Batman en terapia (primera parte)
Columnas > Cómic en serioPor Doctor Comic
sbado 16 de abril de 2011 14:06 COT
A continuación me voy a enfrascar en un análisis que comencé hace años acerca de la figura compleja de Batman desde el punto de vista de la teoría psicoanalítica. Este proyecto es algo así como sentar al héroe y a sus personajes en el diván del analista y las siguientes entregas las dedico a los que he analizado hasta ahora, no sin antes presentar unas breves consideraciones que me motivaron a emprender este ejercicio.
El crimen y el desorden son estigmas que toda sociedad en progreso de estructuración debe asumir como inherentes a la socialización y al desarrollo de la convivencia. Nuestra sociedad lidia con tantos desquiciados y fenómenos como lo hacen las de los cómics; sin embargo, sus síntomas son tan exagerados y desproporcionados que remiten a mundos diferentes a este. Se pensaría entonces que "la construcción psíquica que el autor otorga a su creación" sigue esta línea de desbordante desproporción, alejada de todo tipo de cuadro psicopático definido en la vida real, y en ese instante se incurriría en el error más grande de cualquier análisis superficial del personaje del cómic.
Es pues desde todo punto de vista admisible la consideración del cómic como una manifestación artística y, por ende, cargada de sentido y de capacidad para presentar personajes de complejo carácter y definida personalidad que se enfrentan a sus temores, traumas y ansiedades o que aprovechan las de sus enemigos para desenvolverse en el medio. Es pues Batman uno de los ejemplos por excelencia en este sentido.
1) BRUCE WAYNE/BATMAN:
"El secreto está en el temor y hay que infundirlo desde el principio": esta sería la razón que Bruce Wayne daría si se lo interrogara sobre los motivos que lo llevaron a concebir a Batman, y podríamos creer que fue la única si no fuera posible percibir la notoria afinidad entre una criatura de la noche como el murciélago y un ser humano de personalidad esquizoide como Bruce (nótese incluso la afinidad anagramática presente desde el principio, la B en el nombre y la inversión en la W del apellido remiten de inmediato a Bat-Man).
Ante la impotencia de detener el mal en un instante tan dramático como el de la muerte de sus padres, el joven Bruce se encuentra de cara con la realidad cruda de un mundo donde no siempre los "buenos" ganan y donde la impunidad es un hecho.
El miedo que su aspecto pueda infundir es tal vez el arma más eficaz de Batman; sin embargo no duda en recurrir a la tecnología y el ingenio para enfrentar los terrores de Ciudad Gótica. Su arsenal mental, físico y tecnológico lo convierte en un verdadero caballero andante moderno, una verdadera máquina anticrimen que oculta a un hombre sumido en la mas increíble indefensión. Bajo el "manto del murciélago" se mueve pues el producto de un egocentrismo nacido en las entrañas mismas de la soledad y la melancolía. Un ser vacío de afectos y de limitaciones morales aunque, dicho sea de paso, con una de las más inquebrantables estructuras éticas que héroe alguno haya podido alcanzar.
Partiendo de la base de que la orfandad de Bruce contribuyó a la constitución de su personalidad de tipo esquizoide, con defensas de carácter autista si se quiere, la única figura que asume el rol parental por partida doble es el siempre fiel Alfred Pennyworth. Y es él quien se encarga de guiar al joven Bruce en su camino hacia la integración con la sociedad, sin poder reprimir por supuesto las ideas obsesivas que poblarán su imaginario y harán de su vida una continua preparación para la guerra abierta contra toda encarnación del mal. Alfred asume un papel de superyó que será interesante analizar mas adelante; por ahora huelga decir que la salud psíquica de Bruce debe mucho al apoyo casi intangible que le brinda este discreto pero fascinante personaje.
Bruce/Batman forman parte de una sólida y poderosa conciencia que, lejos de pensarse como síntoma esquizofrénico, debe tenerse en cuenta como la principal característica de un ser humano que logra trascender el limite de la represión y extrovertir una personalidad arquetípica que representa el ideal social de una justicia efectiva, capaz y sin limitaciones. Una justicia que paradójicamente no es tan ciega como un murciélago, pero que puede ser tan siniestra como éste.
El equilibrio en una cuerda es lo que mantiene a Bruce a salvo de una crisis de identidad. Su personalidad "civil", como él mismo la llama, es diametralmente opuesta a la de Batman; no obstante, es totalmente consciente de dicha oposición, y, más aun, hace lo posible por mantener una conciliación constante entre ambas, como, por ejemplo, cuando realiza una investigación en la baticueva utilizando tan solo parte de su traje o sin usarlo siquiera, o cuando logra realizar discretas hazañas bajo la identidad de Bruce. Incluso Bruce ha hecho lo posible por mantener una sana y específica simbiosis con Batman, convirtiendo su vida en una retroalimentación continua donde uno sin el otro no pueden existir (pocos argumentistas han presentado un conflicto entre Bruce y Batman que no llegue a una conciliación). Sin embargo nadie está a salvo de una crisis y si se llevan dos vidas paralelas tan diferentes lo más seguro es que, cuando se produzca, las consecuencias no sean las mejores.
Pero el principal problema no radica en el detonante que pueda surgir, sino en qué forma se constituirán las defensas de este héroe que parece haberse levantado por encima de todos sus traumas, temores y prejuicios.
Al analizar un poco la personalidad de tan singular individuo, nos encontramos con que las relaciones que sostiene con su entorno están supeditadas a la salvaguarda del secreto, encubriendo de un modo tal sus sentimientos y alejándose tanto del contacto íntimo con las personas de su medio que se gana la fama de misógino y homosexual, debido a que resume su existencia a la soledad de sus meditaciones y especialmente por tener como protegido a un adolescente del cual se desconocen muchas cosas.
Sin embargo la relación que Bruce pueda sostener con Dick Grayson (Robin), Jason Todd (Robin II) y Tim Drake (Robin III) escapa a la simple y vulgarizada explicación erotizada. La figura de Robin pasa a jugar un papel de soporte o apoyo emocional, del cual Bruce depende continuamente ya que, aunque actúen juntos, cada uno aporta una razón para que dicho "dúo dinámico" se confronte en muchos aspectos y continuamente tiendan a la individualización, la separación.
Alfred desempeña un papel similar, pero su figura está investida de una sabiduría y un equilibrio que le permiten a Bruce ver en él a un padre guía. Por el contrario Robin se convierte en la figura de barro que esta lista para ser moldeada, pero no a imagen y semejanza de Batman, sino como un ente independiente, capaz de tener una visión renovada de la justicia y la misión que el "destino" ha dejado en sus manos. En resumen, Robin está tan cerca de Bruce como un hijo a su padre y las tensiones producto de este tipo de relación tienden irremediablemente a reventar por el tramo más delgado.
Ya se ha mencionado la pobreza de las relaciones de Bruce con las mujeres, éstas son para él algo tan confuso y enigmático que prefiere evadirlas o tratarlas a distancia (aunque no sea explicito, puede suponerse que nunca van mas allá de las relaciones sexuales casuales). Y hay que tener en cuenta que sus intentos siempre se enfocan hacia amores ideales que inconcientemente están destinados al fracaso. No hay pues "riesgo" de que la soledad de Bruce se vea afectada por la inquietante aparición de una mujer que ponga en peligro la existencia del hombre-murciélago como ocurre en ocasiones, cuando Bruce parece haber encontrado a la mujer ideal, pues esto nunca se concreta.
En resumen, el hombre-murciélago posee unas características tan complejas y ricas que ningún intento de análisis podría llegar a abordar todas y cada una de las patologías que lo convierten en un ser esquizoide, severo y obsesivo: es el prototipo oscuro y siniestro de una justicia que se desliza como una sombra por sobre el mundo del mal y llega a veces a jugar en la ambivalencia con él. Resulta en últimas una persona bastante fascista en su ideología pero irremediablemente necesaria en una sociedad como la que lo envuelve.
lunes 18 de abril de 2011, 22:20 COT
Asi es, esta columna es cada dia es mas y mas interesante. El reto de sicoanalizar a los protagonistas de comics es bastante bueno.
Aplaudo esta entrega sobre Batmat. Me quito el sombrero.
Poco es lo que yo pueda aportar que no se haya mencionado, quizas falto incluir a batichica, que haria el contrapeso a Robin, porque siento que Batichica SI ama a Batman pero no a Bruce.
Aunque me parece que Batman mas bien aqui asume un papel paternal.
En cambio con Catwoman o Gatubela, la cosa es diferente Batman SI quisiera amar a la villana.
Incluso una vez vi un “elseworld” en el que Batman descubre que superman es Clark Kent y para amargarle el rato establece un torrido romance con Luisa Lane en forma de Bruce ya que Luisa no tolera a Batman, le asusta.
Creo que Batman es misogino por necesidad de alejar a alguien inocente de las garras de sus enemigos. Es una descision friamente calculada. En Superman salvar a Luisa Lane es siempre el argumento principal. Con Batman el argumento es destruir al mal.
Creo yo que Bruce es un perturbado mental, tan perturbado que engendro este mounstruo vengador.
Quizas el mejor superpoder de Batman es su frio raciocinio, Batman no dudaria en callar un crimen de los superheroes si esto se hace con el fin de acabar el mal. Se sabe que Linterna Verde, Flecha Verde y otros les destazaban el cerebro a algunos supervillanos para hacerlos tontos y debiles. Batman lo sabia, pero nunca se opuso a ello….(Claro el linterna verde era Jordan)
Batman me asusta.
Y lo peor: Cualquiera de nosotros podria ser Batman.
Batman es tan humano como usted o yo, sin superpoderes, si un dia aparecen los superheroes en la vida real serian muy similares a Batman: Gente con artefactos y ducha en artes marciales…si, yo creo es posible. Esa realidad es la que hace fascinate a Batman.
Humano o Demonio, Cual es su naturaleza????
mircoles 20 de abril de 2011, 23:49 COT
No me gusta Batman por frio, solitario encerrado en su mascara fea. Lo prefiero a usted Don Comic porque escudriña en la personalidad de ese hombre y su amigo Robin.
El anterior comentarista queda con la misma curiosidad que tengo por la batichica.
Buen escrito, muy bueno.