Aprender a comer, base de su salud
Estancias > Liceo de la saludPor María Elena Betancur Duque
mircoles 5 de agosto de 2009 10:36 COT
¿En algún momento de su vida se ha puesto a pensar o analizar la manera en que come? ¿Se ha preguntado alguna vez si desayuna correctamente, si consume frutas y verduras de manera regular, si la cantidad de agua que toma es suficiente o si admite que frecuentemente cae en la tentación de comerse una sabrosa carne, un delicioso postre, una refrescante gaseosa y muchas veces lo hace muy rápido y frente al televisor? No se preocupe, usted no es el único. La mayoría de las personas hacemos lo mismo que usted hace porque, aunque sea difícil admitirlo, no sabemos comer. El problema es que cada vez confiamos más nuestra salud en las drogas que nos prescriben los médicos, sin detenernos a pensar que estamos perdiendo protagonismo en la responsabilidad de mantener nuestras propias vidas.
¿Pero qué significa saber comer? La respuesta es más sencilla de lo que creemos aunque a veces difícil de aplicar a nuestro estilo de vida. Es preciso reconocer que no sabemos comer: saber comer es un aprendizaje que es necesario lograr en algún momento de la vida y ¡para usted es ya y ahora! Y este aprendizaje se refiere a consumir los alimentos adecuados en la cantidad adecuada. Lastimosamente nuestra sociedad colombiana no sabe cuáles son los alimentos adecuados y necesarios, por muchas razones. Una de ellas y tal vez la más importante de todas es que estamos copiando desde los principios y fundamentos de la dieta norteamericana, sus métodos de cocción y preparación, hasta la forma en que se alimentan, porque nuestra dieta campesina a base de fríjol y maíz fue considerada subdesarrollada por mucho tiempo y sólo hasta hoy está siendo reconocida como una dieta balanceada. Basta con ir a un supermercado para darnos cuenta de esta tendencia: comidas preparadas para calentar rápidamente en el horno microondas, gaseosas extragrandes, paquetes de papas gigantes de colores vistosos y llamativos, entre muchas otras opciones. Y luego llegamos a la casa, prendemos el televisor, abrimos uno de estos empaques y nos lo comemos en unos cuantos minutos.
El resultado tarde o temprano aparece: nos sentimos mal y no sabemos por qué. Lo importante es dar el primer paso para conocer cómo funciona nuestro organismo y cómo puede afectarnos positiva o negativamente lo que comemos o dejamos de comer. Aprender cuáles son los diferentes tipos de alimentos, las diversas maneras en que ellos pueden ayudar a nuestro cuerpo, la mejor forma de prepararlos para aprovechar todos sus nutrientes, en fin, se trata de asumir un papel más activo en cuanto a nuestra salud se refiere. Porque a pesar de todas las riquezas y conocimientos médicos que se han adquirido en el campo de la medicina, las tasas de malestares de salud propios de nuestro estilo de vida, como el colesterol, la depresión, los resfriados, hasta graves enfermedades como el cáncer, son cada vez más altas y esto tiene que ver directamente con la alimentación.
¡Comer una gran variedad de alimentos es la clave!
Así que en sus manos está la solución para hacer que su vida sea más saludable, siguiendo una serie de recomendaciones que aunque aparentemente ya todos conocemos, la verdad es que casi nunca practicamos. Por ejemplo, puede comenzar por hacer que su dieta diaria sea balanceada, es decir que aporte los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo y esto se logra incluyendo todos los grupos de alimentos ya clasificados por investigadores médicos y nutricionistas. Los grupos son: cereales y harinas, verduras y leguminosas verdes, frutas, carnes, lácteos, aceites y grasas, azúcares y dulces. La variedad es muy importante, porque los alimentos contienen diferentes tipos de nutrientes y si sólo consumimos algunos, vamos a desaprovechar los beneficios que nos pueden dar otros.
Puede empezar por incorporar en su dieta frutas como la naranja y la manzana, que son consideradas como dos de los alimentos más sanos, ricos, nutritivos y con pocas calorías. Verduras como la espinaca y el brócoli, las cuales se dice que tienen sustancias anticancerígenas. Lácteos tan esenciales para el organismo por ser fuente de calcio como el yogur, que además ayuda a regenerar la flora intestinal. Pescados como el salmón y el atún que tienen un elevado contenido de ácidos grasos omega 3, que protegen el cuerpo de las enfermedades cardíacas. En fin, se trata de ir consumiendo todo tipo de alimentos para que su cuerpo aproveche al máximo las diferentes propiedades que cada uno tiene, e ir adaptando el paladar a sabores nuevos, pero también sabrosos y saludables. Ahora, usted también debe tener en cuenta que si quiere comer balanceadamente, ciertos alimentos como la mantequilla, los embutidos, la pastelería, las bebidas azucaradas y el alcohol, deben consumirse con moderación por una razón muy simple y es que éstos aportan más calorías que nutrientes naturales, así que trate de considerarlos como una alternativa para variar su rutina, por ejemplo una vez al mes, y no permanentemente.
Dieta vs. alimentación
Según los expertos, uno de los problemas que se presentan a la hora de cambiar los hábitos alimenticios de la gente es el significado que la palabra dieta tiene para muchos de ellos. Quién no ha leído alguna vez en la portada de una famosa revista títulos como “dieta relámpago, baje hasta cinco kilos en seis días”, o “adelgaza con los jugos mágicos, te damos la receta”, o una que es célebre, “baje de peso sin morirse de hambre”. Frases que aunque sabemos que son imposibles, nos atraen porque nos prometen grandes resultados sin muchos sacrificios. Por este tipo de “supuestas dietas” publicadas en revistas femeninas, es que muchos de nosotros vemos esta palabra como algo horrible. Pero la realidad es muy distinta, porque la palabra dieta, más que un plan alimenticio, es un estilo de vida que agrupa una cultura y no tiene porqué ser algo restrictivo.
Un buen ejemplo de esto es la famosa dieta mediterránea, llamada así porque comprende la alimentación tradicional, así como las recetas y la forma de elaboración de los platos propios de cada región de todo el Mediterráneo. Resulta que en los años 50 se comprobó que las poblaciones más humildes de Madrid (España) y el sur de Italia, cuya dieta se basaba en platos más sencillos y baratos, tenían mejor salud que las familias adineradas que consumían mayor cantidad de carnes y mantequilla, pero menos cantidad de verduras y legumbres. Un plan alimenticio tan saludable, que poco a poco fue ganando adeptos alrededor del mundo, porque les daba más importancia a las verduras y legumbres que a los alimentos de origen animal. En esta dieta no pueden faltar las frutas, las verduras, las pastas y panes integrales (ricos en fibra), el aceite de oliva virgen (del cual se dice que su ácido oleico mejora el colesterol), el vino (que contiene antioxidantes), el queso (fuente de proteínas) y el pescado (rico en vitaminas y yodo). Es una dieta que reivindica la importancia de la comida tradicional, las bondades de los productos que nos da el campo y fomenta la idea de que comer es un placer que repercute en nuestro ánimo, figura y salud en general.
No se trata de proponer la dieta mediterránea como el plan que usted debe seguir si quiere alimentarse adecuadamente, de lo que se trata es que usted la mire como un ejemplo, porque en Colombia el medio tropical nos brinda una cantidad de productos alimenticios, tanto de origen animal como vegetal, que no por ser muy populares y a veces baratos carecen de valor nutricional. Al contrario, algunos aspectos y costumbres de la cocina tradicional colombiana pueden ser muy adecuados, baratos y sencillos como base de una buena alimentación (sin llegar, claro, a extremos como abuso de la denominada bandeja paisa, innecesariamente recargada de grasas de toda índole). En nuestros mercados tradicionales se encuentran en abundancia muchos de estos productos, pertenecientes a los siete grupos citados anteriormente. Esto implicaría para nosotros conocer cuales están en cosecha, su valor nutritivo, la forma en que podemos prepararlos y la manera de combinarlos, para así obtener de ellos un esquema alimenticio balanceado y equilibrado que nos aporte todos los nutrientes que necesitamos.
mircoles 5 de agosto de 2009, 11:37 COT
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: ¿En algún momento de su vida se ha puesto a pensar o analizar la manera en que come? ¿Se ha preguntado alguna vez si desayuna correctamente, si consume frutas y verduras de manera regular, si la cantidad de agua que toma es s…..
sbado 8 de agosto de 2009, 02:33 COT
Gracias por esta entrada motivante María Elena, imprimí apartes y los puse en la nevera. ¿Cómo sería la integración de los productos colombianos con la dieta mediterránea? Esto se menciona en el párrafo final pero sin ejemplos concretos.
Saludos,
Daniel
sbado 8 de agosto de 2009, 13:39 COT
Muy buen artículo María, oportuno y necesario.
La alimentación es parte esencial de la cultura e identidad de cada país. No solo existe el peligro de un “pensamiento único” sino de una “alimentación única”, como está ocurriendo ya de forma inexorable. Países con índices elevados de longevidad como Japón (en concreto Osaka) están empezando a revertir las estadísticas a causa de la adopción del modelo de alimentación Usamericano, destruyendo no solo su salud sino las tradiciones propias y su cultura.
Un cordial saludo.
Javier Akerman
sbado 8 de agosto de 2009, 21:16 COT
Saludable leer este articulo y aunque no te habia leido pero desde ya me declaro asiduo lector suyo.
domingo 9 de agosto de 2009, 16:39 COT
Quë bien Maria Elena, tus apreciaciones sobre la forma de comer nos propicia muchos interrogantes sobre nuestra vida cotidiana. Si realmente no entendemos que el comer además de una necesidad fisiológica es una necesidad social que nos ayuda a sentirnos bien con los demás y mejora la autoestima sobre todo cuando comemos acompañados.Tendré encuenta tus sugerencias en el mercado. gloria
martes 11 de agosto de 2009, 20:46 COT
Maria pareciera que es un tema del cual sabemos mucho , pero veo que definitivamente tenemos mucho que aprender. Sus recomendaciones las debieramos seguir todos, porque algunos estamos obesos y otros aguantamos hambre y nos repugna comer. ¿Qué recomienda en esos casos extremos?
martes 18 de agosto de 2009, 16:39 COT
Soy muy cuidadosa con mi alimentación. Bien vale la pena tu escrito, como basemotivadora para la alimentación del día a día.
Un brazo Maria Elena!
martes 18 de agosto de 2009, 17:20 COT
Daniel:
Para adaptar nuestro estilo de alimentación a la colombiana, a una dieta como la mediterránea, no hay que hacer demasiados cambios. Simplemente debemos conocer un poco más los principios de esta dieta que son bastante sencillos y que están al alcance de todos los bolsillos. A grandes rasgos, esto es lo que propone la dieta mediterránea:
– Compre las frutas y verduras que estén en cosecha: estarán más frescas, tendrán un mejor sabor y serán más económicas. Trate de consumir al menos cinco porciones al día de todos los colores: rojas como el tomate y la sandía, moradas como la remolacha y la mora, anaranjadas como la ahuyama y la zanahoria, amarillos como la naranja, y verdes como las coles y las espinacas.
– Prefiera siempre comer las verduras crudas y las frutas enteras: así se aprovechan todas sus vitaminas y sus efectos antioxidantes.
– Trate en lo más posible de no usar caldos concentrados para dar sabor a sus comidas: opte mejor por aderezar con hierbas aromáticas como el cilantro, el tomillo, la albahaca, el orégano, el hinojo, entre otras.
– Elija consumir más carnes blancas como el pollo, el pavo y el conejo; y modere el consumo de las rojas, sobre todo si no son magras.
– Varíe sus menús para que no se aburra de comer lo mismo todos los días. Puede acompañar su porción de proteína con diferentes acompañamientos como: una porción de yuca, papa criolla o papa normal, plátano maduro o verde, arracacha, un platico pequeño de fríjoles, etc. Recuerde, el secreto está en la manera en que los prepare.
– Consumir pescado es una de las propuestas más importantes de la dieta mediterránea: todas las variedades están incluidas, sólo hay que cuidar la manera de prepararlo sin recurrir a las grasas.
– Añadir fibra a la dieta es muy importante, ésta se puede encontrar en el salvado de trigo, las legumbres, las frutas, los frutos secos y las verduras.
– La bebida básica de este plan: el agua.
– Los lácteos bajos en grasa deben consumirse diariamente: principalmente el yogur y los quesos frescos como la cuajada.
– Prepara los alimentos de forma sencilla, sin excesos de aliños ni salsas.
– Masticar bien los alimentos es primordial porque la digestión comienza en la boca, además así se saborea y se disfruta más la comida.
– No pase muchas horas sin comer, si siente hambre tómese un yogur, cómase una fruta o consuma un puñado de frutos secos como maní o nueces.
– Ahora, no podemos olvidar que en la dieta mediterránea existe un rey que es el aceite de oliva, un aceite que se extrae de las olivas (aquí en Colombia las llamamos aceitunas) y que es una de las grasas más saludables que existen. Este es de pronto el elemento menos utilizado en la cocina colombiana, aunque tiene tantas virtudes que ya todas las cadenas de supermercados del país lo ofrecen, así que es bueno invertir en él.
– El vino tinto seco también está incluido dentro de la dieta mediterránea, por sus propiedades antioxidantes. Pero la verdad, éste no es imprescindible y creo que adaptarlo al esquema de alimentación nuestro es bastante difícil.
– Pero no crean que esta dieta se olvida del dulce, todo lo contrario, nos permite disfrutar de uno de los mejores sabores dulces que existen: el del chocolate. Pero eso sí, tiene que ser una porción moderada y es preferible que sea oscuro.
Daniel, espero que hayas despejado todas tus dudas y que disfrutes del placer de la comida saludable.
jueves 20 de agosto de 2009, 01:11 COT
Hola Elena,
Muchas gracias de nuevo, amplié mi recorte en la nevera! Esta dieta será un paso más hacia el logro de una vida mediterránea:-)
Daniel
viernes 21 de agosto de 2009, 20:22 COT
Maria Elena, Comer es un arte que requiere sabiduría. Cuando amamos la vida y esta nos es gratificante, el comer será otro de los placeres que nos renueva día a día. Sigue escribiendo para que ofrezcas el placer de leerte.
sbado 22 de agosto de 2009, 19:01 COT
Muchas veces por nuestros estilos de vida, descuidamos nuestros cuerpo y nuestra salud; te agradezco la invitacion para evaluar nuestra alimentacion