Aunque la participación actual de la mujer en las altas esferas de las instituciones colombianas es un hecho cotidiano, debido al aumento de la actividad femenina en todas las áreas de la vida política nacional, e incluso, obligatorio, en virtud a una ley que establece que haya paridad de género en la cantidad de personas en ejercicio de los cargos públicos que son por nombramiento, este es apenas el resultado lógico y merecido de un largo proceso que se inició en el nacimiento mismo de la república, y que ha tenido tres etapas bien diferenciadas.

Hablemos de cómo han parido una buena parte de la historia de nuestra América; hablemos de ellas: las silenciosas madres, las esposas y compañeras, las hermanas y amigas, las invencibles, las indomables, hablemos de ellas… nuestras mujeres.

En Colombia, país donde se hace esfuerzos por reducir la brecha digital, pero que como todo país latinoamericano guarda cierta tradición machista ¿está la mujer aprovechando al máximo esta facilidad? ¿Hay una adecuada presencia de las mujeres en el internet colombiano, sea para usarlo como medio de expresión o como emprendedoras? ¿Hay activistas que estén usando internet para luchar por los derechos de las mujeres? ¿Hay sectores de la sociedad colombiana donde la mujer tenga dificultades para acceder a internet sólo por el hecho de ser mujer? ¿Está ayudando internet a mejorar la imagen de la mujer o sólo perpetúa viejos estereotipos?

Y cuántas mujeres al año (Foto: Libertinus vía Flickr, licencia CC-BY-SA)

Una invitación desde equinoXio para que conmemoremos este 25 de noviembre, el día internacional contra la violencia hacia la mujer, legado del primer encuentro feminista de Latinoamérica y el Caribe celebrado en Bogotá en el año de 1981. Se ha elegido este día para conmemorar el asesinato de las hermanas Mirabal, activistas políticas, defensoras de la democracia, la justicia y símbolos de la resistencia contra la dictadura de Trujillo en la República Dominicana.

No estoy a favor del aborto sino a favor del derecho a decidir y del respeto a los derechos sexuales. Las leyes antiaborto solo sirven para encarcelar mujeres humildes que básicamente cometen el mismo delito: el de la pobreza. Los hombres, tan responsables como las mujeres de un embarazo, no se ven perseguidos por la ley en caso de aborto: ni se les acusa ni se les busca.

¿Por qué a Gilma Jiménez no le interesa conocer las causas de las abominaciones que pretende castigar con mayor severidad? Blanco es, gallina lo pone.