“Mono Jojoy”, sensatez y sentimientos
Estancias > Primera planaPor Marsares
domingo 26 de septiembre de 2010 21:33 COT
Es indudable que con la muerte del ”Mono Jojoy” las Farc han sufrido un duro golpe en el peor momento de su historia, cuando los reveses se estaban multiplicando y se necesitaba un liderazgo como el del líder abatido, para capear el temporal e idear nuevas estrategias para recomponer las fuerzas.
También es cierto que la política de “Seguridad democrática” continúa demostrando que no hay sitio seguro para la cúpula de las Farc, y que, unidas y coordinadas, las fuerzas armadas del país, están llevando al Cartel subversivo a un punto de no retorno, más cerca de su disolución que de su supervivencia.
Sin embargo, la derrota de las Farc, destinadas a mutar en micro bandas delincuenciales independientes cuando el Secretariado desaparezca y se desmovilice el ala política, no implica que las razones que llevaron a su creación desaparezcan con ella. La desigualdad, la corrupción y el narcotráfico seguirán en la agenda del país.
Las Farc, en sus orígenes, como los demás movimientos insurgentes, fueron la respuesta a la violencia de los terratenientes unidos al gran capital urbano que decidieron oponerse a las corrientes progresistas, acentuando aún más la concentración de riqueza en pocas manos, pauperizando la clase media y llevando a la mitad de la población por debajo de la línea de pobreza.
Pero hoy el país tiene un dueño más. A los tradicionales les salieron nuevos competidores con los suficientes recursos económicos para tenerlos en cuenta. Luego de sus intentos por acceder al poder político con violencia, los narcotraficantes pactaron regional y luego nacionalmente, lavando sus fortunas y enquistándose en el Estado en todos sus niveles.
Con este nuevo actor la inequidad es aún hoy mayor, acentuándose en el campo donde varios millones de hectáreas de las mejores tierras fueron a parar a manos de esta nueva clase, reemplazando los tradicionales cultivos con empresas agroindustriales que a la par que lavaron fortunas, constituyeron monopolios que afianzaron su poder.
Así, a las tierras dedicadas a los cultivos tradicionales, a los productos de exportación, ganadería extensiva y alimentos, se unió la de cultivos ilícitos y palmicultura, de la nueva clase social, con un creciente poder político regional y un espacio importante en el nacional.
La derrota de las Farc, entendida no como aniquilación sino como desarticulación del último cartel de la droga, resuelve un problema de violencia enquistado en nuestra sociedad, pero deja intactas las estructuras de poder que colocan a Colombia como uno de los países de mayor desigualdad en el mundo.
El verdadero optimismo, lo que realmente debe causarnos alborozo, son las importantes medidas que la administración Santos pretende impulsar en los próximos meses. La ley de tierras que pretende devolver a sus dueños las millones de hectáreas robadas por los paramilitares marcaría un hito en nuestra historia, dando inicio a la reforma agraria que desde López Pumarejo se ha querido impulsar sin éxito merced a la obstrucción constante de los grandes terratenientes.
Lo propio podemos decir de la Ley de Víctimas que si bien significa un enorme sacrificio fiscal, contribuye a poner a los protagonistas débiles del conflicto en pie de igualdad con sus victimarios, lo mismo que a los agentes del Estado con los demás agresores, excluyéndolos de tratamientos más favorables.
Muchas tareas por realizar que van más allá, mucho más allá de la muerte de un sociópata, que si bien debe causar alivio al país, no es más que eso, un muerto que ayuda a cambiar el curso de esta guerra particular, pero no la suerte de las castas que dominan a Colombia desde hace demasiado tiempo.
Para eso necesitamos más que un bombardeo.
Al margen: Denigrante el festín fotográfico que se dieron los medios de comunicación con el cadáver del “Mono Jojoy”, excitando el morbo de una sociedad vulnerable que busca vengarse de los fantasmas del pasado con los horrores del presente.
lunes 27 de septiembre de 2010, 00:24 COT
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martes 28 de septiembre de 2010, 16:37 COT
Hola compatriotas narco-republicanos,
Cómo van las celebraciones carnavalescas?
Qué celebran mas? La destitución de Piedad Cordona o el asesinato del mono Jojoy? O quiza les da pesar que no hubieran caido ambos?
Los saludo desde afuera del país prisión.