Analistas coinciden en que hay fortalecer la carrera diplomática en Colombia
Estancias > Salón comunalPor equinoXio
jueves 30 de agosto de 2007 3:06 COT
De izquierda a derecha, Arlene Tickner, profesora de las universidades de Los Andes y Nacional de Colombia; María Ángela Holguín, jefe de gabinete de la Vicepresidencia de la República; Rodrigo Pardo, moderador; Laura Gil Savastano, analista internacional; y Socorro Ramírez, profesora de la Universidad Nacional de Colombia (Foto: Julián Ortega Martínez/equinoXio)
En el tercer foro del ciclo 5 años de Gobierno de Álvaro Uribe: ¿Qué tan bien (o mal) lo ha hecho?, organizado por la revista Semana, las panelistas coincidieron en que debe fortalecerse la carrera diplomática y dejar de utilizar el servicio exterior como botín político. Hubo diferencias, sin embargo, acerca del manejo de temas como la verificación de la ONU y luego de la OEA a la negociación con las AUC o las relaciones con Estados Unidos y con Venezuela. El foro fue moderado por Rodrigo Pardo, ex diplomático, ex ministro y actual director editorial de la revista.
Holguín: la política exterior debe "sofisticarse más"
En primer lugar intervino Maria Ángela Holguín, ex embajadora de Colombia ante las Naciones Unidas y en Venezuela, y actual jefe de gabinete del Vicepresidente de la República. Holguín dijo que, a pesar del debilitamiento de la Comunidad Andina de Naciones, hay aspectos positivos de la relación de Colombia con Venezuela, especialmente en el área comercial y energética, entendimiento que se extiende a la relación entre los presidentes Uribe y Chávez. Con Ecuador, en contraste, las relaciones son mas complejas, por la actitud del presidente Correa y el sentimiento anticolombiano en algunos sectores de ese país. De la relación con Estados Unidos, dijo que hay una "percepción ingenua" de que ese país es "amigo" de Colombia, pues a su juicio las potencias se mueven por "intereses" –de otro modo no se explicaría que EUA mantenga su relación con Venezuela, el país "más grosero" con Washington–, y que nuestro país está en medio de un juego político interno, tras el cambio de poder con las mayorías que obtuvieron los demócratas en el Congreso. Con Europa, las relaciones han perdido dinamismo y el peso se da por el tema Íngrid Betancourt con Francia.
Para Holguín, el panorama general presenta algunas dificultades y cambios internos en los países. Manifestó que la política exterior colombiana debía "sofisticarse más" y presentar "estrategias más claras". Señaló como logros los temas comerciales y las negociaciones de Tratados de Libre Comercio con varios países, aunque el que se negoció con EUA fue "desgastador". Con la ONU, la relación ha sido más "sana", comparada con el "estado paralelo" que ese organismo mantuvo en Colombia. El tema energético, con el gasoducto con Venezuela y la interconexión con otros países, y la adhesión de Colombia al Plan Puebla-Panamá también han sido positivos en su opinión. Con los vecinos, considera que hay retos por la coyuntura política, a pesar del pragmatismo de Uribe, como el fortalecimiento de la CAN, "nuestro foro regional más importante", y que Colombia debe buscar abrirse a otros países, como los del Pacífico y Asia Central. Concluyó diciendo que la Cancillería debe ser menos "reactiva" frente a las coyunturas con los países fronterizos, citando el caso del peaje en la frontera con Venezuela, donde el gobierno puso de interlocutor con Venezuela al ministro de Transporte, y debe ser más fuerte, "recomponiendo" el servicio exterior por completo.
Tickner: No se puede tener una "relación especial" con una potencia
Continuó la profesora de las universidades de Los Andes y Nacional de Colombia Arlene Tickner, quien hizo énfasis en las relaciones con Estados Unidos. Para ella, lo "especial" de la relación entre los presidentes Uribe y George W. Bush hacen creer equivocadamente que eso "garantiza" las relaciones entre ambos países, la cual a su juicio se halla en una "encrucijada", especialmente por el citado cambio de poder partidista en el Congreso de EUA, que hace que aspectos como el Plan Colombia, la inserción del conflicto colombiano en la llamada guerra contra el terrorismo, los derechos humanos, los paramilitares y el TLC se estén revaluando. Señaló igualmente ciertos "supuestos", existentes desde el gobierno Pastrana, como la "internacionalización" del conflicto colombiano, trayendo consigo la imagen de "país problema" hacia la comunidad internacional, cuyo principal blanco es EUA; la asociación con las políticas estadounidenses en ámbitos como la guerra contra las drogas y el terrorismo para asegurar la asistencia; y la necesidad de mantener lo que llamó la intervención política, militar y económica "por invitación" de EUA en Colombia. Respecto de dichos supuestos, Tickner señaló que no es posible tener una "relación especial" con una potencia, que el hecho de que Colombia sea el mayor receptor de ayuda estadounidense en América Latina traía sus "bondades sospechosas" (a pesar de permitir impulsar algunas políticas, como las de seguridad) y que la lucha antidrogas no ha sido efectiva pues las fumigaciones lo que han hecho es dispersar unos cultivos ilícitos que antes estaban concentrados.
Tickner afirmó que la "intervención por invitación" de EUA en Colombia traía consigo una reducción de la autonomía nacional, el carácter de relación "especial" deterioraba la relación con otros países y que con el giro de América Latina a la izquierda, la percepción de que Colombia era el "vocero" de EUA en la región no es positiva. Al final, calificó de "debilidad" el clientelismo en la diplomacia colombiana, señalando que el 72% de los cargos en el servicio exterior son nombramientos políticos, producto de "amiguismos", y que el Ministerio de Relaciones Exteriores carece de "indicadores adecuados para medir sus aciertos y deficiencias". Añadió que Colombia debe buscar una relación "madura" con Estados Unidos, en la que dé prioridad a sus propios intereses nacionales, y que debe asimismo diversificar las relaciones con otros países.
Ramírez: la relación con los vecinos requiere "un giro sustancial"
Intervino la investigadora Socorro Ramírez, profesora de la Universidad Nacional y miembro de la Comisión Presidencial de Integración y Asuntos Fronterizos, quien comenzó señalando los prioridades de Uribe en su política con los países vecinos: "apoyo a su estrategia de seguridad" y "búsqueda de acuerdos para posibilitar liberación comercial", objetivos que para ella corresponden a las realidades nacionales. No obstante, esos temas han sido sujetos a un "filtro" que pasa necesariamente por la relación, más que con EUA, con el presidente Bush (la administración más "unilateral" que ha habido en ese país, en su opinión), lo que ha hecho un daño "enorme" a la relación con los vecinos, que tienen otros procesos internos y otras situaciones distintas a la colombiana. Para ella, los medios han contribuido a crear una imagen de país asediado por unos vecinos "inestables", algo que a su juicio es equivocado porque "no entendemos" que nuestros vecinos tienen otras prioridades. Señaló que desde el ascenso de Chávez en Venezuela hasta hace relativamente poco, las élites políticas (no las empresariales) colombianas han rechazado la situación interna de Venezuela. La presencia de EUA, por otro lado, despierta reacciones negativas en países como Brasil y Venezuela, tanto en los gobiernos como la opinión, porque Colombia, en lugar de explicar la difícil situación que atraviesa por el conflicto y la necesidad de dicha presencia, se puso a exigirles a sus vecinos priorizar como Bogotá, insistiendo que, por ejemplo, llamaran "terroristas" a los grupos guerrilleros.
Respecto de Venezuela, Ramírez reconoció que Colombia ha "aprendido", tras pagar "costos" como en el caso Rodrigo Granda, y que las relaciones han mejorado por acuerdos comerciales y energéticos. En contraste, con Ecuador ha mantenido una actitud desdeñosa e incluso ha pasado por encima de acuerdos como el firmado en 2005 por los entonces cancilleres Carolina Barco y Francisco Carrión, suspendiendo las fumigaciones en la frontera, que hace poco volvieron, a pesar del rechazo de la población civil y de los problemas internos y bilaterales que ello causa. De paso, afirmó que Colombia, que si bien debe tener presencia militar allí, ha "criminalizado" la población fronteriza que sufre el conflicto colombiano, que se ha desplazado a la frontera con Ecuador y que termina nutriéndose de las interacciones de las redes fronterizas de comercio ilegal. Recordó que ambos países compran a Colombia lo que produce la industria, lo que permite generar empleo de calidad. La profesora Ramírez subrayó que la relación con los vecinos requiere "un giro sustancial" y también reconocer que hay un conflicto "complejo" que "interactúa" con dinámicas "dañinas" para Colombia y que se resuelve en las fronteras con algo más que fumigaciones y presencia militar. También criticó que Colombia, que enfrenta un litigio con Nicaragua por San Andrés y Providencia, se olvidara de la Asociación de Estados del Caribe, que nació en 1994 en Cartagena. Concluyó diciendo que ese giro debe pasar por dejar de hacer del servicio diplomático "un instrumento de política interna".
Gil Savastano: la relación con la ONU "no es más sana"
La cuarta panelista, la analista internacional Laura Gil Savastano, inició su intervención diciendo que durante el gobierno de Pastrana hubo una dualidad: tratamiento de la guerra (Plan Colombia) y la internacionalización de la búsqueda de la paz, que se extendió a la política exterior. Uribe le "dio coherencia" a esa dualidad cambiando el segundo aspecto, pero volvió "monotemática" la política exterior, que se "hace agua" con los demócratas controlando el Congreso de EUA, lo que trató de demostrar criticando la reciente rendición de cuentas del Ministerio de Relaciones Exteriores, que presentó como "logro" la visita de 5 municipios en el marco del Plan Fronteras y como "reto" la organización de la Asamblea General de la OEA en 2008. Para Gil, lo que hay son "momentos inspiradores" y un conflicto entre la Cancillería y la Vicepresidencia. Al respecto, refutó el "argumento" de que deben hacerse nombramientos políticos por la supuesta falta de preparación y de condiciones de los diplomáticos de carrera. Por otro lado, señaló que desde la primera campaña de Uribe, el ahora presidente estaba convencido de la necesidad de tropas extranjeras en Colombia, buscando la inserción del conflicto colombiano en la guerra contra el terrorismo, y le apuntó a una intervención bien fuera de los EUA o de los cascos azules de la ONU. Tras el "rompimiento" con ese organismo multilateral, el objetivo fue "callar" a la ONU sin poner en peligro la ayuda humanitaria, algo que se logró pero que queda como un "pobre legado" y a diferencia de lo manifestado por Holguín, la relación "no es más sana".
Gil Savastrano explicó que Colombia no entendió que la mediación de la ONU es "imparcial", y que las dificultades con los asesores especiales de la ONU (James Lemoine) terminaron dañando esa figura, que hubiera servido para el tema del acuerdo humanitario con las FARC. Muestra del desconocimiento del sistema de Naciones Unidas es, según la analista, lo que busca el gobierno colombiano en el proceso con el ELN, que pretende llamar a Naciones Unidas una vez haya un acuerdo con ese grupo guerrillero. Gil dijo que la ONU no iba a verificar o a mediar en algo en el que no estuvo siquiera como observadora. Lo mismo con el proceso de paz con las AUC, en el que la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, en cabeza de Michael Frühling, inicialmente fue muy importante, en contraste con el silencio actual, con Juan Pablo Corlazzoli. Por ejemplo, la ONU no hubiese firmado un acuerdo de verificación apoyando a alguna de las partes, como sí hizo la OEA. Con ello, el gobierno envió un "mal mensaje" con las guerrillas en una eventual negociación. Además, las peleas con la ONU dejaron como costo la falta de credibilidad de Colombia con ese organismo.
Intervenciones y preguntas del público
Posteriormente, hubo dos intervenciones notorias: la del embajador de Portugal en Colombia, Augusto Peixoto, quien recordó la reciente visita de la entonces canciller María Consuelo Araújo a su país y preguntó a las analistas si había una posibilidad de acercamiento de Colombia a la Unión Europea, dadas las dificultades con EUA por el Congreso demócrata. Maria Ángela Holguín señaló que el Vicepresidente no interfiere en la política exterior y que sólo habla de Derechos Humanos y el tema sindical en sus salidas al exterior, por lo cual no podía responder. Luego habló el empresario "de izquierda" Pedro Bonnet Locarno, quien fuera senador y superintendente de Notariado y Registro en los años 90, quien habló de su experiencia en la comisiones binacionales senatoriales, donde se daban debates "dogmáticos", señalando que "Colombia jamás les ha ofrecido nada a sus vecinos". Tras expresar su nostalgia por la Unión Soviética, añadió que había una "nación guerrillera", cuyo desconocimiento y la visión que hay de ese tema desde "el punto de vista genuino del orden público", según él, no permite avanzar. Si bien reconoció que Uribe mantiene buenas relaciones con Chávez, afirmó que no hace lo mismo con sus demás vecinos. Dijo que las analistas habían dicho la verdad sobre la política exterior, pero que esa verdad no llegaba al pueblo.
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Las analistas respondieron algunas preguntas del público. Para Tickner, ha sido un acierto de ambos presidentes la intervención de Chávez en el tema del acuerdo humanitario, producto de la buena relación entre Colombia y Venezuela a pesar de las diferencias ideológicas. Holguín habló del fortalecimiento de la carrera diplomática, señalando que hay gente muy buena allí, a pesar de lo cual debía haber una depuración en la misma y que los nombramientos políticos deberían reducirse al 30%, pero para ello hace falta una "voluntad política". Respecto del Lejano Oriente, Holguín dijo que uno de los retos es el ingreso de Colombia a la Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), algo que no depende de la voluntad de Bogotá sino de los miembros de dicho foro y que Colombia tiene "todo por hacer" en sus puertos sobre el océano Pacífico. Ramírez, por su parte, habló del contraste de la evaluación negativa de los académicos de la política exterior a pesar de la percepción positiva de la imagen de Colombia en el exterior, algo que atribuyó al "efecto teflón" de Uribe y al acompañamiento del público en general hacia las políticas presidenciales. En Colombia hay mucho "parroquialismo", es un país muy cerrado, hay poco interés en la información internacional en los medios y la internacionalización del país se da "por la puerta de atrás", lo que incide en la percepción general, expresó Ramírez. Laura Gil dijo que Colombia "está en mora" de ser líder en el ámbito ambiental en América Latina y que hay dificultades de política exterior que podrían llevarse al Sistema Interamericano y a otras instancias multilaterales para quitar algo de presión a algunos temas bilaterales.
El ciclo de foros culmina el miércoles 5 de septiembre, con la evaluación del gobierno Uribe en la política social.
jueves 6 de septiembre de 2007, 02:58 COT
[…] Analistas coinciden en que hay fortalecer la carrera diplomática en Colombia […]
mircoles 18 de junio de 2008, 12:03 COT
La carrera diplomatica como dice el Doctor Holguin, debe “sofisticarse” y ser realmente tomada en serio. Por Dios los diplomaticos son la imagen de nuestra bella Colombia en el mundo. Me parece terrible y me da verguenza haber conocido muchas personas que han pasado por el consulado de Colombia, en frankfurt, por ejemplo, pues he conocido muchos de ellos y ellas porque vivo en alemania hace mas de 10 años.
Tengo educacion academica y universitaria y nunca pude establecer contacto con ninguna de estas personas que parecian mejor pertenecer al ampa y a la ordinaries. En su mayoria incluyendo consules, secretarias y personal en general no muestran el mas minimo nivel profesional ni cultural.
Lo mas terrible es que ni siquiera saben hablar correctamente el español y mucho menos Aleman como el caso de la vice.consul Teresita Garcia. Asi que por favor, pensemos que estos personajes se vienen de gratas vacaciones por aqui al extranjero pagados con el dinero de las gentes de un pais maravilloso como lo es Colombia y no hacen nada mas que dejar mala huella, mala reputacion y contribuyen aun mas a destruir la imagen de nuestro pais en el mundo.
martes 29 de diciembre de 2009, 21:42 COT
Es verdad lo que dice Tickner la carrera diplomatica es solo para los amigos de lso politicos y ese concurso de ingresoa la carrera diplomatica es una farsa ya que hacen trampa y escogen a los mas ineptos e incapaces pero que estan en la rosca, esos diplomaticos que escogen ni siquiera hablan bien el ingles, no tienen nada de cultura general son niños bien de la Javeriana o de esas otras universidades d e elite son una verguenza para el pais