Puntos de vista y violencia verbal
Estancias > Primera planaPor Álvaro Ramírez Ospina
martes 11 de julio de 2006 10:23 COT
La violencia física ha sido una constante trágica en Colombia. También la violencia verbal. Ambas han dejado cientos de miles de víctimas en diferentes épocas. Hoy en día se están agudizando.
La violencia verbal no había hecho gran presencia en los blogs colombianos. Pero desde hace unos meses para acá, ha comenzado a mostrar su oreja destructora y en lugar de generar discusiones e incluso desavenencias civilizadas o constructivas, tiende a enrarecer el ambiente de la blogosfera y a envenenarlo con acusaciones de tipo personal, infelices e infructuosas.
Casi todo el que escribe quiere comunicar sus inquietudes, promover sus ideas e intercambiar opiniones con los demás, ya que desea ver cambios positivos en el entorno. En ése orden de ideas, cada uno de nosotros los autores de blogs debería refrenar la contradicción airada y promover el intercambio productivo que no necesariamente tiene que llevar a la unanimidad de pensamiento o de criterio.
La idea entonces a utilizar un lenguaje que en lugar de propiciar enemistad, enojo, intolerancia y acusaciones, busque crear un ambiente de libre expresión de ideas y de diferencias ideológicas, que no necesariamente tienen que ser antagónicas o defendidas de manera absoluta, religiosa y sectaria. Lo lindo sería poder hablar de política, y diferir totalmente, sin necesidad de agredir al contrincante, insultarlo o peor aún amenazarlo.
Es por ello que en equinoXio queremos reiterar nuestro interés por el intercambio civilizado de opiniones y puntos de vista, alejándonos en lo posible de participar en debates que propicien la violencia verbal, la agresividad y los insultos.
Si bien es cierto que discrepamos del gobierno actual y expresamos nuestro descontento, intentamos hacerlo respetando el derecho de otros a pensar distinto. No es siempre fácil, porque la política genera emociones muy fuertes. Pero hacia allá quisiéramos dirigirnos, hacia una confrontación racional de ideas, en lugar de propiciar el desbordamiento patético de las emociones. Porque la exacerbación y la violencia verbal solo contribuyen a generar odio o desprecio por el otro, por aquel que difiere de mi punto de vista. Y mi punto de vista es algo tan personal, contingente y relativo, como la vida misma.