Paradojas cubanas
Artículo destacado Por: Daniel Ramos29 de Diciembre de 2014

Una de las grandes paradojas cubanas que desconcierta a los analistas de todo el mundo, en especial a los estadounidenses, es la que se ha dado en llamar la paradoja sanitaria cubana: ¿por qué siendo Cuba una nación tan pobre tiene una expectativa de vida tan alta, a la par de las naciones del Primer Mundo? De hecho, la expectativa de vida en Cuba es –por poco– más alta que en los EUA.
Entidades científicas como el Instituto Nacional de la Salud estadounidense o la Sociedad Americana de Sociología concluyen sin problema que son éxitos de la política de salud pública del régimen cubano de la cual se pueden aprender varias lecciones. A estas cabría agregarles el análisis categórico de un amigo cubano: “No tenemos ni McDonald’s ni Burger King, las armas de destrucción masiva silenciosas del Imperio”. Probablemente el INS estadounidense también estaría de acuerdo.
Otra paradoja es la de los Derechos Humanos: en este momento, el mayor violador de los DDHH en Cuba es los Estados Unidos, como quedó certificado con las denuncias de las torturas cometidas por la CIA con los prisioneros en Guantánamo. ¿Cómo se explica que la nación que sostiene como pilar del embargo a Cuba la violación de los derechos humanos por el régimen de los hermanos Castro sea la que tiene el peor registro de violaciones en la isla? Quizás consciente de esta paradoja el presidente Obama se ha propuesto terminar con Guantánamo –con magros resultados, por cierto.
Analistas internacionales como Moisés Naím y el nobel Vargas Llosa coinciden en señalar que la crisis venezolana (y su predecible agudización con el desplome del valor del petróleo en el mercado) es el aliciente principal para que Cuba mire hacia Estados Unidos y deje de depender de Venezuela. Lo que Yoani Sánchez llama Goliat al rescate de David. Pero si el fin está tan cerca, ¿por qué no dejar que finalmente el régimen colapse? Porque hay dos factores que no mencionan o consideran Naím ni Vargas Llosa: la creciente presencia de los chinos en Cuba y el temor de los Estados Unidos a terminar aislada por la tozudez del embargo, el temor a que les suceda en América Latina lo que les está pasando en Europa con el creciente reconocimiento del Estado Palestino por diferentes países europeos.
Un tercer factor, de mucho peso, es la conciencia que tienen los cubanos sobre los logros importantes del Estado en especial en materia de educación y salud. Aparte de la mencionada paradoja sanitaria, los cubanos son muy conscientes de que sin la política de educación pública la gran mayoría de ellos no tendría acceso a niveles de educación superior como le sucede a la población de escasos recursos en el Tercer Mundo. Son dos beneficios concretos que pesan bastante en la balanza al evaluar el sistema… y resistir.
En 2006 publicábamos en equinoXio la crónica utópica sobre el fin del embargo en Cuba liderada por la presidenta Bachelet. Lejos estábamos de imaginar que ella sería reelegida justo en este período: ¿será ella quien lidere la revuelta latinoamericana contra el embargo estadounidense, la líder que le dé el puntillazo final? En abril de 2015 tendrá lugar una nueva Cumbre de las Américas: podría ser el escenario ideal para que si EUA no lo hace, los demás países americanos digan que terminan con el embargo a Cuba. El tiempo se le acaba a Obama.



 — no es ningún descubrimiento. Que sean unas Fuerzas Armadas las encargadas de hacerlo… ni por Izquierda ni por Derecha. Esa es la gran limitante que tiene las Farc: a la hora de verbalizar, de concretar los cambios que se necesitan, no hay discurso. El expresidente Pastrana lo dijo de manera elocuente: “Le di una hoja y le pedí a Marulanda que escribiera los diez puntos para firmar ya mismo la paz. La página quedó en blanco”.
— no es ningún descubrimiento. Que sean unas Fuerzas Armadas las encargadas de hacerlo… ni por Izquierda ni por Derecha. Esa es la gran limitante que tiene las Farc: a la hora de verbalizar, de concretar los cambios que se necesitan, no hay discurso. El expresidente Pastrana lo dijo de manera elocuente: “Le di una hoja y le pedí a Marulanda que escribiera los diez puntos para firmar ya mismo la paz. La página quedó en blanco”.

 Uno de los capítulos más vergonzosos del Caguán fue la intervención del entonces presidente del Grupo Santo Domingo, Andrés Obregón, cuando confesó que no le parecía nada justa la redistribución de la riqueza y que de hecho, si se repartiera la fortuna del Grupo, no alcanzaría ni para darle 40 dólares a cada colombiano. ¿De dónde sacó esa definición de redistribución de la riqueza? ¿Una tarde de mojitos en la plaza Santo Domingo de Cartagena con Plinio, Álvaro y Carlos Alberto? ¿El temor de la revolución cubana en Colombia? No hay que ser politólogo para comprender que a lo que se refería no era a redistribución de la riqueza sino a expropiación.
Uno de los capítulos más vergonzosos del Caguán fue la intervención del entonces presidente del Grupo Santo Domingo, Andrés Obregón, cuando confesó que no le parecía nada justa la redistribución de la riqueza y que de hecho, si se repartiera la fortuna del Grupo, no alcanzaría ni para darle 40 dólares a cada colombiano. ¿De dónde sacó esa definición de redistribución de la riqueza? ¿Una tarde de mojitos en la plaza Santo Domingo de Cartagena con Plinio, Álvaro y Carlos Alberto? ¿El temor de la revolución cubana en Colombia? No hay que ser politólogo para comprender que a lo que se refería no era a redistribución de la riqueza sino a expropiación.

 
 





