[Especial 2009] El año interino II: La inocuidad es el nombre del juego
Artículo destacado > Especial 2009Por Marsares
domingo 3 de enero de 2010 11:20 COT
La inocuidad tuvo su parte importante en este 2009. Las víctimas vieron hundirse el proyecto de ley que les reconocía su dolor, con el pretexto de que no hay plata para tanta gente, mientras sus victimarios, con otros nombres pero con las mismas intenciones reafirmaron su poder, asesinando a quien osara cuestionar sus propiedades y su poder. Los mismos con las mismas.
La reforma política que buscaba desinfectar los partidos de su influencia paramilitar, quedó convertida en un saludo a la bandera, aunque, valga la aclaración, sirvió para realinderar el uribismo, permitiendo que los que desearan gozar de las mieles del poder ingresaran a las toldas gobiernistas. El mismo burro con distintas ojeras.
Lo que si llama la atención como el ejemplo de que la nada es posible convertirla en parte de la constitución es la pretendida penalización de la dosis personal de la droga. En un sainete inolvidable se aprobó la reforma pero sin penalización, lo que equivale a decir que se le dio gusto a todo el mundo, se le prohibió pero sin castigo.
Y para que no quede duda de que la palabras se las lleva el viento, después de los escándalos de las interceptaciones telefónicas ilegales y el deseo de todos de eliminar este nido de corrupción, el DAS siguió tan campante como antes. El proyecto de reducirlo a su mínima expresión se diluyó en las curules vacías. Mejor dicho, nada de nada.
Inocuidad que tuvo su cima en la ley de Justicia y Paz, una muestra de que la reparación y el castigo a los violentos quedó en el limbo. La extradición de los jefes paramilitares se constituyó en la más eficaz mordaza para conocer la verdad, mientras los que permanecían en el país contaban verdades a medias y entregaban bienes ajenos, embargados o inexistentes.
Y para completar, las pirámides que arrebataron billones de pesos a muchos colombianos, encabezados por DMG, aparte del castigo a algunos de sus promotores, encabezados por David Murcia, consiguieron su objetivo, al haberse tan sólo recuperado el 10% de lo esquilmado. Con el 90% en manos de los estafadores, se demostró, infortunadamente, que el crimen sí paga.
Y, por supuesto, la guerrilla puso su cuota en este mar nacional en el que se hace todo lo posible para que nada pase. Los secuestrados siguieron en su poder, soportando un infame cautiverio, agregando un año más a sus desoladas vidas, mientras el país convertía en cotidianas las marchas de Moncayo padre y Uribe aprovechaba la sevicia de los guerrilleros para incrementar su popularidad. Todo se intentó y nada pasó.
Escándalos, muchos escándalos, sin consecuencias punitivas, como el desenfadado enriquecimiento de Tomás y Jerónimo Uribe por cuenta de predios comprados en una zona que por decisiones de subalternos de su padre, se valorizaron convirtiéndose en minas de oro, al multiplicar en más de mil por ciento su valor comercial. Al final, aparte de los bolsillos llenos, no pasó nada.
domingo 3 de enero de 2010, 22:15 COT
En primer lugar. Felìz año para todos los colombianos.-
En armonia con el escrito especial del año…No queda ninguna duda en que lo que expresa el colunnista o autor del àrticulo,tiene una verdad amarga…pero la dulzura en que quienes entendemos los porquès…sabemos que los seres humanos estamos proclives al vicio del dinero y èso es el flagelo màs grande de quienes tienen la responsabilidad de haberlo inventado con fines diferentes a una realidad que los señalados por esta cruda realidad…esperamos que los colombianos comprendamos todo lo que ha sido el dolor de Colombia ,solamente por darle un poder al administrador de nuestra Patria boba…atte,gunda525