La cultura, “una sombra larga…”
Especial 2006 > La cultura, "una sombra larga..."Por Carlos Uribe de los Ríos
sbado 30 de diciembre de 2006 0:01 COT
Lo cultural en Colombia se mueve con fervor en el terreno de los eventos. Y por momentos ocurren breves esplendores alrededor del cine, de los libros, de las artes plásticas y de algunos premios. El resto es una especie de desierto burocrático: mucha acción –y poca inversión- para que todo siga igual.
Lo digo porque tenemos un detallado Plan Nacional de Cultura –que reforma cada gobierno según su saber y entender- pero de lo que no disponemos es de presupuesto. El más bajo de todos los ministerios.
El de la Cultura se ocupa de muchas cosas, que no vamos a repetir. Sin embargo, su manto apenas las cobija, pues existen demasiados pobres para una misma limosna. Y aquí hay qué decir lo más claro: los gobiernos –desde Samper que fue el que inauguró- no entienden lo que debe o puede ser una política cultural, aunque exista sobre el papel. No lo entienden o se hacen los pendejos, porque si uno comprendiera de veras, aportaría el presupuesto necesario. Pero en este caso se reciben las migajas que caen de la mesa de los señores.
Así que tenemos Ministerio pero su visión –como dicen ahora- se queda en lo más inmediato, en el día a día, en el año a año. Se reseca.
Para poner un ejemplo, el Ministerio de Cultura debería ser, además de patrocinador de investigación, recopilación y documentación de todas las formas reconocidas de la cultura nuestra, un gran difusor de todo aquello que se considere con calidad de patrimonio. Distintos fondos editoriales, que publiquen y distribuyan a las bibliotecas públicas y casas de la cultura todo lo valioso que las editoriales comerciales no recogen, es un caso. Otro, que hiciera lo mismo en el terreno de la música, de las artes plásticas, del teatro, de la danza, del cine y el video, de la gastronomía. Ya en el terreno de la arquitectura existe Bienes Inmuebles, a la que sin embargo le faltan dientes.
Pero el Ministerio a duras penas convoca Premios Nacionales de Cultura e Investigación, y hace trabajo de recopilación de información, y de control de algunos de los desmanes de los particulares –y a veces del propio Estado- contra el patrimonio. Y claro, reparte platicas aquí y allá a ver qué se alcanza a cubrir. Y en esas nos quedamos en pañales.
Sin embargo, juntado muchos esfuerzos, privados y oficiales, en el 2006 se hace preciso mencionar algunas cosas. Porque marcaron territorio, porque tuvieron eco, porque ofrecieron calidad.
El Hay Festival, en Cartagena, a finales de enero, y el Festival Internacional de Teatro de Bogotá, en la primera quincena de abril, parecen ser los dos eventos del año. Mención igualmente merece el llamado Nobel Alternativo 2006, otorgado al Festival Internacional de Poesía de Medellín
Casi todo mundo está de acuerdo en que los dos libros más destacados –entre un puñado de buenos títulos- fueron El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince, con el que ha llorado ya un tercio del país lector, y Melodrama, de Jorge Franco, más polémico. Sobre todo porque este autor en cierto modo debe mostrar ahora sí que tiene más para contar, sin los recursos ya manidos de la vida de cartel. Y se debe recordar que Evelio José Rosero se ganó el Premio Tusquets de Novela con la obra Los Ejércitos, entre 439 participantes.
Las películas –siete colombianas se estrenaron en el 2006- dieron más qué hablar. Porque el cine tiene más prensa: ofrece una tentadora alianza con el espectáculo. Hay qué decir, así suene discutible, que las más logradas fueron El colombian dream, de Felipe Aljure, toda una obra con la que confirma su originalidad, y Al final del espectro, de los hermanos Carlos Esteban y Juan Felipe Orozco, un filme casi casero pero justo, que ha logrado resonancia por su equilibrio. También es debido mencionar la más taquillera, Soñar no cuesta nada, de Rodrigo Triana, y la filmación en Cartagena de El amor en los tiempos del cólera, dirigida por el inglés Mike Newell.
Y para no generar más polémica –o para que se inicie de nuevo- la televisión comercial tuvo en Colombia, y al parecer va a suceder pronto en muchos otros países, un éxito arrollador con la bien discutible puesta en escena del libro –regularete- de Gustavo Bolívar, Sin tetas no hay paraíso. Lo de discutible se debe a que Caracol TV la embarró de entrada apenas le cayeron los moralistas de turno y las airadas señoras de Pereira encima. Dijo que se trataba de un seriado para “educar”. Y eso no funciona a contrapelo. Ni con buenas intenciones.
Se nos quedan las obras de arte, los premios de arquitectura, los logros en danza, en orquestas juveniles, el teatro que lucha por sobrevivir en medio de bandazos al aire, los cuenteros, las músicas. Medio país. Pero que este silencio confirme la apatía de los medios y el vacío en la presencia de un Ministerio que debería liderar el rescate, la consolidación y la conservación de todo aquello que nos define como colombianos.
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sbado 30 de diciembre de 2006, 13:40 COT
Carlos, no quiero ser un mar de alabanzas. Solo reconozco que te luciste con este aporte. Me identifico con tigo en todo. A pesar del poco presupuesto hubo eventos de talla internacional y tú los mencionas, tales coo el festival de poesía en nuestra ciudad, el Hay Festival de Cartagena, el Festival de Teatro en Bogotà. Me uno a las pelìculas que mencionas también y destaco la de El Colombian Dream.
Te hago un aporte que pasó también y fue otro festival de teatro que se llevó a cabo en el Municipio de Carmen de Viboral, creo que fue en junio-julio. Yo no alcancé a estar pero unos parientes me informaron que fue enriquecedor.
Te deseo un 2007 lleno de felicidad y logros!
Un abracito y un beso equinoXiales!
domingo 31 de diciembre de 2006, 10:35 COT
¿La cultura es importante? Recuerdo en este momento a vuelo de pájaro los intentos, algunas veces existosos, por llevar la cultura a Ciudad Bolívar (Bogotá) transformando el ocio y la violencia en actividades lúdicas: grupos de danza, teatro, luchan a diario por arrebatarle actores a los señores de la guerra. Una comunidad que saca a relucir su creatividad, que se hermana a través del arte, la música, la poesía, comienza a sanar sus heridas. ¿Lo entenderán algún día los poderosos? Buen aporte equinoXial. Abrazos.
domingo 31 de diciembre de 2006, 12:55 COT
Gracias por tu buena colaboración y…
¡Feliz 2007!
viernes 5 de enero de 2007, 03:06 COT
Gracias por esta evaluacion de lo que ha pasado en la cultura colombiana. Importante reflexion para un pais que no puede dejarse ahogar en medio de los que solo quieren impulsar la violencia y la guerra.