Panorama de la Copa Libertadores 2008
Columnas > Con los taches arribaPor Rafa XIII
miã©rcoles 13 de febrero de 2008 13:36 COT
Con la derrota del Chicó FC de visitante ante el Audax Italiano, quedó completo el cuadro de los 32 participantes en la edición 2008 de la Copa Libertadores de América, que este año cambió de patrocinador.
Esta prematura eliminación del equipo ajedrezado de entrada deja reducida la representación colombiana a apenas dos equipos, el Atlético Nacional y el Cúcuta Deportivo. De haber clasificado el equipo de Pimentel, quedaría sembrado en el mismo grupo de Nacional, siendo éste el segundo año consecutivo en el que dos clubes de Colombia estarían enfrentándose entre sí en las primeras de cambio. En 2007, Deportes Tolima fue insertado en el mismo grupo del Cúcuta, que a la postre llegó hasta la semifinal.
Este hecho irregular marca el poco peso de la dirigencia del fútbol colombiano de puertas para afuera, y la manera aberrante en la que se lleva a cabo el “sorteo” de los grupos y calendario del torneo. Tal como lo señalamos en su momento, es un secreto a gritos que el sorteo es un sainete en el que De Lucca, Leoz, Grondona y Teixeira arman a su acomodo los ocho cuadrangulares, de acuerdo con conveniencias deportivas de los clubes intocables de la Conmebol, de Argentina y Brasil, y económicas, de los propietarios de los derechos de transmisión, TyC/Fox Sports y Traffic.
Pero pasemos por alto el hecho de que el sorteo es una mera formalidad. De que Fluminense es cabeza de serie solamente por ser brasileño, aunque nunca ha ganado la Libertadores, y que Estudiantes es también cabeza por ser argentino, y a pesar de que fue campeón de la copa hace cuatro décadas y punta. Pasemos también por alto el hecho de que esta “primera ronda” es un contentillo absurdo para seis equipos que la ganan y una frustración para los otros seis que la pierden, y hagámonos los de la vista gorda ante el hecho de que entre los 32 equipos solamente hay dos a los que nunca se les cruzan sus partidos con los del campeonato de su país y que con excepción de una jornada, siempre juegan miércoles o jueves, teniendo más descanso entre partidos que los otros 30. Uno juega de blanco y rojo, y el otro de azul y amarillo.
Como hay quienes dicen que solamente aquí se habla de lo malo, entonces, tal como lo hicimos en 2007, rescatemos una cosa buena del sistema actual de la Libertadores: La conformación de las llaves a partir de octavos de final, con base en los puntajes que los equipos logren en sus cuadrangulares. Al emparejar el mejor primero con el peor segundo, el siguiente mejor primero con el penúltimo segundo y así sucesivamente, se eliminó la adjudicación por anticipado de la famosa llave mágica en la que desde octavos hasta la finalísima, un solo equipo terminaba siempre todas estas rondas jugando de local. Como anécdota, en 2002, la llave mágica era para el primero del grupo en el que estaba el equipo de blanco y rojo, y al año siguiente, la llave era para el primero del grupo en el que estaba el equipo de azul y amarillo. El problema es que en éste, quedó primero el América de México, y en aquél, el DIM.
Ya en cuanto a los grupos de este año, veamos de los de Cúcuta y Nacional. Los motilones tienen por delante a dos rivales durísimos en el Grupo 6, como Santos y Chivas de Guadalajara. Los brasileños, que tienen a su haber, amén de los títulos de los años sesenta, nada menos que con Pelé en su nómina, el subcampeonato de 2003 y su llegada a la semifinal de 2007, en donde solamente el gol de visitante que le marcó Gremio lo privó de ir a la finalísima. Por su parte, Chivas es un contrincante de respeto. Si bien, el año pasado no jugó la copa, en 2006 en su cuadrangular se dio el lujo de ganarle los dos partidos al São Paulo y superó a Cienciano en la altura del Cuzco. En cuartos, dejó en el camino a Vélez Sarsfield, derrotándolo en el Amalfitani, y cayó ante São Paulo en semifinal, quien se cobró desquite de lo sucedido al comienzo del torneo. El más accesible pareciera ser el San José, que tiene como su mejor arma los cuatro mil metros sobre el nivel del mar en los que se asienta su estadio en Oruro, Bolivia.
Sobre el papel, Atlético Nacional la tiene menos complicada que el onceno de la frontera. Los dirigidos por Quintabani tienen en el Grupo 7 al Sportivo Luqueño, que dista muchísimo de los gigantes paraguayos Olimpia y Cerro Porteño y del ascendiente Libertad; y al Audax, verdugo del Chicó FC y con una sola participación previa en el máximo certamen de clubes del continente. El reto a vencer obviamente es el São Paulo, finalista de 2006 y ganador del campeonato brasileño en sus dos últimas ediciones. Entre estos dos bicampeones, el paulista y el antioqueño, están los dos cupos a octavos. El orden dependerá de quien les saque más ventaja, en puntos o en goles, a Luqueño y Audax.
El San Lorenzo de Orión, D’Alessandro (recién incorporado), Romeo y Placente, al mando de Ramón Díaz, perdió 0-2, sorpresivamente, con Caracas FC, pero es no debe comprometer la situación en el Grupo 1, en el que los de Boedo deberán pasar sin problemas, seguramente acompañados del Cruzeiro. El convidado de piedra aquí es el Real Potosí, de Bolivia.
En el Grupo 2, Estudiantes de La Plata, con Desdábato, Lugüercio, Maggiolo y Verón, debutó con derrota 1-0 anoche frente a Deportivo Cuenca, pero tampoco tendrá problemas para clasificar. Danubio y Lanús son los terceros en discordia, en un cuadrangular del que si el aficionado no se hace grandes expectativas, no saldrá decepcionado, porque es uno de los grupos más flojos en cuanto a su conformación, que se ha visto en la historia de la copa. Hay que hacer la aclaración de que este cupo de Lanús no es en virtud al título que obtuvo en el Apertura 2007 argentino, sino por la reclasificación del Apertura 2006 y Clausura 2007.
El Grupo 3, en cambio, promete emociones. Boca Juniors y Colo Colo tienen cuentas históricas pendientes de un partido en 1991, que marcó el camino a la final para el equipo cacique y la obtención de su única Libertadores. Ese partido pasó a la historia, amén de la trifulca que involucró el garrote policial, por la mordedura de un perro al colombiano renegado Navarro Montoya. Se han enfrentado varias veces desde entonces, pero se mantiene el morbo alrededor de este juego. El único que puede hacerles daño a estos dos gladiadores es el Atlas mexicano, aguerrido en su cancha y complicado a domicilio.
Dos grandes venidos a menos comparten plaza con dos cuadros peruanos de poco cartel, en el Grupo 4. Los primeros son Flamengo de Brasil, que no es ni la sombra de aquel que fuera la sensación a comienzos de los ochenta, con el liderazgo de Zico; y Nacional de Uruguay, el legendario club que hizo moñona hace veinte años ganando todos los torneos internacionales que jugó en 1988, pero que cerró la puerta desde entonces a las vueltas olímpicas para los cuadros charrúas. Coronel Bolognesi y Cienciano, por supuesto, no son precisamente Alianza Lima ni Universitario de Deportes, los dos estandartes tradicionales del fútbol inca, así que Flamengo y Nacional, a pesar de lo que implique ir a jugar al Cuzco, tienen el camino despejado, rumbo a octavos de final.
Algo parecido puede ocurrir en el Grupo 5, en donde los todopoderosos River Plate y América de México están en la obligación de superar sin apuros a dos equipos “universitarios”: la Católica de Chile y la U. de San Martín de Perú. La única manera de que el club austral tenga alguna posibilidad de meterse en el camino de millonarios argentinos y águilas mexicanas es ganando sus tres partidos de local y el de visitante ante los peruanos. De ahí para abajo, a hacer cuentas.
Finalmente, el Grupo 8 se disputa palmo a palmo, con el 2, el “honor” de ser el que más bostezos despierte entre los aficionados al buen fútbol. Entre Fluminense, cabeza de serie por sustracción de materia, Liga de Quito, Libertad de Asunción y Arsenal de Sarandí, es poca la expectativa que puede llegar a surgir. De aquí deben salir los rivales que los que más puntos saquen como primeros o segundos quisieran enfrentar.