El sacerdote reformista que sucedería a Benedicto XVI tendrá en sus manos no sólo salvar a la Iglesia, sino la histórica tarea de repensarla y reconstituirla

La alianza Mockus-Petro es la única que puede acabar con el continuismo y enfrentar la política tradicional con un cambio cultural que se necesita de manera urgente en Colombia.

La democracia resulta aún más costosa cuando los ciudadanos no saben elegir a sus gobernantes. Desafortunadamente, esto no sólo es tarea de algunos. ¡Es tarea de todos!. De nada sirve tener un puñado de personas conscientes si más de la mitad de la población no vota con responsabilidad.

Se vuelve necesario cuestionar qué tan conveniente es la injerencia y participación de los líderes religiosos en las decisiones públicas.

Lo que busca o debería buscar el socialismo del siglo XXI es el bienestar individual a partir del bienestar colectivo, sin excluir a ningún agente por muy “burgués” que fuere.

El desconocimiento y la ignorancia sólo son grandes amigos de la muerte por inasistencia, la pésima cohesión familiar, la propagación de enfermedades y los embarazos no deseados.

Si a los que convocan la marcha del 4 de septiembre en serio les preocupa la soberanía de Colombia, pues ¿por qué no la convocan contra el “soberano acto” de prestarles 7 bases a los norteamericanos?

Revocar la administración de Samuel Moreno es algo terriblemente dispendioso, más aún cuando en la “fila” se encuentra un personaje poco idóneo para tan monumental cargo.

Ese ministrico insinuó que los constituyentes de 1991 le daban espaldarazos a la permanencia de ejércitos foráneos, y sólo les molestaba el hecho que “pasaran” por aquí.

Nadie en Colombia, menos si apoya la forma en que se busca perpetuar la actual administración, tiene la más mínima autoridad moral para criticar las intenciones del Presidente Zelaya.