España cumplió su cita con la historia
Estancias > Primera planaPor Marsares
lunes 12 de julio de 2010 14:17 COT
El de Iniesta es el mejor gol del mundial, no por su belleza, vamos, que hubo otros mejores, sino porque cerró con broche de oro el ciclo de una generación brillante que la historia del fútbol recordará con admiración y cariño. No jugó su mejor fútbol en esta Copa Mundo de Sudáfrica, pero tal vez no ha habido un campeón como España que la haya sufrido tanto, que se haya inyectado adrenalina a dos manos en cada partido, que con el corazón en un puño la haya luchado con la fe del que sabe que la historia le tiene una deuda por saldar.
Cuando Del Bosque saca a Villa -por Dios a Villa, su goleador, la mejor carta ganadora, el candidato a botín de oro- y mete a un “Niño” Torres convertido en sombra, un interrogante arrugó el ánimo. ¿Qué quiere este señor? ¿Entregar el partido? Pero Del Bosque, como el pulpo Paul, sabe leer la fortuna y le apuesta con brío. Torres, que hizo un mundial pálido, desteñido, pobre de solemnidad, abre la puerta para que a cuatro minutos de la lotería de cobros, el partido se resuelva a favor de España.
Minuto 116. El “Niño” se desmarca por la izquierda, por pura voluntad y garra, porque este territorio es ajeno a su destreza y manda un centro a Iniesta para que defina, pero se atraviesa la pierna de Mathijsen que la deja bailando en el área. Fábregas retoma la intención de Torres y como buen mensajero la recoge y se la pasa a Iniesta que espera para dar el puntillazo. Una bola en diagonal que se recordará por mucho tiempo, atraviesa los pocos metros que separan a España de la historia.
Atrás quedaron las peores y mejores intenciones de Holanda, un equipo venido a menos que quiso controlar el partido con taches y desbordes. Un partido tartamudo, interrumpido a cada momento por un rosario de interminables faltas holandesas, dispuestas a recortar a cualquier costo los intentos ofensivos de los españoles. Y también los desmarques de Robben, siempre buscando el palo izquierdo del arquero, asistido por el estupendo Sneijder y apoyado por Van Persie.
Apenas dos centenas de segundos quedan y los holandeses miran el césped como extraños. Robben, en cuclillas, extravía la mirada. De Jong voltea la cabeza hacia la tribuna donde el rojo hierve, y baja los brazos. Dejó de importar el patadón que le dio en el pecho a Xavi Hernández en la primera mitad. Tampoco la celada que le tendieron a España, igual a la de Brasil, para meterla en un cuadrilátero, pero España le hizo el quite y ahí están los resultados. Némesis le devolvió lo suyo.
Villa en el banco goza como los otros y entiende el sacrificio. Sabe que es parte de un equipo, que se necesitaba ajustar el engranaje, que su salida temprana del partido fue un acierto y que toda su lucha a través de siete partidos está resumida ahí, en ese instante, en ese gol que borra falencias, ambigüedades, pasajes oscuros y una derrota de la que nadie se acuerda. Un gol que premia el pundonor y el fútbol de verdad.
Casillas en el arco le pone la cara a la hermosa noche sudafricana. En un país lejano de otro continente, España, la que en los últimos tres años fabricó una leyenda, había encontrado su vellocino de oro. Ahí, en el arco que mantuvo invulnerable ante Robben, ante el reclamo holandés de merecerse la corona, porque la tercera es la vencida, Casillas lloró, como millones en la tierra de los viñedos y las adargas y al otro lado del océano los que también sintieron que los genes suyos pertenecen a esta jornada de gloria.
La cámara se regodeó en ese instante, en los rostros que nos aprendimos de memoria desde que aparecieron años atrás, fruto del trabajo de muchos, empezando por la propia Holanda, la maravillosa naranja mecánica, que revolucionó el fútbol español con la llegada de Cruyft como entrenador y una constelación de estrellas, cambiando el rumbo de la furia roja y sus estériles emociones, por un juego depurado, técnico, ambicioso y preciso.
Ahí están los nombres, como el del esforzado Ramos que lo intentó una y otra vez, desmarcándose, con Piqué guardando la casa, con Puyol intentando repetir el cabezazo mágico que eliminó a Alemania, con Capdevila poniendo problemas en sus subidas, Busquets aguantando la arremetida, unos más y otros menos, pero cada quien poniendo lo suyo, fallando, corrigiendo, enhebrando, con la terquedad del campeón.
No queda más por decir. En la tierra donde nuestra especie se originó y comenzó la más grande aventura de todos los tiempos, muchos siglos después regresaron de países lejanos campeones de todas las etnias y culturas a cumplir como hermanos una cita con el pasado. Ganó el mejor, y Sudáfrica, complacida, mostró al mundo que sí es posible un mundo sin racismo, porque todos provenimos de la misma madre.
Resta mucho por hacer pero ahí queda el ejemplo.
– – –
Final del Mundial de Sudáfrica 2010 disputada en el estadio Soccer City de Johannesburgo ante 84.490 espectadores.
España
Iker Casillas; Sergio Ramos, Piqué, Puyol, Capdevila; Busquets, Xabi Alonso (Cesc, m.87), Pedro (Navas, m.60), Xavi, Iniesta y Villa (Fernando Torres, m.105).
Holanda
Stekelenburg; Van der Wiel, Heitinga, Mathijsen, Van Bronckhorst (Braafheid, m.105); Van Bommel, De Jong (Van der Vaart, m.99); Robben, Sneijder, Kuyt (Elia, m.71); y Van Persie.
Goles: Iniesta (m.116)
Árbitro: Howard Webb (ING). Expulsó por doble amonestación a Heitinga (m.109). Amonestó a Van Persie (m.15), Puyol (m.17), Van Bommel (m.22), Sergio Ramos (m.23), De Jong (m.28), Van Bronckhorst (m.54), Capdevila (m.67), Robben (m.84), Van der Wiel (m.111), Mathijsen (m.117) y Xavi (m.21).
martes 13 de julio de 2010, 01:26 COT
En fin!
martes 13 de julio de 2010, 04:56 COT
Epopeya narrativa, pura épica, al más puro estilo de la novela hidalga, de la misma que embargara los sentidos al de la mancha, el de la triste figura. No en balde, pertenece usted a la noble estirpe de los Alonso quijano.
Saludos.
martes 13 de julio de 2010, 05:44 COT
los bestias de holanda, esto es lo que ha comentado Jose Maria Carrascal aqui os lo dejo para que lo escucheis
http://www.puntoradio.com/popup/audio.php?id=46201#
jueves 15 de julio de 2010, 08:46 COT
Tequendamia:
En fin…
Juan José:
A España se le atravesaron todos los obstáculos posibles, desde su inicio infortunado hasta el festival de patadas y zancadillas de Holanda y todos los salvó, casi siempre con el alma en vilo, al borde del abismo. Una gesta para recordar. Gracias por sus amables palabras.
Javier:
Un espectáculo lamentable sobre todo viniendo de Holanda que en la historia del fútbol es un ejemplo de virtuosismo con el balón. Esperemos que vuelva por sus fueros. Agradezco su visita.