Un terremoto que nos cambió pero que no nos derrumbó
Artículo destacadoPor Huésped
jueves 30 de septiembre de 2010 20:17 COT
Por Luis Alejandro Bello Langer*
Ya han pasado siete meses desde que, en la madrugada del 27 de febrero de 2010, a las 03:34 (hora local), la Tierra liberó energía acumulada por 150 años y sacudió de una manera inesperada el centro-sur de Chile, zona que concentra dos terceras partes de la población de este país. Un largo camino se ha recorrido desde ese entonces; una ruta de dolor, de desespero, de incredulidad y de instintos básicos… pero que ha dado paso a la esperanza, a la fortaleza y a la aparición de muchos actores sociales que han contribuido, con más o menos ahínco dentro de sus posibilidades, a que Chile y su gente traten de incorporarse de forma vigorosa.
Aunque las réplicas continúan, son menos frecuentes que en las semanas inmediatamente posteriores pese a que generan igual grado de alerta o preocupación. Un sismo grado 5 en la escala de Richter no habría tenido mayor relevancia a comienzos de año, pero tras el 27-F se volvió casi una noticia de titular en los diferentes medios de comunicación. No se puede afirmar que se ha vuelto totalmente a la normalidad… y difícil es que sea todo como antes como no lo fue después del mega-sismo de 1960 que, prácticamente, rediseñó la costa del Sur chileno y hubo que empezar de nuevo, pero desde la base de otra realidad.
La clase política, si bien movida en los primeros momentos por un afán solidario en período de transición de un Gobierno a otro, con el correr del tiempo fue usando esta tragedia para sus propias conveniencias, junto con la ayuda que prestaron a las miles de personas afectadas. Hace unos días, una Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados, con mayoría oficialista, responsabilizó a la entonces Presidenta Michelle Bachelet (opuesta a ellos), entre otros actores públicos, de haber reaccionado tardíamente para tomar las primeras medidas tras el terremoto y maremoto (básicamente, el retardo en decretar el Estado de Excepción en la zona más afectada). Para muchos, se hizo con intencionalidad electoral.
La vida trató de volver a la normalidad cuanto antes en asuntos que considerábamos cotidianos. La actividad del fútbol profesional, por ejemplo, hubo de adaptarse por meses a los daños en diferentes recintos deportivos y hasta hubo de jugarse una serie de Copa Davis una semana después del 27-F, sin hablar de que nuestra representación viajó de igual forma a los Juegos ODESUR en Medellín (Colombia). En las diferentes ciudades se produjeron alteraciones en la infraestructura vial que han tratado de ser subsanadas mediante reparaciones en tiempo récord pero, cuando el daño supera la capacidad humana, el efecto de la ausencia se siente de modo palpable… recién a finales de este año podrá instalarse un segundo puente transitorio en Concepción en vez de los tres que cruzaban el ancho Río Bio-Bio, con el consiguiente caos vial.
Hasta el momento del terremoto, la red social Twitter estaba creciendo en Chile a tasas normales pero, tras la manifestación de la naturaleza, su uso aumentó de modo exponencial destacando incluso a nivel mundial. Fue la consolidación de las redes sociales en Chile, aunque Facebook ya había sido protagonista en cuanto a su expansión meses atrás. Fue un importante respaldo y canal de información del cual los medios tradicionales también se colgaron ante la incapacidad de cubrir tanta información surgiendo de diferentes lugares con el contingente habitual al que, además, le costaba desplazarse. Es una lección que aceleró la digitalización de los medios en nuestro país.
A casi siete meses, la tragedia se ha vuelto para muchos una oportunidad de empezar de nuevo con las ayudas requeridas… ayudas que, sin embargo, no llegan a todos de la misma manera: se siente un malestar en no pocos sectores de la población más damnificada. Es necesario cambiar costumbres y hábitos, como residir cerca de una costa que corre riesgo de ser presa fácil de un tsunami, como quedó demostrado de modo dramático en aquella ocasión, pero eso no se puede hacer por mera imposición de las autoridades sino que debe ayudarse a los más afectados con soluciones serias y consensuadas.
Finalmente, no puedo cerrar esta crónica sin agradecer no sólo a los chilenos que no fueron tan afectados por este terremoto que se movieron no sólo en los días, sino que en las semanas y meses posteriores para ayudar a sus compatriotas más afectados levantando (hasta el día de hoy en un amplio y notorio voluntariado) escuelas y caletas de pescadores, por ejemplo, sino que también agradecer a la solidaridad de las diferentes naciones del mundo que hicieron llegar alimentos, equipos de rescate, hospitales de campaña y otros enseres mediante sus respectivos Gobiernos u organizaciones sociales y/o benéficas… y, por cierto, a todas las personas que con su fe y sus energías positivas estuvieron pendientes del destino de los habitantes de esta franja de tierra que una vez más fueron golpeados por la Naturaleza. La manifestación del dicho "hoy por ti, mañana por mí" ha sido patente… Sé que muchos de ustedes, lectores de equinoXio, brindaron vuestro respaldo para ayudar a levantar Chile.
Hay que decirlo una y otra vez que nada será igual… pero no por ello el temple de un pueblo ante la tragedia se va a terminar. Han cambiado las realidades en lo exterior y las prioridades de desarrollo, pero hay un espíritu de lucha que jamás ha de cambiar en las chilenas y los chilenos. Muchas gracias por este espacio brindado a través de la revista digital equinoXio y espero que estén muy bien. Se despide, desde Santiago de Chile, Luis Alejandro Bello Langer.
*El autor es el dueño del Blog del Eterno Candidato
viernes 1 de octubre de 2010, 15:11 COT
Luis Alejandro:
Bueno que hayas hecho este escrito para darle a conocer al mundo de la fortaleza de los Chilenos y del estado actual a cerca de lo sucedido meses después. Loable verlos salir de esas serias dificultades bien afrontadas con inteligencia y solidaridad y sobreponerse como lo hicieron. Rico que estés contando la historia y que sigas trasegando por estas coordenadas de manera significativa.
¡Te abrazo con afecto especial!
domingo 10 de octubre de 2010, 20:30 COT
Chile es un orgullo latinoamericano por la cultura de su gente y ni este terremoto fue capaz de acabar con ellos. Felicidades y sigan asì.
sbado 16 de octubre de 2010, 13:05 COT
que bun escrito, qu interesante que se posee conciencia social y que lo que pasa no se que da en tan solo unos segundos de dolor sino quetrasciende mucho mas dando palabras d valor de aliento