Yo no te pido la luna, tan solo el rating…
Estancias > Medios y cultura popularPor Marsares
domingo 7 de marzo de 2010 15:24 COT
…y vaya que lo necesita, en su estreno marcó el último lugar del prime time, pese a que era el final de Oye bonita y se supone que le endosaría sus televidentes".
¿En qué anda el vecino? Como en la vida diaria, en un mundo de apariencias donde los unos dependen de los otros para vivir su vida, los dos canales privados de la TV colombiana han decidido dependen el uno del otro para mejorar su negocio. En un círculo vicioso que ninguno osa romper, el uno propone lo mismo que el otro, al tiempo y sin derecho a réplica. Por eso, explicable que a la vida de Marbelle (Amor sincero) con música de cantina que puso en el aire RCN, el canal Caracol le enfrente su propia versión musical de la vida, inventándose un personaje menos escabroso, con Juanita Román en Yo no te pido la luna. Así, en un canal veremos durante meses a la cantante de cafetín en busca de su collar de perlas, mientras en el otro a la cantante de buseta, que tan solo pide amar a su Alejandro Castillo, cada cual buscando salir del arroyo, para irse derechito al cielo, por un camino lleno de espinas.
Después de que el Monchi Maestre consiguió por fin el amor de su “bonita”, le corresponde a Juanita Román buscar el suyo, en una historia urbana que deja atrás los líos de fincas vallenatas para meterse entre busetas y mansiones a perseguir su propio destino. El primer capítulo deja ver una producción cuidadosa, que busca agarrar al televidente desde el comienzo. Las buenas imágenes del concierto que consagra a Juanita Román (Anasol) como estrella, son el abrebocas de Yo no te pido la luna. Buen manejo de planos que le aportan realidad al evento. Pantalla dividida en cuatro para mostrar intensidad, detalles, emoción, aspectos que se perderían en una sola visión, conforman un desafío técnico que refresca la narración. Con estos primeros minutos la curiosidad del televidente le impide cambiar de canal y es lo que aprovecha el guionista para presentar la historia. Un hombre maduro, Alejandro Castillo (Ricardo Vélez) se aparece en el camerino de Juanita para despedirse. La ama, pero lo suyo no puede ser. El conflicto queda planteado y viene el gran flashback que nos contará por qué el amor sufre una derrota (o por lo menos eso es lo que nos quieren hacer creer).
Así comienza la nueva-vieja historia del rico y la pobre, con una Juanita que se gradúa de bachiller y recibe como regalo una guitarra que realizará sus sueños, truncados por un robo inesperado, y la aparición en su vida de Alejandro, un multimillonario que enviudó dos años atrás y cuya fortuna busca Tatiana Ivanova (Ángela Vergara), su ambiciosa novia que tiene de amante a Fernando Sanclemente (Juan Pablo Shuk), el mejor amigo de Alejandro, casado con su hermana, Soledad Castillo (Ana María Trujillo). No se preocupen, a mi también me pareció la historia retorcida, pero no puede ser de otra manera, son las reglas de los culebrones, dos buenos, en medio de muchos malos y un vericueto que se irá enredando para llegar al final esperado de amor triunfante y ambición derrotada.
Escenas en buses (que no se volverán a ver en la realidad con el nuevo sistema integrado de transporte), en clubes donde modernizan el conocido Pigmalión de Shaw, con un amigo (Alejandro) apostándole al otro (Fernando) convertir a Juanita en dos meses en cantante famosa, en casas modestas donde hay amigas entrañables (Susana / Jessica Sanjuán) y madres irresponsables (Magaly / Luisa Fernanda Giraldo), mansiones donde las intrigas están a la altura de los millones de Alejandro, y el instante que marca el comienzo de todo, una inusual celebración de cumpleaños donde una cantante de buseta cena con un multimillonario, luego de que Alejandro la recogiera en la calle después de haberse desmayado cuando intentaba cantarle a una prestigiosa cantante de ópera a su salida del teatro. Juanita le canta a Alejandro su personal “feliz cumpleaños”, con ponqué y velitas, y se aparece Tatiana, humillando a Juanita.
Un celular que se cae, una propuesta de matrimonio, un ofrecimiento de impulsar una carrera musical, amor, golpe de suerte, engaño, hijo irresponsable que regresa al país (Rodrigo Castillo / Germán Patiño), hija que está a punto de abortar (Carolina Castillo / María Cristina Pimiento), hermana solterona (Elvira Castillo / Talú Quintero) que cuida a Alejandro, hermana con cachos (Soledad) que vive en otro mundo, corazones altruistas que prestan guitarras en compraventas… todo esto porque sus protagonistas no quieren la luna, tan solo un poco de amor.
Mientras Rosario se convierte en sicaria, Las muñecas de la mafia en desechos, Gabriela regresa al mundo del patinaje como ejecutiva y se quiere dar una nueva oportunidad con Pablo, los equívocos de Primo González siguen enredando al Hotel El Castillo, y los guardaespaldas se convierten en amantes de sus protegidas, Marbelle y Anasol compiten en cantinas y discotecas. Lo curioso del cuento es que a Marbelle le tocó cantar carrilera porque ese fue el mundo que conoció, mientras la otra, Anasol, nacida en el mundo de las comodidades, canta las baladas que reflejan el suyo.
Una anécdota al margen. En la realidad, la madre de Marbelle tuvo un hogar desastroso en un ambiente rural y se separó para irse a la ciudad en busca de oportunidades con varios hijos y muchas carencias. La abuela de Anasol aunque en circunstancias diferentes, hizo lo mismo. Hace mucho tiempo, a comienzos de los setenta, abandonó a su esposo en Bogotá, después de una serie de fracasos económicos y emprendió una nueva vida en Cali, con seis hijos a cuestas y la fortuna que le volvería a sonreir con el paso del tiempo. Uno de sus hijas, que ahora vive en Holanda, sería la madre de Anasol, que nació en Argentina, pero se crió en Cali.
Las propuestas están servidas. Géneros musicales diferentes que representan mundos desiguales y públicos distintos. La guerra del rating sigue su curso. Se reciben apuestas, aunque los pronósticos para Yo no te pido la luna no son buenos. La luna de medianoche será su compañía.
mircoles 10 de marzo de 2010, 16:48 COT
Con una mala protagonista como la cantante (se desmaya y no suelta la guitarra) y un utópico argumento, sólo alcancé a ver un un aparte de un capítulo y eso para no estar desactualizada pero, para nunca más volverla a ver.
Un abrazo gigante con buena vibra para ti Marsares!
sbado 13 de marzo de 2010, 00:47 COT
Al igual que “El Encantador”, este nuevo hueso no durará más de dos semanas al aire. Para levantarse del par de fracasos volverán a las prepagos, los matones y los Desafíos chimbos en medio del monte. Ya van a completar UNA DÉCADA haciendo el mismo “reality” todos los años.
viernes 7 de mayo de 2010, 05:00 COT
PUES SOLO QUIERO SABER SI VAN A VOLVER A DAR YO NO TE PIDO LA LUNA ME PARECE MAL HECHO QUE LA HUUVIERAN DEJADO EMPEZADA
jueves 25 de octubre de 2012, 21:41 COT
Solo quiero que alguien me diga como se entera Alejandro que el hijo que espera Tatiana no es suyo???