Soho TV, curvas y rectas torcidas
Estancias > Medios y cultura popularPor Marsares
mircoles 11 de noviembre de 2009 0:02 COT
La verdad se esperaba más de Soho TV, la revista Playboy a la colombiana en su incursión televisiva. Pero el resultado fue lánguido, pese a las curvas de infarto de las modelos, sin Photoshop posible, que nos recuerdan, como lo denuncia la Plegaria vallenata, que el Dios que se acomoda allá en las alturas sabía tan poco de aritmética que a unas les dio todo y en cambio a otras más bien poco.
Aparte de las carnes generosas de María Patricia Montoya, que a lo largo del programa fue quitándose prenda tras prenda, a instancias de Diego Cadavid en su papel de fotógrafo de utilería, acompañada de Melissa Montoya y Sara Corrales, que en otros lados del set se esforzaban por demostrar con retorcijones, gestos y miradas gatúbelas que lo que no se exhibe no se vende, lo demás fue simple repetición de cualquier magazín con aires de periodismo.
Mientras Alexandra Santos y Carlos Marín como conductores de Soho TV trataban de convencernos de que el programa era tan espontáneo como la sonrisa de mirame y no me toqués de la Montoya, otros caminos se intentaban para mostrar que, aparte de las curvas, también son posibles las rectas.
Daniel, Daniel, ¿dónde te metiste? Es cierto que montar a Valeriano Lanchas en bus para fingir por unas horas ser cantante de transporte público es meritorio, no sólo por su voluminosa figura que pasó con dificultad la registradora, sino por su estentórea voz que asustó a más de un pasajero. Pero eso lo hace Séptimo día si encuentra por ahí que una de las oyentes acaba de escapar de un conservatorio siquiátrico donde le tocó aprender a tocar la bandolina para quitarle el miedo al contrabajo.
Tampoco causó mayor sorpresa la lavada y planchada a dos indigentes para demostrar que el hábito si hace al monje, pues entraron sin problemas a restaurantes que un par de horas antes los rechazaron, por oler feo, vestir feo y, encima de eso, ser feos. Una historia al estilo Pirry, que lo hace mejor, porque les encima la rehabilitación, el encuentro con la familia y la beca para estudiar problemas ajenos en la Comisión de Acusaciones.
¿A esto se reduce Soho TV? ¿A mostrar viejas empelotas y rellenar el libreto con historias tan obvias que hasta el Canal Institucional las mejora con las pataletas de Fabio Valencia Cossio y las chuzadas ópticas a los blackberrys de Arias & Cía? La veo grave. Al parecer es cierto que no todo lo que brilla en el papel lo hará en la TV.
Si Daniel hijo nos ha mostrado que es capaz de todo para vender las mismas empelotas de otros lados, con sólo inventarse escenarios como los aledaños al Palacio de Uribe, o acompañamientos de santos patronos de la izquierda como Carlos Gaviria en últimas cenas inquietantes, ¿por qué tan poco imaginativo en este primer programa televisivo?
Distinto si pone a Melissa Giraldo empelotando a Valeriano en pleno Transmilenio o a la Corrales rifándose una bañada con el par de indigentes, mientras la Montoya alista la manguera. Seguro que en estos momentos hasta clasificaban para regaño de consejo comunitario, con derecho a réplica en el apartamento de Tatiana de los Ríos.
Dios las cría y Soho las rejunta. Esperamos el segundo número; sin numeritos, por favor.
mircoles 11 de noviembre de 2009, 12:41 COT
Las cosas se parecen a su dueño, y “Ramoncito,” Daniel Samper Ospina, hace que lo que él dirija se parezca a lo que él es. Un oligarca que promociona un estilo de vida fuera del alcance del 90% de la población colombiana. Sin embargo, de vez en cuando se las da de generoso y abre sus páginas -y ahora sus cámaras- para que su público objetivo vea cómo viven los de a pie. Esta vez fueron dos “ñeros”, en otra ocasión harán algo con un zorrero, un maquillador de cadáveres de una funeraria, o un barrendero.
Y a propósito de Ramoncito Samper Ospina. Cada que hable de la corrupción actual, sería bueno que se acordara de cómo fue el gobierno de su tío, y de las maniobras corruptas que éste tuvo que hacer para que no lo tumbaran por el escándalo de los narcocassettes.
martes 2 de febrero de 2010, 16:21 COT
vivir de cerca las expresiones de la belleza colombiana expresada en el dulce cuerpo de estas divas son la razon de yo como hombre alimentarme de la belleza y llevarla al esplandor del climax de mi espiritu, su perfil caracteristico del dulce amanecer equivalente a ver cayendo el rocio poco a poco por estar bellas flores conociendo el destino que en ocasiones es in cierto para tanta grandeza solo espero que algun dia puede recistirme a palpitar una o cada una de ellas entre mis llemas suavisando asi mi placer de darme cuenta que existo gracia yo si disfruto sin el termino morvo de estas bellezas s.s fco.