El universo cultural africano se tomó la ciudad
Especial Festival de Cine de Santa Fe de Antioquia 2008 > EstanciasPor Álvaro Ramírez Ospina
mircoles 10 de diciembre de 2008 11:59 COT
La presencia del cine africano y afrocolombiano en el Festival le ha dado a la novena versión del evento un ambiente insospechado de asombro estético, emparejado con una reflexión y descubrimiento de la inmensa importancia y riqueza de la cultura negra en el mundo. Permite además constatar la forma infame como el racismo sistemático a que ha sido sometido todo un contiente al que han pretendido degradarlo y negarle estatus, sin tener en cuenta la honda y profunda presencia de África como eje y cuna de todas las civilizaciones.
La sesión académica del domingo 7, en las horas de la mañana, fue un ejemplo vivo del universo integrador que es la cultura africana. En ella pensamiento, cuerpo y vida se conjugan de manera indisoluble, festiva e integradora.
El escenario lo compartían tres personas trabajando en equipo de una manera muy original. Fue así como mientras el antropólogo Ramiro Delgado Salazar, micrófono en mano, hacía una lúcida presentación de la sofisticada conceptualización sobre “África y afro-Colombia, sus invenciones, creencias y sabores”. Martín López y su asistente convirtieron el escenario en una cocina repleta de decenas de ingredientes, aliños y peroles donde morosamente preparaban variados y numerosos platos de la región Senegambia, del África noroccidental, en seis fogones que despedían aromas deliciosos.
Yo nunca había asistido en mi vida a una conferencia académica tan “sensual” y sugerente como ésta. Mientras se nos enseñaban las técnicas, algunas recetas y la evolución histórica de las formas de cocinar de África; la fragancia de los ingredientes y el accionar de sus preparadores; conjugaron una verdadera fiesta de los sentidos. Ramiro Delgado presentó además el “estado del arte” sobre la disciplina que se está desarrollando dentro del amplio campo de la antropología que, en pocas palabras, estudia e investiga cómo la cocina y las comidas pueden brindar elementos centrales y ejes indicativos sobre la importancia e influencia de África sobre las culturas que pueblan el planeta.
Ramiro estableció de manera muy clara cómo las religiones africanas y el panteón de los Orishas son un elemento central, al hablar de la cultura y la culinaria del África. Comida y creencias religiosas van de la mano y cuando se come en nombre de Changó, Eleguá o Yemayá, se hace en concordancia con lo que estas deidades representan para sus devotos.
La civilización occidental eurocentrista tiene dificultades para entender la riqueza que implica esta sacralización simbólica de los alimentos y siempre ha tratado de negarles categoría de seres humanos civilizados a los nativos para poder explotar de manera colonial los recursos de los africanos.
Explicó también como se apropiaron de la sabiduría culinaria de las mujeres africanas y de su memoria, especialmente cuando inmensas poblaciones fueron sometidas a la esclavitud y vendidas a mercenarios que las llevaron a vivir en condiciones infrahumanas a las Américas.
Habló en detalle de las cocinas africanas con sus sofritos, refritos y marinadas, que convirtieron la sazón africana en un maravilloso aporte a las cocinas de las Américas, con salsas mezcladas con las carnes secas, ahumadas o frescas, que acompañan el arroz, el fufu u otras masas a las que la salsa le pone el componente central, es un solo plato.
También habló de los tubérculos cocidos y amasados en pilones que llegaron a América y siguen vivos en las mesas de Colombia y el Caribe. Mencionó la amplia lista de deliciosos ingredientes provenientes de las diferentes etnias africanas que llegaron al continente americano: ajonjolí, arroz, maíz, millo, yucas y ñames, frijoles, arvejas, calabazas, pepinos, tubérculos, okra, berenjena, espinacas, cebolla, champiñones, nueces, mangos, cerezas, duraznos, dátiles, caña de azúcar, miel y pescado.
La sesión terminó con una exquisita degustación de los platos preparados y una intensa conversación entre los participantes que, maravillados por la riqueza de sabores africanos, empezaron a comprender la enorme riqueza gastronómica de los africanos y su legado a otros continentes.
Sesiones como esta le dieron al festival de cine una dimensión nueva, más amplia y compleja sobre la inmensa importancia que África tiene en el concierto mundial. Ignorados sistemáticamente por los conquistadores y neocolonialistas de todos los pelambres, los países africanos empiezan, con eventos como éste, a mostrar toda esa riqueza, humana, cultural y social que se les ha pretendido negar y desconocer por siglos.
mircoles 10 de diciembre de 2008, 12:30 COT
Me parece interesante que se resalten las contribuciones de Africa a la cultura mundial. No hay que olvidarse que la música moderna tiene sus raices en la diáspora africana en el continente americano. Allí está el Rock, el Jazz y la Salsa. Nacionalmente casi todos los ritmos colombianos.
Ojalá Antioquia siga generando este tipo de eventos culturales donde se resalte el valor de otras culturas y haber que algún día la región deje de producir esos nefastos Uribes o profetas del odio y de la intolerancia.
mircoles 10 de diciembre de 2008, 17:21 COT
Hay un movimiento grande en la academia y los activistas afrocolombianos por moviizar la reflexión que señalas. En Cali se viene trabajando con ahínco desde hace tiempo. Hay grupos de investigación importantes en la Universidad del Valle, liderados por el profesor Darío Henao.
viernes 12 de diciembre de 2008, 23:02 COT
Me has hecho antojar, simplemente imaginé la variedad de texturas, olores, colores y sabores. Me gusta la reflexión que haces acerca del poco o nulo reconocimiento hecho a la región africana en el desarrollo de las civilizaciones y del mundo tal cual hoy lo conocemos, por eso, pese a todo aquello que digan siempre será para mí ser un honor ser una negra, disfrazada de blanca.