Viejos fantasmas
Columnas > EnchiladosPor Don Chere
lunes 11 de diciembre de 2006 18:41 COT
Por el mundo ha recorrido la noticia del estado de salud y la posterior muerte del ex dictador chileno Augusto Pinochet. Sin lugar a dudas, a los 91 años, uno de los pocos golpistas del mundo no condenados por la justicia genera la atención de las cámaras de todo el orbe.
Acá en Chile la situación se ha vivido de otra manera, con una extraña calma, que sólo se ha roto al final, por parte de muchos sectores, llegando a la algarabía por parte de sus detractores más firmes y también devoción casi religiosa por parte de sus seguidores y, ¿por qué no?, con escepticismo por parte de algunos.
Una cosa es lo que Chile debe resolver ahora que la sombra del ex Comandante en Jefe del Ejército no está marcando el devenir nacional, como llegamos a la verdad y a la reconciliación verdadera. Pero es otro tema el que me inquieta, algo más profundo tal vez.
En lo personal me llama la atención el fervor que puede todavía puede despertar una persona que es responsable de asesinatos, robos y excesos de la más variada índole. Escenas de mujeres llorando rozan lo patético, y lo incomprensible. Tal como las imágenes de congoja de diversos actores del pacto de oposición, la Alianza por Chile, que la verdad rayan lo surrealista al ser ellos en parte los comandados a legislar en este país.
¿Hasta que punto las ideologías nos pueden llevar a justificar lo injustificable?
Escuela Militar en horas del velatorio de Pinochet (Imagen grabada con celular)
Antes el tema de los asesinatos se zanjaban con que nunca existieron, luego de varios dolorosos informes el argumento cambió a que él no sabía, hoy que el tema es exigir al correspondiente responsabilidad política ya hablamos de que “esos terroristas merecían que los mataran”. Se aplica la misma premisa con el tema de los robos. Sí hasta un (in)famoso alcalde y ex militar lo comparó con el mismísimo Papa Juan Pablo II, valor, acá si tocamos fondo, me imagino que el ex Pontífice desde donde esté en el más allá, no debe estar del todo contento con la comparación.
Contraste de celebración y pena
Curioso es que si miramos el tema de las dictaduras y lo enfocamos desde la óptica de la izquierda comunista y socialista chilena se da la misma postura hacia Fidel Castro, otro fetiche de escopeta en mano que roza lo patético.
Cuando Fidel estuvo hospitalizado no fueron pocos los “buques insignes” insignes de la lucha contra la vuelta a la democracia chilena que dieron sentidas muestras de solidaridad hacia el dictador cubano justificando su obra (entre otros la hija del mismísimo Salvador Allende Presidente derrocado por Pinochet aquel 11 de septiembre de 1973).
Lo mismo pasó cuando el ex dictador alemán y culpable de matanzas varias, Erich Honecker, pasó sus últimos días cómodamente instalado en nuestro país.
¿Hasta qué punto podemos transar ideologías por valores?
El tema de la transición a la democracia chilena, de la verdad y la reconciliación son falacias históricas, nunca existieron, nunca existirán hasta que mueran todos los que vivieron de una u otra forma la dictadura de Pinochet. Los que usufructuaron de este concepto, los que se aprovecharon de él para llegar al poder, los que se colgaron de los excesos de la dictadura para iniciar carreras políticas, los que usaron sus ministerios para enriquecerse ilícitamente, los ciudadanos comunes que montaron barricadas en las calles, los que lloraron en 1990 cuando este caballero dejó el poder, y los que adhirieron o se opusieron en conciencia, o sea, estamos hablando de a lo menos unos 50 años. Una generación completa.
Pero es importante creer en que ayer 10 de diciembre nació un nuevo Chile, y esa tarea que tomará años hay que empezarla ya, es un deber generacional.
Partidarios de Pinochet en La Escuela Militar (Imagen grabada con celular)
Sólo ahí, y recién ahí podremos hablar de perdón, de sensatez, de consecuencia, y de respeto a la vida, antes, cualquier discusión será vana y se diluirá en el peor de los victimismos, ese victimismo que nos lleva a condenar a Castro y a Honecker, pero a defender a Pinochet, ese victimismo que nos lleva a condenar a Pinochet, defendiendo a Castro y a Honecker, ese victimismo que a fin de cuentas nos lleva a victimizar de la peor forma al respeto por las libertades y la vida humana.
Por ahora, seguimos viviendo con los viejos fantasmas.
* Fotos: Jaime Ceresa / * Videos:Jaime Ceresa y Canal 13 (UCTV) de Chile
lunes 11 de diciembre de 2006, 19:28 COT
Excelente visión, Jaime, la que plasmas acá. Y, es cierto, un deber generacional y un deber histórico, comenzar ahora a mirar, con respeto y sensatez, la vida. Abrazo.
lunes 11 de diciembre de 2006, 19:44 COT
Enfoque diferente que cita a los lectores a una reflexión. A abrir lo ojos y no seguir con esa ceguera que caracteriza los pueblos.
Un abrazo equinoXial para tí Jaime!
lunes 11 de diciembre de 2006, 22:36 COT
Que buena reflexión, que nos sirve de paso a nosotros acá en Colombia, un país “apasionadamente” radicalizado….
Saludos
martes 12 de diciembre de 2006, 12:23 COT
¿Qué tal la hija de Pinochet atacando a la prensa internacional por llamar a las cosas por su nombre? ¿Qué tal los “comentaristas” de los blogs de ultraderecha justificando los asesinatos?
Este titular del Página 12 de Buenos Aires es de lo mejor: ¿Qué habrá hecho el infierno para merecer esto?
De todos modos, queda un camino largo por recorrer en Chile respecto de lo que acertadamente comentas y acá pasarán décadas para que algo así se dé. Un saludo.
martes 12 de diciembre de 2006, 12:27 COT
A dios gracias..la hija de Pinochet..solo se representa así misma y a su familia.
viernes 12 de enero de 2007, 15:09 COT
[…] Así son los dictadores. Bichos molestos con aureola de inmortales. Para ponernos televisivos, podríamos decir que son los highlanders de la política. Se ven como uno, charlan como uno, hasta se ríen como uno, pero no son como uno, son peores, y eso es mucho decir. Andan por ahí quitando cabezas, troncos y extremidades, pues todos sueñan con ser el último, el que se quede con todo. […]
lunes 29 de enero de 2007, 13:32 COT
[…] * Columna publicada originalmente por el autor en Revista equinoXio […]
martes 11 de septiembre de 2007, 15:04 COT
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