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Colombia - Cargada el 07.09.2017 00:00:14 COT 

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Siga y siéntese cómodo.

El ratón guaraní le puso el cascabel al gato

Estancias > Primera plana
Por: Marsares

18 dAmerica/Bogota Julio dAmerica/Bogota 2011 16:43 COT

 

Enseñan los libros -y la vida- que cuando el gato no está los ratones hacen fiesta, pero lo que no cuentan es que hay veces, con gato presente, que la parranda se arma. No importa lo grande, ni los colmillos, ni los zarpazos; cuando los ratones le pierden el respeto, se arma la jarana.
 
Brasil, como el Tom de los comics, se cansó de perseguir a los paraguayos que no lo dejaron ver ni una. Recorrió el campo, tiró desde todos los ángulos, cabeceó, pateó, putió, se arrastró, empujó, hizo todo lo que humana y gatunamente se puede, pero el balón no se metió.
 
Paraguay no hacía sino marcar (que lo digan Maicon y André Santos) , correr, brincar, zancadillear, cerrar los ojos y santiguarse, cada que veía a Neymar enchufar un pase, o a Ganso colar el balón por entre las piernas guaraníes, o a Pato, o a Robinho, o al que pudiera, zagueros, volantes, al único que le faltó subir fue a Julio César, que se quedó desempleado, viendo el avispero.
 
A estas alturas, si por trabajo fuera, Justo Villar ya tenía asegurada su pensión. Tapó lo que se le puso por delante, con las manos, con el pecho, con los pies, cuando no la veía se la encontraba y cuando se perdía, alguien la sacaba por él.
 
Antolín Alcaraz fue uno de los que le cuidó las espaldas. Pato, parcero de Neymar, se la entrega para que la meta, pero Antolín la manda de regreso al campo. Igual, Barreto, que se interpuso con un cabezazo digno de foto y autógrafo, cuando Fred esperaba estrenarse como goleador.
 
Nervios a flor de piel que también dieron para la guachafita. En el piso, Alcaraz y Lucas Leyva pelean un balón a lo potrero, con taches, uñas y dientes, involucrando a los demás que se empujan y rechazan, mientras el árbitro mira impasible. Los ánimos se calman y los protagonistas se van temprano a las duchas.
 
El cierre de los noventa minutos cambia por unos minutos el libreto de Paraguay, que había dejado a Valdez arriba, haciendo de amenaza fantasma. Sin aviso, emprende su propia cruzada con veloces contragolpes pero la efectividad quedó guardada en casa. Igual en la prórroga, aunque el propio Valdez, ante la incredulidad generalizada, por poco anota.
 
Novela histórica para Brasil no porque quiso y no pudo, sino por su incapacidad de anotar en la tanda de tiros desde el punto penalti. Cuatro intentos, cuatro frustraciones. Paraguay sólo erró uno. Los aciertos clasificaron a la semifinal a un equipo que, curiosamente, no ha ganado un solo partido en esta Copa.
 
Pero así son las reglas y esta vez le tocó al ratón ponerle el cascabel al gato.
 
Alineaciones
 
Brasil: Julio César; Maicon, Lucio, Thiago Silva, André Santos; Ramires, Leiva, Ganso (Lucas, m. 99); Pato (Elano, m. 111), Robinho y Neymar (Fred, m. 80). No utilizados: Víctor, Jefferson, Alves, Adriano, David Luiz, Elías y Jadson.
 
Paraguay: Villar; Verón, Da Silva, Alcaraz, Torres (Marecos, m. 69); Vera (Barreto, m. 63), Riveros, Estigarribia, Cáceres; Valdez, y Lucas Barrios (Hernán Pérez, m. 82). No utilizados: Fernández, Piris, M. Cáceres, Zeballos, Martínez, Santana, V. Cáceres.
 
Árbitro: Sergio Pezzota (Argentina). Expulsó con roja directa a Leiva y Alcaraz (m. 103). Amonestó a Maicon, André Santos, Vera, Estigarribia, Marecos, y Barreto.
 
Penaltis: Elano, fuera (0-0). Barreto, fuera (0-0). Thiago Silva, para Villar (0-0). Estigarribia, gol (0-1). André Santos, fuera (0-1). Riveros, gol (0-2). Fred, fuera (0-2).
 
Partido correspondiente a los cuartos de final de la Copa América 2011, jugado en el Estadio Ciudad de la Plata ante 36.000 espectadores.
 

La soledad de Messi

Estancias > Primera plana
Por: Marsares

18 dAmerica/Bogota Julio dAmerica/Bogota 2011 13:20 COT

 

El duelo de la muerte entre Argentina y Uruguay, Messi lo sufre como pocos. Mientras atrás tratan de reponerse del gol tempranero de Pérez que pone a la Celeste en las semifinales, la pulga hace su propio partido. Pensando por todos, mira el campo, adivina los resquicios, amarra la pelota a sus pies y danza entre rivales en busca de la diagonal perfecta.
 
¿Los demás? Los uruguayos con Forlán como patrón y Suárez como el tábano que desespera, juegan a lo suyo, a humillar porque a este lado, al oriente, vivimos los mejores. Y Agüero a negarlo, con Higuaín, con Di María, estrellándose arriba, sin juego, animados por un estadio que quiere ver ganar a los mejores del mundo.
 
Ausente de egos y rivalidades, el muchacho de Rosario hace lo suyo, como en el Barça, pero sin Iniesta, sin Xavi, corre hacia el gol, con la vista puesta en los huérfanos de arriba, sin ayuda de Mascherano y su tribu, a esa hora tapando las goteras que Batista no ha podido remediar.
 
El fantasma de 1987 pesa sobre él, sobre sus compañeros, sobre los gauchos que han seducido al mundo con el tango y la milonga, pero que hoy no encantan a nadie. Aquel 9 de julio, en Buenos Aires, Uruguay los eliminó de otra Copa América como ésta, organizada para que Maradona la alzara en su tierra. Alzamendi fue el verdugo.
 
Aquí, en Santa Fe, Messi sabe que no se puede repetir la historia, porque el que la repite se torna en bufón. Por eso avanza entre el bosque de taches, entre el sudor de los australes que tratan de frenarlo y gracias a la asistencia de Gago dibuja una nueva diagonal que Higuaín recoge para vencer a Muslera.
 
Messi se la cree por un momento entre los abrazos efusivos y la histeria de los hinchas, pero vuelto al campo, a la realidad, regresa también la soledad. Media hora de ensueño. A pesar de sus compañeros fabrica oportunidades para que Higuaín sepulte a Uruguay, para que el Kun confirme la localía, para que Di María escriba la historia.
 
Pero Muslera se agranda, sacándose el baldón del partido contra Alemania en Sudáfrica, mostrando que si ese fue un mal día, este será el mejor, por eso cierra su puerta, ayudado por los postes -porteros ad hoc- y por la mala puntería de los argentinos que las ganas y el desespero mandan el balón a las estrellas.
 
Luego la soledad lo va apagando, porque ser el mejor también cansa. Nunca quiso ser el Mesías de Argentina, el salvador de la patria, el único capaz de sacar del atolladero a una suma desordenada de egos. Lo que desea es jugar al fútbol, acompañado, porque es la única manera de ganar, cuando todo se da porque todos ponen.
 
Pero ni siquiera cuando quedan once contra diez, gracias a la expulsión de Pérez porque se cree con derecho a levantar todo lo que se le atraviese, mejoran las cosas. Durante cincuenta minutos, hasta la expulsión de Mascherano, nadie sabe, ni los argentinos mismos, que tienen uno de más en el campo.
 
Por eso los noventa minutos se gastan. Igual los treinta restantes, a pesar de Higuaín que no obtiene el justo premio a su empeño en conseguir el segundo que los salve de la lotería, y a pesar de Messi, a quien el brazalete de capitán lo termina de atornillar. Sin remedio se van a los tiros desde el punto penalti.
 
La cara de disgusto de Batista cuando el árbitro da por finalizado el partido lo resume todo, quizás porque presiente el desastre. Uruguay no falla, no puede hacerlo, porque quiere llevarse la copa a casa como en aquel 1987. Yerra el “apache” y Messi sabe en ese momento que la historia le niega ser profeta en su tierra.
 
Sin goles, apenas metiendo el tiro que le corresponde en la tanda de cinco, Messi se marcha, aborrecido por los suyos, a seguir triunfando en estancias ajenas, que siente como propias, porque allá, en la tierra de Gaudí, él también construye catedrales tan grandes que hasta en Buenos Aires se ven.
 
Alineaciones
 
Argentina: Sergio Romero; Zabaleta, Burdisso, Milito, Zanetti; Gago (Biglia, m. 96), Mascherano, Di María (Pastore, m. 73); Higuaín, Messi y Agüero (Tévez, m. 84).
 
Uruguay: Muslera; Maxi Pereira, Lugano, Martín Cáceres, Álvaro Pereira (Gargano, m. 111); Álvaro González, Diego Pérez, Victorino (Scotti, m. 20), Arévalo (Eguren, m. 111); Forlán y Luis Suárez.
 
Goles: Diego Pérez (m. 5). Higuaín (m. 18).
 
Penaltis: Messi, gol (1-0). Forlán, gol (1-1). Burdisso, gol (2-1). Luis Suárez, gol (2-2). Tévez, para Muslera. Scotti, gol (2-3). Pastore, gol (3-3). Gargano, gol (3-4). Higuaín, gol (4-4). Martín Cáceres, gol (4-5).
 
Árbitro: Carlos Amarilla (Paraguay). Expulsó por doble amarilla a Diego Pérez (m. 39) y a Mascherano (m. 87). Amonestó a Zabaleta, Cáceres, Álvaro González, Milito, Burdisso, Gago y Tévez.
 
Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final de la Copa América 2011, jugado en el Estadio Brigadier López de la ciudad de Santa Fe ante 37.000 espectadores.
 

Perú le dio a Colombia de su propia medicina

Estancias > Primera plana
Por: Marsares

17 dAmerica/Bogota Julio dAmerica/Bogota 2011 13:20 COT

 

Dos errores, un penalti errado y la falta de definición echaron al traste el buen trabajo que estaba realizando Colombia en la Copa América, a lo que se agrega que Perú supo leer el libreto del rival, aplicar el antídoto y mandarlos a casa.
 
¿Qué pasó?
 
Lo primero a tener en cuenta, como en el pasado, es que los partidos no se ganan hasta que se juegan. Aunque la tónica dentro del equipo colombiano fue la prudencia, el haber sido ensalzados como el mejor equipo de la fase de grupos, los durmió sobre sus laureles.
 
Además, la suerte de enfrentar al más débil, no solo por la actuación misma en la Copa, sino por encontrarse diezmado, sin contar que sus jugadores tienen poca trayectoria, sumo triunfalismo al combinado colombiano.
 
Pero si el ánimo estaba relajado, con la casi seguridad de estar en la semifinal de la Copa, tampoco el esquema táctico supo responder ante un rival que supo neutralizarlo, privando de salida a sus laterales y tomando por asalto el medio campo.
 
Los peruanos sabían qué hacer y por eso taponaron la salida de Zúñiga y Armero. Sánchez también sufrió la marca disciplinada de los cruzados, mientras Aguilar y Guarín sufrían el encierro de los ágiles incas, partiendo al equipo.
 
Falcao, arriba, le tocó retrasarse para poder tener el balón, mientras Ramos, huérfano, se diluía en el partido, a diferencia de Dayro Moreno que se convirtió, con el paso de los minutos en el más batallador, aunque sin mayor compañía ni fortuna.
 
El esquema de Bolillo se entrabó y no supo como remediarlo. Aquí está su mayor pecado. Sin laterales con proyección ofensiva y volantes arrinconados, el 4-1-4-1 no podía sostenerse. En el banco tenía el material para cambiar el partido.
 
No lo hizo, confiando ciegamente en el once que tantas satisfacciones estaba dando, pero que en un partido tan cerrado no tenía mayores posibilidades. Ceder la iniciativa en espera del error ajeno, jugándose la clasificación, da ocasión a desagradables sorpresas.
 
Sin alimento, las ocasiones de Falcao escasearon y con ellas las posibilidades de anotar. No es que se tenga rezado el arco contrario. A Argentina le pasó lo mismo con Costa Rica. Una y otra vez, Higuaín y Agüero fallaron en circunstancias increíbles.
 
Pero una y otra vez, nutridos sobre todo por Messi, también lo intentaron hasta que los goles llegaron. Pero Colombia aceptó el encierro en su campo, con apenas uno que otro desborde peligroso que dependía más de la individualidad y de la suerte que del juego de conjunto.
 
Marrar un penalti le pasa a cualquiera y esta vez le tocó a Falcao. La historia del fútbol está llena de estos errores. Igual pasó con Martínez. Tuvo una mala salida, no se entendió con Yepes, ambos rodaron por el piso y Lobatón aprovechó para abrir el marcador.
 
Con la brújula errática, vino el segundo gol. Una pifia como la del chileno Claudio Bravo en el mundial de Sudáfrica en juego contra España, que por despejar le pone el balón a los pies de Villa que bate el arco vacío.
 
Pero la de Bravo fue una jugada desesperada. La de Martínez fue un simple descuido. La despeja de su portería con la intención de que el equipo salga con pelota dominada de su campo, pero la mansedumbre del saque lo aprovecha Vargas para robarla y meter el segundo gol ante una despoblada defensa.
 
La eliminación duele sobre todo cuando se sabe de las condiciones que tiene el plantel para llegar lejos. Lo importante ahora es que siga el proceso, que se afinen los detalles, que se corrijan los errores, que se enriquezcan las variantes.
 
Hay talento y mucho en esta selección Colombia. Jugadores fogueados, más rápidos que los de antaño, laterales estupendos, una zaga de lujo, volantes como Guarín que rinde en velocidad y precisión a la par que se admira a Ramos y Moreno por su juego explosivo.
 
Mucho en la titular como Falcao, pero también en la banca como el propio Teófilo Gutiérrez y jóvenes curtidos que pronto ingresarán como James Rodríguez. No extraña que propios y extraños, aún con la derrota a cuestas, admiren a Colombia convencidos de que hay que contar con ella en las eliminatorias para el Mundial de Brasil.
 
Se perdió un examen pero hay con qué ganar la materia.
 
Alineaciones
 
Colombia: Martínez; Zúñiga, Perea, Yepes, Armero; Sánchez (m.112: Jackson Martínez); Moreno, Guarín, Aguilar (m.105, Gutiérrez), Ramos (m.72, Rodallega); Falcao.
 
Perú: Fernández; Revoredo, Ramos, Rodríguez, Vílchez; Cruzado (m.117, Ballón), Balbín, Advíncula (m.46, Lobatón), Vargas; Chiroque (m.96, Yotún) y Guerrero.
 
Goles: Anotaron para Perú, Lobatón (m.102) y Vargas (m.112).
 
Árbitro: Francisco Chacón (MEX), que amonestó a Advíncula y Rodríguez.
 
Incidencias: Partido de los cuartos de final de la Copa América disputado en el estadio Mario Alberto Kempes, de la ciudad de Córdoba, ante unos 30.000 espectadores.
 

Brasil apagó a Ecuador

Estancias > Primera plana
Por: Marsares

15 dAmerica/Bogota Julio dAmerica/Bogota 2011 17:39 COT

 

Lo que se quería de Brasil se dio en este partido contra Ecuador. Ganó con suficiencia a un equipo aguerrido que quiso jugarle de igual a igual, pero que al final tuvo que hincar la rodilla ante el contundente embate de las nuevas figuras de la canarinha, llamadas a reverdecer laureles y afincar esperanzas.
 
Lo importante no es que le digan a uno que es el rey del mundo sino que se lo crea y actúe como tal. El Brasil de Dunga, automatizado, funcionaba dentro de su esquema mientras todo marchara de acuerdo con el libreto, pero a la menor dificultad, el andamiaje se iba al piso.
 
Lo importante del que ahora talla Menezes es que comienzan a creerse el cuento y no se arredran ante las dificultades. No fue fácil su comienzo en esta Copa, contra una Venezuela que quería graduarse de actor de reparto, abandonando el papel del extra a quien todos se creen con derecho de zarandear.
 
Tampoco le fue nada bien con Paraguay, pero pasó algo importante. Jugaron con corazón, aunque a veces se perdieran en el campo, o cometieran errores como el de Dani Alves, que le dio el pasaporte al segundo gol de los guaraníes. Empataron y les supo a gloria, más que por el resultado, porque se demostraron a sí mismos que podían.
 
Menezes ajustó el equipo y con Maicon en vez de Alves abriendo camino por la punta derecha, Brasil ganó en fluidez. El rompimiento del medio campo que dejó en ayunas a sus aplicados rompe-redes, se remedió. Al talento intermitente de Ganso, se unieron las excursiones de Maicon, para que Pato y Neymar hicieran la tarea.
 
Pero no pasó en la primera media hora. Si no estuvieran jugando su clasificación casi que podría decirse que su actitud era displicente. Mientras Ecuador lo intentaba controlando el balón, Brasil paseaba por la gramilla, con Neymar y Pato perdidos en el espacio.
 
La película dio un giro gracias a Lucas Leyva que abre la cancha. André Santos lo aprovecha y le sirve el balón a Pato que se va en diagonal rumbo a la portería de Marcelo Elizaga. El cabezazo abre la cuenta y de paso sacude la modorra reinante.
 
La desazón invade a Ecuador y su andar se torna cansino, salvo por Caicedo, que sin Dios ni ley, con patente de corso, invade la selva brasileña y con un disparo que lleva mantequilla en el cuero, filtra el balón por entre la humanidad de Julio César.
 
Empate inesperado, un minuto después del palazo de Robinho que a los 36, estuvo por aumentar el marcador. Igual infortunio para los pupilos de Rueda que, al término del primer tiempo tuvieron el triunfo parcial en los botines de Arroyo, pero una intervención afortunada de Julio César marra la anotación.
 
Llegados del vestuario, los brasileños se fueron encima de Ecuador en procura de ponerse en ventaja. Ganso vuelve por sus fueros y con la precisión de un cirujano, sirve a Neymar para que la meta en la red. Pero Ecuador responde con una nueva incursión de Caicedo que por segunda ocasión bate a Julio Cesar. 
 
El nuevo empate estruja el orgullo de Brasil y Neymar de nuevo prueba a Elizaga con un misil que apenas puede rechazar de mala manera, dándole a Pato la oportunidad de firmar el tercer tanto que retorna a Brasil a la cumbre. El cuarto llega de la mano del propio Neymar, oportunidad iniciada por Maicon, arrollando por tierra derecha.
 
Crece Brasil con el correr de los partidos. Y aunque las florituras se llevan en los genes, se administran con mesura y a la par se desconfía de las genialidades que siempre llevaron envueltas en sus guayos los que encumbraron a la auriverde al siguiente universo.
 
Hay buenos jugadores, la cantera no se agota, pero los demás sudamericanos ya no les piden autógrafos; los exigen para ellos mismos pues en todos lados se cuecen buenos jugadores, aunque los brasileños cargan con el fardo de la historia, y se les exige más que a cualquiera.
 
La técnica, que antes se daba silvestre, ahora se gesta en los laboratorios y aunque hoy Brasil reniegue de Dunga, su trabajo sigue presente en el Brasil de Menezes, planeando con lupa cada partido, ajedrez que no deja espacios en la cancha sin oficio.
 
Paraguay lo espera para reafirmar lo hecho o descocer el tejido.
 
Alineaciones
 
Brasil: Julio César; Maicon, Lucio, Thiago Silva, André Santos; Ramires, Lucas Leiva, Ganso(m.76, Elías); Robinho, Neymar (m.79, Lucas) y Pato (m.85, Fred).
 
Ecuador: Elizaga; Reasco (m.81, Achilier), Araujo, Erazo, Ayoví; Minda, Noboa (m.90, Montaño), Arroyo; Méndez (m.76, Mina); Benítez y Felipe Caicedo.
 
Goles: Pato (m.28). Caicedo (m.37). Neymar (m.49). Caicedo (m.59). Pato (m.61). Neymar (m.72) .
 
Árbitro: Roberto Silvera (URU). Amonestó a Noboa y André Santos.
 
Partido del Grupo B de la Copa América de fútbol disputado en el estadio Mario Alberto Kempes, de la ciudad argentina de Córdoba, ante unos 25.000 espectadores.
 

 

Venezuela apena a Paraguay

Estancias > Primera plana
Por: Marsares

14 dAmerica/Bogota Julio dAmerica/Bogota 2011 16:27 COT

 

No hay duda, la cenicienta se quedó a vivir en el castillo y ahora irrespeta a los señores. Igualada, dirán algunos, pero no hay duda, que aún sin los modales de los cortesanos, Venezuela se transforma en una agraciada señorita que todos comienzan a admirar… y envidiar.
 
Paraguay es su nueva víctima y no porque los guaraníes lo hayan hecho mal, sino porque Venezuela le resultó respondona, y los cogió desprevenidos. Imperdonable en quienes han hecho del esfuerzo su religión y de las victorias, la razón de ser de su existencia.
 
Paraguay se descuidó y por eso el Tata los regañó, enojo que todo el mundo entiende, pero es que con Venezuela nunca se sabe, crece y crece, y aunque no está en las ligas mayores, y a veces le apuestan más a la voluntad que a la técnica, se convencieron de que nunca se debe bajar la guardia… puede que pierda, pero también puede ganar.
 
No se sabe si habrá partidos que le quiten a éste la categoría de memorable en una Copa América que empezó deslucida, con poco fútbol y mucho tedio, pero que con el correr de las jornadas, ha ido ganando en emoción, en sorpresas, y en revelaciones como esta vinotinto, que ya reclama su puesto de clase media en el fútbol sudamericano.
 
Lo impensado sucedió al comienzo. Venezuela se fue adelante apenas a los cinco minutos, con un hermoso gol de Rondón que estrujó los ánimos de Paraguay. No era para menos porque no fue una jugada al azar sino un hurto a destajo de Rincón a Ortigoza para que Rondón se luciera de media distancia.
 
Paraguay, contra su costumbre, acusó el golpe y perdió presencia en el campo. Los errores comenzaron a fluir enredando sus oportunidades, hasta el punto de salvarse del segundo gol que vino por la derecha de la mano de Alexander González que hizo lo difícil, abrir un boquete inmenso en la defensa y falló en lo fácil, meterla en la portería guaraní, Su disparo se desvió por derecha.
 
Pero Paraguay, que no es ningún pintado en la pared, firmó el empate. Su gol se hizo a dos tiempos. Lucas Barrios cobró un tiro libre que rebotó en el poste, dándole la oportunidad a Vizcarrondo para despejar, pero yerra, formándose un entrevero que pone a bailar la pelota en el área, hasta que Alcaraz la recoge para inflar las redes venezolanas.
 
El equipo que brindó alegrías en el pasado mundial de Sudáfrica, despertó del desconcierto y con este gol que fungió más como regalo que como premio por lo hecho, comenzó a trabajar la victoria, sin que faltaran los traspiés, como la lesión inoportuna de Roque Santa Cruz que le abrió la puerta al esforzado Nelson Haedo Valdez.
 
Sin la coyunda de remontar marcadores adversos, Paraguay y Venezuela salieron de los vestuarios y en los siguientes cuarenta y cinco minutos jugaron, con algunos pasajes de buen fútbol, aunque primaba más el esfuerzo que el talento. Por ello no sorprende que el segundo gol de Paraguay igual hubiera llegado por pelota quieta.
 
Tiro de esquina, Valdez envia al primer palo y Lucas Barrios completa la faena para poner en ventaja a Paraguay. Pero faltaba aún el tercero y llega también por la vía del balón parado. Un nuevo tiro de esquina y esta vez un cabezazo de Riveros, faltando cinco minutos para el cierre, coloca el marcador 3-1, sentenciando el encuentro.
 
Si éste hubiera sido un partido normal, Paraguay debió salir victorioso, enriqueciendo su historia, pero Venezuela no bajó los brazos y cuatro minutos después, Miku, entre un bosque de piernas paraguayas, encuentra el claro y remata con autoridad.
 
Lo increíble sucede en tiempo de descuento. Cobro de un tiro de esquina, de cabeza Ronny Vega le cambia la trayectoria y cae el balón a la izquierda de Villar que se tira al piso para recogerla, pero Perozo, estorbado por un defensa, barre el piso, metiendo el tercer gol de Venezuela y el empate definitivo en el minuto 93.
 
Venezuela quedó en ese momento como líder transitorio del Grupo B, en espera del resultado entre Brasil y Ecuador, que luego de la goleada de la auriverde quedó como segundo, con los mismos puntos de Brasil, pero con menor diferencia de goles y Paraguay, quién lo creyera, relegado al tercer lugar. Una noche de fantasía que demostró que los partidos se juegan hasta el último segundo y si no, que lo diga Venezuela.
 
Venezuela se ha ganado con fútbol, con tesón, con disciplina, con trabajo, el respeto de sus adversarios como lo reclamó Farías en la rueda de prensa. Y de contera, admiración. Crecen los patriotas y como van, se han convertido en un hueso duro de roer a tener en cuenta en las próximas eliminatorias para el Mundial de Brasil.
 
Alineaciones
 
Paraguay: Villar; Verón, Alcaraz, Da Silva, Torres; Vera (Santana, m.71), Riveros, Ortigoza, Estigarribia (Cáceres, m.85); Santa Cruz (Valdez, m.42) y Barrios.
 
Venezuela: Vega; Rosales, Perozo, Vizcarrondo, Cichero; Di Giorgi, Alexander González (Maldonado, m.76), Rincón, Orozco (Miku, m.67); Arismendi (Arango, m.64) y Rondón.
 
Goles: Rondón (m.5), Alcaraz (m.33),Lucas Barrios (m.63), Riveros (m.85), Miku (m.89), Perozo (m.90+3).
 
Árbitro: Enrique Osses (CHI). Amonestó por Paraguay a Valdez y Santana y por Venezuela a Perozo y Maldonado.
 
Partido correspondiente  a la última jornada de la fase de clasificación del Grupo B de la Copa América 2011, disputado en el estadio Padre Ernesto Martiarena de Salta ante 18.000 espectadores.

La suerte escogió a Chile en desmedro de Perú

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Por: Marsares

14 dAmerica/Bogota Julio dAmerica/Bogota 2011 13:34 COT

 

Hay partidos que se recuerdan por lo memorable de su juego, y hay otros, como éste, entre Chile y Perú, que servirán como referencia histórica para mostrar que los partidos se acaban cuando pita el árbitro, y antes, cualquier cosa puede suceder.
 
Y en este caso sucedió. Cuando espectadores y jugadores ya se habían relajado por estarse llegando a los noventa minutos, y sólo quedaba esperar el resultado del partido entre Uruguay y México para saber el puesto en el que quedaban y los rivales a enfrentar en los cuartos, sucedió lo impensado, un gol que el azar le arrebató a la pericia.
 
El reloj rondando los noventa minutos, los peruanos aplicados resguardando la portería, los uruguayos pendientes del centro para cabecear, pero todos conscientes de que nada iba a pasar y pasó. El balón, impulsado por Ponce, siguió la trayectoria esperada pero tropezó con el pie de Carrillo, que por defender su arco, acabó metiéndola.
 
Ni los chilenos se lo creían, ni menos los peruanos. Una jugada fortuita y los chilenos se encaramaron a la cima del grupo, mientras los peruanos descendían sin previo aviso. ¿Resultado justo? Por lo hecho en el campo, quizás los chilenos pusieron un poco más de enjundia.
 
Pero la verdad, el partido fue parejo cada quien a lo suyo, Perú a marcar juicioso y explotar el contragolpe, y Chile, a seguir el dictado de sus genes, tomarse el medio campo para irse adelante en busca del partido. Pero no pasó de buenas intenciones en los dos bandos.
 
Apenas se vieron destellos, como el del peruano Chiroque, voluntarioso, que lo intentó de media distancia a los seis minutos, o Beausejour, a los trece, que buscó a Paredes por la izquierda con resultados estériles, o más tarde cuando el mismo Chiroque, metió un centro para Carmona que tampoco pudo capitalizar.
 
A estas alturas, el guerrero de siempre, Suazo, por la izquierda lo intentó varias veces, pero, solo contra el mundo, y en ocasiones neutralizado por Carmona Y Revoredo, no tuvo suerte ni puntería, dejando constancia apenas, que en cualquier momento podría causar la sorpresa.
 
Empero, la sorpresa no llegó, o por lo menos no como se esperaba. Apenas un susto mayor sufrido por los chilenos a causa de Guevara, que pudo enlazar con Carmona, a espaldas de los rivales. Jugada estupenda pues, sin chilenos de por medio, se la dio a Ballón para que la metiera en la portería solitaria… y no la metió.
 
En la segunda mitad, Perú quiso sorprender con Guevara recién iniciadas las acciones, pero Pinto mantuvo a salvo su portería. Uruguay devolvió el favor con un centro de Jiménez que Paredes remató desviado. Queriendo pero no pudiendo, Chile y Perú intentaron abrir el marcador, sin fortuna.
 
En el campo, los dos rivales por momentos se sacaban chispas, para luego caer en un juego intrascendente, despertando luego, y así, hasta que los roces y la impotencia hicieron de la suya provocando un enfrentamiento en el minuto 60 que causó la expulsión de Beausejour y Carmona.
 
De ahí en adelante los dimes y diretes no causaron mayores problemas y parecía que ambos conjuntos se conformaban con la igualdad hasta la llegada fortuita del minuto 92, que elevó a Chile en globo y mandó a la cañada a los cruzados, aunque las tablas pudieron haberse dado si, segundos después Revoredo consigue meter un riflazo con sello de gol que salió desviado para fortuna de los chilenos.
 
Alineaciones
 
Chile: Pinto, Silva (Medel, m.78), Ponce, Jara; Fierro (Valdivia, m.58), Carmona, Estrada, Beasejour, Jiménez; Suazo y Paredes (Sánchez, m.58). 

Perú: Libman, Revoredo, Acasiete (Vílchez, m.46), Ramos; Carmona, Ballón, González (Carrillo, m.76), Corzo, Guevara (Lobatón, m.69); Ruidiaz y Chiroque. 

Autogol: Carrillo (después del m.90 en tiempo de descuento). 

Árbitro: Salvio Fagundes, de Brasil. Mostró tarjeta amarilla a Corzo, Revoredo, Ramos y Libman por Perú y a Estrada y Valdivia por Chile. Sacó tarjeta roja Beausejour y Carmona en el minuto 60

Incidencias: partido disputado en el estadio Malvinas Argentinas, de Mendoza, ante unos 42.000 espectadores.

  

 


Uruguay le ganó apenas con lo justo a México

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Por: Marsares

13 dAmerica/Bogota Julio dAmerica/Bogota 2011 16:34 COT

 

El Uruguay de los pergaminos mundialistas -cercanos y no los que ganaron sus abuelos- apenas si pudo ganarle por la mínima diferencia a un equipo juvenil mexicano, armado a las carreras por la prohibición de la Concacaf de traer el seleccionado de mayores.
 
Peor aún. Hasta hoy, es el primer triunfo de Uruguay en tres partidos y para poner peor las cosas, sólo gana por la mínima diferencia gracias a un defensa que aprovecha un error mexicano, quedando en blanco sus goleadores históricos.
 
Cuando no se puede ganar con solvencia a unos muchachos, que ni siquiera son los mejores de su categoría, ya que para completar el cuento ocho de ellos fueron expulsados de la concentración por organizar una orgía con meretrices, algo debe estar pasando.
 
Si se tiene en cuenta que Uruguay debía al menos empatar para seguir con vida en la Copa y que jugaba con sus mejores estrellas, el resultado preocupa, máxime que por los avatares de la Copa, le toca enfrentarse a Argentina en octavos.
 
Pero el magro resultado no fue por falta de voluntad. Desde el inicio, la Celeste tomó las riendas, apabullando al frágil equipo que tenía por delante, obteniendo su premio a los 12 minutos, tras un rechazo defectuoso de Luis Michel, que aprovechó Pereira para lanzar el balón al fondo de la red.
 
Con menos revoluciones, Uruguay siguió al mando, aunque un error de Lugano en un despeje, le dio la oportunidad a Giovanni Dos Santos para igualr el partido, pero lo evitó Muslera con una estirada apta para foto de primera plana.
 
El segundo tiempo fue un festival del desperdicio para Uruguay que vio frustradas sus múltiples opciones de gol de todos los pelambres como los dos cabezazos de Rodríguez, un tiro cruzado de Suárez o uno de Pérez con buenas posibilidades de gol.
 
Todos lo intentaron, incluso Forlán que marró una oportunidad cerca al arco, sin poder ampliar la diferencia, angustiosa ya avanzada la segunda parte cuando a cambio, le anulan un gol a México (Márquez) por fuera de lugar. Por fortuna, Pérez y Ríos, con los zagueros, preservaron el resultado.
 
El segundo lugar conseguido pone a la Celeste en el camino de Argentina. Una Copa revuelta ya que había sido diseñada para que los gauchos ganaran el grupo y se enfrentaran al mejor tercero. Colombia dañó el caminado al quedar primera y provocó esta final anticipada, entre dos segundos.
 
Uruguay no la tiene fácil por lo mostrado hasta ahora. Pero tampoco Argentina que, pese al triunfo holgado ante Costa Rica, aún es un espejismo de buen fútbol. Dos rivales que se conocen y un Uruguay que ya ha dejado a Argentina con los crespos hechos, como en 1987 cuando humilló a la selección de Maradona.
 
Queda el plato servido.
 
Alienaciones
 
Uruguay: Muslera, Maxi Pereira, Coates, Lugano, Alvaro Pereira; Alvaro González (Lodeiro, m. 66), Diego Pérez, Arévalo Ríos, Cristian Rodríguez (Eguren, m. 84); Luis Suárez y Forlán.
 
México: Michel, Mier, Araujo, Reynoso, Chávez; Aguilar (Aquino, m. 46), Reyes, Enríquez, Ponce (Pacheco, m. 68); Giovani (Oribe Peralta, m. 46) y Márquez Lugo.
 
Gol: Álvaro Pereira (m. 12).
 
Árbitro: Raúl Orozco (Bolivia). Amonestó al uruguayo Coates (m. 90) y a los mexicanos Aguilar (m. 41), Reynoso (m. 55) y Márquez Lugo (m. 82).
 
Incidencias: partido correspondiente a la tercera y última jornada del grupo C de la primera fase de la Copa América 2011, disputado en el estadio Único Ciudad de La Plata ante unos 35.000 espectadores.
 

 

 

Grupo A – resultados y posiciones finales

Estancias > Primera plana
Por: Marsares

12 dAmerica/Bogota Julio dAmerica/Bogota 2011 18:20 COT

 

 

GRUPO A

 

01/07/11

La Plata

Arg. – Bol.   1-1

02/07/11

San Salvador de Jujuy

Col. – CR     1-0

06/07/11

Santa Fe

Arg. – Col.   0-0

07/07/11

San Salvador de Jujuy

Bol. – CR     0-2

10/07/11

Santa Fe

Col. – Bol.   2-0

11/07/11

Córdoba

Arg. – CR     3-0

 
 
 
POSICIONES
 
 

 

 

Pts

PJ

PG

PE

PP

GF

GC

1

Colombia

7

3

2

1

0

3

0

2

Argentina

5

3

1

2

0

4

1

3

Costa Rica

3

3

1

0

2

2

4

4

Bolivia

1

3

0

1

2

1

5

Argentina resucitó de la mano de Costa Rica

Estancias > Primera plana
Por: Marsares

12 dAmerica/Bogota Julio dAmerica/Bogota 2011 9:31 COT

 

Lo bueno del partido es que Argentina se reencontró con su fútbol y que Messi comienza a encajar en el equipo. Lo malo es que lo hizo frente a un equipo de segundo nivel, que apenas le ganó a Bolivia, el peor equipo de Sudamérica, y no realizó ni un solo tiro directo a la portería de Colombia en noventa minutos.
 
Sin embargo, este partido de entrenamiento mostró varias cosas interesantes. La primera, que Messi es el motor de Argentina. Cuando a la pulga le dejan espacio para jugar su fútbol, la creatividad se desborda y despeja caminos, hace pase goles, y, por supuesto, mete los suyos. La pregunta es si se le anula, como lo hizo Colombia, ¿jugará igual de bien Argentina?
 
Lo segundo, es que las variantes ensayadas por Batista se acoplaron al mejor jugador del mundo, permitiéndole revitalizar su juego. Gago y Di María, como volantes, le dieron movilidad al equipo, permitiendo alimentar los despliegues ofensivos con rápidos centros, al tiempo que con Agüero e Higuaín concluían las jugadas, respondiendo a los precisos pases de Messi.
 
Pero también este partido reiteró la debilidad el talón de Aquiles de los argentinos, su insegura defensa, desnudada por Colombia e inquietada en el primer tiempo por los ticos Josué Martínez y Joel Campbell. Contra rivales de mayor jerarquía, esto podría salirle costoso.
 
Lo último que se puede extraer de este partido es la presencia obligada de aquí en adelante de Agüero en la línea titular. No sólo fueron suyos dos de los tres goles con los que venció a Costa Rica, convirtiéndose hasta ahora en el mayor anotador de la Copa América y el único de su agrupación, sino que su juego se acopla al de Messi, solución al rompecabezas de Batista.
 
Otra Argentina, sin duda, que desde el pitazo inicial aprovechó a los novatos costarricenses, para encerrarlos en su campo, generando oportunidades a granel que, despejadas por los ticos o erradas por los ahijados de Batista, comenzaban a preocupar hasta llegar el tanto de Agüero a punto de culminar el primer tiempo.
 
El espejismo del empate se diluyó, lo mismo que el combinado centroamericano que entró al segundo tiempo, más timorato que nunca, maniatado por la genialidad de Messi que, sin pausa, continuó asistiendo con pases precisos y certeros a Higuaín, Agüero y Di María para que subieran la cuenta.
 
El Kun metió el segundo y Di María el tercero, gracias a la generosidad de un Messi que deslumbraba también a la tribuna. La reconciliación, al igual que el divorcio pasado, fue instantánea, y su nombre comenzó a ser coreado por los más de 50.000 argentinos que por fin, después de los sinsabores pasados, comenzaron a creer en su selección, y en el propio Messi, su máxima estrella.
 
Pudieron ser más, pero Argentina bajó el ritmo y Batista decidió sacar del campo a Higuaín, Di María y Agüero, cambiados por Pastore, el ídolo local, Biglia y Lavezzi, respectivamente, para que la tribuna les rindiera los honores y resguardarlos para lo que se viene.
 
Alineaciones
 
Argentina: Romero; Zabaleta, Burdisso, Milito, Zanetti; Gago, Mascherano; Messi; Agüero (m.85, Lavezzi), Higuaín (m.80, Pastore) y Di María (m.80, Biglia)
 
Costa Rica: Moreira; Calvo (m.46, Brenes), Acosta, Salvatierra; Duarte, Leal, Mora; Cubero, Elizondo (m.56, Valle); Martínez (m.46, Madrigal) y Campbell.
 
Goles: 1-0,: Agüero (m.45 y m.52) y Di María (m.65).
 
Árbitro: Víctor Rivera (PER), que amonestó a Milito, Zanetti, Biglia y Lavezzi, por Argentina, y a Calvo y Duarte, por Costa Rica.
 
Incidencias: Partido del Grupo A de la Copa América disputado en el estadio Mario Alberto Kempes, de la ciudad de Córdoba, antes unos 57.000 espectadores.
 
 
 

Sin apuros, Colombia eliminó a Bolivia

Estancias > Primera plana
Por: Marsares

10 dAmerica/Bogota Julio dAmerica/Bogota 2011 23:29 COT

 

Sin sorpresas, Colombia le ganó por dos goles a cero a una débil Bolivia que saltó a la gramilla sin mayores expectativas, terminando de borrar el buen papel que hizo con Argentina.
 
El partido comenzó con faltas de lado y lado. Unos metros con el balón y el jugador era derribado por un contrario. Cobro de la falta, de nuevo el balón en el piso y otra falta, otro cobro y así, una y otra vez, generando un juego improductivo que a nadie favorecía.
 
Pero estaba por aparecer una de las virtudes que se le han visto a Colombia en este torneo. En el minuto 14, de improviso, Dayro Moreno lanzó un pase de profundidad a Falcao que rápidamente se desmarcó por entre dos bolivianos y con suavidad, en un tiro cruzado de izquierda a derecha, abrió el marcador.
 
Pocos minutos después, Armero se despegó por la banda izquierda, atravesó toda la cancha y cuando se disponía a centrar, fue derribado dentro del área por Amador Santos. El penalti lo convirtió Falcao, poniendo el marcador dos goles a cero en favor de los colombianos que con este resultado, se apropiaban del primer lugar del grupo A.
 
Sin mayores emociones prosiguió el encuentro y solo en los minutos finales ambos equipos tuvieron posibilidades de anotar. Armero asiste a Ramos pero éste falla el cabezazo. A continuación un tiro libre de Bolivia le da la oportunidad al Neco Martínez para su lucimiento.
 
En la segunda mitad se repitió el libreto. Bolivia, sin ideas y con la zaga despistada le brindó ocasiones a Colombia de aumentar el marcador, pero por falta de precisión o demasiada prisa, los intentos no cristalizaron, como los variados intentos de Falcao, que fallaban por centímetros.
 
Consciente de los partidos por venir, Bolillo decidió mandar al descanso a Guarín, Ramos y Moreno, reemplazados por Cuadrado, Soto y Rodallega, respectivamente. Pero aunque el partido pareció animarse por momentos las anotaciones no llegaron, más por individualismo o falta de puntería que por talento de los bolivianos.
 
Con siete puntos Colombia consiguió el objetivo de quedar primera de su grupo y falta ver lo que suceda entre Argentina y Costa Rica, la primera urgida de ganar, mientras la segunda, sin nada que perder, puede complicarle la vida.
 
Alineaciones
 
Colombia: Martínez; Zúñiga, Perea, Yepes, Armero; Sánchez, Guarín (Cuadrado, m.50), Aguilar; Moreno (Rodallega, m.45), Ramos (Soto, m.78) y Falcao. 

Bolivia: Arias, Vargas, Raldes, Santos, Álvarez; Arce (Pedriel, m.70), Robles, García, Campos; Rojas (Vaca, m.45) y Martins (Peña, m.60). 

Goles: 1-0:, Falcao (m.14 y m.29 de penalti). 

Árbitro: Francisco Chacón (MEX), amonestó a Campos por Bolivia. 

Incidencias: Partido de la tercera jornada del Grupo A de la Copa América disputado en el estadio Brigadier Estanislao López de Santa Fe antes unos 12.000 espectadores.

 
 

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