Harvey Milk, pasado en presente
cine > Cineclub > EstanciasPor Marsares
domingo 26 de abril de 2009 6:54 COT
Con un lenguaje que mezcla el documental con la ficción, la película (Milk, 2008, dirigida por Gus Van Sant) recorre la década de los setenta que marca el inicio de la lucha de la comunidad homosexual por el reconocimiento de sus derechos como ciudadanos estadounidenses, encabezada por Harvey Milk, primer homosexual en llegar a un cargo de elección popular: concejal de San Francisco, California.
La narración se vale de una cámara virtuosa que adopta varios lenguajes. Unas veces, la visión de un video casero; otras, la de una producción profesional; también la del periodista que busca con afán la noticia, o el voyerismo de los primeros planos, repasando los rostros de los amantes en sus escenas íntimas de claroscuro renacentista.
Acompañando al blanco y el negro, el color también participa como narrador difuminándose con sabor a aventura cuando Harvey y Scott emprenden su viaje a San Francisco, granulado a veces para mostrar la belleza aparente del paisaje californiano que sólo al acercarse descubre lo que esconde tras de sí, o el oscuro que presagia la intimidad o la intolerancia.
La Tosca de Puccini también se integra para delinear el sino trágico de Milk. La cámara lo sorprende mirando el final del tercer acto cuando Tosca se suicida al comprobar que su amante ha muerto, o los carteles del teatro que la presenta, última imagen que Milk ve antes de caer asesinado por Dan White, su colega del cabildo.
La película recrea el lugar donde Harvey Milk empezó su lucha: un cuadrado de seis manzanas en el que se encuentra la calle Castro, que hace parte de Eureka Valley, un pequeño barrio de católicos irlandeses en San Francisco, California. Allí mismo se estrenó la película en octubre de 2008, en una singular simbiosis con el pasado.
En 1978, la lucha de Milk fue contra la proposición 6 que ordenaba la expulsión de los profesores homosexuales, mientras que a pocos días del estreno de la película otra proposición, la 8, decidiría si continuaban siendo legales los matrimonios homosexuales en California. Infortunadamente, días después se aprobó, retrocediendo a las épocas homofóbicas que ya se creían superadas.
Aparte de su trasfondo histórico y político, la película tiene un mérito excepcional. Con un Sean Penn brillante, nos muestra la naturalidad del amor homosexual. Sus besos, sus caricias, su vida cotidiana, los juegos y decepciones, la coquetería a granel, el amor posesivo, escenas todas que muestra que el amor sigue siendo amor sin importar si es gay o heterosexual.
Por ello, cuando Harvey y Scott hacen por primera vez el amor, la cámara muestra en primerísimos planos tan sólo sus ojos, sus labios, los rincones de sus rostros, mostrando al espectador la ausencia de diferencias. Estos ojos o estos labios pueden ser de cualquier ser humano. Sólo son cuerpos que se buscan, pieles que sienten, cumpliendo un ritual que se renueva en el día a día desde su aparición como especie.
En cada país que tenga la fortuna de verla, esta película le recordará qué tan cerca o qué tan lejos se encuentra de aquellos setenta cuando la intolerancia catalogaba la homosexualidad como una enfermedad, y hombres como Harvey Milk levantaban su voz para mostrar que las preferencias sexuales nada tienen que ver con la calidad humana.
Hoy en la ONU los debates sobre la homosexualidad siguen siendo candentes, considerándose como delito en la región musulmana, o veladamente desaprobado en otros lugares de la tierra, como en América Latina. En Colombia, por fortuna, gran parte de sus derechos les han sido otorgados por la Corte Constitucional, aunque aún se les persigue, excluye o descalifica como recién lo ha hecho el Procurador General, oponiéndose a que se les permita la adopción de niños.
Al respecto, conviene recordar al propio Milk:
“Comprendo que una persona que representa lo que yo represento, un activista gay, se transforma en el blanco de la gente insegura, aterrorizada, temerosa, perturbada. Es una posibilidad muy cierta, porque en San Francisco rompimos una muralla de grandes perjuicios”.
Al que le caiga el guante, que se lo chante.
mircoles 29 de julio de 2009, 23:58 COT
PRICISAMENTE EL DIA DE LA MARCHA DEL ORGULLO GAY, ME VI ESTA MARAVILLOSA PELICULA, ES MAS PENSE HASTA ESCRIBIR UN POST ACERCA DE MIS IMPRESIONES PERO LAS IDEAS QUEDARON EN EL TINTERO…
SE HA AVANZO UN POCO EN ESTE TEMAEN NUESTRO PAIS, PERO AUN EXISTE LA INTOLERANCIA DE PERSONAS Y CIERTOS SECTORES DE LA SOCIEDAD.
ENTRE MIS PROYECTOS PERSONALES ES REALIZAR UN VIDEO POR NO LLAMARLO DOCUMENTAL SOBRE EL RECHAZO Y LA NO INCLUSION LABORAL DE LOS TRAVESTIS Y TRANSEXUALES, CON ESTO BUSCO ABRIR UN DEBATE SOBRE LA TOLERANCIA