Entrevista a Carlos Gaviria

COLOMBIA, PAÍS DE REGIONES

“Yo pienso que la ley de ordenamiento territorial ha sido una frustración. El constituyente del 91 estableció a manera, digámoslo entre comillas, de obligación, que no hay un medio mediante el cual se pueda hacer exigible ese cumplimiento, una ley de ordenamiento territorial. Yo veo muy difícil dictar una Ley de Ordenamiento Territorial como la que el país requiere, porque hay muchos intereses, especialmente políticos y programáticos con eso.

Concretamente hay lo que llamaría el Dr. López, feudos, feudos podridos, intereses de ciertos dirigentes políticos que están adscritos a los departamentos a la división territorial que el país tiene hoy, pero a mí me parece que una propuesta bastante sensata, bastante realista es la que ha hecho, incluso dentro del Polo Democrático, su presidente  honorario, que es el Dr. Orlando Falls Borda, que es la división del país en regiones, no una división gratuita, arbitraria más o menos, sino que responda a factores de homogeneidad geográfica, de homogeneidad cultural, étnica, para que el poder pueda ejercitarse de manera más sensata, porque la división territorial está adscrita, o está inmediatamente condicionando las potestades tanto políticas como administrativas del Estado y me parece que para que esa acción política sea más eficiente, es necesario que el país tenga una división territorial distinta.”

REFORMA TRIBUTARIA ESTRUCTURAL

Desplazar el impuesto indirecto por el directo: “Yo pienso que una reforma tributaria estructural implica muchas cosas. Implica en primer lugar desplazar el impuesto indirecto por el impuesto directo, concretamente el impuesto al consumo(, que) es el impuesto inequitativo por excelencia. Paga lo mismo el magnate que la persona que apenas tiene para subsistir. De manera que lo que habría que hacer con el IVA sería blindar la canasta familiar, tanto los artículos como los servicios que hacen parte del mínimo vital y de la vida digna, blindarlos contra el IVA y, en cambio, incrementar el IVA de manera apreciable para los artículos suntuarios. Naturalmente que habría que seleccionar con un criterio muy fino.”

Distinción entre rentas de capital y trabajo: “En segundo lugar, yo pienso que es necesario hacer una distinción entre las rentas de trabajo y las rentas de capital. Ahora se ha pedido que el impuesto del 38% a la renta se disminuya hasta el 27% o hasta el 25%. Yo pienso que hay que distinguir, (pues) en las rentas derivadas del trabajo debe tener un gravamen benigno, empezando, digamos, por una persona que gane, esto lo digo de una manera un tanto provisoria, cuatro salarios mínimos, que no pague más del 10%, y de allí en adelante se empiece a intensificar progresivamente, porque el impuesto equitativo es el impuesto progresivo, y que, en cambio, las rentas de capital sean gravadas de manera más significativa, lo mismo que el patrimonio. Patrimonios mayores líquidos, mayores de mil millones de pesos deben pagar un impuesto significativo y, además, con el pago del impuesto muchos patrimonios improductivos cuyos dueños se resistan a tributar de esa manera, tendrían que volverse patrimonios productivos.

Entonces, desde el punto de vista de la productividad, esto sería algo sumamente positivo para la economía colombiana. De manera que yo creo que una reforma tributaria estructural implica eso, distinguir impuesto de consumo, impuesto indirecto, el impuesto a la renta y patrimonio, como impuesto directo, luego distinguir entre rentas de trabajo y rentas de capital. “

Impuesto a la renta presuntiva: “Y me parece además importante esto, un impuesto a la renta presuntiva, porque cuando se grava la renta presuntiva, entonces se está obligando a quien no quiere pagar el impuesto a volver productivo su patrimonio. Habría que terminar algunas exenciones y, en cambio, incorporar muchos estilos tributarios, por ejemplo, a quienes importen tecnología con el objeto de hacer más productivas y competitivas las empresas colombianas.”

REFORMA A LA JUSTICIA

“Yo creo que allí infortunadamente hay intereses, hay emulación de poder, que me parece a mí poco sana. Creo que el Constituyente del 91, por proceder de una manera tímida, pero con una timidez que está justificada, dejó vigente un problema y es éste.

Hay celos entre las cortes, se han suscitado lo que se llaman "choques de trenes", y esos choques de trenes me parecen que derivan del hecho de que el constituyente no estableció de manera terminante lo que ha debido establecer y es que cuando se crea un tribunal constitucional, en esa materia, ese tribunal tiene la última palabra, sin que las demás corporaciones de la cúpula judicial se sientan subalternas de él.

La tutela contra sentencias está fundada en muchos casos y, por tanto, que cuando se revoca una sentencia del más alto tribunal de casación como es la Corte Suprema de Justicia, nadie tiene que llamarse a engaño, no tiene porque sentirse lastimado por la decisión, porque desde el punto de vista del análisis constitucional, es ese tribunal el que debe tener la última palabra”.

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