El bien común por encima de la ira y el dolor personal
Estancias > Hibakusha ProjectPor Mainichi Shimbun
martes 4 de marzo de 2008 12:58 COT
(Publicado originalmente el 2 de febrero de 2008 en japonés y el 9 de febrero de 2008 en inglés)
Sunao Tsuboi (Yūsuke Komatsu / © Mainichi Shimbun)
El pasado 12 de diciembre, Sunao Tsuboi, de 82 años y presidente de la Organización de Víctimas de las Bombas Atómica y de Hidrógeno de Hiroshima, se encontraba en Washington D. C., bajo una fría lluvia nevada.
La ocasión fue un simposio para conmemorar el 60mo. aniversario de creación de la Fundación para la Investigación de los Efectos de la Radiación (Radiation Effects Research Foundation), cuya misión, bajo auspicio conjunto japonés y estadounidense, es estudiar los efectos de la radiación en los seres humanos. Ante una audiencia de cerca de 150 académicos y políticos, Tsuboi declaró: "ellos nos chequearon pero no nos trataron". Se refería a la predecesora de la Fundación, la Comisión para las Víctimas de la Bomba Atómica (Atomic Bomb Casualty Commission, ABCC), criticada desde su creación en 1947 por su enfoque exclusivo en la recolección de datos a costa de administrar tratamiento.
Tsuboi, en ese entonces un veinteañero, era profesor en una escuela secundaria en Kure, en su natal prefectura de Hiroshima, cuando fue convocado por la ABCC. Salía y entraba del hospital, aquejado de anemia y cansancio. Para nada amigo de los Estados Unidos, a los que culpa por su difícil estado de salud, no obstante hizo el viaje, en bus y en tren, a Hiroshima. "Tendrán los tratamientos más recientes", pensó. "Tal vez puedan hacer algo por mí".
Sus esperanzas pronto se frustrarían. En las instalaciones de la ABCC lo desnudaron, le fotografiaron las quemaduras que le cubrían todo el cuerpo, le tomaron una muestra de sangre y lo enviaron a casa. No hubo tratamiento ni medicinas. Seis meses más tarde salieron los resultados. Aún no había tratamiento.
"Pensé que era un hospital donde ayudaban a los hibakusha", dijo con cada vez más ira Tsuboi. "Pero en lugar de eso, nos usaron como conejillos de indias". Desde entonces, por casi medio siglo, se negó a tener algo que ver con investigaciones sobre los efectos de la radiación.
En 1975, la Fundación para la Investigación de los Efectos de la Radiación creó consejos locales para tratar el asunto. Hace 10 años invitaron a Tsuboi a trabajar en un comité. Sus amigos no querían tener nada que ver con ello. Pero Tsuboi lo estaba pensando con detenimiento. ¿Iba a seguir con su hostilidad por el resto de su vida? ¿Para qué? "Si los hibakusha nos involucramos podríamos ser capaces de cambiar las cosas", razonó. Su decisión de participar se precipitó por el paulatino abandono de su creencia, mantenida por largo tiempo, de que a los hibakusha los estaban usando los EUA como parte de su preparación para una guerra nuclear con la antigua Unión Soviética.
Tsuboi, quien cree que la gente es fuerte cuando está unida, dijo al concluir su charla en el simposio de Washington, "me gustaría ver más investigación para beneficio de las víctimas en todo el mundo, las víctimas de accidentes en plantas nucleares, las víctimas de experimentos nucleares, etcétera. Mi lema es ‘¡Nunca rendirse!’"
Sunao Tsuboi tenía 20 años cuando cayó la bomba sobre Hiroshima. Estaba en una calle a 1,2 km del epicentro de la explosión. Sufrió quemaduras en todo el cuerpo y estuvo en coma por cerca de 40 días. Ha presentado exposiciones sobre la bomba en varios lugares, entre ellos Corea del Norte, y ha sido un portavoz activo dentro y fuera de Japón por la eliminación de las armas nucleares.
Por Mizuki Osawa, Mainichi Shimbun. Traducido del inglés, con apoyo en la versión en japonés, por Julián Ortega Martínez
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