La teoría del empate
Columnas > EnchiladosPor Don Chere
jueves 28 de diciembre de 2006 1:00 COT
A nivel local estupor ha causado la serie de casos de corrupción que se han descubierto desde octubre a la fecha cuando se destapó el caso de Chiledeportes.
Para los no entendidos, a través de este organismo, creado para beneficiar el desarrollo de los deportistas amateurs del país, se crearon clubes deportivos fantasmas con el fin de desviar fondos para fines electorales.
A éste se suma el caso de los empleos temporales en regiones donde se contrataron personas con el solo objeto de hacer de brigadistas de campaña, algo ilegal según nuestra ley orgánica de elecciones, y peor aún, fraude, al usarse fondos estatales que estaban destinados a generar empleos reales para estos fines.
Pero esto no para acá, con la rendición de cuentas de facturas falsas en campañas electorales con el fin de poder justificar fondos de los que en muchos casos nadie sabe el destino, se suma una tercera arista, que se une a casos de mayor data como las asesorías fantasmas, destinadas a financiar campañas, del Ministerio de Obras Públicas desde que Ricardo Lagos, futuro Presidente de la República, desempeñaba el cargo de Ministro de dicha cartera.
Lo grave de todo esto no está en los casos de corrupción en sí; tampoco es que en su mayoría se concentre en el pacto de Gobierno chileno desde hace 16 años, la Concertación por la Democracia; menos es, que varios ex personeros de este pacto denuncien que existe una política corporativa de corrupción para financiar campañas (que incluso abarcarían gastos reservados de Gobierno). Lo grave es lo que se está dando, la famosa teoría del empate moral.
Claro, porque los argumentos que se han escuchado por parte de nuestra clase política gobernante no apuntan a un mea culpa, tampoco a la negación absoluta, porque los hechos hasta ahora resultan irrefutables, sino que van a lo que es la justificación de los hechos amparándose en los robos de la derecha chilena durante la época de la dictadura.
“Yo no sé con qué cara la Alianza (el pacto de derecha y oposición), se queja de corrupción si en la dictadura se hizo lo mismo”, dijo hace poco el Ministro del Interior, Belisario Velasco.
“Si la derecha robó en la dictadura, ¿por qué se critica a la Concertación?”, dijo con desparpajo el Senador por la Octava Región, Alejandro Navarro.
Que la derecha histórica en época de Pinochet se hizo convenientemente de dinero a través del proceso de privatizaciones de empresas del Estado es un hecho, pero resulta gravísimo ampararse en eso para seguir delinquiendo.
¿Si violan mujeres en las calles tengo el derecho a hacer lo mismo? ¿Porque Pinochet torturó y mató, no se podría criticar a la coalición de Gobierno si llegan a hacer lo mismo?
Tal vez lo que más molesta es la instrumentalización de una coyuntura, como la muerte de un dictador, para lavar heridas propias, que nada tienen que ver con el hecho en sí, porque no fue hasta la muerte de Pinochet, que revivió un clima de divisionismo en el país, que comenzó a usarse está patética práctica de justificación.
La gente en Chile es pasiva, pero tarada nunca ha sido, y la verdad que la guerra fría que se está dando entre los dos pactos, por temas de corrupción, donde incluso se han llegado a cuestionar resultados electorales, sin prueba de algo y de una manera en extremo irresponsable por parte de la Alianza, no hace más que acentuar una desilusión extrema de la sociedad con su clase política.
Entre los mediáticos ataques de la oposición que sólo buscan meter ruido, y no resolver judicialmente los casos de corrupción que ya implican a varios funcionarios públicos, senadores y diputados, y la línea argumentativa del pacto de Gobierno que es digna, en fondo y madurez, de un infante de 4 años, se hace en extremo necesario el surgimiento de un tercer referente político que de una u otra forma traiga esperanza al alicaído y putrefacto sistema político chileno.
Acá tenemos ex Presidentes con responsabilidades políticas en serios casos de corrupción que, no sólo no dan la cara, sino que llaman de hojarasca las situaciones ilegales que se han dado en este país en temas de probidad.
Acá tenemos hijos de ex Presidentes, como Ricardo Lagos Weber, que en su calidad de Subsecretario de Gobierno, es el principal responsable de una investigación como la de Chiledeportes que implica políticamente a su padre, y nadie dice nada al respecto.
Acá tenemos ex candidatos presidenciales, como Joaquín Lavín, que impugnan resultados electorales, sin la menor prueba y con una irresponsabilidad que da asco.
Todo amparado en que si el de al frente lo hace, nosotros también, en la justificación a través del empate moral que lo único que logra es hacer ahondar un sistema politiquero, en vez de crear una político.
Al parecer el “Nirvana de Latinoamérica” no se escapa de la realidad del continente, esa que habla de una clase política inmoral, infantil y más tonta que el propio electorado.
Desde Chile, tierra geográfica y mentalmente insular, para el mundo; Don Chere® suelta el micrófono.
jueves 28 de diciembre de 2006, 14:04 COT
Buena semblanza del momento actual, estimado Don Chere, en el que se esgrime una suerte de chantaje -como tú lo señalas- con que se pretende acallar mis dolos ofreciendo callar los tuyos; o viceversa: ¿de qué me acusas, si tú hiciste lo mismo? Peligroso escenario, del que solamente la sensatez -de los mejores políticos- y la autocrítica de la coalisión de Gobierno, permitirá superarlo sin mancillar la nación. Abrazo.
jueves 28 de diciembre de 2006, 14:09 COT
Hola Don Chere: Pues en Colombia el Nirvana descrito por usted es muy similar. El verbo robar es conjugado armoniosamente por los políticos con nexos con los grupos armados ilegales, sin importar que sean de derecha o izquierda, y por supuesto, el robo al fisco. Lo más irónico es la publicidad invitando al ciudadano común y corriente a “cumplirle a su país” con los impuestos, pues este último sabe muy bien a dónde irá parar su dinero bien habido.
El político colombiano “Peca, confiesa y empata”, en el peor de los casos.
SALUDOS A LOS HERMANOS CHILENOS. THILO
jueves 28 de diciembre de 2006, 15:52 COT
Don Chere, creo que la corrupción es una plaga ligada al poder económico esté donde esté.Por
ejemplo, grandes empresas privadas alemanas como la Siemens, Volkswagen, la unión de Mannesmann con Vodafone han estado este año en la noticia por hechos corruptos de larga data y de mucho monto (Siemens:420 millones de euros).El estado alemán intenta crear normativas al respecto. No creo que sea un mal propio del latino.
jueves 28 de diciembre de 2006, 16:03 COT
La corrupción en Costa Rica también es mayúscula. La diferencia con otros países es que acá los políticos van a la cárcel. Quizás todos recuerdan a Miguel Angel Rodríguez que debió renunciar a su cargo de Secretario General de la OEA psra comparecer ante los jueces costarricenses por corrupción. La imagen del expresidente de la República, bajando esposado del avión, quedará siempre en la retina. Lo propio sucedió con otro expresidente, Rafael Angel Calderón, hijo de uno de los reformadores del país. Esposado fue llevado ante los tribunales. En Colombia todos se tapan con la misma cobija. Y parece que en Chile, por lo que dices, también le jalan a la unanimidad ilícita.
jueves 28 de diciembre de 2006, 17:20 COT
La corrupción no tiene color político, ala. Mientras haya cómo robar…
jueves 28 de diciembre de 2006, 17:21 COT
La corrupción no tiene color político, ideología, credo, raza, edad ni género. La corrupción está en el corazón del hombre corrupto. (Con esta paso directo al Diccionario de Frases Célebres. ¿No creen?).
jueves 28 de diciembre de 2006, 19:43 COT
Lo triste es que quienes más la practican son los “señores de cuello blanco”. Desangran las empresas, las instituciones y los paises. Son un cáncer de la sociedad. Veo que ni Chile ni el mundo está exento de este mal del cual mi país Colombia no ha podido salir, y eso que recuerdo al Sr. Presidente, diciendo en la primera postulación, que acabaría con esto… bueno, ya me estoy metiendo en política Colombiana.
Un abrazo equinoXial para tí Don Chere.
jueves 28 de diciembre de 2006, 19:47 COT
Jjajajjaja…eso de la corrupción esta en el corazón de los corruptos quedo de fabula…
lunes 15 de enero de 2007, 12:22 COT
Porque vemos la corrupcion en un solo nivel de lo economico.La falta de estructuracion de la persona,la hace vulnerable a todo lo que se vea que es facil de conseguir con el dinero;Dios actual y medidor del futuro.
Seguramente cuando estemos en el polvo del conformismo tambien los cuellos blancos estaran sucios.
mircoles 31 de enero de 2007, 13:34 COT
Lamentablemente tus palabras solo vienen a coronar los hechos de estos días, lo asquiente de la situación es justamente esto que recalcas, esa estúpida justificación que en vez de calmar los ánimos y ayudar a terminar con este asunto, lo único que aporta es in inconfudible sabor a pudrisión.
Abrazos!
martes 13 de marzo de 2007, 00:02 COT
[…] datan de la época de Lagos y que sólo hoy han salido a la luz pública como son Chiledeportes, el uso de gastos reservados para campañas políticas, el escándalo de Patio […]