Colombia, un país de mentiras
Sábado 6 de Marzo de 2010 15:44 COTLas aguas ya comienzan a calmarse después del hundimiento de la ley que le daba vía libre al referendo reeleccionista de Álvaro Uribe Vélez y vale la pena ahora detenernos a mirar el cúmulo de pasiones que se desparramaron por doquier, en réquiem por el paraìso perdido.
La visión del alacrán
Jueves 4 de Febrero de 2010 21:13 COT¿El país comienza a reaccionar? Es temprano para decirlo pero lo sucedido ayer en la Universidad Jorge Tadeo Lozano es un síntoma que mueve al optimismo. Su rector le dijo en la cara al presidente Álvaro Uribe lo que significa el Estado que pretende construir: un Estado totalitario.
[Especial 2009] El personaje del año
Lunes 4 de Enero de 2010 9:14 COTPancarta a favor de la reelección de Uribe, durante la marcha contra las FARC el 4 de febrero de 2008 (Foto: Julián Ortega Martínez / equinoXio)
El referendo reeleccionista, sin duda. Desde el comienzo del año, como un fantasma en trance de reencarnación, recorrió el territorio colombiano, imponiendo su presencia. A su paso, las multitudes lo aplaudían, porque gracias a él, el presidente Uribe, el único capaz de salvar a Colombia del demonio terrorista, podía seguir en el poder.
Todo el país giró en torno a él. Amigos y enemigos, en un café, en el hogar, en el trabajo, en un almuerzo, en las noches sabatinas, en dondequiera que existiera una reunión de más de uno, el referendo ocupaba un generoso espacio en las discusiones. Él y sólo él era la salvación de la democracia o su perdición.
[Especial 2009] El año interino I: La siesta de la reelección
Sábado 2 de Enero de 2010 19:33 COTDespués de un año telúrico donde se conmovieron los cimientos de nuestro país, el presagio de un año menos agitado se presentía, pero jamás que se detendría en el tiempo como un absurdo paréntesis, dejando en el limbo las muchas tareas pendientes para dirigir al país hacia senderos menos excluyentes y violentos. Una sola persona, el presidente de la República, con la descomunal influencia que mantiene sobre el país, lo puso a marchar al ritmo de su agenda personal. Los tres poderes del Estado, uno como mandamás, otro como obsecuente servidor y el tercero como opositor a su “encrucijada del alma” inevitablemente transitaron por el camino que les trazó Uribe.