Holanda gana, Dinamarca pierde y la tribuna se aburre
Estancias > Primera planaPor Marsares
lunes 14 de junio de 2010 11:18 COT
¿Qué pueden hacer dos equipos que se conocen hasta la saciedad? Cuidarse, andar con pies de plomo, esperar el error contrario. Esto hicieron Holanda y Dinamarca. Como si fueran una reencarnación de las antiguas tribus nómadas, cuyos enfrentamientos de guerra se limitaban a desafiarse en mitad del campo con insultos y carantoñas, igual lo hicieron estos norteños.
La pelota rueda a trompicones. Avanza un poco, se estrella, retrocede, vuelve y juega, y otra vez atrás. Así transcurren los minutos. Holanda tiene el balón, pero Dinamarca no lo deja pasar. En el último cuarto de cancha se diluye el juego. Pesa la agresividad. En cuatro minutos, cuatro faltas de los daneses. En un juego tan cerrado, el gol se convierte en algo milagroso, una bendición del cielo, quizás por eso los remates buscan las alturas, para que arriba les den la bendición.
¿Que pasa con el balón? ¿De verdad es una pelota de jardín? A los ocho minutos el arquero danés la recibe a lo Robert Green, es decir, con rebote incluido, en dos tiempos, pero sólo es un pequeño susto. Fútbol de bloques aunque buscando la triangulación. Se ataca pero sin regalarse atrás, a diferencia del mundial pasado donde la defensa a ultranza era el nombre del juego.
Pelotazos largos sin nadie que defina. En partidos así, tan cerrados, las individualidades marcan la diferencia, pero acá están de vacaciones. Van der Vaart y Sneijder apelan a la media distancia sin inquietar la portería danesa resguardada por una doble línea de cuatro. Holanda busca una hendidura pero el cerrojo funciona. Ni la luz del sol penetra en el reino de Margarita II.
Media hora de juego y Holanda trata de abrirse por las bandas, pero nada parece animar este partido en el que Dinamarca le apuesta a no perder, quizás porque es consciente de que más no puede hacer y hay lugar para el desquite en los siguientes partidos. Las estadísticas dicen que Holanda ha tenido el 61% el balón, pero en el campo no se refleja. El juego es parejo, lento, interminable.
Lo mejor del encuentro a estas alturas, los hinchas. Se la gozan en la tribuna con sus trajes estrafalarios. La mancha naranja es mayoría y se niegan a perder el valor de las entradas, así que con bulla reemplazan la monotonía del campo, acompañando a las vuvuzelas sudafricanas que con su rumor de abejas, copan el bellísimo estadio, otro protagonista. Los zombies del campo deberían aprender de las graderías. Pero no. Apenas juego brusco y por eso ve la amarilla De Jong.
Se dice que el fútbol es el mejor espectáculo del mundo por lo imprevisible. Un andamiaje se puede ir abajo en un instante y en este partido se comprueba. A unos segundos de comenzado el segundo tiempo, un centro desde la izquierda de Van Persie, buscando un rematador, encuentra lo inesperado. Poulsen rechaza de cabeza pero a menos de un metro el balón encuentra el cuello de Agger, rebota y se mete al arco danés. Un autogol que nadie espera, pero que los holandeses celebran como fiesta nacional. Tantos abrazos que casi podría decirse que lo metieron. Pero es que ante tanta sequía, así el agua sea ajena, igual calma la sed.
Graves problemas para Dinamarca pero buenas noticias para el espectáculo. La búsqueda del empate permitirá ver un partido abierto… pero pensar con el deseo no basta. El partido sigue igual, incluso con faltas mayores y por eso a los dos minutos es amonestado con amarilla Van Persie. Claro que algo mueve a Holanda y con el transcurrir de los minutos arriesga más y Van der Vaart llega con propiedad. El arquero posa para la foto con una estirada estupenda.
Los daneses pierden el partido pero no la cabeza y siguen igual de ordenados que en la primera parte. ¿Habrá algo que los conmueva? Es curioso. En los primeros 45 minutos que tuvieron menos el balón llegaron varias veces y ahora que lo tienen un poco más (Holanda 56% – Dinamarca 44%) ni se arriman por la portería rival. Y para completar casi se meten el segundo autogol al minuto 77. Un disparo de Sneijder rebota en un defensa y el travesaño impide que Holanda celebre el segundo gol por obra y gracia de Dinamarca.
A estas alturas hay movimiento en el banco de Holanda y entra el moreno Elian, del Hamburgo, por Van der Vaart, para ponerle alegría al partido y fabricar el gol del puntillazo, aunque a decir verdad el enfermo estaba en coma, y el segundo gol sólo confirma el diagnóstico: su enfermedad es terminal y va a morir al minuto 90.
Transcurren 84 minutos de juego y Elian pica de izquierda a derecha, se lleva la marca, arranca dos metros y en diagonal manda la bola al palo izquierdo del arquero, la pelota rebota y la pesca Kuyt para cambiarle la trayectoria y meter el segundo gol. Nadie sabe para quien trabaja. Kuyt, desaparecido de la cancha, se lleva la gloria para la estadística. Pero en su favor hay que decir que estaba donde debía estar, que es lo que deben hacer los goleadores. No se necesita que brillen sino que anoten y Kuyt lo hizo.
Dos minutos después, casi llega el tercero, con un arquero vencido. El balón lo saca un defensa con un puntillazo a escasos centímetros de la raya de gol. Ultima emoción, bueno fueron tan escasas, que son como las estrellas fugaces, se recuerdan con alegría, así duren tan poco. Lo demás es manejo de balón y esperar el pitazo final.
Un 2 – 0 que no refleja el partido. Holanda se va en deuda y el equipo danés deberá mejorar mucho porque Japón y Camerún no son una perita en dulce. Alguno de los dos puede mandarlo temprano a casa.
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Partido del Grupo E, disputado en el estadio Soccer City de Soweto ante 83.465 espectadores.
Alineaciones
Holanda
Stekelenburg, Van der Wiel, Heintinga, Mathidsen, Van Bronckhorst, Van Bommel, De Jong (De Zeeuw, m.87), Sneijder, Van der Vaart (Elia, m.68), Kuit y Van Persie (Afellay, m.77).
Dinamarca
Dinamarca
Sorensen, Kjaer, Agger, Jacobsen, Simon Poulsen, Cristian Poulsen, Jorgensen, Kahlenberg (Eriksen, m.73), Enevoldsen (Gronkjaer, m.55) Bendtner (Beckmann, m.62) y Rommedhal.
Goles: Simon Poulsen de autogol (m.46); Kuyt (m.85).
Árbitro: Sthepane Lannoy (Francia).
Árbitro: Sthepane Lannoy (Francia).
Tarjetas amarillas: De Jong (Holanda) Kjaer (Dinamarca)
lunes 14 de junio de 2010, 12:03 COT
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