…Saliendo de su asombro, Julio Suárez Anturi decide, micrófono en mano, acercarse al hombre finamente ataviado, quien sobresale por encima de la andrajosa multitud, no tanto por su altura, como por su pulcritud y elegancia. El inconfundible y fresco aroma de Clive Christian No.1 despeja cualquier duda sobre la identidad del embajador de Colombia en Moldavia, antiguo Agregado Tercero Administrativo del Consulado, don Títere Sin Cabeza, quien al reconocer a Suárez, por un momento parece querer ocultar su testa en un hueco (Leer historia completa).