Pincelazos de un sueño
ColumnasPor Juan José Ossa
lunes 27 de septiembre de 2010 23:42 COT
Ese día me levanté a las 8 a. m. No podía decir que tenía todo el tiempo del mundo a mi disposición pero era el necesario para arreglarme antes de la hora del encuentro con Leobardo Pérez. De él no sabía muchas cosas, sólo que era un pintor y escultor nacido en El Carmen de Viboral, que durante su vida ha tenido un gran éxito como comerciante, motivo por el cual hoy vive en una “modesta” finca por Copacabana, en la cual tiene su taller de arte. También que ha expuesto sus cuadros y esculturas, tanto dentro como fuera del país.
De momento todo va bien, me he podido dar el lujo que pocas veces puede darse un periodista, que la fuente lo busque a él. Debido a una propuesta que me ha hecho, va a ir a la casa de mi abuela, ubicada en su municipio natal para que yo lo entreviste.
10:45 a.m. (Cuarenta y cinco minutos después de la hora de encuentro) Estoy en la casa de mi abuela esperando a que él llegue. No puedo pensar en otra cosa más que en lo que le voy a preguntar, no soy muy conocedor del tema y sólo he tenido tiempo para leer unos cuantos artículos acerca de pintores colombianos, no sé si eso sea suficiente para preguntar algo.
12:00 m. —Han pasado dos horas y se supone que ya tenía que haber llegado, lo más seguro es que no venga.
1:15 p.m. — Perdí la venida hasta acá, yo me voy.
Tengo mucha rabia y me siento frustrado, cojo mis cosas y camino hasta la puerta de salida, la abro, y frente a ella esta él, un hombre de estatura mediana, de constitución robusta, cabellera corta blanca y ondulada. Viste una camisa negra y un pantalón color crema. Junto a él está su esposa.
—Hola, Juancito, ¿cómo estás?
—Hola, Leo. Creí que no iba a venir.
—¿Y tu mamá, dónde está?
Noté que se encontraba incómodo, tenía la mirada perdida, como tratando de evadirme; se inició una conversación algo distante, sus respuestas eran cortas y en la medida de lo posible evasivas al tema de la entrevista, yo hacía pequeñas insinuaciones recordándole ésta y él las evitaba preguntándome sobre la universidad, mi banda y en general sobre mí. Después de momentos de tensión, y de un diálogo que se asemejaba más a un interrogatorio, decidí cortarlo tajantemente.
—¿Entonces qué, Leo, sí me va a dar la entrevista? (Me miró fijamente)
—Sí, claro, ¿pero de una vez o mejor después de almuerzo?
Era evidente que si todo se hacía en ese momento trataría de salir rápido para poder comer algo, además también tenía mucha hambre y acepté su sugerencia, después de almuerzo.
3:00 p.m. Es la hora. Como veo que sigue algo inseguro, le hablo acerca del último libro que estoy leyendo, le cuento sobre la intencionalidad de la entrevista, y le reitero el hecho de que no debe preocuparse, después de un rato noto que está más tranquilo y decido iniciar con las preguntas.
—¿Qué representa para usted el arte? ¿Qué lo motiva a hacer arte?
— El arte para mí es la expresión, es el sentimiento, es la participación o la integración de todo lo que uno hace, de todo lo que uno es, de todo lo que uno expresa. Para mí es una expresión, es la vida.
(Su cara lucía más tranquila, la respuesta que había dado segundos antes parecía haberle traído algo de seguridad; continué).
—¿Usted ha estudiado arte en algún sitio?
—Sí, yo estudié arte en Florencia, Italia y en París, Francia. Aquí he hecho muchos estudios de taller.
—¿Cuántas exposiciones ha hecho usted?
—No recuerdo cuántas, pero sí han sido bastantes, he expuesto en Italia, en Francia, aquí en Medellín y en Bogotá también.
—¿Se necesita un talento innato para esculpir o pintar?
—Yo creo que todo ser humano tiene un artista adentro. Sí, hay más habilidad en unas personas que en otras y en el manejo de los materiales, pero yo creo que el sentimiento y la expresión está dentro de cada ser humano y la posibilidad de desarrollar eso es de acuerdo a las oportunidades que le ha dado a uno la vida. Yo, por ejemplo, quise estudiar piano de pequeño, pero no pude por razones económicas que me reprimieron y castraron la intención de ser músico. Con la plástica sí tuve oportunidad. Toda la vida he manipulado el barro, desde pequeño estuve en El Carmen en tallercitos donde se hacían pesebres y figuras. Luego la condición fue el trabajo productivo, había que hacer algo para vivir. Yo busqué primero superar esa condición social y económica y ahora sí estoy de tiempo completo dedicado a la investigación y a la producción artística.
—Lo que he observado en sus pinturas es que tienen una tendencia por los desnudos. ¿Por qué desnudos y no paisajes u otras cosas?
—Todos los que nos hemos metido en el cuento de la producción artística hemos pasado por el bodegón, por el paisaje, por el retrato, pero al ir analizando la historia del arte y viendo lo que interiormente es el ser humano he escogido la piel como medio de expresión, el ser humano como medio de sensibilizar las personas. La piel y el cuerpo me permiten satisfacción en el trabajo que realizo, por la parte de los tonos, de las formas, de la luz. No juego con las teorías del color, ni de la luz y la sombra, sino que hago ensayos que permiten unas tonalidades que da el contacto con la piel. El desnudo, la razón es que nosotros vinimos al mundo desnudos y hay todo un proceso de mitos y de traiciones que van creando ciertas falencias en el ser humano, ciertos prejuicios de una falsa moral que no lleva al respeto y a la dignificación del ser humano.
(Los desnudos de Leobardo Pérez son algo peculiares, no sé si se puedan definir como desnudos abstractos, aunque desde mi percepción son algo así. Sus cuadros de tonalidades fuertes, dejan en evidencia partes de cuerpos que aparecen divididas en fragmentos, es común que un pezón esté ubicado junto a un glúteo o a una pierna. Este factor se evidencia en igual forma con muchas de sus esculturas de figuras femeninas, creadas a partir de moldes de yeso).
—¿Esa búsqueda por los desnudos, o la libertad como lo pone, es tal vez una crítica a la moral colombiana?
—Yo diría que más que tomar una posición crítica, que en realidad lo es, no es el objetivo en sí, sino crear una conciencia, un conocimiento del cuerpo, un conocimiento del respeto que se debe tener por el cuerpo, del respeto que se debe tener por la piel.
—Cuando uno habla del sueldo del periodista, se tiende a decir jocosamente que hay dos opciones, que son o morirse de la risa o morirse de hambre. ¿Con alguien que quiera vivir de la pintura netamente, pasa lo mismo?
—El sistema competitivo del capitalismo no da opciones sino para aquello que es material, entonces es el tener el que prima. El arte hay que entenderlo dentro del ser, el sistema capitalista no permite la expresión como un medio de vida y no hay un reconocimiento que retribuya ese esfuerzo de una persona que quiera dedicarse a las artes. Creo que es necesario tener superados los problemas económicos, familiares y sociales para decir uno que va a dedicarse a la creación artística. ¿Por qué pintar? ¿Para vender? ¿Para hacer plata? Yo considero que con eso no se hace nada bueno. El arte necesita libertad y no hay un mercado que tenga ese conocimiento y ese reconocimiento del artista.
—¿El arte es una forma de no perder la naturaleza de uno como persona cuando se está ligado a un círculo de producción?
—El arte es un disfrute, no se puede tomar la actividad artística como un trabajo, porque tampoco se puede pretender con el arte hacerse rico, se dan circunstancias, como en el caso de Fernando Botero, pero cuando hay un interés por expresarse, por crear sensibilidad, por exponerse uno a la crítica, no puede haber intereses económicos.
—Normalmente uno ve que la gente reconoce a Fernando Botero como el principal pintor y escultor de la época moderna en Colombia. Para usted ¿qué otros pintores y escultores colombianos son importantes?
—Fernando Botero, sin lugar a dudas, es alguien muy importante dentro de la historia del arte porque ha logrado ubicarse en todo el mundo, él tiene un reconocimiento mundial que lo considera el artista vivo más importante que tiene el mundo occidental. Pero no dejan de existir una cantidad de personas muy entregadas, con muy buenos logros a nivel artístico, pictórico y escultórico, Salvador Arango, por ejemplo, y Gustavo Múnera, en la pintura.
—En cuanto a eso, ¿los medios de comunicación colombianos les hacen difusión a los artistas, o no los muestran?
—Yo diría que en Colombia no hay mucho conocimiento en cuanto a la importancia del arte y a la difusión que se les debe hacer a las personas que se expresan en lo estético y en lo cultural; creo que hace falta mucho conocimiento en los medios para que le den importancia a la expresión, a la sensibilidad. Yo no creo que haya mala voluntad o que no se quiera, sino que no se está viviendo un proceso de información, de conocimiento y de interés para entender que el arte va a solucionando los problemas de las personas y va a solucionar los problemas sociales, los problemas de violencia, de agresividad, porque el arte da tranquilidad, da paz, da satisfacciones y eso permite una buena convivencia.
—Usted dijo ahora que el arte puede solucionar los problemas sociales, ¿cómo se puede evidenciar eso? ¿Es como esa frase famosa que dice “quien empuña un instrumento jamás empuñará un arma”?
—Quien empuña un instrumento jamás empuñará un arma y será una persona que tendrá pocos enfrentamientos, tomará más respeto por los demás. El valor grande que en estos momentos se está planteando a nivel mundial es el patrimonio inmaterial, la historia del patrimonio inmaterial es algo a lo que se le está dando importancia en este momento y ha tenido unos resultados de interés en las personas, lleva a la paz, a la tranquilidad, al poco interés por la violencia y por lo material. El dinero es un elemento que realmente genera muchas diferencias entre las personas y socialmente es un problema grande, pero el conocimiento no pelea con nadie.
—Con base en lo que hemos dicho anteriormente, ¿cómo ve el futuro del arte en Colombia?
—Yo creo que el ser humano está en evolución y la capacidad de éste es sentir por el otro, siempre habrá avances y se debe llegar a eso, a lo estético, a lo bello, a lo humano. Creo que se le va a ir dando más importancia al ser, al patrimonio inmaterial, a la realización como seres humanos, a la libertad de pensamiento, al interés por la lectura, al interés por la música, y eso va a llevar a que las personas seamos menos agresivas, la solución hacia los problemas sociales va a ir más orientado hacia la cultura, hacia las artes plásticas, hacia la música, hacia las artes escénicas y el cine. Todas esas partes que exigen tranquilidad para poder crearlas.
Con esta pregunta dimos fin a la conversación, me dio la mano, reiteró que si me faltaba algo o quería saber un poco más no dudara en llamarlo, él se levantó de su silla y se fue.
Tal vez, en el futuro las artes ocupen un papel relevante en la formación ciudadana del país, la pregunta es ¿cuándo? Pienso que aún hay un largo camino por medio.
Si es cierto que “quien empuña un instrumento jamás empuñará un arma”, o en palabras suyas, “quien empuña un pincel jamás empuñará un arma”, entonces el camino hacia la igualdad en Colombia está aún más lejos: fuerzas militares, guerrilla, paramilitares, delincuencia común, seguridad privada, bases militares estadounidenses y una amenaza latente frente a una posible guerra con Venezuela son algunos motivos por los cuales muchos colombianos prefieren empuñar un arma a un pincel o un instrumento musical.
Sin embargo, el futuro de Colombia está en el patrimonio inmaterial, porque éste es tal vez el único que se puede conservar en tiempos de guerra, el único que no puede ser quitado a los desplazados por el conflicto armado, el único que se pueden llevar los secuestrados al monte, la única herencia que pueden llevar los indígenas cuando son despojados de sus lugares sagrados, ya sea por grupos armados, o por una multinacional que busca explotar los recursos de la zona, el único que se pueden llevar los exiliados. Su patrimonio como seres humanos, sus sueños, sus ideales.
martes 28 de septiembre de 2010, 21:18 COT
Confieso que me ha gustado mucho la lectura sobre tu encuentro con Leobardo Pérez, de lo cual resalto esa libertad del arte a la que él se refiere.
El cierre fue con “broche de oro”. Cuánto quisiéramos muchos que al ritmo de aceleración en que se dan en Colombia situaciones que opacan la existencia humana, se diera bellamente pincelazos de ensueño. Por ello es relevante dar a conocer otros artistas como este y por ello, please, qué gusto será hacia un corto o mediano plazo, poder mostrarle al mundo, a través de este medio, no sólo imágenes de él, sino de algunas de sus obras.
¡¡Un abrazo!!
mircoles 29 de septiembre de 2010, 08:52 COT
Juanjo, muy buen esrito. Has avanzado bastante y me encanta, para serte sincero, me hace sentir orgulloso.
Me gustó bastante el formato de la entrevista en general que, aunque también era pregunta-respuesta, llevaba una contextualizaión y parecía más un diálogo (que evidentemente lo era, aunque todas las entrevistas en general deberían serlo, es el ideal).
Del tema no tengo palabras; creo qeu con agradecerte por dar a conocer esta faceta de un artista, desconocido para muchos, es suficiente.
Sigue adelante amigo, que el mundo no va a cambiar de un día para otro, pero podemos empezar a construir una realidad diferente y a dejar un legado en las generaciones venideras.
UN abrazo¡¡
mircoles 29 de septiembre de 2010, 10:19 COT
Concuerdo con Usted Juan, debemos preservar el patrimonio inmaterial, pues allí está la verdadera historia de nuestros ancestros. Gracias por compartir tan importantes ideas!
jueves 30 de septiembre de 2010, 21:36 COT
Juan Josè
Muchos escritores sienten temor de escribir al tener el concepto que para hacerlo se necesitan temas complicados , pero su forma de escribir es estimulante por la la sencillez y calidad de la redacción. Es un nuevo refuerzo que se hace sobre la importancia indiscutible de lo espiritual y artistico sobre lo material.Siga escribiendo sobre estos temas que son significativos entre tanto materialismo.
jueves 25 de noviembre de 2010, 12:00 COT
Hola Juanjo.Es una entrevista verdaderamente buena con un enfoque muy profesional,sin preguntas maliciosas que dejan entrever que solo quieres sobresalir como reportero,te felicito,le diste al artista la oporunidad de expresar su pensamiento y su sentimiento con respecto,no solo a lo que se refiere al arte,sinó lo que tiene de ser humano que es bastante,en verdad pocos artistas tienen un concepto tan inmaterial cuando se refiere a su trabajo,la mayoría lo que en realidad desean es ser famosos y conseguir mucho dinero,como bien lo dijo el artista Leobardo Perez .el que enfoca su trabjo en éstos rumbos está perdido,es excelente la manera de pensar y de expresarse.Esperemos que muchos de sus colegas le sigan el ejemplo.Que gran ser humano es,fuera maravilloso que mas medios,tanto escritos,radiales ytelevisivos pusieran sus intereses y su mirada en este artista,vale la pena difundir pensamientos y obras de seres que como él,que todavía creen y sueñan con seres humanos mejores.Buena por esa.Gracias Juan y Gracias Leobardo.