Siembra odio y rencor, cosecha sangre y muerte
Estancias > Salón comunalPor Julián Ortega Martínez
lunes 31 de julio de 2006 12:20 COT
En una columna bastante equilibrada a juicio de este servidor (bueno, equilibrada para tratarse de un columnista gringo), titulada In Lebanon, Echoes of Iraq? (En Líbano, ¿ecos de Iraq?), Nicholas D. Kristof afirma lo siguiente:
Los israelíes rebosan de claridad moral, como estuvimos nosotros, los estadounidenses, después del 11 de septiembre del 2001. Y ellos están en lo correcto: Los ataques de Hezbolá en contra de Israel fueron particularmente despreciables porque se produjeron después de retiros israelíes tanto de Líbano como de la Franja de Gaza. Israel debería haber sido recompensado por esos retiros, no sometido a ataques con cohetes e incursiones a través de la frontera.
Estas y otras son las razones para que algunos israelíes (y pro-judíos) justifiquen hechos tan deplorables como la masacre de este domingo en el poblado de Qana, en la que 34 niños y una decena de mujeres perecieron bajo las bombas del gobierno de Ehud Olmert, quien está haciendo méritos para superar el legado sangriento de Ariel Sharon. ¿Israel tenía derecho a defenderse? Claro que sí, y este servidor está de acuerdo con Kristof en que merecía ser recompensado por la retirada de Gaza y del sur del Líbano, como una acción de paz. Sin embargo, habría que preguntarse, ¿justifica el secuestro de varios soldados a manos de los terroristas asesinos de Hamas y Hezbolá las muertes de centenares de civiles en el Líbano, incluidos numerosos extranjeros? ¿No fue una reacción exagerada? Aquí vuelve Kristof al afirmar que "la primera regla en política exterior, así como en medicina, debería ser “no hagas daño”". Sabia cita. Hasta los propios gringos, aliados de Israel, se sienten en una posición terriblemente incómoda. Lo mismo va para algunos que se proclaman de izquierda y quienes, por la simple coincidencia en su odio hacia Estados Unidos, condenan a Israel pero no hacen lo mismo con los asesinos de Hamas y Hezbolá (ver video). Justificadas las airadas reacciones de la derecha española y, desde luego, del embajador israelí en Madrid.
Durante siglos, y especialmente durante los últimos 58 años, tras el establecimiento del Estado de Israel, los árabes y los israelíes han fomentado el odio mutuo. Este sentimiento, que se fundamenta en el hecho de que ambos pueblos parecen "no caber" en el mismo territorio, el resentimiento de algunos israelíes tras el Holocausto nazi y las reivindicaciones palestinas, han desencadenado varios conflictos en dicho lapso de tiempo, cuyos resultados a su vez generan rencores profundos entre estos pueblos con raíces ancentrales en esta fértil tierra (antes de vegetación, hoy de petróleo). Dichos sentimientos se agravan por la alianza de Israel con Estados Unidos y el surgimiento y consolidación de los grupos armados extremistas islámicos, que juntan el odio con la religión para matar, justificarse y hacerse populares, amén del apoyo que ciertos gobiernos (como el de Ahmadineyad) brindan a estas organizaciones. Una espiral de muerte que sin duda desencadenará un conflicto de gran magnitud.
Todo lo que hemos visto en Oriente Medio en los últimos años ha sido sangre, muerte y destrucción, producto de emociones tan censurables como el odio, el rencor y el deseo de venganza. Los derechos de los israelíes y de los palestinos a tener sus respectivos estados parecen no poder convivir en el mismo espacio y en el mismo tiempo. Es un fenómeno tan complejo que su solución parece cada día más lejana. Hasta los niños son incitados a perpetuar estos malos sentimientos y ni la música se escapa de esta confrontación llena de arrogancia. Así las cosas, mientras árabes (entre ellos, los palestinos) e israelíes promuevan el odio visceral hacia el otro, la anhelada paz en Oriente Medio no llegará jamás.
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lunes 31 de julio de 2006, 12:43 COT
Lo has dicho sabiamente: “mientras árabes (entre ellos, los palestinos) e israelíes promuevan el odio visceral hacia el otro, la anhelada paz en Oriente Medio no llegará jamás”.
En nuestro caso diríamos que, “mientras las autodenominadas Farc (entre ellos, los narcotraficantes) y el Gobierno constitucional promuevan el odio visceral hacia el otro, la anhelada paz en Colombia no llegará jamás”.
Son dirigentes enfermos, los de acá y de allá, quien llevan en esa espiral violenta a un pueblo que solo quiere el bienestar de sus vidas cotidianas y un poco de felicidad. Abrazo.
lunes 31 de julio de 2006, 14:43 COT
LO del Medio Oriente es muy complejo y ni siquiera los cristianos se escapan a este problema (sobretodo fundamentalistas) que quieren ayudar a los hebreos a derribar la Mezquita de Omar para hacer el tercer templo y desencadenaran la III guerra mundial. Mas en esta página sobre este apocaliptico acontecimiento: http://ar.geocities.com/rusiainvadeisrael01/Templo.index.html
mircoles 2 de agosto de 2006, 11:44 COT
Esos malditos israelíes son rastreros, capases de pelear con los árabes antes de que existiera el estado de Israel, osea, se, que en esa pelea no dejaban entrar a los arabes israelíes, que son como un millón, pero que no existían hace varios siglos, como todos nosotros. Dicen que tampoco habían israelíes de otros, pero Juliancito se los inventa para la ocasión. De pronto quiere decir que se peleaban los judíos contra los árabes, pero sería lo mismo, porque los judíos son los adictos de una religión mientras que los árabes son miembros de una raza o ETNIA. Mejor dicho, los calvos contra los gordos. Y también había árabes judíos. Lo peor es que si Julián quisiera decir que los judíos que vivían en los países árabes se peleaban con los musulmanes, eso tampoco sería cierto, porque siempre han convivido en paz. Es que hablar de historia no es tan fácil como desmochar cabezas a punta de adjetivos y apodos pendejos. Madura, cambia, que todavía estás a tiempo.
mircoles 2 de agosto de 2006, 12:23 COT
Julio: Gracias por hacer eco de mi crítica al odio.
Oscarín: Como esa hay miles de hipótesis y suposiciones, muchas veces sesgadas por razones políticas o religiosas. No sería raro que algo tengan de cierto, pero hasta no ver, no creer.
Fabio: Qué bonita manera de demostrar tu “sabiduría”. El que sean etnias, razas o naciones no era el tema de esta entrada. Ojalá lo aclararas mejor, ya que dices saber tanto, al menos de una manera más clara y decente. El inmaduro es otro, por lo visto.
jueves 3 de agosto de 2006, 14:29 COT
Para que quede claro el contexto de estas desgarradoras y terribles fotos, que parece ser mucho más profundo de lo que se ve (y de paso que no soy antisemita o algo así), pueden leer esta entrada (en inglés) de Lisa Goldman.
viernes 4 de agosto de 2006, 06:18 COT
Ante esta situacion tan cruel de ambas partes,uno no debe jugar al conocimiento o a la critica.
Vivimos una situacion igual de radical y van mas de 40 años sin entenderla.
A los conflictos hay que ponerles mas conocimientos y menos apacionamientos,mas corazon y menos prensa que vive del ultimo atentado para vender mas tinta.
Como tenemos de duro el corazon al vivir esas mismas verdades.
viernes 4 de agosto de 2006, 13:17 COT
Ah, esto me suena conocido.. osea, si Hizbollah ataca un convoy y mata unos soldados, son unos criminales terribles, pero si los israelitas bombardean Beirut no lo son, cierto?
viernes 4 de agosto de 2006, 20:56 COT
Francisco: Buena reflexión. Este tipo de conflictos, con carices raciales o religiosos, tienden a ser interpretados de manera muy simplista, como ha dicho ЧЕЛОВЕК. Mientras tanto, sigue corriendo la sangre y muchos siguen justificando las masacres…
sbado 5 de agosto de 2006, 09:28 COT
Inevitablemente, y miesntras vivamos en la prehistoria, las guerras seguiràn existiendo. Por eso, la comunidad internacional trató de humanizarlas a través de los convenios de Ginebra. Uno de sus mandatos perentorios es que no se debe involucrar a la población civil en el conflicto. Hezbolà e Israel lo ignoran atacando salvajamente las ciudades del bando contrario. Las consecuencias estàn a la vista. Son crímenes de guerra que no tienen justificación alguna.
domingo 6 de agosto de 2006, 19:31 COT
Obviamente la creación del estado de Israel, y la expulsión de los palestinos son causantes de está situación.
Además cabe recalcar, que los libaneses, no son culpables del este conflicto histórico, obviamente la culpa la tuvo Yasser Arafat, que fue quién traslado su comando central a Jordania, al ellos establecerse aquí, intentaron tomarse el país, pero fracasaron, y por ende fueron expulsados.
Después de la expulsión, Arafat traslada su comando a Líbano(Bello, y en pleno surgimiento) y ataca a Israel. Israel reaccionó, formándose la guerra de los seis días. Entonces Líbano término involucrado en conflicto que no le pertenecía.
Lo que vemos ahora es el rencor Libanés, contra Israel, ya que fueron victimas.
martes 8 de agosto de 2006, 13:01 COT
Marsares: Sí. Lo peor es que en lugar de buscar un cese al fuego inmediato, se piensa más en quién tiene la razón o en quién masacra peor…
Camilo: Un poco enredada tu retrospectiva histórica, ala, aunque pertinente. No es tan simple como parece, de todos modos.
viernes 11 de agosto de 2006, 20:29 COT
Obviamente Camilo Andrés o no sabe historia, o no quiere conocerla como es.