominicana, España, Italia e inclusive los Países Bajos –por nombrar unos cuantos países de los cerca de treinta en total— alojan todavía a simpatizantes, recaudadores de fondos, blanqueadores de dinero, asistentes para los refugiados, mercaderes de armas y activistas políticos a favor de nuestra causa. Y como también lo demuestra el hecho de que derribamos un avión espía no tripulado tenemos en nuestro poder misiles tierra-aire, algo que no le queda más remedio que aceptar al ejército de miles de soldados que persigue al camarada Alfonso Cano, ¡y no han podido encontrarlo aún! Se parece a Osama Bin Laden, a quien un ejército muy poderoso tampoco lo ha podido encontrar.
Ahora que Bush salió por la puerta de atrás y tanto el Plan Colombia como el Plan Patriota están en entredicho con la llegada de Obama, Uribe actúa muy inteligente al no confrontar abiertamente a doña Piedad. Porque la opinión pública se puede volver contra él y esto es lo último que él quiere justo antes de su segunda reelección. Él no quiere que se le critique porque está jugando con la vida de los secuestrados en aras de su ambición política. Su intento por involucrar al Vaticano lo rechazamos de plano. Lo intentamos nosotros primero antes y no arrojó ningún resultado. Contraproducente es la incitación a los guerrilleros para que renuncien a las FARC. El gobierno hace esto a través de un programa para que los llamados agentes por la paz visiten a los guerrilleros presos en las cárceles y les ofrezcan incentivos a quienes quieran renunciar a la guerrilla y reintegrarse a la sociedad. La propagación de noticias sobre el gran número de guerrilleros desmovilizados, o sobre que la indisciplina, la traición, los infiltrados, las borracheras o las perversiones sexuales están a la orden del día, no es más que otro capítulo conocido de la campaña de desinformación y guerra psicológica que hace parte del conflicto.
A mediados de enero de 2009 se supo que Brasil ofrece la logística necesaria para la liberación de dos políticos. La Cruz Roja Internacional también ha ofrecido su apoyo. Para hacernos quedar mal, el ministro de Defensa nos achaca cuanta explosión ocurre en el territorio nacional, de tal manera que el público siga admirando a Uribe como el salvador.
Según el Testamento de Marulanda fechado el 21 de marzo de 2008, cinco días antes de su muerte, y publicado por la revista Cambio, tal parece que él no estaba al tanto de que me encontraba en un campamento en Ecuador. Qué fuerte. Además lamenta los golpes severos que mi desaparición y la de Iván Ríos representan para nosotros. Alfonso Cano, por el contrario, afirma que saldremos fortalecidos de estas adversidades.
Una parte del Caquetá ha sido despejada para que se ejecute la operación que pondrá en libertad a Alan Jara y Sigifredo López tras siete años de cautiverio en la selva. Uribe no es que esté del todo contento, pues ambos políticos –en parte por petición de las FARC— afirman que él hace muy poco por aquellos que permanecen en la selva. Quien recibe los elogios es doña Piedad Córdoba. Es a su perseverancia a la que hay que agradecer que los dos últimos secuestrados puedan regresar a la libertad. A ella la apoyan los Colombianos y Colombianas por la Paz. Y también nosotros. Confiemos en que ella será la presidenta de Colombia en el 2010. ¿O debemos cifrar nuestras esperanzas en Carlos Gaviria Díaz y el Polo Democrático? A mi me atrae más una combinación de ambos.
Como se ha mencionado ya un par de veces, estaba ocupado con el intercambio humanitario, una iniciativa que el presidente ha desdeñado. Acepto que el secuestro no es el camino para lograr nuestros objetivos, pero debo también señalar que nuestros hombres en las cárceles colombianas para mí también son secuestrados. En especial Simón Trinidad, condenado a 60 años, y Sonia, a 15 en cárceles de los Estados Unidos. ¿Es su destino acaso mejor que el de los que se encuentran capturados por nosotros? ¿Qué otros medios tenemos nosotros para lograr su libertad?
Urge dialogar. La paz sólo se puede lograr con una amnistía general y con el compromiso de que la Casa Blanca aceptará que definamos con entera libertad nuestro destino. Es una locura que cerca del 90% del presupuesto nacional le sea asignado al Ejército. Y a pesar de ello no pueden derrotarnos. Y el gobierno está convencido de que nosotros entregaremos las armas por voluntad propia a cambio de una compensación. Deserción, desmovilización y reintegración son los medios por los cuales el gobierno cree que nos va a neutralizar. Pero aún hoy en día los líderes sindicales y de partidos de Izquierda son amenazados de muerte por las llamadas Águilas Negras, aún hoy en día los abogados independientes deben temer por su vida debido a la parapolítica.
Resulta cómico ver cómo el gobierno de Rafael Correa ha venido desconociendo sus contactos conmigo. El ministro de Gobierno y Seguridad, Gustavo Larrea, y su asistente José Ignacio Chauvín, han sido sacrificados para marcar esa distancia. Este último reconoció que al menos se encontró siete veces conmigo, mientras que el ministro está a mi lado en una fotografía que muchos han visto.
La prensa conmemoró el primero de marzo. Reconstruyó con dibujos, mapas y videos la Operación Fénix. Mi liquidación –como dice el ya conocido discurso— marca el principio del fin de las FARC. El ministro Santos dice que mi dada de baja fue un legítimo acto de autodefensa. Fue, según él, una acción muy bien ejecutada por nuestros héroes del Ejército Nacional. Y aún mejor que la eliminación de Raúl Reyes fue la captura de mis portátiles. La revista Semana dice que las FARC ha tenido que asimilar cinco grandes golpes desde el primero de marzo, empezando por la pérdida de un estratega y relacionista irremplazable. Las FARC perdió su rostro ante el mundo.
Con todo derecho invita las FARC en una carta abierta a todos los oficiales y policías detenidos por ellos a que se nos unan. ¿Por qué habrían de defender estos mercenarios mal pagados las instituciones corruptas de la clase dirigente? Estarían mejor con nosotros, con los campesinos. El territorio nacional le pertenece todavía a una minoría. La Madre Patria no es la plutocracia de la cual el gobierno actual no es más que uno de sus incontables representantes. La élite eurófila confunde nuestra patria con su capital. ¿Por qué deben los soldados y policías obedecer a los poderosos y sus patrones extranjeros? De los 45 millones de colombianos, 34 millones viven todavía en la pobreza absoluta.
En su recién publicado libro, Noel Sáez afirma que mi exceso de confianza resultó fatal para mí mismo. Confié demasiado en el apoyo del pueblo colombiano y en la protección de Ecuador.
Pero más que el libro de Sáez, Colombia se encuentra bajo el hechizo de Keith Stansell, Tom Howes y Marc Gonsalves. Ellos cuentan a su regreso a EUA una historia muy diferente a la de Luis Eladio Pérez, John Pinchao y otros políticos antes liberados. Sobre todo tú eres la que lleva la peor parte. Ya no eres más la heroína que eras hasta entonces. Fuiste arrogante y manipuladora, y te confabulaste con nosotros mismos contra los tres. No los querías recibir entre ustedes cuando estabas con Lucho y los demás políticos en el campamento de Martín Sombra. No hay suficiente espacio, dijiste. Presionaste a Sombra diciéndole que ellos tenían microchips escondidos debajo de la piel mediante los cuales nos podrían localizar a todos, poniendo la vida de los secuestrados en peligro. Hiciste que tu camarada Lucho les advirtiera enfáticamente que en el campo no había putas, queriendo protegerte a ti y las otras mujeres detenidas, como si los gringos no tuvieran otra cosa en mente. Les pareció insoportable tu estatus de estrella en el campamento, como si todo el mundo girara alrededor de ti. Les pareciste mezquina porque guardaste tu radio y diccionario sólo para ti. Y cuando todos tuvieron que entregar sus radios debido a los sobrevuelos del ejército, tú escondiste el tuyo y no se lo prestaste a nadie, a sabiendas de que todos estaban esperando noticias de sus seres queridos. El reproche más grande que te hacen es que le pediste a las FARC que obligara a Marc Gonsalves a que te devolviera las cartas de amor que le escribiste. Presentías que esas cartas podrían dañar tu imagen. Algunos periodistas reafirman esta nueva imagen tuya citándome, pues te llamé arrogante y provocadora, una mujer de carácter volcánico. Sigifredo López salió a defenderte de lo que llamó la mediocridad de los gringos. ¿Qué saben ellos de nuestra realidad colombiana? No hablaban nada de español. ¿Acaso no eran agentes de la CIA? Sobre esta filiación mienten en su libro, pero nosotros bien lo sabemos. Y ellos mismos también: tenían que parecer mosquitas muertas ante nosotros con tal de salvar su pellejo.
El cambio de gobierno en los EUA se siente en Bogotá. El Plan Colombia (contra la coca) y el Plan Patriota (contra la guerrilla) se financian con dólares. Y como ya no están lloviendo como antes, deciden moderar sus pretensiones: entregan a dos mandos medios de las FARC, condenados a penas severas, como señales de paz mientras que los paramilitares presos en EUA han pedido la ayuda de Piedad Córdoba. ¿Nos acercamos a un acuerdo? ¿O lanzarán Santos y Uribe un ataque militar contundente con miras a las elecciones del próximo año? El ministro de Defensa estima que ha puesto fuera de combate a 1.403 guerrilleros en 2009, la mitad de ellos desmovilizados. Afirma que tiene infiltrada la estructura de las FARC. Sin el pleno respaldo de Washington Uribe no puede sostener el ritmo contra nosotros como lo ha venido haciendo. Por ello sugiere la mediación del Secretario de la Conferencia Episcopal para dialogar.
Los comandantes capturados por la Operación Jaque, Gafas y César, aún no han sido entregados a los EUA, para pesar del ministro Santos. ¿Por qué no lo han hecho? ¿Para demostrar que la justicia colombiana puede procesar a sus súbditos? ¿O porque los dos son culpables del secuestro de Luis Eladio Pérez? ¿O porque el ministro de Justicia Valencia Cossio podría tener lazos con nosotros? ¿O porque la gente no confía en Obama y teme que los dejen en libertad luego de purgar una condena ligera? ¿Pero acaso el gobierno no prefiere tener a los testigos incómodos lo más lejos posible? El embajador Brownfield se retracta de manera retórica de su crítica a la Justicia colombiana por la demora en la entrega de los carceleros. Al fin y al cabo, el Poder Judicial debe parecer independiente.
Colombia sigue siendo el país más peligroso del mundo para los líderes sindicales. Por esto es que el Tratado de Libre Comercio entre EUA y Colombia está estancado. Uribe quiere superar este obstáculo y por eso les ofrece protección para que puedan hacer sus actividades –como pueden hacerlo libremente en la mayoría de los países del mundo. Esta será una tarea casi imposible mientras existan los paramilitares.
Clara Rojas ha terminado su libro y ya desde Hollywood muestran interés por filmar su vida en la selva. Hace críticas muy fuertes contra ti, contra tus mentiras y las de Lucho. La novela de Jorge Enrique Botero sobre el supuesto padre de su hijo la despacha como propaganda de las FARC y fantasía del autor. En todo caso, lo que ella no revela es la identidad del padre de Emmanuel. No se la reveló ni siquiera al Papa en su visita al Vaticano. Debemos esperar a que el niño sea adulto para conocer la verdad.
Abundan las noticias sobre miembros de las FARC que han sido atrapados y dados de baja. No pasa un día sin que se descubran caletas con armamento y laboratorios de coca. Las deserciones están a la orden del día. Parece que se encontró un diario del Mono Jojoy mucho más revelador que mis portátiles. Interpol ha certificado que nada fue alterado en mis laptops y que la información que contiene es auténtica. Todo parece indicar que el gobierno le apuesta a la victoria militar. El 18 de marzo entregó la guerrilla a su último secuestrado extranjero, un sueco de 70 años.
El fin de marzo trae dos grandes sorpresas. La primera son las imágenes de la tumba de nuestro héroe y fundador, don Manuel Marulanda Vélez. No se sabe en dónde lo sepultaron, pero la búsqueda continúa.
La segunda sorpresa es sobre mis restos mortales. Las FARC propone intercambiarlos por los de Julián Ernesto Guevara, oficial de la policía que teníamos en cautiverio desde 1998. Quiero aclarar que siempre quise liberar a este secuestrado. Si el gobierno hubiera sido un poco más condescendiente, lo habríamos liberado. Falleció a finales de enero de 2006 a los 41 años. Murió de pena. Me sentí muy mal por ello, como por otras personas fallecidas que ahora no quiero nombrar. He maldecido la guerra. Lloré en mi interior, pero no podía dejar ver mis lágrimas. En su caso tuve mucho que ver con su viuda. Muchos de nuestros detenidos, militares y policías, están muy cerca de nosotros y muy lejos del gobierno. Somos el mismo pueblo. Solamente que ellos no quieren dar el paso para liberarse del yugo, no quieren morder la mano que los alimenta, por más miserable que sea.
Las FARC piden los cuerpos de Iván Ríos y Raúl Reyes a cambio del de los militares fallecidos en nuestro poder. Iván le fue entregado a su familia, que le dio sepultura. El mío no lo encontraron. La Fiscalía aseguró que se lo entregaron el 7 de marzo de 2008 a un sepulturero de Florencia, Jaime Rendón Endo, y que el documento de la entrega estaba firmado por la madre de mis hijos, María Hilda Collazos Claros. Pero ella nunca me recibió, de tal manera que mis hijos, mis hermanos y mis sobrinos nunca pudieron realizar mis exequias. Según el documento debo de estar en el Cementerio Central de Bogotá. ¿Pero quién sabe si esto es así? ¿O quién sabe en dónde estoy?
No hay un cadáver. Yo vivo. Aunque hay muchos que así lo creen, nadie tiene interés en que esto se sepa. La llamada voz del pueblo, el coro al cual los principales medios le dan expresión mostró su indignación a la noticia sobre la misteriosa desaparición de mi cuerpo… ¿Por qué se preocupa el gobierno? Si yo no era más que una rata, un canalla, una bolsa de basura, un feto del diablo, un cerdo, asesino, pedófilo, narcotraficante, granuja, monstruo, terrorista, alguien que arde en el infierno, alguien que no merece madre, mujer o hermanos, una bestia, un enano genocida, pedazo de bicho, un bellaco que merece que se le orine encima. ¿Qué nos puede importar dónde se encuentra ese cuerpo?… Una reacción benévola diría: “Todo ser humano tiene derechos fundamentales, así sea un criminal. Tengamos al menos un mínimo de civilización para reconocer que no era una cosa. La vida de Raúl Reyes no tiene ningún valor para nuestra historia, pero sí para su familia”. En una declaración, mi familia aseguró que “el gobierno tiene aún en su poder el cuerpo de nuestro padre, hermano y tío Raúl Reyes, no se lo ha entregado a la madre de sus hijos a pesar de que ella lo reclamo justo cuando se encontraba en Medicina Legal”.
El Presidente solicitó el cuerpo de Julián Ernesto Guevara como requisito para tener algún contacto con Alfonso Cano. Las FARC ha cedido a su solicitud de desmilitar Florida y Pradera, pero no a la entrega de mi cuerpo. Las FARC tampoco quiere saber que vivo aún. Vivir como un mártir en la memoria de los guerrilleros, eso sí. Me mantienen vivo como un caído por la causa justa. Por el contrario, para el gobierno estoy muerto y desaparecido de la faz de la Tierra, perdido en la nada –y para bien.
El Jueves Santo pidió el cardenal Pedro Rubiano la liberación de los secuestrados. Se estima que aún hay mil secuestrados, nadie sabe en realidad cuántos son y cuántos tienen las FARC, el ELN y las AUC. De los 6.902 secuestrados entre 1996 y 2008, las FARC tendrían aún 713. El gobierno no cuenta a los mil detenidos que tiene como secuestrados: son delincuentes legalmente arrestados. Por lo tanto, nunca hemos sido una Fuerza Beligerante.
A mediados de abril declararon las FARC que “los restos mortales del comandante Raúl Reyes demuestran una vez más cuán falso es el régimen de Uribe”. Esto es cierto puesto que mi cadáver nunca fue entregado a pesar de la existencia de documentos oficiales que aseguran que me entregaron el 7 de marzo de 2008 al representante de la funeraria delegado por mi viuda. Pero ella jamás ha recibido (ni visto) nada.
El 15 de abril el Comité Internacional de la Cruz Roja le solicitó al gobierno que me entregara a mi familia. Parece que el Fiscal aseguró el 16 de abril que hacía más de un año que me habían entregado a un representante de la funeraria de Jaime Ramón Endo. La declaración del Fiscal causó gran disgusto en el coro: ¿acaso usted no tiene nada mejor que hacer, señor Fiscal, que desperdiciar su tiempo en un sujeto de cuyas pelotas quisiéramos colgarlo en la Plaza de Bolívar? ¿A quién le puede importar dónde se encuentra ese pedazo de carne podrida? Lo único que ese malparido ha hecho es sembrar la muerte. ¡Deje que los gusanos hagan su trabajo! ¡Está ahora en llamas por sus crímenes en el infierno! ¡Deje que lo busquen en el basurero! ¿Acaso quiere usted volverlo inmortal?
El Fiscal no encontró más respuestas y decidió enviar la familia a la Policía, que afirma que le dio a mi cuerpo cristiana sepultura en algún lugar que por razones de seguridad no puede ser revelado. La Policía dice que así lo hizo a petición de la familia que, afirma, le entregó el cadáver porque se sintió amenazada. La madre de sus hijos parece que le entregó el cadáver al Estado sin haber informado a la Fiscalía. El personaje Endo fue sustituido en una nueva declaración por un sacerdote que lo sepultó en secreto. Pero María Hilda se sostiene en su declaración de que nunca recibió el cuerpo, mucho menos que autorizó a la Policía o la Fiscalía para que lo enterraran en algún lugar incógnito. Esta declaración le gana la antipatía del coro, que la ve como una mujer insensible, descorazonada, que fue capaz de casarse con semejante monstruo. ¿Acaso ha lamentado públicamente el mal que el padre de sus hijos les hizo a los colombianos? ¡Increíble que esta mujer sea capaz de perder tiempo en ese criminal! En medio de toda esa ira hay una voz que me compara a mí con Polínice y a María Hilda con Antígona. ¿Acaso no tiene todo ser humano, aún el más canalla, derecho a sepultura? ¿O acaso teme el gobierno que la tumba se convierta en un sitio de peregrinación, tal como pasó con el legendario narcobarón Pablo Escobar? Perdón pero prefiero ser asociado con Camilo Torres, quien después de cuarenta años todavía no tiene una tumba.
Para resumir, ahora la ira del coro se dirige contra Medicina Legal, la Fiscalía y la Policía. ¿Qué clase de autoridades son estas capaces de mentir y manipular abiertamente en público? Para rematar, en medio de la ira, se pronuncia una voz que esperaba oír: “Lo peor es que mientras no aparezca el cuerpo de Reyes se da pie para pensar que vive aún”. Semana, abril 19.
El Secretario de la Conferencia Episcopal aboga por el diálogo. Está en contra de un tercer período de Uribe y estima que la victoria militar no es posible.
No confiamos en la Iglesia. Comulga con la oligarquía y ya renunció a la Teología de la Liberación. Tras la caída del Muro ya casi no se oyen voces contra el neoliberalismo. ¿Dónde está el Jesús que toma para los pobres y expulsa a los ricos del templo? La Iglesia está al servicio de los poderosos. Les enseña a los creyentes a resignarse, a ser víctimas. Predican la misericordia de Jesús, una versión dulzona basada en las palabras piadosas “Jesús, en ti confío”. Creemos más en un Jesús con Kalashnikov con el lema: “Yo, Jesús, no confío en nadie”.
Carlos Castaño dijo que soy terco como una mula. Noel Sáez está de acuerdo con él. Yo era completamente intransigente apenas nos llamaban terroristas. De inmediato golpeaba la mesa con mi mano. Pero finalmente cedí ante los hechos. Ya tuve suficiente, estoy cansado de todo, me quería salir. El pueblo no se puso de nuestro lado. La larga lucha de seis décadas no dio los resultados que esperaba. Las fuerzas que liberé contigo, Íngrid, y con los tres gringos, me superaron. El nivel del juego sencillamente estaba por encima de mis capacidades, sabía que nunca lo iba a ganar. De ahí mi decisión de canjearme por ti y los tres gringos. Era conciente de los riesgos que tomaba. Convertirme en un héroe, un mártir que podría ser considerado como un traidor. Pero no lo soy. No podía justificar más tu secuestro ni el de tantos otros. Y no puedo renunciar a la revolución. Quise despedirme en silencio, muerto para amigos y enemigos para revivir como testigo. De ahí la Operación Fénix.
[Traducción del neerlandés por Daniel Ramos. 2009, licencia Creative Commons.]
mircoles 18 de noviembre de 2009, 10:22 COT
[…] (18/11/09): se incluye el enlace al epílogo del libro de […]
mircoles 18 de noviembre de 2009, 19:44 COT
Si esta nota es verídica, como algunos muchos pensamos que puede ser, y esto sale a la luz de forma contundente, el impacto dejaría totalmente patas arriba la Seguridad Democrática y podría tumbar toda la estantería militar de Colombia.
Lo cual llevaría, sin dudarlo, a un Golpe de Estado reeditado, en el cual EEUU apoyaría la militarización -remember Honduras- y Brasil, Venezuela y Argentina + Bolivia pelarían los dientes frente a la primera guerra intercontinental en América Latina.
Aunque falta ver si alcanzan a hacer eso adecuadamente.
No es que a los gringos les esté llendo bien jugando de local, con sus problemas de casas y bancos que con fraudes financieros y documentos adulterados han expulsado a más de 40.000 familias este año, de todo tipo de credo, color y raza -ver MichaelMoore.com para información completa sobre el tema-.
¡Gracias equinoXio!
viernes 20 de noviembre de 2009, 10:11 COT
me gustaría saber si Lemm comparo juiciosamente esta carta con otros escritos de raul reyes, u otras cosas de estilo tales como “doña piedad” o el uso del tu y del usted. (dado el caso, la pregunta es cómo lo hizo)
sbado 21 de noviembre de 2009, 13:05 COT
Lo que choca es el tono de intransigencia en este epílogo. No me importa si es Reyes, o X, aquí falta el arrepentimiento. Más bien parece una especie de propaganda fariana. Cómo explicar que depués de tantos testimonios de secuestrados liberados hay todavía en Europa quienes simpatizan con esos criminales?
lunes 23 de noviembre de 2009, 16:27 COT
“Loquitos trasnochados” Jozef, eso no tiene otra explicación. Cuál arrepentimiento espera usted de las FARC? Ellos siempre tienen la razón sin importar que la realidad les demuestre lo contrario. Este epílogo no pudo ser escrito por Reyes, más falso que un billete de 12.000 pesos.
mircoles 25 de noviembre de 2009, 08:55 COT
Victor
Pero precisamente eso de “siempre tener la razón” es lo que me molesta de este escrito, sea de Reyes, sea de un lacayo suyo.