Día de la Tierra: el futuro de la humanidad en nuestras manos
Ambientalismo > EstanciasPor Germán A. Quimbayo
domingo 22 de abril de 2007 12:40 COT
Cada día el Planeta pero ante todo el ser humano empiezan a verse más amenazados y comprometidos en cuanto a su existencia. Los humanos indudablemente han impactado contundentemente el Planeta (de buena y mala forma, especialmente esta última) y por obviedad a su misma especie, Homo sapiens sapiens.
Recurrentemente en nuestra cotidianeidad andamos divorciados (por ponerlo en términos de contractuales y consaguíneos) con nuestra misma naturaleza, pues en el proceso de afectación del ambiente y la biodiversidad, nos estamos afectando a nosotros mismos. Y si a esto le añadimos esa codicia propia de los humanos y ansias de poder con el que nos traicionó la evolución, pues la cosa se pone de castaño a oscuro.
Es aquí donde entran las visiones como valoramiento de bienes y servicios, que desarrollo sostenible, que biocomercio, que bioprospección, que trabajar por la eficiencia en la prestación del agua, que la productividad con responsabilidad ambiental, entre otros artilugios tecnócratas con los que quieren engañar y poner paranóica a la gente. En trabajar más bien en pro de la sustentabilidad (eso sí sostenible), que implique una justicia ambiental y que no pocos puedan disfrutar y agotar lo que aún queda en el Planeta.
¿Hasta cuando entenderemos que el Planeta no es infinito para soportar nuestra incómoda carga y que la vida no es patentable ni comerciable? ¿Hasta donde llegará la codicia humana por sobrevivir pero sin una visión prospectiva y equitativa? ¿Hasta cuando llegará la barbarie contra toda expresión de vida, incluyendo la humana?
Estas preguntas, son las que deberíamos plantearnos en este día, el Día de la Tierra. No como este tipo de planteamientos tan asquerosos y que rayan en el absurdo, así todavía muchos de nuestros referentes culturales obedezcan a la consecución exclusiva de capital.
Aunque como en muchas celebraciones, no sólo nos deberíamos preocupar por los destinos globales hoy 22 de abril, sino que debería reflexionarse sobre la situación y plantear alternativas de vida, día a día. Otro modelo de vida (así suene romántico), es posible. Por ejemplo, que la ciencia y la tecnología sirvan para potenciar y complementar saberes populares para el disfrute del patrimonio natural público, ¿es eso mucho pedir? ¿O nos puede más la codicia fraticida que nos carcome y sentencia a la extinción? Y esa pregunta no solo va dirigida a los académicos y técnicos, también a los que tienen el poder político.
El futuro, creo, ya lo comprometimos. Pero aún podemos mitigar el daño ya hecho. Dejemos por lo menos que nuestros descendientes lleven el mensaje de re-plantear un mundo, en donde la naturaleza y la madre Gaia, nos enseñe que la diferencia es el mayor valor y riqueza para construir y compartir. Ojalá esto lo entendamos todos y todas para que tenga eco en nuestra cultura. Pero ante todo que lo tengan en claro muchos dirigentes, de quienes depende que el futuro pinte con otro color: el del azúl profundo del alma de GAIA. Esto no es de facciones o corrientes políticas (izquierda o derecha), es de sentido común.
domingo 22 de abril de 2007, 14:51 COT
Tal como están las cosas la codicia susbsistirá y nuestra madre Gaia terminará siendo un hostil ser por culpa del menosprecio y maltrato de nosotros sus hijos, la situación ambiental que debemos afrontar es irreparable y los esfuerzos que se hacen no parecen siquiera pañitos de agua tibia y mucho menos cuando aún insistimos descaradamente en sacar provecho de los pocos recursos cual depredadores irracionales. El problema es muy grave y ya no hay marcha atrás, menos cuando en todo el mundo se habla y se lamenta, se hacen foros, celebraciones y todo tipo de cosas con enfoques que al final ni siquiera logran despertar la suficiente consciencia para decirle a la humanidad “esto se nos va a acabar, y muy pronto”… la cosa es actuar, y todos (ojo, todos, no solo dos o tres pelagatos conscientes de diez que ni les importa el tema) conocemos al menos una forma de evitar tanto desgaste natural que por más insignificante que sea en algo ayudará…
Insisto, la cosa es bien grave, más grave que como la pintan…
domingo 22 de abril de 2007, 19:10 COT
Filipogs:
Gracias por tu comentario. Esta reflexión precisamente la hice porque también siento que la cosa es más grave, pero quiero guardar un poco de esperanza, porque personas como tu o como yo y muchísimas más pueden hacer la diferencia, desde su misma cotidianeidad, con los que les rodea.
La insistencia sirve, por lo menos me ha servido con mi familia y algunos allegados. No hay que desistir, pues el problema es más cultural que de cualquier otro aspecto. La Tierra se cuida sola, pero no la cobrará muy duro.
Saludos
domingo 22 de abril de 2007, 21:33 COT
en la grecia de Pericles era visto malo socialmente tener una familia numerosa. Y utilizaban ciertos metodos anticonceptivos bastante burdos ++ en el post las putas de grecia++ La mejor manera de eitar hacerle mas daño a la tierra es hacer eso. reducir nuestro numero a como de lugar. Con la tecnologia que tenemos y una poblacion menor esto seria casi el paraiso. Y eso nunca es planteado en los foros internacionales, es como un tabu contra ese tema. Lo que produce mayor daño al planeta no es el carro, si no la cantidad de carros, no es la agricultura, ni la codicia, si no la cantidad de personas codiciosas o la agricultura en tan gran escala qu extermina bosques completos para alimentar una poblacion cada vez mayor.
Esa es la base del problema, y si no se hace nada en esa direccion, no tendremos remedio
lunes 23 de abril de 2007, 12:09 COT
Algo en lo que rara vez pensamos es en el otro gran mal que le estamos haciendo a nuestra especie… si llegara a caer el asteroide, como lo planteaba Thilo hace unos días, o si algunos de los desnaturalizados en cuyas manos está el poder nuclear cedieran a un ataque de furia, ¿qué pasaría con los sobrevivientes? Quiero decir, ¿estarían en condiciones de aprovechar los recursos que queden – asumiendo que no haya una devastación absoluta?
No. Porque, además, la explosión tecnológica nos está volviendo en contra de nuestros propios instintos. ¿Qué otra criatura toma la decisión de morir de hambre por razones estéticas? ¿Qué otro ser prefiere el sufrimiento, violando el más sagrado de los instintos?
Se trata de facetas del mismo problema: no somos conscientes de ser parte de un sistema – de un organismo vivo que se llama Tierra – que no puede subsistir ante el ataque de parásitos de la magnitud de la especie “superior”… y ese es otro de los grandes males ocasionados directamente por la Iglesia Católica, que durante cientos de años nos ha estado metiendo en la cabeza, no sólo que hay SERES HUMANOS superiores, sino que el ser humano en sí es SUPERIOR a las demás criaturas, que existen – según la doctrina – para ser dominadas por el hombre.
Ya para finalizar esta ligera explosión (no muy bien hilada, lo reconozco), creo firmemente que la Tierra puede seguir… la única sentencia de muerte que el ser humano puede firmar es la propia, porque la vida, de una u otra forma, va a continuar.
Mi entrada de hoy habla del tema:
http://mornatur.wordpress.com/2007/04/23/una-vision/
lunes 23 de abril de 2007, 22:21 COT
Luis:
Tocas un aspecto muy importante y últimamente poco tenido en cuenta: La superpoblación humana. De hecho al comienzo del surgimiento de los movimientos ecologistas y ambientalistas en los 70″s, se hacía un fuerte referente a esto. Pero se ha ido diluyendo. Aunque esto tiene que ver mucho con el aumento en las expectativas de vida intimamente ligadas al desarrollo científico y tecnológico en la mayoría de los casos. Pero aquí ya se estaría tocando un aspecto ético. ¿Dejar de lado el libre desarrollo de la personalidad de cada ser humano incluyendo aumentar su vida y progenie?
Sin duda alguna son argumentos contundentes los que tocas.
Saludos y gracias por tu valioso aporte.
Monartur:
Siempre he mantenido que los problemas ambientales son en su esencia, problemas humanos. Lo que remarcas de la religión católica, estoy plenamente de acuerdo contigo. Lo que mencionas del ser humano como parte de un mismo sistema vivo, es lo que ha dado base al pensamiento ambientalista que viene del enfoque sistémico (sistema como conjunto de relaciones entre sus componentes), y en la complejidad ambiental que es un poco ver todo desde sus diversas y complejas relaciones.
Leí tu escrito, muy interesante. Te felicito por ello.
Gracias por tu aporte, un saludo especial!
viernes 27 de abril de 2007, 09:46 COT
Muy buen articulo. vengo referido por Lully, soy geólogo y defensor número uno del planeta…hace poco con un grupo de bloggers hicimnos un espacio para apoyar tal fin y tocar a profundo el tema. te recomiendo que pases por alli y que seas parte de esta causa…muchos éxitos y que bien que participes.
el espacio es http://bloggersplanetatierra.blogspot.com
éxitos
sbado 28 de abril de 2007, 22:41 COT
Carlos:
Gracias por tu visita y estaremos en contacto.
Un saludo especial!
lunes 30 de abril de 2007, 08:36 COT
Hola German soy Abogada ambientalista, mi nombre es Gloria Esperanza Narváez. Te sigo permanentemente en tus artículos, dejame felicitarte por la labor que desarrollas
Me encata tu reflexión sobre la tierra y la referencia que haces de Leonado Boff, porque el retoma la ecología como un nuevo espacio de lo sagrado, pensado desde la naturaleza como sujeto, la naturaleza agredida, vulnerada y entendiendo al ser humano como parte de esa naturaleza y en particular a los pobres como seres amenazados, en ese sentido hace una reivindación profunda por la ecologia social. Su aporte es que también está construyendo una nueva lectura de los derechos humanos y no humanos y aqui reivindica el valor de los elementos que soportan la esencia de la vida. (esto es verdad, a pesar del calentamiento global de la tierra)
mircoles 2 de mayo de 2007, 07:25 COT
Hola Gloria Esperanza!
Que bueno verte escribir por acá.
Las reflexiones que hace Boff son muy pertinentes en estos tiempos, en donde a los seres humanos muchas veces se nos olvida que hacemos parte de la naturaleza e incluso algunos conservacionistas de pacotilla nos hacen creer que eso es cierto. La reconciliación con la naturaleza, es la reconciliación con nosotros mismos.
Gracias por tu comentario y un abrazo muy especial!
domingo 6 de mayo de 2007, 00:02 COT
[…] embargo en una de esas tantas reflexiones, me llamó la atención un comentario de Luis, dueño […]
lunes 7 de mayo de 2007, 00:02 COT
[…] sui generis, y no la norma. Y es que este problema no resiste los matices ideológicos, como lo señala el ecólogo Germán Quimbayo en su columna Eco-grafías cuando afirma que: “Ojalá esto lo entendamos todos y […]