Crisis económica en EUA: entre el shopping y el ahorro
Economía > EstanciasPor Yamile Khairallah
lunes 31 de marzo de 2008 22:54 COT
En los últimos tiempos, una de las economías más importantes del mundo está atravesando una crítica situación que, según los analistas, podría terminar en una recesión con inflación. Jeffrey Sachs, el reconocido experto en situaciones de crisis económicas, advierte que los intentos realizados por la Reserva Federal de Estados Unidos para impedir que su economía se hunda son notables; primero porque hasta hace sólo unos meses la opinión general era la de que Estados Unidos evitaría la recesión, y ahora parece que eso sucederá a pesar de todo. Segundo, las intervenciones de la Reserva no parecen eficaces; porque sí se redujeron los tipos de interés en forma drástica y la Reserva ha prodigado liquidez a los bancos que se han quedado sin ella, pero la crisis continúa.
De esta manera, ese actual "dinero fácil" de la Fed (tal como conocen a la Reserva Federal) sube el precio del petróleo y los alimentos y debilita el dólar. Es por esto que Sachs atribuye a la Reserva la crisis económica de Estados Unidos, ayudada por las ilusiones que se hizo el gobierno de George Bush y algunos funcionarios como Alan Greenspan, que dejó al actual presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, una situación terrible, que no diagnosticaron correctamente los problemas en aumento debidos a sus intervenciones.
Según el diario El País, la crisis financiera actual tiene sus raíces inmediatas en 2001, en medio del fin del auge de las empresas puntocom y de la conmoción provocada por los ataques terroristas del 11-S. El periódico español explicó que en esa época la Reserva abrió los grifos monetarios para intentar luchar contra una desaceleración económica; lo que provocó un derrame de dinero en la economía estadounidense y redujo drásticamente su principal tipo de interés -el de los fondos federales- del 3,5 por ciento en agosto de 2001 a tan sólo el 1% a mediados de 2003. La Reserva mantuvo ese tipo demasiado bajo y durante demasiado tiempo.
Esta expansión monetaria facilitó el endeudamiento y redujo sus costos en toda la economía, debilitó la moneda y aumentó la inflación. En el caso estadounidense, lo más distintivo fue que el nuevo endeudamiento se concentró en la vivienda. Generalmente, los tipos de interés más bajos estimulan la compra de viviendas, peroen esta oportunidad los bancos comerciales y de inversión crearon nuevos mecanismos financieros para ampliar el crédito para viviendas a personas poco solventes. Sin la regulación de la Reserva, cualquiera podía endeudarse para comprar una casa con poco o ningún pago inicial y pago de intereses durante muchos años en el futuro.
En el año 2005, cuando aún no era presidente de la Reserva, Ben Bernanke describió el auge de la vivienda como el reflejo de un sistema financiero prudente y bien regulado; y sostuvo que "los inversores internacionales apreciaban la profundidad y la complejidad de los mercados financieros de este país, que, entre otras cosas, han permitido un acceso fácil de las familias a la riqueza inmobiliaria".
En la actualidad, la administración de Bush insiste en que Estados Unidos no presenta aún una recesión formal, y expresa que la inflación se encuentra bajo control. Pero esto es cierto, salvo algunos detalles, según la región que se aborde. Es así como, por ejemplo, en el interior del país la crisis se sufre mucho más que las costas.
Según la Oficina Federal de Estadísticas Laborales, una persona que en 2006 ganaba US$ 4000 al mes, ahora necesita US$ 4200 para conservar su poder adquisitivo. Sin embargo, The Washington Post advierte que este cálculo está basado en una tasa de inflación general, mientras que los precios para una familia de clase media subieron el 9,2% desde 2006.
Mientras los salarios subieron el 5%, algunos aumentos en servicios fueron de 20%; siendo los alimentos, la nafta, el seguro médico y otros gastos ineludibles los que registraron mayores incrementos. Por este motivo, la prioridad número uno para muchísimas familias estadounidenses es reducir sus gastos para mantenerse más o menos al día con el pago de sus hipotecas, cuyas cuotas además aumentaron aun cuando la Reserva Federal bajó la tasa de interés. Deberán dejar de lado muchos paseos de compras, shoppings o mall, y deberán comenzar a hacer algo a lo que otros ya están acostumbrados: ahorrar.
Fuentes: El País, La Nación.
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