Por qué ya no creo en las marchas
Especial Marcha 4 de febrero > OpiniónPor Martín Stefanelli
mircoles 6 de febrero de 2008 1:20 COT
(Fotos: Martín Stefanelli, especial para equinoXio)
En Buenos Aires, en marzo de 2004, secuestraron y asesinaron al hijo del empresario textil Juan Carlos Blumberg. Menos de quince días más tarde, una multitudinaria marcha recorría las calles del centro de la ciudad. Era una marcha contra la violencia delictiva que se había acrecentado desde la crisis de diciembre de 2001.
Una vez más, la clase media porteña y bonaerense se sentía amenazada. Y yo, como fiel representante de esa clase, me encontraba ahí luego de haber vivido y presenciado, durante ese año, varios hechos delicados. Un asesinato en la puerta de tu casa, los secuestros express de varios de tus conocidos y un asalto bastante desagradable son buenos generadores de paranoia y, por derivación, de taras mentales que pueden hacer que me entiendan pero que no me justifican.
Decidí concurrir a esa marcha por su lema, no por quien la convocaba. Lo que no sabía —tal vez porque era más chico y bastante más boludo— es que no existe una marcha que, antes, durante o después, no sea capitalizada por alguien. Eso fue lo que no me pregunté y haber acompañado ese desfile fue, luego, un error bastante vergonzoso para mí.
Debe ser la primera vez que se lo cuento a alguien.
Semanas después sentí que Blumberg me había usado para instalar sus leyes con las que jamás hubiera estado de acuerdo. A mí y a muchos de los que se acercaron a la plaza del Congreso ese día. Pero los 150.000 habían caminado y el número era muy fuerte como para ignorarlo. Ya lo podíamos ver sentado en el parlamento mientras anotaba en su carpeta y hacía mala cara cuando los congresistas no estaban de acuerdo con él. Se le había dado poder legislativo a un hombre que, el mes anterior, era un desconocido sin un cargo público que lo habilitara para tal cosa.
El lunes, mientras me iba acercando en Transmilenio hacia el centro de Bogotá, no dejaba de pensar en las personas que salían a la calle con sus banderas y camisetas. Quería saber si, como yo cuatro años atrás, se habían olvidado de hacerse la pregunta. El milagro Facebook le daba un aire de espontaneidad. Llenaba el 4 de febrero con los vientos liberadores que parecen traer las nuevas tecnologías y sus redes sociales. Como si fuera una esfera separada de todos nosotros, el otro mundo que nos va a ayudar a mejorar este, Facebook se exhibía como la prueba fehaciente de que no había otros mentores que el pueblo y su cansancio. Pero por qué algunas de las personas (bastante pocas) con las que me crucé hablaban de violencia y en los medios sólo se escuchaba FARC como su único sinónimo.
Nadie puede discutir que lo del lunes fue únicamente una marcha contra las FARC. El paramilitarismo y el terrorismo de estado estuvieron ausentes en el discurso y en todo el campo visual del recorrido. Cuando preguntábamos por estos dos actores y sus delitos, escuchábamos frases análogas al “por algo será” que circuló (circula) en Argentina y me parecía estar viviendo dentro un cliché. Un cliché de clase, de esa que sabe por qué marcha pero no para quién y que, tal vez, aunque no lo sé porque esto es mucho más complejo, en un tiempo se arrepientan y se avergüencen de la misma manera que yo.
mircoles 6 de febrero de 2008, 01:56 COT
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jueves 7 de febrero de 2008, 00:31 COT
[…] Para quienes gustan de las teorías conspirativas que se hacen realidad, cortesía del papá argentino que estas tierras vuelve a visitar. […]
viernes 8 de febrero de 2008, 00:15 COT
Fue una marcha PARA colombia
viernes 8 de febrero de 2008, 11:36 COT
Pues yo no marché por las razones aquí expuestas. Efectivamente, puede que el gobierno no haya capitalizado la marcha directamente, pero sí lo hizo uno de sus partidos de coaliciòn para saltarse la institucionalidad colombiana y mantener perpetuo al parauribismo en Colombia.
Sin embargo, asì no me haya gustado el fin de la marcha y me parezca que faltó incluir a más actores del conflicto, definitivamente prefiero que se enfrente a las FARC así y no con motosierras descuartizacampesinosinocentes, o con recursos públicos necesarios y escasos!!
El tal, buen artículo … esto se debió publicar por todos lados antes de la marcha!
viernes 8 de febrero de 2008, 18:51 COT
Don Tomate, una marcha PARA Colombia y para el mundo. No se olvide la importancia del marketing.
Julian, casualmente no paro de ver y leer en los medios sobre la re-re-elección (como llamamos al intento de Menem) de Uribe.
mircoles 4 de junio de 2008, 00:47 COT
Martin:
Me encantó tu artículo, de hecho pasé por casualidad, pero gratamente lo he leído.
Soy una argentina que vive hace algunos años en Chile y estudio pedagogía.
Resulta que por estas semanas se vive una ola de paralizaciones en el país, se llama a manifestaciones y truncamiento de actividades.Los sectores más implicados son el área educativa y los transportistas.
Sin embargo y a pesar de las reivindicaciones innegables que deben hacerse a estas áreas, se nota claramente un interés partidista en todas estas actividades, y ellos van como animales al deguello…vociferando lemas rimbombantes, creyendo que hacen algo muy provechoso. Sin embargo, sin un cuerpo orgánico y sin un objetivo que sea la “revolución social”, los únicos beneficiados serán los poderes fácticos que siguen disputando el poder, para distribuirlos como siempre, entre ellos mismos.
Son problemas de administrativos que manipulan y juegan con la miseria ajena.
DE VERDAD FELICITACIONES
ME ALEGRA SABER QUE NO SOY LA ÚNICA QUE PIENSA ASÍ
Abajo también el paramilitarismo y el terrorismo de estado en COlombia…