Lo mejor y lo peor del deporte en 2014
Columnas > Con los taches arriba Por: Rafa XIII7 dAmerica/Bogota Diciembre dAmerica/Bogota 2014 11:43 COT
Cuando este año tiene las horas contadas, es tiempo de mirar atrás y hacer un balance de la actividad deportiva durante estos doce meses que están a punto de terminar, y es muy gratificante decir que 2014 será recordado como uno de los mejores de la historia, por la cantidad de logros y momentos alegres que nuestras figuras nos hicieron vivir en diversos escenarios alrededor del mundo.
Lo mejor:
1. Nairo Quintana y Rigoberto Urán en el Giro de Italia
Desde los días de Lucho Herrera, no teníamos a un país con tantos ojos fijando la mirada en las imágenes que las pantallas —ahora no tan chicas— de televisión nos mostraban de las carreteras europeas con un escarabajo colombiano entregando hasta la última gota de sudor para llegar primero a la meta. El ciclista boyacense Nairo Quintana se impuso sin atenuantes en la edición 97 del Giro de Italia, apoderándose de la maglia rosa en la etapa 16, el 27 de mayo, y permaneciendo con ella hasta la llegada de la fracción 22, en Trieste, el 1 de junio. Quintana fue capaz de sacar diferencias insalvables sobre sus inmediatos competidores, su compatriota Rigoberto Urán (que había sido líder transitorio entre las etapas 12 y 15), el italiano Fabio Arou y el francés Pierre Rolland. Para colmo de la dicha, el pedalista tunjano ganó dos etapas y fue el campeón de los novatos. Por si el uno-dos en el podio de vencedores con Quintana y Urán fuera poco, Julián Arredondo, ganador de la etapa 18, se coronó como rey de la montaña.
Esta victoria inobjetable del ciclismo nacional en la segunda competencia por etapas más importante del mundo otorgaba pleno favoritismo tanto a Quintana como a Urán para ser quienes disputaran cabeza a cabeza la camiseta roja de campeón de la 69.ª Vuelta a España, a disputarse entre Jerez de la Frontera y Santiago de Compostela. Por desgracia, la suerte no acompañó a ninguno de los dos. Quintana debió abandonar la carrera tras dos caídas tremendas en las etapas 10 y 11, sufriendo una fractura de omoplato en la última de ellas. Urán debió enfrentar una bronquitis que mermó sus energías hasta dejarlo sin el aliento suficiente para subirse a la bicicleta y tomar la partida de la etapa 17, el 10 de septiembre. Tuvo que retirarse. Pero de todas maneras, lo conseguido por estos dos titanes de la carretera fue suficiente para considerarlo como lo más importante en el deporte colombiano en 2014.
2. La selección Colombia y James Rodríguez
Es imposible describir con palabras el instante en el que volvió a sonar el Himno Nacional en una cancha mundialista luego de dieciséis años sin participar en la cita orbital, máxime cuando a la pista musical de los altoparlantes la acompañaron de cuerpo y voz presente miles y miles de aficionados colombianos que viajaron hasta Belo Horizonte para alentar desde las gradas del Mineirão al equipo tricolor en su debut frente a Grecia, el 14 de junio.
Aquel 3-0 ante los helénicos fue el inicio de la participación más exitosa de la selección tricolor en su corto historial mundialista, en donde la ausencia de Radamel Falcao García fue compensada, y con creces, por la figura descollante de James Rodríguez, que se convirtió en el líder del equipo, generando juego y además haciendo goles de todos los sabores y colores. El 10 colombiano estuvo a la altura de la obligación que conlleva vestir la camiseta en la que se encuentra estampado ese número, reservado tradicionalmente a los genios del balón. Rodríguez fue premiado como el máximo anotador del Mundial Brasil 2014, con seis tantos, y el primer gol que le anotó a Uruguay en octavos de final fue galardonado como el mejor del certamen.
Las cifras del onceno cafetero fueron excelentes. Jugó cinco partidos. Ganó cuatro y perdió uno. Anotó 12 goles y apenas permitió cuatro. La prensa especializada vio en Colombia un fútbol no solamente vistoso desde lo estético —jugaba bonito— sino además efectivo —jugaba bien y obtenía resultados—. El técnico José Néstor Pékerman supo combinar de manera acertada las virtudes de cada uno de sus convocados, aprovechando fortalezas y supliendo debilidades, y todo eso dio para pensar que el quinto lugar obtenido se quedó corto. No cabe decir acá que “era gol de Yepes”, cuya polémica no va a terminar nunca, y que por eso nos quedamos injustamente fuera de la semifinal, sino más bien que “no hubo falta de James” (sobre Hulk). Pues fue con ese cobro inventado por el árbitro español Carlos Velasco Carballo, y que se convirtió en el 2-0 de tiro libre de David Luiz, que llegó el desequilibrio a un partido en el que el peor Brasil en muchos años apenas le estaba ganando por un gol a Colombia.
Pékerman y sus hombres unieron a un país, dividido especialmente en aquel mes electoral por cuestiones de la política. Durante los 90 minutos de los partidos se dejaron de lado las diferencias ideológicas y sociales, pues cada gol que anotamos fue cantado con la misma intensidad por ricos y pobres, por blancos y negros, por derechosos e izquierdistas, por creyentes y ateos… y cuando quedamos eliminados, todos lloramos por igual, porque como bien lo dijo James en medio del llanto, “dolió como un hijuemadre”.
3. Colombia en los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe
Desde hace bastante rato, nuestras delegaciones han tenido una participación supremamente destacada en los diferentes eventos que forman parte del ciclo olímpico, y en la versión 2014 de los Centroamericanos y del Caribe, llevada a cabo en Veracruz (México), no podía ser de otra manera.
Se sabía de antemano quién iba a ganar la clasificación general. Como pasa en los Panamericanos, no es ninguna sorpresa que los Estados Unidos queden al tope del medallero, pues son la máxima potencia deportiva del continente. Y en ausencia de los gringos, Cuba no tiene quién le quite el primer lugar en el podio. México es el segundo histórico y llamado a darle la pelea. Lo nuestro era la batalla por el tercer lugar, contra Venezuela, el rival a vencer en todos los ámbitos de la vida desde que existimos como países hace dos siglos.
Efectivamente, Colombia se alzó con el tercer puesto de las justas, al sumar 70 medallas de oro, 75 de plata y 78 de bronce, para un total de 223 preseas. Cabe anotar que los venezolanos consiguieron más medallas en el acumulado (245), pero la posición se define por la cantidad de oros, que en su caso fueron apenas 56.
Entre los 70 campeones colombianos en Veracruz, vale la pena resaltar en atletismo a la gran Caterine Ibargüen, ganadora del triple salto, con un registro de 14,57 metros. En el BMX —¡cómo no!— Mariana Pajón se colgó el oro en la rama femenina, y Carlos Ramírez en la masculina. En el ciclismo en ruta, Brayan Ramírez y María Luisa Calle ganaron la modalidad contrarreloj en ambas ramas. En la pista, el gran triunfador fue Fabián Puerta, campeón de la velocidad, el kilómetro contrarreloj y el Keirin. Además, el equipo nacional ganó la prueba de la persecución rama masculina, y Esteban Arango se impuso en la persecución individual. En pesas arrasamos, pues de las 30 categorías en disputa, fuimos primeros en 16. Yuri Alvear ganó el oro en judo en los 70 kilogramos femenino, y Pedro Castro en los 81 kilogramos masculino. La natación masculina nos dio seis primeros lugares, con Ómar Pinzón, Andrés Felipe Montoya, Jorge Murillo y Mateo Angulo. Y fieles a la tradición de ser los duros del patinaje mundial, Colombia se quedó con cinco de las seis medallas otorgadas en esa disciplina. Pedro Causil y Alex Cujavante, en varones, y Yersy Puello y Yenny Serrano, en damas, fueron los vencedores.
Lo peor:
1, 2 y 3. América, todavía en la B
Por tercer año consecutivo, el América fracasó en su intento de ascender a la primera división del fútbol profesional colombiano. Y es América, no “América de Cali” porque, como bien afirma un hincha de vieja data, el equipo escarlata no tiene nombre y apellido de casada, al estilo de Pepita Pérez de Gómez o Juanita González de Ramírez. Eso de “América de Cali”, “Nacional de Medellín” o “Millonarios de Bogotá” dejémoslo para los cronistas de los programas y medios deportivos del extranjero.
Este América a secas, es más bien ahora “América Triste”, pues por cuenta de la reorganización administrativa que tuvo luego de la salida de la infame Lista Clinton, la vieja Corporación Deportiva América se transformó en América Sociedad Anónima Deportiva, o “América SAD”, para ser más breve, y ahí saltó la malicia del aficionado raso, que relacionó de inmediato la abreviatura con la palabra en inglés, cuyo obvio significado no hace otra cosa más que reflejar de manera fiel el lamentable estado en que se encuentra el tradicional equipo rojo, trece veces campeón de Colombia.
Los directivos americanos, cuya cabeza visible es Oreste Sangiovanni, lograron matar al tigre de la Lista Clinton antes mencionada, que tuvo maniatada económicamente a la institución durante 17 años, lo cual no le impidió seguir obteniendo resultados deportivos durante ese tiempo, comoquiera que entre 1996 y 2013 fue campeón colombiano cinco veces y ganó además una Copa Merconorte. Lo increíble es que muerto el tigre, se asustaron con el cuero, y no han podido convertir al América en una empresa viable. Los inversionistas que empezaron a aparecer, ya sin el miedo de quedar incluidos en la lista maldita, huyeron espantados ante las condiciones descabelladas que ponían los propietarios para dejarlos invertir. El último gran conglomerado económico que se ha acercado es el Grupo Pachuca, de México, que pretende adquirir la totalidad del equipo para manejarlo a su libre voluntad, y no se ha llegado a nada, porque dentro de los actuales poseedores hay personajes que se niegan a soltarlo. El único avance esperanzador sobre la salud financiera del América se dio mediante un acuerdo de pagos con los acreedores y la compra de la deuda por parte de un inversionista bogotano, que le dio al menos un tiempo más de oxígeno a su delicado estado.
Mientras tanto, en lo deportivo, la cosa va de mal en peor. No se ascendió con jugadores destacados en 2012. Tampoco con otros de menos cartel en 2013. Y mucho menos con un poco de desconocidos en 2014. No pudieron primero los uruguayos y el inglés al mando de Lara. Fallaron los brasileños dirigidos por Umaña. Y era de tontos pensar que iban a hacerlo mejor unos españoles que nadie conoce, “entrenados” por un técnico que en su anterior trabajo había quedado de último en la tabla.
Comentaba yo, el 11 de junio, en un foro de hinchas del fútbol, luego de la derrota ante Jaguares en la final del primer semestre, que no se les hiciera raro que si América no conseguía buenos resultados antes de terminar el segundo torneo del año, la Dimayor iba a convocar a una asamblea para modificar el campeonato de la A, de modo que hubiera más cupos de ascenso desde la B, y así lanzarle un salvavidas a los Diablos Rojos. Algo parecido pensaron hacer en Argentina luego de los descensos de River Plate e Independiente, aunque finalmente dichos equipos no necesitaron de tales ayudas, porque regresaron a la máxima categoría por mérito propio, ganando el primer torneo de ascenso que jugaron.
Debo estar cerca de ganarme la lotería, pues el 7 de octubre, menos de cuatro meses después de mi predicción, la asamblea extraordinaria de la Dimayor aprobó, por una aplastante votación de 32 a favor y cuatro en contra, la ampliación del campeonato de primera A en 2015 de 18 a 20 equipos, de modo que si no ganaba el torneo de ascenso de 2014 ninguno de los clubes tradicionales que han descendido (América, Atlético Bucaramanga, Cúcuta Deportivo, Unión Magdalena, Deportes Quindío, Deportivo Pereira, Real Cartagena y Cortuluá), se les abría la posibilidad de regresar a la división de honor, mediante dos cuadrangulares que se llevarán a cabo en enero y que darán cada uno un cupo a la A.
Como los malos estudiantes, América se atuvo a ese “Plan B” que armó la Dimayor, e hizo un papel catastrófico en los cuadrangulares semifinales del segundo semestre. Perdió dos de los partidos de local, empató tres y sólo ganó uno. John Jairo López, el flamante técnico que venía de quedar colero con el desaparecido Universitario de Popayán, ya había sido despedido, y Luis Augusto García recibió al equipo moribundo. No pudo hacer nada con lo que le dieron para trabajar. Para rematar, la opción que tenía de acceder a la serie de promoción mediante la reclasificación, si Jaguares volvía a quedar campeón semestral, murió cuando el cuadro cordobés fue eliminado en su cuadrangular, a manos del Quindío.
No hay muchos motivos para ser optimistas. Si con nóminas ampliamente superiores a la actual, no fue posible ascender en 2012 ni en 2013, la única manera de que América consiga uno de los cupos de la repesca de enero es cambiando toda la plantilla de jugadores, y por las contrataciones anunciadas hasta el momento, el delantero paraguayo Marco Lazaga (¿alguien lo ha visto jugar?) y el veterano volante de marca Avimiled Rivas, no se ve cómo América Triste pueda ganar siquiera un partido de los tres que jugará.