Lo peor: los laboristas perdieron Londres
Estancias > Primera planaPor Carlos Uribe de los Ríos
sbado 3 de mayo de 2008 19:22 COT
Las elecciones para concejos (asambleas en el Reino Unido) en 160 municipios de Inglaterra y Gales, fueron las peores en 40 años para el partido Laborista, liderado por Gordon Brown, el primer ministro que prácticamente entra en desgracia. Y para colmo, Ken Livingstone perdió la alcaldía de Londres, a la que aspiraba por tercera vez, a manos de Boris Johnson, el candidato conservador que pasó de ser un payaso a un respetable e inteligente político.
Esta era la primera vez que Brown y su partido se medían en las urnas desde que, hace 10 meses, se posesionó como primer ministro, en reemplazo de Tony Blair, quien permaneció durante tres periodos de cuatro años en el poder. Los laboristas quedaron en el tercer lugar -24%-, después de los conservadores o tories -44%- y de los liberal-demócratas -25%-.
Los analistas coinciden en predecir nubes negras para lo que le queda de mandato a Gordon Brown, quien deberá enfrentarse en elecciones generales en el 2010 al seguro candidato y líder conservador, George Cameron, su más tenaz y popular opositor en el gobierno desde ahora.
De paso, el sacrificado ha sido Livingstone, el debatido pero respetado alcalde de Londres, quien ha reconocido el triunfo sin objeciones de Boris Johnson, un hombre con habilidades delante de las cámaras pero sin trayectoria que haga prever su mandato. Londres es la única ciudad del Reino Unido que elige a su alcalde por voto directo.
Los conservadores ganaron 256 concejales en Inglaterra y Gales y se quedaron con el control en doce municipios más de los que ya tenían. Los laboristas perdieron 331 concejales y 12 municipios. Los liberal-demócratas, un partido mucho más pequeño, ganaron 34 concejales y un municipio.
A su turno, Johnson se impuso como alcalde de la capital aun cuando aparecía entre cuatro y cinco puntos por debajo del puesto de Livingstone en las encuestas. El conservador obtuvo 1 millón 169 mil votos, el 45 por ciento, frente al millón 29 mil del laborista, y a los 237 mil del liberal-demócrata Brian Paddick.
Los analistas en general coinciden en hacer ver que Levinstong perdió la alcaldía debido a sus medidas polémicas sobre el centro de Londres y a cierto descuido en la atención de las zonas marginales, más pobres. En cambio, el nuevo mandatario aprovechó mejor las oportunidades en los medios e hizo una campaña vistosa y superficial que predicaba el orden y prometía mejorar los índices de seguridad urbana.
Pero aparte de Levinstong, el más apabullado es el primer ministro Gordon Brown, pues como líder del laborismo se enfrentaba al primer examen de los ciudadanos desde que remplazó hace apenas 10 meses a Tony Blair en el poder. Por eso, en una actitud clara y rápida, ha reconocido que los resultados fueron “malos y decepcionantes”.
Brown, que aspira a ser reelegido en el 2010, tendrá que mejorar su imagen de desaciertos en cadena, deberá hacer frente de modo más eficiente a la crisis económica, se verá obligado a corregir su reciente reforma fiscal que resultó un fiasco porque perjudica los salarios más bajos, y tendrá que hacer gala de su máxima creatividad y contundencia delante de la presión permanente que enfrentará en el parlamento por parte de David Cameron, el líder de los “tories”.
El nuevo alcalde
Alexander Boris de Pfeffel Johnson, el alcalde elegido por los londinenses, fue periodista de televisión y presentador –una especie de Pastrana colombiano- antes de ganar una silla en la Cámara de los Comunes en el 2001.
Walter Oppenheimer, un colega del alcalde y analista de la política, dijo que Boris “se ha destacado más por sus frases ingeniosas que por sus logros políticos. Ganar la alcaldía de Londres sería su primer gran éxito. Periodista de profesión, euroescéptico por vocación, ha cultivado siempre una imagen de dandi inglés cáustico e ingenioso, cuyo coqueteo con la provocación y la ironía parecían llevarle a triunfar más en la televisión que en las urnas".
El líder conservador de la época, Michel Howard, decidió sacar a Johnson de la escena política por sus frecuentes desplantes y por los escándalos personales que perjudicaban la imagen del partido. Pero Cameron, el actual jefe conservador, lo rescató de la nada, le cambió la imagen y terminó proponiéndolo como candidato a la alcaldía de Londres. A su turno Nick Ferrari, el periodista más influyente en la radio de la ciudad, explicó que Boris no gobernará solo. Por el contrario estará rodeado y apoyado por los conservadores, pues el cargo es el puntal de la futura elección de Cameron como primer ministro del Reino Unido.
Todos los conocedores coinciden en que el alcalde de Londres, así tenga limitaciones políticas serias que con frecuencia lo enfrentan con el primer ministro, es el responsable de temas fundamentales como el desarrollo, el transporte, la seguridad, el medio ambiente y la cultura.
sbado 3 de mayo de 2008, 23:22 COT
En Londrés saben castigar a quienes no hacen merito. Me gustaría en este sentido una visión Eurupea para la gente de mi país donde los más mál asalariados siguen mirando hacia el mismo punto que les deja en la misma posición y peor. Bueno, le metí política a la Colombiana a tu informe, sorry, es la realidad.
Un abrazo con afecto desde nuestra Medellín!