Ser mujer
Especial Día Internacional de la Mujer 2008Por Bailarina
sbado 8 de marzo de 2008 0:17 COT
Ella sa cansao de tirar la toalla se va quitando poco a poco telarañas no ha dormido esta noche pero no esta cansada no mira ningún espejo pero se siente to’ guapa. Hoy ella sa puesto color en las pestañas hoy le gusta su sonrisa, no se siente una extraña hoy sueña lo que quiere sin preocuparse por nada hoy es una mujé que se da cuenta de su alma.
Hoy vas a descubrir que el mundo es sólo para ti, que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño, hoy vas a comprender que el miedo se puede romper con un sólo portazo. Hoy vas a hacer reír porque tus ojos se han casao’ de ser llanto, de ser llanto, hoy vas a conseguir reír tanto de ti y ver que lo has lograo’ que…
Hoy vas a ser la mujé que te dé la gana de ser Hoy te vas a querer como nadie ta sabio queré Hoy vas a mirar pa’lante que pa atrás ya te doy yo bastante una mujé valiente, una mujé sonriente mira como pasa Hoy nasió la mujé perfecta que esperaban ha roto sin pudore las reglas marcadas Hoy a calzado tacone para hacer sonar sus pasos Hoy sabe que su vida nunca mas será un fracaso
Hoy vas a descubrir que el mundo es sólo para ti que nadie puede hacerte daño, nadie puede hacerte daño Hoy vas conquistar el cielo sin mirar lo alto que queda del suelo Hoy vas a ser feliz aunque el invierno sea frío y sea largo, y sea largo… Hoy vas a conseguir reír tanto de ti y ver que lo has logrado…
Ella – Bebé
Ser mujer
Cuando se me habló de escribir un artículo alusivo a la mujer como parte del homenaje que equinoXio hace a las mujeres del mundo el 8 de marzo día que se ha declarado internacionalmente para ella, pensé en mil cosas: cáncer de seno, la incursión de las mujeres latinoamericanas en la política, la violencia femenina, mujeres deportistas, mujeres víctimas de la violencia, mujeres cabezas de hogar, viudas etc, etc, etc.
Tenía tanto en la cabeza y quería decir tantas cosas. Este es un tema que me apasiona y que me llena de vehemencia; pero es precisamente por ese motivo que soy cautelosa y no me dejo llevar por mis impulsos. Así que tomé la decisión de escribir sobre mí, sobre mi “mujería”, mi feminidad, sobre cómo soy yo como mujer y lo que pienso de la mujer.
Desde pequeña escuché las diferencias entre las mujeres decentes y las “otras”. Las mujeres decentes –como yo- llegaban temprano a casa, pedían siempre permiso, se vestían recatadas, no iban nunca a la casa de los hombres y menos si estaban solos, mucho menos les hacían llamadas. Las mujeres decentes no se andaban besuqueando en cualquier parte con un chico –menos con una chica-, no se dejaban tocar y ni pensar de relaciones sexuales, eso se dejaba únicamente como medio de reproducción y cuando uno ya hubiera escogido –y amarrado- al padre de sus hijos.
Crecí yendo a la Iglesia, pensando en que me casaría, tendría hijos, sería una buena madre y les daría buen ejemplo. Soñaba con un hogar bonito, un esposo perfecto y una vida cómoda, porque pensaba que así era como debía ser y que además así eran los hogares “normales”.
Ahora pienso que no quiero ser una buena madre –ni siquiera mala-, que no quiero casarme ni tener hijos ni darle buen ejemplo a nadie; que quiero usar faldas cortas, escotes, pintarme los labios, ser coqueta, no ir a misa, llamar a los chicos cuando quiera, besarlos cuando se me antoje e irme a la cama con ellos si así me provoca. Porque la visión de mujer que me enseñaron y la que veo a diario en las mujeres de mi vida, no sólo no me gusta, sino que además está equivocada. Es limitante, restrictiva, castrante y sobretodo carcelaria y esclavizante.
Veo a mujeres de todos los estratos, niveles sociales, culturales y educativos en este siglo maltratadas: física, verbal, mental, social, personalmente y muchas de ellas lo permiten. Esas mismas mujeres son las que se denigran hasta el punto de pasar a ser el objeto del hombre con el que están para ser exhibidas como carro de concesionario –entre otras, creo que tratan mejor a sus carros que a ellas-. Mujeres que son increíbles por lo que hacen día a día y que son mis heroínas personales, mujeres que no saben –o no creen- lo que valen y creen que su valía está en la aceptación que les ese “otro” hombre –y en el peor de los casos, uno cualquiera-.
“Sí, yo sé que Julio me maltrata horrible, es un patán y me pone cachos a cada rato quién sabe con qué viejas. A mí ya ni ganas de dan de hacer el amor con él, pero yo no puedo dejarlo, es que porecito, si yo me voy quién le hace a él las cosas”
“Ah, estoy mamada con José, esa situación con la familia de él y el tipo me está sacando el culo a cada rato” Yo le pregunto, ¿por qué estás con él? Y mi amiga me responde: pues ni sé porque ya ni por el catre.
“Noo, yo no me mando a quitar puchecas, mi marido me mata”
Y frases de ese estilo son las que escucho casi a diario. Pero no sólo las escucho entre mis conocidas, también entre desconocidas y lo que es peor, las veo y oigo en nuestras novelas que son el patrón cultural y alimento de la mayoría de nosotros.
Mi prima D, hace 3 años se puso prótesis en los senos porque no se sentía bien como estaba. Su idea era estar más bella, verse mejor, ser más atractiva –a los ojos de quién- y aún está sola…bueno, tiene a sus dos grandes y estorbosas acompañantes. Y como ella hay muchas mujeres en la sociedad, mujeres lindas, inteligentes, preparadas pero con un gran vacío emocional y siempre en la búsqueda de un hombre que las quiera, pero no como ellas quieren sino como ellos las quieren.
Mi tía Ñaña que tiene 44 años nació en la época de la revolución social, cuando el hippismo se ponía en boga con su lema “paz y amor” y la reivindicación de los derechos sobretodo de la libertad eran proclamados. Ella es una mujer liberal, de mente abierta, revolucionaria y rebelde. Va contra todos los cánones establecidos –y eso le ha traído algunos problemas- pero ha sido ella y ha sido consecuente con sus ideas liberales y liberadas; ella nació en la generación de mujeres que “supuestamente” habían dado el salto dialéctico y que harían las cosas más fáciles para las generaciones venideras (como la mía). Pero no, esa generación de mujeres nació, creció y ahí se quedó, porque de reproducirse…nanai. Y es que me aterro, pero las mujeres de mi generación y las posteriores son igualmente conservadoras, no al modo de nuestras madres y abuelas, pero lo son a su modo y me pone a pensar en si eso es la evolución –o involución- o es simplemente una condición sine que non de la mujer.
Y me aterro, no porque ser conservadora sea malo, no, sino porque en la medida en que sigamos construyendo las sociedades sobre esos patrones de conducta, no va a existir posibilidad de cambio alguno sobre aquello que las mujeres “modernas” han peleado tanto: la disminución del machismo, la igualdad de ambos sexos –en todos lo ámbitos-, la no discriminación, el respeto a la integridad femenina, etc. Y es ahí, donde la mujer juega un papel importante y yo diría que tal vez el más importante: la creación o modificación de los valores sobre los que se construyen y desarrollan las familias y las sociedades. Si la mujer no da el salto dialéctico, la sociedad tampoco lo hará, la cosa es así de simple. Pero tan simple y parece que no se ha dado cuenta de ello, de lo importante que es, de lo mucho que significa y eso empeora las cosas. Mientras nosotras sigamos manteniendo este esquema machista, no hay ninguna esperanza de cambio…el caos.
No quiero establecer diferencias entre hombres y mujeres, tampoco quiero poner en discusión el tema bizantino sobre quién es mejor o superior, sólo estoy hablando del papel de la mujer en la sociedad y de los avances –hacia atrás o hacia delante- que ella posibilite. Según algunos estudios, la educación y alimentación de los hijos está relacionada directamente con la madre y su nivel escolar; el padre no aparece por ningún lado y no estoy poniendo un punto feminista o a favor de las mujeres, no, estoy hablando de lo que las investigaciones dicen, porque por supuesto el hombre cumple un papel importante en la conformación del hogar, sólo que el de la mujer es indispensable, la pregunta es ¿por qué?
Basta ver a nuestro alrededor para darnos cuenta cómo ha cambiado la sociedad, la crianza y formación de los hijos y las prioridades. Creo que la mujer, en su afán desmedido por ser reconocida y ocupar los mismos espacios del hombre, ha descuidado otros aspectos de su vida, desequilibrando la balanza. Ahora, las mujeres son mucho más competitivas que los hombres y lo son tanto que logran superarlos por mucho, casi en todas las cosas que se propongan logrando darles el reconocimiento y la satisfacción que esto les genera, siendo laboralmente muy exitosas, brillantes y sobresalientes; pero en el plano personal, son mujeres inhábiles o incapaces de manejar su vida. Los hijos no son tan importantes y no hay mucho tiempo para ellos, hay otras prioridades por lo que éstos resultan en los “monstruos” que hoy conocemos, con nociones de la vida bastante equivocadas que no garantizarán mucho su éxito en la vida. El cambio de roles también ha cambiado la sociedad y aunque evidentemente se pueden observar muchos de sus beneficios, también las mujeres deben tener en cuenta que todo en exceso es malo y que la balaza siempre debe estar equilibrada; en últimas las perjudicadas siempre seremos nosotras.
Y ni hablar de aquellas mujeres que siendo tan brillantes, inteligentes y preparadas están solas; bien porque ningún hombre sea el adecuado para ellas, o bien porque les ocurre esto que es lo más frecuente, porque ese es otro de los problemas de ser mujer y más si se es moderna; que los hombres no soportan una mujer que tome iniciativas, que sea líder y mucho menos que sobresalga especialmente si ese éxito es en sus territorios; y es aquí donde yo siempre me pregunto ¿Por qué las mujeres tenemos que quedarnos sentadas esperando a que algún hombre nos saque a bailar y dejar pasar al que en realidad nos gusta? ¿Por qué no podemos nosotras también escoger, así como somos escogidas? Y la respuesta que encontré, la encontré hace poco tiempo y vino de labios de un hombre que me dijo: “porque finalmente Mona, ustedes las mujeres son siempre las que escogen; aparentemente no y aparentemente ustedes se quedan sentadas esperando en la silla a que alguien las saque a bailar, pero al final, siempre terminan bailando con el que ustedes querían y nosotros creímos que tuvimos el control de la situación, pero el control lo tuvieron siempre ustedes, siempre”
Confieso que me sonreí, me dio un “algo” de satisfacción cuando escuché eso porque en el fondo sabía que eso era así, que eso era cierto, porque somos manipuladoras y la manipulación es nuestra mejor arma. Porque sé que no es que no hayamos tenido logros, los hemos tenido y grandes y los tenemos cada día, es sólo que estos no han sido reconocidos a través de los siglos porque carecen de importancia y siempre están opacados por los triunfos de los hombres. Porque sé que en el fondo somos nosotras quienes tenemos el poder, el poder del cambio, de la transformación, del movimiento, de la seducción, de la vida; y ese poder, aunque invisible, se ha hecho visible en sus resultados. Y siento que ese poder viene de la Pachamama que también es una fémina no por nada es “La Madre Naturaleza”. Y pienso en las musas, todas mujeres, inspiradoras de la belleza, la sensibilidad, el sentimiento, la delicadeza, la armonía.
Así que ser mujer es una bendición de la Naturaleza, es la oportunidad de crear, generar y cambiar y dar origen a nuevas cosas, ser mujer es ser complicada e ininteligible a los hombres, ser mujer es ser sensual y atractiva, ser mujer es ser delicada pero también fuerte frente a las situaciones adversas, ser mujer es ser ama de casa, madre y esposa, vecina, amiga, compañera, profesional y ciudadana, porque las mujeres no tenemos que limitarnos a un sólo rol ni estamos hechas para ello porque también somos versátiles, ser mujer es tener una capacidad infinita de amar y por lo tanto de gobernar siempre con el corazón, ser mujer es tener la tenacidad de salir avanti en las situaciones adversas, ser mujer es saber que aunque no parezca, la decisión siempre está en nuestras manos y que al final, siempre somos nosotras quienes decidimos y es ahí donde reside nuestra mayor valía, pero también nuestra mayor responsabilidad.
sbado 8 de marzo de 2008, 08:01 COT
Yo que creo.. solo que somos seres libres, que podemos hacer con nuestras vidas lo que queramos, asi sea para el triunfo o el fracaso, que somos aun tan bobas para pensar que porque somos mujeres los hombres nos ganan, nos mantienen, son mejores, para nada pienso yo… todo son limitaciones mentales que nosotras no inventamos… Nunca he sentido que un hombre me haga sentir que soy menos que el, lo he sido por mi propia decision.
Tenemos fijo en la mente que “como soy mujer” … no logro, no triunfo…
Es cierto somos distintas a los hombres, por eso existen hombres y mujeres, pero en plenos siglo veinte y uno, y al menos en este pais, no podemos decir que nuestra suerte esta atada a si somos mas o menos que los hombres.. o estar nuestro exito sujeto a si un hombre tal cosas, somos seres independientes, libres, y si nos “acompañan ” los hombres en este viaje por la vida…Mucho mejor…
jueves 28 de agosto de 2008, 14:49 COT
SER MUJER
ESTOY DE ACUERDO CON ESTE ARTICULO.ESPECIALMENTE EL ULTIMO PARRAFO.MAGISTRAL CONCLUSION. SOMOS LAS REVOLUCIONARIAS DEL MUNDO.LA MANO DE DIOS OBRANDO Y CREANDO.ESPECIALMENTE EN ESTE TIEMPO Y MOMENTO HISTORICO.ASUMIENDO NUSTRA RESPONSABILIDAD CAUTELOSAMENTE TENDREMOS LA OPORTUNIDAD DE POBLAR ESTE MUNDO DE LOS SERES QUE DIOS NECESITA PARA DEMOSTRAR QUE SIEMPRE HEMOS SIDO PARTE ESPECIAL Y CONCIENTE DE LA CREACION.