Buscando un nuevo hogar (segunda parte)
Ciencia y conciencia > ColumnasPor Thilo Hanisch Luque
viernes 20 de octubre de 2006 12:01 COT
Como veíamos en el artículo de la semana pasada, otros mundos de hielo, mucho más antiguos que el hombre mismo, aguardan en lugares tan lejanos Marte y una de los satélites de Júpiter, el de Europa. Europa es un satélite de un tamaño muy similar al de nuestra luna. Se cree que posee un núcleo rocoso, rodeado por un océano de agua de unos 100 km de espesor.
Desde el espacio sin embargo, lo único que se ha detectado con certeza son dos cosas: una capa externa de hielo de un espesor indeterminado, y un campo magnético de acuerdo a los datos suministrados por la sonda Galileo, que estuvo en órbita alrededor de Júpiter y Europa entre los años de 1995 y 2003.
La importancia del hallazgo del campo magnético radica en que su existencia implica que hay una capa “conductora” de electricidad, pues para que haya un campo electromagnético, tiene que fluir corriente. Pero el agua sola no conduce electricidad. Tiene que haber además un electrolito (compuesto metálico) disuelto en ella para hacerlo. De ahí que además se plantee la hipótesis de que se trata de agua salada, como la de la tierra (Cloruro de sodio).
También se ha planteado que alrededor del núcleo de silicato hay una capa de hierro. Bajo la influencia de la fuerza gravitacional de Júpiter (un planeta 1000 veces más grande que la tierra), se producirían una serie de erupciones volcánicas con agua hirviendo, que de vez en cuando romperían el liso casco polar de Europa, de ahí vendrían esas extrañas “estrías” o “rayones”, que serían producto de fracturas del casco de hielo, y que obviamente se vuelven a llenar de agua que se congela rápidamente, aunque no queda exactamente al mismo nivel de los bordes de la “fractura”. En otras palabras hay “mareas” que levantan el hielo hasta 30 metros por encima del nivel promedio de superficie.
Todo lo anterior se ve reforzado por las observaciones de contornos circulares que corresponden a probables cráteres rodeados por anillos de hielo concéntricos, aparentemente “rellenados” con hielo más fresco. Los científicos han estudiado el tamaño de los anillos de los cráteres y han tratado de calcular la cantidad de energía calórica necesaria para producir estos desplazamientos de bloques de hielo, para así hacer un cálculo diferencial, basados en lo que sabemos de la tierra, de cuántos kilómetros de profundidad tienen esas áreas específicas, y según su modelo matemático serían de entre unos 10 a 30 km de hielo, antes de llegar al océano líquido.
Las zonas “pobres” en cráteres también son más elevadas, y podrían corresponder a espesores de hasta 100 km. No es difícil adivinar cual sería el punto ideal para perforar el hielo y buscar el agua líquida, y luego vida. Si todo lo anterior es cierto, el océano de Europa sería veinte veces más profundo que el de la tierra.
Ahora sí, ¿hay probabilidades de vida?
El científico y oceanógrafo Frank Carsey del Laboratorio de Propulsión a chorro de la NASA (JPL), ha dedicado los últimos 20 años de su vida al estudio de los Océanos Ártico y Antártico. Ahora además se dedica al estudio de los mundos de hielo de Marte y de Europa. Carsey nos señala que así como en nuestro planeta el hielo sirve para estudiar la historia del clima (algo así como una paleo climatología), En Marte y Europa ese hielo de millones de años de edad sirve para deducir qué tipo de clima hubo en la región.
Jocosamente nos recuerda sin embargo, que esta tarea tendrá que ser llevada a cabo por robots, más allá de nuestros avances en naves espaciales, pues la temperatura en la superficie es de -250º C, a presión de vacío, y encima de todo hay un “bombardeo radioactivo” permanente desde Júpiter. Según sus palabras: “¡No es un sitio recomendable para sus próximas vacaciones!”
¿Qué sabemos hasta ahora con seguridad?
Dos científicos, el uno americano, y el otro ruso, llamados Hoover y Vorobyova, en un trabajo en conjunto, ya han establecido la presencia de microorganismos congelados en algunas partes del hielo sobre el Lago Vostok. Aunque desgraciadamente, como veíamos, aún no llegamos al lago líquido a 4 km bajo la superficie. De cualquier manera han encontrado bacterias, hongos y cianobacterias (algas).
Pero hay una razón de puro sentido común, como nos explica Hoover para insistir en la búsqueda: “Los cuerpos de hielo son de lejos los más numerosos en el Sistema Solar. (..).Las bolas de nieve sucias, como llamamos a los cometas, los océanos de las lunas jovianas de Europa y Calixto, las lunas de hielo de Saturno, y las capas de hielo marcianas son de importancia singular para la astrobiología.(..) También necesitamos entender los glaciares para saber qué buscar y cómo buscar signos de vida en las capas polares de Marte.”
Bueno yo aún no salgo de mi asombro al leer todo esto. Me pregunto si lo leería, si no me hubiera dado por hacer una columna científica. Pero de vuelta a mi hogar actual, al planeta tierra, no puedo evitar pensar en la importancia del ozono, el agua, la luz solar, el oxígeno, y todo eso, para la vida.
Por cierto, ¿por qué hay una incidencia superior de cáncer de piel en las zonas del planeta donde no hay ozono? ¿Tiene esto alguna relación con el no hallazgo de vida en Marte, por ejemplo?
De cualquier manera, mi viaje me llevará de vuelta a la tierra, por un buen tiempo, pues está bien ir buscando un nuevo hogar, por si acaso, pero por ahora, me voy a concentrar en el que ya tengo. Hasta la próxima.
Las fotos incluidas en este artículo son de la NASA, de dominio público
Artículo anterior: Buscando un nuevo hogar (primera parte)
sbado 21 de octubre de 2006, 12:13 COT
Muy interesante este artículo.
Que bueno que se pueda leer este tipo de post en un blog.
Felicitaciones y me voy a leer la primera parte (comencé al reves 😉
sbado 21 de octubre de 2006, 12:55 COT
Hola Velvet: Me alegra mucho que le haya gustado. En principio no es necesario leerlos todos para entender, sin embargo la parte de la tecnología del cryobot si está mejor explicada en el primer artículo.
Muchas gracias por su visita y comentarios.
THILO
sbado 21 de octubre de 2006, 13:17 COT
Thilo: Te cuento que jamás me he leído un libro sobre ciencia, ni cuando estuve obligada por algún profe en el bachillerato (copiaba resúmenes). Ahora que tu estás en equinoXio me has animado a leerte y me interno de lleno en tus letras. Europa resultó novedoso para mí. Algo me llama la atención, y es tu expresión de asombro en lo descubierto; pues te digo que si para tí es asombroso, para mí lo es aún más, no salgo del asombro de tanto descubrimieno pero a la vez me encanta todo por que es ir más y más y más allá.
Gracias Thilo por darme la oportunidad de aprender algo diferente a un ritmo agradable y pausada.
Un abracito desde Medellín, Colombia
sbado 21 de octubre de 2006, 18:05 COT
¡¡Hola Lully!!
La verdad es que si me gusta algo la ciencia, es porque me gusta mucho la ciencia ficción, y el cine relacionado y todo eso. En la Universidad (y en el colegio) más bien era un martirio ver estas vainas. Afortunadamente tuve mi propio “renacimiento cultural”. Es chévere contar contigo como lectora. Gracias.
THILO
sbado 21 de octubre de 2006, 20:46 COT
Thilo, lograste el milagro de que nuestra bella Lully te contara “secreticos” como ella los llama. ¡Qué tal! Me imagino que tampoco hizo nunca un mapa. Ah, Lully, no me digas que siempre tuviste quién te los hiciera. Pero bueno, ella, como yo, y como otros lectores equinoXiales, estamos aprendiendo que apenas somos una pizca de tierra en un rincón del maravilloso universo. Abrazos.
sbado 21 de octubre de 2006, 22:00 COT
Hola Marsares: Pues que ni se crea nuestra amiga Lully que puede seguir “empelotando” personalidades por ahí, sin dar nada a cambio… 🙂 🙂 🙂
Ya ves, que la ciencia planetaria es muy útil.
Saludos a tí y a Lully.
domingo 22 de octubre de 2006, 12:08 COT
jajaja!!! gracias Thilo, gracias por entronizarme en tus letras, gracias por despertar en mí ese saborcito de la ciencia oculta y trasladarme al sentir de otro universo en grande y misterioso… y por supuesto, gracias por tu saludito.
Al doctor Marsares, que puedo decir, me dejò sin palabras porque dijo la verdad pero si le agrego algo: Siempre me hicieron los mapas pero ahora estoy creando una geografìa universal con los bloggers… que han ido "AL DESNUDO EN MI BALCON" personajes de la blogosfera de España, Chile, una niña radicada en Escocia… tù cuando estabas en Costa Rica y los que vendràn… es circular por el mundo y toda una grandiosa experiencia.
Un abracito!
jueves 26 de octubre de 2006, 08:34 COT
¿Cuanto tiempo podria tomar para la humanidad, poblar el Sistema Solar? ¿Estamos condenados a vivir en los Asteroides cercanos a la nube de Oort? En todo caso considero valiosa esta columna, el tema en realidad es fascinante y despierta muchas emociones. Un trabajo muy importante, que cientos de anonimos cientificos realizan a diario, para darno un futuro. Saludos
jueves 26 de octubre de 2006, 12:05 COT
Hola Braulio: Ante todo gracias por su visita y comentarios positivos. Mi teoría es que eso de entrenarse con miras a viajes de uno o cinco años, para viajar por el espacio en una misión tripulada no va ser plausible, por más que se inventen alguna manera de renovar y reciclar los recursos en el espacio.
Creo que será ineludible el diseño de un cohete capaz de viajar a velocidades mínimo 10 veces superiores a las logradas hasta ahora (hoy un máximo de 60.000 km/hora aproximadamente) para poder visitar los planetas más externos y sus satélites con “comodidad”. Aún así, el cinturpon de Oort, límite del “espacio interno”, queda a 100.000 UA de distancia desde el sol. Es decir que con la velocidad actual, tomaría unos 100 años llegar hasta allá, o 10 años si logramos un nuevo método de propulsión 10 veces más rápido. Ni hablar de visitar la estrella más cercana, Alfa Centauri, a 4,36 años luz…
GRACIAS. THILO
lunes 30 de octubre de 2006, 16:15 COT
[…] En nuestro viaje que iniciamos en la Antártida, pasamos luego por Marte y terminamos en la luna Europa de Júpiter, se veían unas constantes: ciertas condiciones ambientales hacen la vida más azarosa, menos probable, o al menos, más difícil de encontrar. […]
lunes 10 de septiembre de 2007, 22:56 COT
[…] parecerían ser un obstáculo para la vida, lo que hace aún más probable la vida en el satélite Europa de Júpiter. Y seguiremos descubriendo nuevas y fascinantes formas de vida, no sólo en […]